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Stupid youth. por LynValo

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Notas del capitulo:

¿Ven cómo si cumplo si me mantienen contenta? XD Jujujuju


Advertencia del capítulo (?): Sexo explícito/ Bottom Tony / Top Steve / Top Tony / Bottom Steve


<3

Mientras Steve se encargó de conducir el auto, Tony mandaba un mensaje de texto a sus amigos explicándoles que ellos dos se habían marchado. Estaban ansiosos, demasiado. En momentos Tony se acercaba a Steve para besarle el cuello, morderle el lóbulo de la oreja, susurrarle alguna cosa y pasear sus manos por la entrepierna. Afortunadamente encontraron un hotel muy cerca y sin pensarlo dos veces se adentraron en él.

La puerta de la habitación que les fue asignada fue casi azotada al cerrarse por la misma ansiedad. Apenas a solas y volvieron a abrazarse para reanudar el ansioso beso. Nunca habían hecho algo tan desenfrenado, pero ambos lo sentían tan necesario. Sin despegar sus labios se quitaron el uno al otro los abrigos, y caminaron a tropezones hasta la cama, donde el primero en caer fue Tony.

Estando en la cama fue que rompieron el beso de nuevo, sólo para mirarse decididamente y comenzar a despojarse del resto de sus prendas. Tony se incorporó de nuevo para llevar sus manos hasta la camisa de Steve y quitársela con mucha prisa, para luego repartir suaves besos por el pecho, bajando hasta el vientre y más abajo en lo que se encargaba ahora de desabrochar el pantalón. Apenas bajó la bragueta y Steve le empujaba de nuevo para que cayera de espaldas a la cama. Fue así que su camisa también salió volando para algún lugar de la habitación y entonces Steve se subía en la cama también, acomodándose sobre él. Besó deliciosamente su cuello, dejando leves mordiditas y bajando los besos hasta el pecho, deteniéndose en los pezones, jalándolos después con sus dientes. Así le sacó el primer gemido más sonoro. Tony se arqueo cuando la lengua siguió descendiendo por su abdomen, y después de un rápido movimiento le bajaba los pantalones junto con la ropa interior. Su erección salió sorpresiva, Steve se relamió y no tardó en envolverla con su boca. Otro gemido fuerte y unos encantadores espasmos.

Al llegar su boca al miembro de Tony, fue que Steve disminuyó la agresividad para darle sólo placer y no lastimarle. Sus labios aprisionaban la punta, y sus manos el resto del largo, acariciando con lentitud, disfrutando de la suavidad de la piel en aquella íntima parte, y en su boca disfrutando el sabor. Recordándolo. Notó que Tony quería abrir las piernas para estar más cómodo, así que se separó un instante para quitarle por completo aquellas prendas junto con los zapatos. Hincado entre sus piernas  le observó con detenimiento, y se relamió los labios sin vergüenza. Volvía a recordar y experimentar la delicia que era tener así a Tony. ¿Cómo es que pudo aguantar tanto tiempo sin abalanzarse a él?

 

-Quítate todo. – Le pidió Tony, mirándole de la misma forma viciosa. – Ya no aguanto. Quiero verte.

 

Steve se puso de pie para quitarse todo y quedar igual de desnudo que él, para después posicionarse como estaba anteriormente y volver a su tarea. Abrazó los muslos de Tony mientras se tragaba la erección, cada vez un poco más, hasta que fue toda y Tony gimió tan alto y prolongado que hizo saltar su propia erección ante lo excitante que fue escucharlo y sentir aquel estremecimiento.
Retiró su boca, pero sólo para llevarla ahora a los deliciosos muslos, igual de suaves y sensibles, para llenarlos de besos, chupetones y mordidas. Tony no dejaba de arquearse ni de gemir ni de susurrar su nombre. Quería enloquecerlo, hacerle extrañarlo tanto como él lo hizo, así que regresó su boca a la erección y una mano jugueteó con los testículos.

 

Ah… mm~ St… Steve. — Gritó — Para… Ah… Por favor, para. — Cuando Steve le obedeció elevó el rostro para mirarle; ruborizado y agitado.

—¿Todo bien? — Le cuestionó mientras dejaba un besito en uno de sus muslos, sin apartar sus miradas.

—Sí. De maravilla. —Seguía respirando agitado, pero ya le sonreía. — Pero no quiero correrme así.

—¿Qué quieres que haga? — Continuó repartiendo aquellos pequeños besitos. — Haré todo lo que quieras.

—Quiero que me cojas. — Confesó totalmente excitado. — Sólo quiero sentirte dentro de mí…, y también en mi boca. ¿Puedo? — Y Steve sentía un nuevo tirón.

—Muero de ganas.

—Acuéstate.

 

Le obedeció. Recargó su espalda y su cabeza entre las almohadas, separó un poco las piernas para darle espacio a Tony. La boquita del castaño recorrió todo el largo, dejando besitos y lametones por todos lados, luego le masturbaba un momento para después envolverlo con su boca. Fue su turno de gemir sin recato, era tan rico. Los ojos miel de pronto le miraban y él no podía más que retenerle la mirada mientras su rostro se tornaba rojo y su respiración se volvía irregular. Tony estaba en cuatro, por lo que pudo notar como en un momento el mismo castaño dirigía una de sus manos hasta entre sus nalgas. Estuvo seguro de que su erección palpitó dentro de la boca de Stark al imaginar que ya se estaba preparando para él. Joder, si seguía así se terminaría corriendo antes de penetrarle. Con mucho trabajo se separó de la gloria que le ofrecía aquella boca.

Las posiciones intercambiaron de nuevo. Tony estuvo de espaldas a la cama una vez más y Steve entre sus piernas, sólo que ahora le tomaba de las nalgas para auparlo, dejándole con las piernas y el trasero en el aire. Tony gimió al sentir la lengua de Rogers ahora en su entrada, mientras las manos estrujaban sus nalgas. Después de un momento, un par de dedos se introducían con cuidado en su culo comenzando a dilatarlo más de lo que ya sentía que estaba de pura excitación. Su espalda volvía a tocar el suave colchón, y su cadera reposaba sobre una de las almohadas. Hubo un tercer dedo moviéndose en su interior con toda la delicadeza posible, y luego de que le abandonaron la lengua volvía a mojarlo. No tenían lubricante, no perdieron tiempo en buscarlo, así que Steve necesitaba usar de más la saliva.

Tuvo que abrir más las piernas cuando Rogers se incorporó e inclinó su cadera hacía la suya. Uno de esos fuertes brazos se apoyó casi a un lado de su cabeza, para sostener el cuerpo de Steve que se inclinaba hacía él, mientras que con la otra mano ayudaba a su miembro a hundirse en él. Antes de esos volvían a besarse, ésta vez con más calma pero con misma pasión. Tony le rodeo por el cuello con sus brazos, correspondiendo al beso y esperando el momento.
Sintió la presión en su entrada, el cómo lentamente iba entrando y como él mismo se estrechaba al momento.

 

Mmn… ¡Ah! Se separó del beso al gemir un tanto doloroso, pero no dejó de abrazarle. —Espera.

—¿Te lastimé? — Le cuestionó Steve preocupado.

—No. Pero no empujes muy fuerte todavía. — Intentaba relajarse. — Tengo que volver a acostumbrarme. — Le sonrió. ¿Steve había olvidado que la tenía grande?

—Lo siento. — Juntó sus frentes. — Dime cuando pueda meter más.

—Hazlo. — Con más suavidad Steve empujó, volviéndose a detener unos segundos y así hasta que estuvo dentro por completo. — Ah~

Mmnn… —Ahora recargaba ambos antebrazos a cada lado de la cabeza del castaño, dejándolos así más pegados, sintiendo sus calientes respiraciones y mirando perfectamente cada expresión en sus rostros.

¿Qué sientes? — Tony le preguntó cuándo Steve ocultó su rostro entre su cuello y comenzó a jadear ante sus contracciones mientras se acostumbraba.

—Se siente riquísimo. — Le respondió en un susurro — Estás caliente y apretado. ¿Y tú qué sientes?

—Me siento hervir. — Gimió, moviéndose un poco. — Muévete para sentir mejor.

 

Movió su cadera con suavidad al principio, disfrutando él mismo con esa lentitud, como queriendo que Tony sintiera muy bien como su pene se acoplaba en su interior. El castaño volvía a abrazarse a él y entonces unían sus labios de nuevo. El sonido del chasquido de los besos combinaba perfecto con el sonido del choque se sus cuerpos gracias al vaivén en sus caderas y los gemidos.

Cuando Steve aumentó el ritmo de las embestidas también llevó una mano a masturbar al castaño, provocando unos gemidos más audibles. Procuraban no dejar de besarse, aunque a veces era inevitable, como cuando tenían que tomar más aire o soltaban algún gritillo. Se sentían muy bien. Lo sentían delicioso. Tanto que Steve se incorporó un poco para reanudar lo agresivo, tomando firmemente la cadera  de Tony para arremeter contra su cuerpo  con más velocidad.

Tony soltó un grito, se arqueo, rodeó con sus piernas la cadera de Steve y rasguñó aquella ancha espalda. Luego una mano volvía a masturbarle y él no atinó más que a también mover su cadera, así el ritmo que llevaba Steve fuese ya acelerado. Estaba caliente, quería explotar. Llevó sus manos al colchón para darse más apoyo y seguir moviéndose, cerrando los párpados al disfrutar por completo del golpeteo que la erección dentro de él provocaba en su próstata, y en cómo era masturbado perfectamente. Se mordió los labios, gimió alto y terminó con un gran grito manchando la mano de Rogers y su propio vientre.

Mientras que Steve volvió a tomar la cadera con firmeza, levantándola más sólo con su propia fuerza, manteniéndola quieta o moviéndola a su antojo según lo sintiera necesario. Mirando como el cuerpo de Tony se sacudía a su ritmo y como continuaba con los espasmo de su reciente orgasmo. Le dio profundo, se hundía tanto como podía. Dejó caer la cadera, se dejó caer a sí mismo mientras se vaciaba en el interior de Tony, moviendo muy irregularmente la cadera por tantas sensaciones. Ambos gemían todavía. Se volvían a besar, se acariciaban  y trataban de regular sus respiraciones.

 

—Hace…, hace mucho que no me cogían así. — Habló Tony, con la respiración aún agitada. Escuchó una risita de parte de Steve, y luego éste se incorporaba para volver a dejar sus rostros frente a frente.

—¿Estuvo bien? — Ahora Tony soltaba una pequeña risita.

—Muy bien. — Se sonrieron, regalándose un pequeño beso. — Estoy cansado. Quiero dormir.

—Regresemos al colegio. — Propuso Steve, antes de que se quedasen dormidos ahí.

 

Se separaron y eso les provocó un último jadeo. Luego de haberse limpiado y vestido salieron con más calma del lugar y subieron al auto, permitiendo conducir ya sin interrupciones. Tony parecía dormido en el asiento del copiloto, y Steve de pronto giraba a mirarle y por alguna razón no podía dejar de sonreír. Seguramente aún sentía los estragos del orgasmo. Pero el castaño de pronto abrió los ojos, aunque bostezó y miró unos segundos por la ventana, luego a él.

 

—¿Entonces actualmente no sales con nadie? — Comenzó la charla Tony. ¿Hasta ahora regresaba a ese tema?

—No, con nadie. — Le respondió sin apartar la mirada del camino. — De hecho, no había tenido ni siquiera algo casual desde que estoy soltero.

—¿En serio? — El rubio le asintió. — ¿Por qué?

—No lo sé. — Se encogió de hombros.

—¿Te dolió terminar con Peggy?

—Ya te he dicho que no es eso. No dolió, pero cómo dices: se siente extraño. — Confesó — Y realmente no es que me hubiese propuesto no ligar con nadie, sino que simplemente no me daban ganas.

—Ahora me siento mal. —Con eso, Steve giró a mirarle curioso.

—¿Por qué?

—Porque yo de inmediato me acosté contigo luego de terminar con Alfred. — Steve detuvo el auto.

—¿Ya te arrepentiste? — Sonrió amargamente y miró al volate. — Sabía que te dolía lo de tu novio.

—No, no. Steve, no. — Se apresuró a aclarar. — Ni me arrepiento ni me duele. Es que tú… Quiero decir, ¿no piensas mal de mí?

—Por supuesto que no. — Se miraron, sus gestos habían cambiado, parecían preocupados y confundidos. — Ambos ya éramos libres, ¿no? No hay nada de malo con ello.

—De acuerdo. — Se sonrieron de vuelta y Steve encendió de nuevo el motor. — Antes de que vuelvas a conducir… déjame besarte.

—Si eso es lo que quieres. — Rieron levemente y se besaron de nuevo. Sin prisa, disfrutando cada roce, abriendo a cada segundo un poco más los labios. Por Dios, era fantástico besarse.

—Extrañaba tus besos y todo lo demás. — Tony no tuvo problema en admitirlo tan abiertamente, provocando una gran sonrisa en Steve.

—Yo también lo extrañé de ti.

—Tendré que aprovechar a besarte, a manosearte y a cogerte todo lo que pueda antes de que te consigas otra novia y vuelvas a ser sólo mi amigo y no comida. — Rieron de nueva cuenta, quizá más por lo nerviosos que se sentían de pronto.

—O podríamos… — Comenzó Steve, luego de parar las risas y mirarse fija y profundamente. — … Nosotros… Intent… ¿No tienes frío? — Cortó de pronto, interrumpiendo su última palabra antes de aquél cuestionamiento. Quizá porque miró cómo se iba transformando la mirada miel para expresar algo de miedo, o que él mismo haya sentido inquieto el latir de su corazón. Había sido algo peligroso decir aquello que pensó sin ninguna razón.

—Un poco, así que mejor ya vámonos. — Respondió de la misma forma torpe y apresurada, como si antes hubiesen estado hablando de cosas así de banales.

 

*~~*~~*~~*~~*

 

—¡Puta madre, Loki! — Gritó en cuanto cerró la puerta de su dormitorio. El pelinegro parecía que recién llegaba también porque apenas estaba sentado en la cama cambiándose para ponerse el pijama.

—¿Qué carajo te pasa?

—Juro que ya me voy a callar el hocico antes, durante y después de coger porque se me salen puras idioteces que pueden comprometerme. — Le decía alterado.

—Anthony, ya me imagino que la historia va relacionada con alguien llamado Steve, y prefiero te ahorres todos tus traumas y dramas porque ya me los sé, así como tú ya sabes mi respuesta respecto a eso. Pero si se te ha olvidado aquí te va de nuevo: Eres un pendejo.

 

Y acto seguido Loki se acostaba en su cama luego de cubrirse con el edredón y le daba la espalda, dejando a Tony como el pendejo que decía.

 

——————

 

—Bucky, cariño, despierta. — Pedía igual de alterado Steve. Encendió la luz de la habitación, y fue a remover a su amigo que ya parecía dormido.

—¿Qué quieres? — Se talló ambos ojos mirándole todavía acostado.

—Hazme un espacio. — Le pidió al momento en que ya le empujaba y se metía a la cama con él. — Me acosté con Tony.

—Qué sorpresa. — Le dijo con sarcasmo y bostezó. — ¿Y?

—Casi se me sale decirle que lo intentáramos. Ya sabes, una relación. — Se alteró de nuevo. — ¿Te imaginas? Casi hecho a perder todo.

—Steve, te quiero, pero ya deja de ser tan tonto en cuanto a tu amistad folladora con Tony. — Se puso de costado para mirarle. — Si ambos están bien así, ya manténgalo así. ¿Por qué no dejan de complicarse? ¿Sabes qué deberían de hacer? Ya no pensarlo mucho, sólo déjense llevar como antes, porque cuando tú lo piensas mucho te vuelves loco. No sabes realmente qué es lo que quieres, así que mejor no pienses. Ahora: ¡fuera de mi cama!

 

Haciendo un puchero dejó a Bucky en paz, se cambió de ropa, apagó la luz y también se fue a la cama. Pero no podía dormir ahora. Bucky le decía que ya no pensara pero nada más pensaba en Tony. Entonces tomó su móvil.

 

[[Tony Enano.

                                        << Despierta, gemidos bonitos.

>>Estoy despierto. ¿Gemidos bonitos? Haha.
    No sé si suena vulgar o lindo.

                                         <<Así te llamaré ahora. ¿Te gusta?

>>No lo sé. Pensándolo mejor suena marica.

                                          << ¿Quieres algo menos dulce? ¿Qué tal
                                               “nalgas lindas” o “culo redondito”?

>> ¿Y yo te diré “el gran mamador”?

                                            << Hahaha. Para mí suena bien.

>> ¿O qué tal “el mordelón”? Me quedaron
     muchas marcas en mis piernas de tus dientes
     y chupetones.

                                            << ¿Te duelen?

>>No. Me gusta.

                                             <<Mándame foto para ver cómo quedaron.

>>No puedo encender la luz porque Loki ya se   
    durmió y así no saldrá bien la foto. Mañana te
    enseñó en directo.

                                              << ¿Para ver, tocar y probar? Yummy~

>>Tal vez. Ya me están dando ganas.

                                               << ¿De qué?

>>Ya te imaginé de nuevo entre mis piernas.

                                               << ¿Haciendo qué?

>>Chupando.

                                               << ¿En dónde?

>>Todas partes. ¿Sigues caliente?

                                               <<Ya me calentaste de nuevo.

>> ¿Ah sí? Envíame foto.

                                               << ¿Quieres jugar?

>>Sino podemos reunirnos, al menos quiero
    inspiración.

                                               << Tony, Tony, por Dios. Me encantas, ¿lo
                                                    sabes?

>> Ya me lo imaginaba.

                                               <<Ven conmigo, anda.

>> ¿Estás solo? ¿Por qué no me dijiste antes?

                                               <<Está Bucky, pero no le molestará.

>>No seas tonto.

                                               <<Ya lo desperté. Mi buen amigo está
                                                   dispuesto a intercambiar cama contigo.
                                                   Ya va para allá.

>>Ok. ]]

 

------------

 

Tony apenas respondió aquel último mensaje, se levantó de la cama y volvió a tomar su abrigo cuando ya tocaban suavemente su puerta. Sin hacer mucho ruido tomó rápidamente algo de uno de sus cajones y fue a abrir, topándose con un adormilado Bucky que sólo le dijo “me debes una”. Stark le dio un abrazo rápido antes de agradecerle y dejarle la puerta libre mientras él se iba casi corriendo al dormitorio de Steve.
Cuando llegó la puerta ya estaba abierta, esperándolo con la luz encendida. Con una gran sonrisa se adentró, y tras cerrar perfectamente se echó a cama del rubio que ya le sonreía.

 

—Y aquí estás. — Le dijo Steve contra los labios ajenos. Tony se había puesto a horcajadas sobre él, mientras le abrazaba por el cuello y no paraba de sonreírle.

—Ajá. — Se quitó el abrigo, dejándolo cuidadosamente a un costado de ellos y quedando con su pijama. Steve cubrió ambos cuerpos con el edredón, para conservar el calor.

—¿Quieres que haga realidad lo que te estabas imaginando hace un momento? — Propuso, al momento que un brazo rodeaba aquella cintura y con su mano libre acariciaba insinuantemente el largo de los muslos de Tony.

—Sí.

 

Rozaron sus labios, sonriéndose antes de comenzar a besarse. Haciéndolo lo más sensualmente posible para provocarse el uno al otro. Como si fuese necesario tanta provocación si ambos ya estaban con la excitación a flor de piel. Tony comenzó a mover su cadera suavemente para crear la fricción en sus entrepiernas algo duras, Steve le tomaba de la cadera para que no dejase de moverse. Pero después de un momento —en el que no dejaron de besarse— el rubio movía las piernas provocando que Stark ya no estuviese sobre él, sino que terminó entre sus piernas flexionadas. Eso no hizo que el castaño dejase de crear la fricción, ni que Steve dejase de incitarlo a continuar. De hecho, rápidamente estuvieron completamente duros.

Ahora las manos se escurrían debajo de las playeras, y los labios bajaban al cuello ajeno. Las prendas estorbaban, pero dudaban en quitárselas de una vez por todas por la temperatura que había caído más, sin embargo comenzaba a acalorarse todo entre sus cuerpos. Entonces, quedaron desnudos, pero volviendo a dejar el edredón encima de ellos. Así se sentía agradable, ya que el frío invierno no les calaba por el momento. Volvieron a besarse en los labios, a mover sus caderas y comenzaron a jadear. Tony sintió cuando las fuertes manos de Steve se deslizaron hasta su trasero, para ahora ahí ejercer la presión y demandar que siguiera simulando las embestidas, ya que seguía entre las piernas del rubio. Y honestamente le encantaba permanecer así.

 

—¿Quieres que te folle? — Tony le cuestionó en un susurro cuando llevó sus dientes a morder el lóbulo de su oreja izquierda. Era lo que él quería, pero esperaba que Steve también.

—Sí. — Confesó, disfrutando con ojos cerrados el recorrido de los labios del castaño por su cuello. — ¿Lo harás?

—Por supuesto. — Subió para darle un casto beso.

—¿Y traes con qué? Porque yo… yo no lo he hecho desde la última vez contigo y no quiero que duela. — Sinceró una vez más.

—Te escuchas tierno. —Tony sonrió ampliamente, mirándole directo al rostro. — ¿Será como desvirgarte otra vez? —Le enarcó una ceja, travieso. Y no creyó lo que vio en el rostro de Steve. Un sonrojo. Leve, pero aun así no se pudo ocultar.

—Tal vez. — Respondió apenado, pero por lo menos Tony ya no le miraba porque de nuevo repartía los besitos por su cuello y detrás de sus orejas

—¿Recuerdas qué sentiste esa vez?

—Sí. — Ah, ¿por qué le preguntaba cosas vergonzosas? ¿Por qué le seguía respondiendo?

—¿Te gustó? — Maldito Tony.

—Sí. — Suspiró sintiendo los labios correr por su piel.

—Seré delicado como aquella ocasión. — Volvió a mirarle.

—Dios, Tony, no digas cosas tan tiernas que me apenan. — Pidió avergonzado, aunque no le importaba mucho que el castaño le viese así.

—A veces eres tan adorable. — Le dijo tras haberle tomando el rostro para observarle mejor. Miró la vergüenza el aquel rostro y sonrió encantado. Y de pronto… ¡Maldita sea, Tony! ¿No dijiste que ya ibas a cerrar la boca para evitar cosas raras como estas?

—Eso fue… cursi. — Opinó Steve, aunque no parecía molesto ni desconcertado. Volvía a sonreír sin pena. — ¿Traes o no con qué meterlo?

—… Sí, traje lubricante. — Despejó sus reclamos a sí mismo y reaccionó. Sacó el pequeño frasquito del bolsillo de su abrigo para mostrárselo al rubio.

—Bien, hay que comenzar. Bucky no se fue en vano.

—¿Quieres que apague la luz? — Cuestionó afable, al ver todavía un poco de vergüenza en el rostro de Steve. Lo miró pensarlo.

—No. Está bien. — Le dio un pequeño beso al responderle.

 

Otra sonrisa, unos cuantos besos más y Tony fue descendiendo por el cuerpo ajeno, quedando completamente tapado por el edredón. Su lengua se paseó lentamente por el largo del miembro erguido que quedó delante de su rostro, mirándolo saltar al sentir el roce. Luego llevó sus labios a los testículos y chupó un poco, antes de regresar a la erección y meterla a su boca. Comenzó a succionar suave, tragándola a cada momento un poco más, jugueteando con su lengua, dejando besitos cuando la sacaba de su boca. Aumentó la fuerza de las succiones y movió más rápido la cabeza. Satisfecho de escuchar los gemidos de Steve, y ver cómo de pronto empujaba la cadera a su boca. Sonrió internamente y puso más ímpetu a su labor, pues quería demostrarle a su amigo lo bueno que era, que volviesen a disfrutar de nuevo aquello.

Le trataría con cuidado, haciéndolo gozar definitivamente, para cuando Steve se dejase follar por algún otro chico se diera cuenta de con él había sido mejor, que le extrañara una vez más. Sin dejar de chupar aquella erección Tony apretó los párpados ante sus pensamientos extraños que le provocaron sentir un vacío en el pecho al momento de imaginarse a Steve con otro chico dejándose hacer lo que él ya le había hecho y ahora le volvería a hacer. Por unos segundos se reprendió; él era el primero de Steve en ése ámbito, pero era obvio que no sería el último, no tenía sentido sentirse como si el rubio le pertenecía.

Con los pensamientos de nuevo en orden tomó ambos muslos para separarlos más y en un movimiento rozó su lengua ahora entre las nalgas de Steve, quién en un reflejó soltó un jadeo sorpresivo y saltó graciosamente, provocando que Tony elevase el rostro para mirarle con curiosidad.

 

—¿Qué te sucede?

—No sé, se sintió raro. — Le respondió Rogers, que ya tenía el rostro ruborizado y la respiración irregular.

—Pero tú siempre me lo haces. — Tony trató de justificarse — Quiero prepararte adecuadamente. ¿No se sintió bien? — Preguntó casi ingenuamente, pues le estaba encantando cómo lucía Steve avergonzado.

—No lo sé…

—Voy a intentarlo de nuevo. ¿Ok? — Steve le asintió y así volvió a bajar.

 

Casi se cubre el rostro con las manos de lo apenado que Tony le hacía sentir al ser tan considerado. Lo iba llevando con una calma y suavidad que le aceleraba el corazón y lo ponía ansioso. Y Steve se mordió los labios cuando sintió de nuevo la curiosa sensación de una lengua viajar más y más hacia debajo de su cuerpo, hasta detenerse en su entrada, haciéndole cerrar los parpados y aguantar los jadeos. Daba cosquillas, provocaba de pronto espasmos, y lo sentía vergonzoso. Pero con Tony lo sentía seguro, le infundía confianza a pesar de lo penoso.
Le pasó el frasquito de lubricante, sin pensarlo mucho si eso le hizo lucir desesperado por ser cogido. No tardó en sentir el primer dedo hundirse en su entrada. Steve sólo volvió a abrir los párpados cuando Tony regresó a su rostro para repartirle besitos suaves. Después de un momento Stark le avisaba que metería el segundo dedo y seguidamente el tercero, hasta que finalmente pidió permiso para penetrarle.

Steve apretó los dedos en la cadera ajena mientras sentía cómo con lentitud el castaño iba entrando, tomándose su tiempo y siendo delicado.

 

—¿Estás bien? — Le asintió al ser cuestionado. — ¿Me detengo o continúo?

—Continúa.

 

Diablos, de pronto Rogers se sentía tan soquete, pues Tony no había dejado de ser considerado con él, desde sus palabras tiernas hasta sus acciones suaves y consecuentes, mientras que él siempre le hacía un montón de obscenidades sin pedirle permiso. Pero quizá el castaño estaba siendo suave por lo que dijo, que sería “como desvirgarlo  de nuevo”. Qué embarazoso.

Soltó un gemido sin pudor cundo las embestidas iniciaron, y aunque eran lentas se sentía muy bien. Le había preparado bien y usado suficiente lubricante para deslizarse con más soltura. No le dolía mucho, de hecho sentía más la cosquilla agradable y le calentaba ver a Tony al rostro y la forma en que éste le miraba a él. De pronto gimió más alto al sentir un nuevo ritmo y el roce en su próstata. Llevó la cabeza hacia atrás y se aferró a los brazos ajenos.
Joder, Tony no sólo movía rico el culo al ser follado, sino que también sabía cómo moverse al follarse a alguien más.

Fue más fuerte, golpeaba más duro dentro de él, le cortaba la respiración en un momento y ya no le importaba nada. Se olvidó de lo apenado que le hizo sentir hace un momento. Él mismo llevó una mano a masturbarse, sin dejar de mirarse al rostro. Siseó, gimió el nombre de Tony, le alcanzó para volverle a besar y de pronto Tony paró dejándose caer encima de él.

 

—¿Por qué te detienes? — Cuestionó Steve, ambos agitados.

—Un pequeño respiro para no terminar tan pronto. —Respondió con la respiración cansada. —Aprietas mucho.

—¿Quieres que… esté arriba? — No supo cómo le salió proponer aquello tan vergonzoso a su parecer. Es decir, cuando las posiciones eran a la inversa y Tony se lo decía le resultaba muy sexy y excitante, pero ahora él diciéndolo quizá era raro.

—Sí. Claro que sí. — Un tanto ansioso fue que Tony le contestó. Hicieron girar sus cuerpos para que ahora Steve quedase a horcajadas sobre las caderas del castaño, mientras éste descansaba su espalda en el colchón. — ¿Me muevo yo o te mueve tú?

—No sé. — Nerviosamente Steve soltó una leve risita, al verse en esa posición y al haber sentido la erección de Tony más dentro ahora. — Me moveré mal porque no lo he hecho antes así.

—Inténtalo. — Pidió interesado, dedicándole una sonrisa. — Te mueves muy rico cuando me das, seguro lo harás igual de bien así.

—Si no lo hago bien detenme. — Le dijo antes de comenzar a mover la cadera un poco. — Mm… ¿Te… te gusta así… la posición? ¿No me veo raro? Ah~

—Te ves genial. Mnn… Creí que te gustaba…

—Contigo…, tú arriba… ah… moviéndote. Tú… tú eres sexy

—¿Te gusta cómo te monto? — La voz le iba saliendo más en susurro a cada momento.

Oh, sí. — Lo recordó.

—Muévete como yo lo hago, entonces.

—¡Ah… Ok… — Cerró los párpados, se acomodó mejor, apoyó sus manos en el colchón y mordió de nueva cuenta sus labios antes de comenzar a imitar los movimientos que recordaba hacía Tony — …Uh! Mnn.. Ah, Tony…

—Así… así… Ah…

 

Esperaba que la cama aguantara los movimientos, y también que él mismo soportase la fuerza con la que en momentos Steve se dejaba caer. Tony gemía, apenas pudiendo mantener los ojos entreabiertos para mirar el esfuerzo del rubio y la forma en que se masturbaba. Lo iba haciendo bien, pero quizá con un poco de práctica lograría hacerlo mejor, cuando Steve ya dejase la vergüenza de lado al ser el pasivo. De pronto los movimientos eran erráticos o se detenía por unos segundos, era entonces cuando Tony empujaba también su cadera para volver a la penetración que el sentía necesario. Y también porque le gustaba cómo gemía Rogers cuando lo sentía más adentro o con más rudeza.

Ambos continuaron moviéndose, creando una fricción casi enloquecedora. Steve ya estaba cerca de terminar y sentía que Tony también lo estaría pronto, pues los gemidos eran más entrecortados y más rápidos. Se masturbó más aprisa por la ansiedad que sintió, una sensación electrizante por todo su cuerpo. Tony le preguntó dificultosamente si podía terminar dentro y eso le provocó moverse con más soltura al momento en que le asentía.

Unos segundos más y se corrió con un gemido que se ahogó en su garganta, su semen manchó su mano por completo y alcanzó a manchar un poco el vientre de Tony. Un poco más y los gemidos de Stark fueron ruidosos, le tomó por la cadera con más fuerza para moverse más duro y supo que terminó. No lo sintió al momento, pero lo supo por la respiración súper agitada en el castaño y porque lo sintió temblar. Fue hasta que Tony salió de él que percibió una sensación de humedad dentro y algo calientito escurrir por su perineo. Tembló y se contrajo; se sentía extraño pero bien.

Habían hablado mucho durante el encuentro y ahora que habían terminado no sabían qué decirse, así que sólo se sonrieron.

 

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Cuando abrió los ojos lo que miró primero fue el rostro de Tony, como otras veces antes, sólo que ahora éste ya se encontraba despierto. Sus brazos rodeaban la cintura del castaño, pegándolo por completo a él, sin incomodarle. En el momento pensó en cómo con Tony parecía que no se despegaban en todo el sueño, no se soltaban, al contrario de Peggy, con quien sólo mientras quedaban dormidos permanecían abrazados y luego se separaban y despertaban espalda con espalda. De otras personas con quien compartía cama ni hablar, ni siquiera se abrazaban ni dormían juntos. Pero con él se sentía rico un abrazo, ahora más que hacía frío.
Sonrió, dejándose hacer por los deditos de Tony que delineaban su rostro como un niñito curioso. Le miró directo a los ojos, adorando la calidez del color miel en aquellas pupilas, reafirmando que esos ojos eran preciosos. Tony también le sonreía. Ambos sin decir nada. Y en lugar de irse separando, Stark enredó más sus piernas.

 

—¿Dormiste bien? — Steve cuestionó, con la voz suave.

—Sí, ¿y tú?

—También.

—¿Cómo te sientes?

—Bien. — Le aseguró con una sonrisa. No le dolía nada el trasero afortunadamente, si a eso se refería Tony. En cuanto a su estado de ánimo, no sabía cómo explicarlo. Pues sentía que estaba sonriendo mucho, no le daban ganas de dejar de abrazarlo y sentía un cosquilleo suavecito en el pecho y el vientre, además algo le incitaba a suspirar. Así que mejor resumirlo a un “bien”.

—Seguramente hace frío allá afuera. Se me antoja quedarme en cama todo el día. — Dijo Tony, acurrucándose más a Steve — Mirando películas, jugando videojuegos o leyendo un libro.

—O así. — Opinó el rubio, afianzando su abrazo.

—Sí, también parece buena idea. Tú estás calientito.

 

Tony también le abrazó y volvió a cerrar los párpados al momento en que Steve dejaba escapar una risita por lo dicho. Ninguno de los dos se inmutó cuando se escuchó que alguien insertaba la llave en la puerta.

 

—Ésta habitación huele a sexo. — Exclamó Bucky en cuanto entró al dormitorio. — No se preocupen, sólo vengo por algo de ropa. — Casi ni los volteó a ver, supuestamente para no incomodar al par aquel. Pero en el ratito en que giró apenas notaba la mata de cabellos castaños bajo la barbilla de Steve quién le sonreía, los dos muy envueltos en el edredón. Qué tiernos se veían. Como para tomarles una foto y molestarlos en un futuro.

—Gracias, Bucky, eres un buen amigo. — Le dijo Steve, como miles de veces antes.

—Lo sé. Lo sé. — Continuó buscando sus prendas. — Me gusta que sean felices. Además el colchón de Tony es putamente cómodo, no me quejo de dormir allá de vez en cuando. Sólo de Loki, me agrada pero tiene un mal despertar, ¿no? Hace rato me miró como si quisiera matarme.

—Sólo a veces despierta así. — Por fin Tony asomaba un poco su rostro del edredón. —Cuando tiene resaca, cuando no durmió los suficiente o cuando se frustra por no recordar el sueño que había estado teniendo.

—Como sea, yo dormí perfectamente. — Aseguró Steve con una amplia sonrisa.

—Sí, no quiero los detalles. Gracias. —Le frenó Bucky. —Bueno, nos veremos al rato. Si es que se animan a salir de su nidito de amor.

 

Bucky les hizo unas cuantas muecas graciosas, les lanzó besos mofándose y salió dejándoles de nuevo solos. Por un par de minutos quedaron en silencio, sin moverse de la cama ni separarse en lo más mínimo. No parecía nada incómodo, estaban en tranquilidad.

 

—Tomaré una ducha. — Tony rompió el silencio.

—Creo que yo también. —Con ello al fin se levantaron de la cama.

—¿Y después nos encontramos para ir al almuerzo?

—Seguro. —Steve respondió a la sonrisa que le dirigió Tony, y cuando éste estaba abriendo la puerta le habló de nuevo. —Tony…

—¿Qué? — Apena giró el rostro.

—Anoche fue fantástico. — Admitió, provocando que la sonrisa del castaño se ensanchara.

—Ya lo creo. — Adoptó una mirada más sugestiva — Me sentirás por un par de días.

 

Tony salió de aquel dormitorio, no sin antes observar como Steve se ruborizaba por sus palabras. Maldita sea, había encontrado lo que le provocaba timidez a Steve y era casi imposible no aprovechar la oportunidad de verlo quedarse sin palabras y sonrojar aunque sea un poco.

Ambos continuaron la mañana con el pensamiento de que se la pasarían muy bien juntos.

 

 

 

Notas finales:

Espero hayan disfrutado éste capítulo especial de calentura :3


Gracias por seguir teniéndole paciencia Stupid Youth


¿Review? 


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