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Stupid youth. por LynValo

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Notas del capitulo:

No sé si poner como advertencia el que me van a odiar, o si sólo es un recordatorio para mí. Pero necesito recordarles que sí, la historia es STONY, terminará como Stony y con FINAL FELIZ, ¿oki?

Ahora, a lo largo del fic mencioné varias cosas en la historia que quizá en un principio ustedes quedaban como “¿y eso qué?”, pues ahora verán que las mencionaba para que no piensen que esto salió y surgió nomas porque sí. Todo estaba fríamente calculado xDD

—Con que aquí estás — después de ir tras ella, Steve encontraba a Maria, sentada allí en esa fría banca de concreto, con los hombros encogidos, la cabeza gacha y secándose un par de lagrimitas que habían logrado salir de sus ojos. Elevó un poco la cabeza para mirar a Rogers, ya a unos cuantos pasos de ella, con semblante preocupado — ¿Cómo te sientes?

—Pff, ¿cómo crees? — sin haberlo querido así, su respuesta le salió algo agresiva, pero de inmediato se retractó dedicándole una mirada avergonzada — Me siento como te has de sentir tú.

—¿Yo? ¿Cómo? — Steve sólo fingió que no entendía a qué se refería. Por la expresión que hizo María notó que no le estaba creyendo.

—Lo mismo que sentiste de seguro cuando viste a Tony con Darcy. Una mezcla de celos y tristeza — le explicó totalmente decaída. El rubio se tensó sólo por un momento.

—Maria, no quieras cambiar el tema.

—¿Qué quieres que diga? — expresó alterada — Me… ¡me molesta! Me siento tonta porque justo cuando ya estaba reconociendo que me enamoraba de Darcy pasa esto y recuerdo que todo eso es un error y ¡maldita sea! ¿Por qué me molesta tanto? — otro par de lágrimas escurrieron de sus ojos. Steve comprendía lo frustrante que es aceptar sentimientos cuando no es lo más sano, así que le abrazó — Estoy segura que soy la única que está así. Apuesto que ella está como si nada, tirándome de loca.

—No pienses así. No puedes estar segura — le abrazó con más fuerza, así la chica se pegaba más a él hasta recargar la cabeza en su pecho.

—Claro que sí. Vamos, Steve, es Darcy… — dijo pesadamente — No sé cómo no me acordé de eso para no hacerme ilusiones. ¡Ay, qué horror! Escúchame hablar.

—Tranquila, hermosa. No está mal que hayas caído con alguien. Ya sé que todos decíamos que jamás pasaría, pero… son las cosas que forzosamente tienen que pasar — trató de consolarla lo mejor que podía, no le gustaba ver a Maria así, y aunque ésta no estuviese propiamente llorando (sólo el par de lagrimitas que intercaladamente salieron) nunca la había visto así y no le parecía correcto que se sintiera tan avergonzada al saberse con sentimientos hacia otra persona. La comprendía, carajo. Ya no le importaba que Darcy fuese una chica, le daban ganas de ir a propinarle aunque sea un puñetazo en la mejilla, y a Stark agarrarlo de saco de boxeo.

—Steve, si tú dices esto, si tú llegaste a comprenderlo… creo que entonces es cierto — aceptó. Quizá los sentimientos no tenían nada de malo, pero no se puede andar regándolos con quien no podría aceptarlos, mucho menos manejarlos — ¿Y ahora qué?

—No lo sé. ¿Qué quieres hacer?

—Volver con ella y continuar como si nada, no. Claro que no — suspiró de nuevo con pesadez — Además, si ya vio cómo me afectó seguro no quiere ya nada conmigo, ya sabes, para no tener un “compromiso”. Pero me sigo sintiendo tonta.

—¿O puedes hablarlo con ella? — le sugirió inseguro.

—No. Para que me sienta más imbécil, no gracias.

—Vamos, ya quedamos en que no es nada tonto… Y en algún momento tendrás que vivir una relación así.

—No. ¿Es así cómo te sientes con Tony, o por qué me dices todo eso? — indagó elevando el rostro del pecho de Steve para mirarle curiosa.

—Descubrí que puedo querer a alguien así, aunque no sea la primera con la que te sientas idiotizado — sonrió avergonzado — Por ejemplo, recuerdas que al principio sólo te coqueteaba como una invitación a algo casual como a los demás, y tiempo después te dije “sé mi novia”, no sé, pensaba que contigo no sería tan malo una relación. Pero en fin, me rechazaste. Luego, con Tony, hasta comencé a imaginarme cómo sería estar a su lado formalmente y me gustaba lo que soñaba, pero al parecer de nuevo fui el único en desearlo.

—¿Y cómo lo sobrellevas?

—Bueno, a ti te deje tranquila porque al menos te tenía como amiga. Con Tony no sé qué rayos, no sé si somos amigos o algo casual aún…, el punto es que no me siento bien con ello. Por lo que si no nos corresponde es mejor darle la espalda.

—¿Lo ves? Es lo que quiero hacer: dejar tranquila a Darcy. Es triste, me siento extraña, pero… ya sabía que algo así iba a pasar. Claro no que la encontrara besándose con Stark o alguien más, pero sí que ella se aburriera o que simplemente terminara nuestro contacto porque se daba cuenta que yo la quería en serio.

—Tal vez desde un principio ya la querías, por ello rechazabas a medio mundo — le comentó Steve, con algo más en broma para ir animado en ambiente, ya que Hill se estaba relajando considerablemente.

—No era por eso… — comenzó a explicar sonriendo levemente — Yo no quería relaciones amorosas y cada sujeto que se me acercaba era para pedirme un noviazgo y yo huía de eso porque me parecía tonto, ya sabes. Incluso los que, como tú, me decían o insinuaban de una sola noche, no me podía fiar. ¿Qué tal si todo se iba transformando en un “nosotros”? Era algo raro, sentía que podía presentir cuando buscaban algo más aún cuando ofrecían algo sin compromiso — soltó una leve risita — Y fui feliz con quienes sí fueron una sola noche, incluso sí me permití varias noches con alguien; Natasha, porque estaba segurísima que de eso no pasaría a ser malo porque somos mejores amigas, pero no todos son como Natasha… Bueno, creí que Darcy también, pero tuve que empezar a quererla más seriamente. Mira que yo fui la que lo arruinó.

—Todos estamos pasando por eso. A unos les fue bien, a otros más o menos y a nosotros terrible, pero ya pasará.

—Cierto — suspiró — Quienes están a salvo aún son Darcy y Tony. ¿Que tendrán los sentimientos congelados o algo por el estilo? — soltó, ya en tono de broma.

—Oye — pareció despertar a cerca de algo, así que María le miró fijamente — Dijiste que a quien rechazabas era porque podías distinguir que querían algo más… ¿entonces a mí me rechazaste por lo mismo?

—Porque somos amigos. Bueno, luego noté que sí eras de esos. Con lo de “sé mi novia” quedó más que claro — confesó divertida, Steve al principió quedó sorprendido pero enseguida soltó una leve risita.

—¿Y ahora? — se atrevió a preguntar, bajando el tono de su voz.

—¿Ahora qué?

—¿Todavía puedes notar eso en mí?

—… Mis alarmas han estado dormidas, porque después sólo rechazaba porque según yo estaba con Darcy — le sonrió amigablemente porque ya notaba a qué rumbo iban los cuestionamientos de Rogers. Era momento de romper el abrazo — Pero seguro que no. Eres un gran amigo, Steve.

—Y tú una gran amiga — sonrió cálidamente — Estupenda persona, divertida, inteligente… hermosa.

—Gracias — se avergonzó sólo un poco. No era la primera vez que Steve le decía todo eso y en todas las veces notó que lo decía con honestidad y eso resultaba reconfortante y ahora algo muy dulce — Hey, necesito beber.

—Oh, pues vamos — se puso de pie rápidamente, entrelazaron un brazo y así se fueron.

 

 

*~~*~~*~~*~~*

 

Para Darcy todo había sido tan rápido, pero sobre todo confuso. Al segundo beso que compartía con Tony se encontraba con que justo Maria y Steve les habían visto. Una cosa había sido pensar que no tenía nada de malo, pero cuando les miró, sobre todo los ojos tristes de Maria, supo que fue una idea terrible jugar así con Tony.

Fue torpe además al haber quedado estática ahí mientras la miraba alejarse. Tanto ella como Tony quedaron casi hechos piedra en su sitio, reaccionando hasta que ninguno de los dos que les habían visto estuvieron cerca. Luego se echó a correr para buscarla, no sabía muy bien con qué propósito, pero sentía la necesidad de explicarle lo sucedido.

 

—¡No la encuentro, Tony! ¡No la encuentro! — gritó molesta, ya revolviendo su propio cabello en un acto de frustración — ¿Y ahora qué?

—No lo sé, ya déjalo pasar — en realidad ya no sabía qué hacer — Estabas segura de que no tendría nada de malo.

—¿Viste siquiera cómo me miro? Te dije que la quería y sí…, pensé que no tendría nada de malo. ¡Me equivoqué! — parecía desesperada — También te metí en más problemas, ¿verdad?

—No te preocupes por mí — aseguró. Claro, después de todo lo de él desde antes estaba arruinado — Sólo piensa en ti y Maria.

—No quiero estar mal. De hecho, mi intención no era arruinarlo. No creí que resultaría tan grave para ella.

—Pero ya lo arruinaste — le dijo con demasiada obviedad. Darcy frenó su caminata en círculos para mirarle asesinamente.

—¿Sigues siendo mi amigo acaso?

—Sí, sí, claro. Pero yo… — se talló el rostro con desesperación — Yo no sé qué decirte, no sé qué hacer. Ambos, tú y yo, estamos en desventaja. No sabemos cómo arreglar las cosas, sólo estropearlas — hubo un silencio en que Darcy bajó el rostro dándole la razón decepcionados de sí — Y fue por esa misma maldita razón que nos llevó a ahora arruinarte con María. Perdóname.

—No importa. Esto apesta, no es lo que quiero.

—¿En serio?

—… ¡No! Es decir, no lo sé — y volvió a caminar en círculos — Primero necesito saber si María está bien y por qué reaccionó así. Ya sabes, pudo haber sido sólo del momento.

—Hay que seguir buscando — opinó Tony — Me disculparé, me echaré toda la culpa.

—Vamos — le apuró.

 

Recorrieron los edificios cercanos por todo el alrededor, subieron a la habitación de Maria, checaron cada jardín, fueron al estacionamiento y no encontraron el auto de ella. Dios, ¿ahora a dónde habrá ido? Como lo esperaban no les respondió la llamada a ninguno de los dos. Darcy ya estaba más desesperada y preocupada por no saber dónde estaba Hill y con quién. Volvieron a donde los demás seguían en la fiesta ajenos a lo que había sucedido. Buscaron a Natasha, seguro a ella sí le respondería la llamada. Jalaron a pelirroja del baile en el que se encontraba, arrastrándola prácticamente fuera del todo el bullicio.

 

—¿Qué les pasa, locos? — se quejó, mirándoles con reproche.

—Necesitamos que le hables a María — Darcy le dijo de inmediato.

—¿Por qué?

—Tengo qué saber dónde está — respondió alzando la voz.

—¿Dónde está? ¿Por qué se fue? ¿Qué pasa que están molestos? — cuestionó con velocidad, confundida por su estado de embriagues.

—Peleamos, no la encuentro, no responde mis llamadas y quiero saber si está bien — estaba volviendo a alterarse — ¡Llámala tú y pregúntale dónde está y con quién! — Natasha aturdida y algo preocupada tomó con torpeza su móvil y marcó a la chica. ¿Qué otra cosa le quedaba hacer si al parecer las cosas no habían salido bien? Es más, ni siquiera sabía si la pelea había sido a raíz de su confesión o si ni siquiera tuvo tiempo de hacerla. Espero varios segundos en la línea hasta que habló.

Hey, Hill — comenzó por saludarla normalmente mientras el otro par le miraba impaciente — No te veo, ¿dónde estás?... Oh, vaya… ¿Y con quién?... ¿En serio?... Bien… ¡Oye! ¿Pero estás bien?... No, por nada… Ok, bye — cortó y les miró a ellos con el ceño fruncido en un gesto de curiosidad.

—¿Qué te dijo? — preguntó Tony.

—¿Dónde está? — exigió saber Darcy.

—Está en el bar Golden House — apenas terminó de decirlo, Stark y Lewis ya le habían dado la espalda para echarse a correr en dirección al estacionamiento — ¡Pero dijo que estaba bien! — les gritó esperando a que la escucharan — ¡Y que está con Steve! — eso último no estuvo segura si fue escuchado.

 

*~~*~~*~~*~~*

 

Habían ido a uno de los bares más cercanos al campus, a uno donde ambos se sintieran cómodos. Llevaban casi una hora cuando María recibió la llamada de Natasha, pero le pareció de lo más normal, pues sólo sin más se había desaparecido de la fiesta y ya no le había contado qué pasó con Darcy. Steve trataba de hacerla sonreír con cada tontería dicha, y lo lograba. Continuaba sintiéndose un poco decaída por lo sucedido y extraña por descubrir su nueva forma de pensar en cuanto a las relaciones. Pero si Steve, siendo cómo él siempre fue, podía con ello y lo aceptaba, ella también podría, porque no había nada incorrecto en ello.

Llevaban cuatro tragos fuertes y más lo que ya se habían bebido en la fiesta ya se podían considerar “borrachos alegres”. Varias mesas estaban vacías, pero ellos se habían quedado en una orilla de la larga barra para tener cerca al bartender porque era seguro que lo estarían solicitando mucho. Habría mucho que beber para volver a soltar las carcajadas despreocupadas y no esas risas apagadas.

 

—¿Ya te sientes un poco mejor? — cuando lo considero prudente fue que Steve le cuestionó. Hill suspiró, pero ésta vez reconfortantemente, con una pequeña sonrisa al final.

—Me siento mejor, gracias — le miró agradecida.

—¿Por qué me agradeces?

—Porque es gracias a ti. Sin ti probablemente hubiese llegado a llorar en el peor de los casos y qué desastre — para restarle seriedad soltó un bufido y posteriormente se llevó su trago a los labios.

—Nunca te he visto llorar — Steve le miró interesado.

—Ni yo a ti — le sonrió encantadoramente.

—Bueno, si tú hubieras llorado yo estaría llorando contigo — soltaron una risita.

—Llorarías de lo horrenda que me vería con el rostro empapado, los ojos rojos y vidriosos… y ¿qué tal si moqueo? No, no, qué horror. Por eso no hay que llorar.

—Yo sé que te verías igual de hermosa aunque estuvieras llorando — de acuerdo, ¿cuántas veces en esa noche Steve le ha repetido que es bonita, hermosa, y le ha llamado por preciosa? Muchísimas, como otros tantos días en el pasado, pero ahora lo dice con un suspiro final y con una mirada que se clava profundo en sus pupilas. Diablos, quería decirle que no tratara de aprovecharse o jugar con ella sólo por lo que acaba de suceder, pero algo le decía que no era aprovecharse. Ese algo es quizá por todo lo que se conocen de ambos. A María siempre le agradó Steve, sí, como amigos aunque éste fuese tan tonto a veces, pero ahora con ese cambio de sentimientos (o forma de manejarlos) le agradaba mucho más, así que no arruinaría el momento tan reconfortante.

—En verdad… muchas gracias por tomarte la molestia, Steve — jugó con su trago — Debí de fastidiarte por mis lloriqueos. Sé lo mucho que te fastidian…

—Hey, nada de eso. Quería estar contigo porque te quiero — sus miradas se cruzaron y así permanecieron — Eres mi mejor amiga y la verdad es que me preocupé tanto por ti, no quería verte triste, mucho menos llorar — ahora él suspiró — Eres como la chica de mis sueños…, obviamente no toleraría verte mal y me reconforta haber podido animarte.

 

Una expresión sorprendida pero aun así enternecida se había plasmado en todo el rostro de Hill, sin saber qué decir. Steve le seguía mirando de esa forma dulce con una sonrisa suave y cálida, sin esperar realmente una respuesta a esas palabras cursis (y probablemente fuera de lugar) que le había dicho. Ni siquiera reparó en que acababa más o menos de hacerle una confesión, aunque al parecer desde antes ya no era tan secreto. Era agradable poder ser sincero con ella, ¿pero por qué con ella sí podía? Ah, cierto, porque es algo así como la mujer de sus sueños. De pronto se sintió como un niño de nueve años enamorado de su niñera.

Y por lo que conocía de chicas y por lo que conocía a María, estaba casi completamente seguro de que si hacía lo que se le acababa de meter en la cabeza no recibiría una negativa. Así que acercándose más a ella y luego inclinándose, fue acercando sus rostros hasta juntar sus labios. Alcanzó a distinguir que al mismo tiempo habían cerrado los párpados y ahora al mismo tiempo apretaban sus labios con los del contrario para comenzar a besarse con calma. Sintió algo en el pecho, un cosquilleo. No como ya lo había sentido con… con alguien que ahora no valía la pena recordar, porque aquel cosquilleo anterior había sido acompañado de un vacío al mismo tiempo, algo que dolía… Y esto que ocurría ahora mismo era cómo la primera vez; nerviosismo, ansiedad… estar perdido.

Le tomó con delicadeza por la nuca mientras la otra mano se posaba en la estrecha cintura, y los brazos de María le rodeaban por el cuello. El beso continuaba siendo lento y suave, y podría ser una locura; pero ninguno de los dos quería que terminase nunca.

 

————————————

 

—Pues… sí, esto apesta — exclamó Darcy desde la puerta del bar, donde gracias a la escasa gente pudo vislumbrar a María desde que dio el primer paso dentro. No había duda, era ella, porque aunque estuviese con medio rostro tapado por la cabeza de otro tipo con el que se besaba, distinguió su cabello, el abrigo, la falda que usó ese día, los zapatos…, así como el mismísimo atuendo con el que había llegado Steve a la fiesta.

 

Extraño explicar qué sintió. Pero un nudo en su garganta pareció formarse, petrificándose en ese sitio justo después de haber podido completar aquella frase recalcando que esto apestaba. Ni inmutarse a esconderse o apresurarse a salir corriendo de allí para no ser vista, porque al parecer ese par no tenía intenciones de separarse y romper su traicionero beso. Un momento después ya tenía la boca torcida en un gesto de furia. No había siquiera volteado para mirar a Tony que estaba su lado, contemplando igual la escena. Sólo que el castaño miraba con los párpados más abiertos de lo normal y las comisuras de sus labios estaban caídas, impidiéndole sonreír o dejarlas en una línea recta por más que haya querido. Darcy dio media vuelta con molestia y salió del lugar, Tony tardó en reaccionar pero supo que era lo mejor… para Darcy, claro… claro.

Cuando Tony salió la encontró ya esperando a que abriera el auto, subieron, avanzaron sólo una calle y se detuvo. Darcy llevó sus manos a cubrir su rostro, Tony se recargó por completo en el respaldo y miró fijamente el techo de su auto, aún perplejo.

 

—Ella está bien — murmuró Darcy luego de varios minutos.

—¿Y tú?

—Bien…, yo… — de nuevo su garganta se cerraba — Yo estoy confundida. Me hace creer que le puso mal que me besara con alguien más cuando ella hace lo mismo desde quién sabe cuándo… y quién sabe qué más cosas.

—¿Desde quién sabe cuándo? — preguntó alarmado Tony.

—Sí — respondió obvia — ¿O qué no parecía que ya se tenían toda la confianza?

—¿Tú de verdad crees… — casi le estaba atemorizando averiguar aquello.

—¡Claro que sí!

—¿Y ahora…?

—¡Que se vaya al carajo! — exclamó. Tony deseo que Darcy pudiese pasarle un poco de esa determinación, aunque tal vez podría…

—Bien dicho — le celebró, volviendo a comportarse a como estaban acostumbrados. Rieron levemente, luego Darcy le miró más divertida —¿Qué? — le preguntó extrañado.

—Nada, sólo pensaba algo muy tonto.

—¿En qué?

—En que tú y yo, baby, deberíamos de juntarnos — le dijo muy segura — Siempre la pasamos bien estando juntos, ¿no? Tenemos muchas ideas en común, por lo que no pasaríamos cosas como… las que acaban de suceder. Y bueno, creo que ambos fuimos traicionados por lo que no estaría mal aliarnos — Tony le miraba con interés pero con su expresión divertida. Darcy atinaba en su explicación aunque tuviese un fin tonto, pero las bases eran ciertas y quién sabe, podría resultar divertido y sino sólo volvían a ser amigo y ya, ¿cierto? Ellos también tenían que divertirse tal como ya lo hacían María y Steve…, esos traicioneros, mentirosos y …

—Tienes toda la razón, querida.

—Entonces, Tony, ¿quieres ser mi querer? — preguntó teatralizando su tono y sus ademanes.

—Será un placer.

 

*~~*~~*~~*~~*

 

Luego de un beso largo y el más tierno que ambos han dado, María y Steve por fin se separaban. Ella desviando la mirada, él mirándole con atención, sus manos se tomaron apenas en un roce y así quedaron aparentemente pensando. Steve elevó una de las delicadas manos de la chica que tomaba y le dio un pequeño beso en el dorso para que lo mirara.

 

—No me estoy aprovechando — aclaró, hablándole con voz suave, mirándole directamente con honestidad — No pretendo ninguna ventaja pero…, sabes que te quiero — volvió a confesarle. Ambos sintieron como si una brisa fría recorriese todo su cuerpo.

—Yo también… te quiero… — le sonrió levemente — Ya dijimos que somos mejores amigos, ¿no?

—Sí, pero ¿crees que pueda pasar a ser más?

—No lo sé, Steve — suspiró — Ambos estamos pasando por algo complicado, no sé si sea lo correcto.

—Pienso que merecemos la oportunidad.

—Tal vez… — parecía estar pensándolo mucho y Steve ya estaba por darse por vencido (de nuevo) cuando miró la expresión de María cambiar a una determinada — Pero tienes razón. Y confío en ti para ser más que amigos — le sonrió abiertamente y así provoco que el rubio hiciera lo mismo.

 

*~~*~~*~~*~~*

 

Por la mañana del otro día, Darcy estaba todavía muy acurrucada en su cama, pues la noche anterior luego de todo el relajo que pasó por el beso con Stark, la búsqueda de Maria, el encontrarla besuqueándose con Rogers y luego terminar ella en otro sitio toda enfiestada con Tony, había terminado rendida. No tenía ni ganas de pararse y sus ojos no podían abrirse del todo. Tenía un leve mareo seguro por la resaca o es que seguía ebria. Pero ahora intentaba despertar completamente porque escuchaba que llamaban a la puerta de su dormitorio. Miró alrededor y notó que Sif ya no se encontraba ahí, miró el reloj y supo que pasaba de medio día. Avisó que en seguida abría y con pesadez se incorporó de la cama y descalza y bostezando abrió la puerta. Sintió un estrujamiento en el pecho cuando observó delante de ella a María.

 

—Hola… — había saludado Hill con voz suave. Traía una expresión más incómoda que otra cosa, así que Darcy se permitió fruncir los labios con molestia, pero se recompuso de inmediato recordándose que en realidad no había pasado nada malo entre ellas. ¿Cierto?

—Hola. Pasa — hasta le ofreció. Caminaron a las camas mientras Darcy peinaba un poco su cabello con los dedos.

—Lamento haberte despertado, no creí que estarías dormida — Darcy le miró con una ceja enarcada. ¿Ahora resultaba que hasta Hill había olvidado tan rápido que ella duerme hasta tarde cuando no hay nada que hacer y sobre todo si antecedió una fiesta? Además, ¿qué era ese tonito ajeno con el que le hablaba Hill?, como “no queriéndola molestar”. O sea, con nadita de confianza.

—¿Qué pasa? — preguntó directamente, para que fuese al grano, usando un tono igual de cortante.

—Sólo vine a disculparme por lo de ayer. Fue un arrebato del momento, no quiero que te espantes — dijo con tranquilidad. Eso le molestó a Darcy — ¿Seguimos siendo amigas?

—Claro. No veo por qué no — se encogió de hombros. Maria procuraba tener la suave sonrisa en su rostro, pero a Darcy le valía carajo y ella sí le miraba de mala gana y con su mueca de desinterés. Estaba molesta. No se imaginaba a Maria tan cínica.

—Bueno — y Hill le sonrió más. Hubo un silencio, luego Maria suspiró y se mordió los labios antes de volver a hablarle — Pero sólo amistad, ¿de acuerdo?

—Sí. Te entiendo, no te incomodes al explicarlo — le sonrió ladinamente — Nada de besos ni sexo. Amistad de niñitas — así Maria desvanecía su sonrisa ante su actitud.

—Así es — Apretó de vuelta los labios e intentaba no desviar su mirada de los ojos atentos de Darcy — También quería decirte que yo, bueno… yo estoy con Steve ahora. Es por eso que tú y yo no podremos jugar — Darcy trató de mantener su misma mueca de desinterés, así esa confesión le haya dado mucho coraje como para gritarle a Maria que era una jodida cínica, mustia. <Tanto me preocupé por ti y mira que resultabas estar de lo mejor con tu nuevo novio. ¡Hipócrita!>

—Está bien — dijo como si nada. De hecho volvió a bostezar — Quiero volverme a echar en la cama así que…

—Sí. Ya me voy.

 

Maria salió a paso lento del dormitorio, Darcy cerró bien la puerta con el seguro cuando estuvo sola de nuevo y comenzó a soltar un montón de maldiciones. Creyó que ese día estaría más tranquila, ya sin estar tan molesta, pero no. Resultaba más molesto saber que en realidad la mala había resultado ser Hill. Maldita Hill. Puto Rogers. Par de cabrones traicioneros.

 

[ [Tony Stark.

           <<¿Ya te enteraste de que son parejita oficial?

>>¿Cómo?

           <<María y Steve. Ella vino a decirme que están
            juntos. ¿¡Puedes creerlo!?

>>¡No jodas! ¿Era en serio? ¿Llegaron hasta
  ese punto? ¿Dónde estás?

           <             Te veo ahorita atrás de la biblioteca y te
            cuento qué me dijo.

>>Ok. ]]

 

————————————

 

Tony guardó su móvil de vuelta a en su bolsillo y abandonó la charla que había estado manteniendo con un par de chicos con lo que compartía unas clases y se había encontrado cuando salió a vagar por el campus, para dirigirse de una vez a donde se toparía con Darcy.

No lo podía creer. ¿En serio Hill había ido a avisarle a Darcy que estaba de novia con Steve? Entonces podía ser cierta esa teoría de Darcy que desde antes ellos ya se traían algo. ¡Muy guardadito!

Sentía un vacío en el pecho y no entendía bien por qué. Bueno sí entendía. Era porque Steve estaba de novio con alguien… y ese alguien era María. Era más desconcertante que haberlo sabido novio de alguna tipa desconocida para él, porque sabía que Steve gustaba de Hill desde antes… Pero si Tony y Steve ya se habían rechazado para llevar la relación, ¿por qué le ponía mal saber que ahora estaba con alguien más? ¿De verdad que era tan egoísta?

No tuvo que esperar mucho para ver llegar a Darcy y que ésta le contase lo ocurrido, muy indignada por cierto. Por un momento se unieron para decir pestes de esa nueva relación, pero tuvieron que acordarse de que ellos mismos se habían puesto de acuerdo para jugar a ser noviecitos, un intento en realidad. ¿Qué pasaba? ¿Que ellos hicieran la pendejada estaba bien, pero si la hacían Hill y Rogers era lo peor? ¡Vamos, a dejar de pensar puñeteces!

 

—Hay que dejarlos — se tranquilizó Tony — ¿Además a nosotros en qué nos afecta? — se encogió de hombros restándole importancia, aun cuando sabía que afectaba mucho en sus sentimientos. Pero ya, mierda, habían decidido dejar de ser unos imbéciles chillones por amor. Basta de eso. A divertirse solamente.

—Sí. Sólo que me molestó de nuevo — confesó Darcy — No pasa nada.

—Pues anda, a seguir como si nada — le dio una leve palmadita en el hombro y le sonrió.

 

Sí, a seguir como si nada yendo primero a desayunar que el estómago de Darcy ya gruñía. Y como entre el clan bobo se invocaban se tuvieron que topar con ellos en el local que la chica había seleccionado para comer. Lo bueno; no estaba ni Steve ni Maria. Así que sin ninguna molestia compartieron la mesa con ellos, comieron y platicaron.

Resulta que todos se la habían pasado de lo lindo en la fiesta ajenos a lo que pasó. Claro que Tony ni Darcy les contaron nada. No querían ser los chismosos ardidos, además según ellos estaban en su plan de nada importante pasó. Y todo iba bien, estaban riendo y molestándose como siempre, pero tuvieron que llegar Steve y María… tomados de la mano y mirándoles a todos con algo de ingenuidad.

 

—¡Hola, amigos! — les saludó efusivo Bucky, luego reparó también en las manos unidas — ¿Qué significa eso? — cuestionó señalando el contacto, curioso y extrañado. El par recién llegado se miró entre sí todavía estando de pie.

—Ah, bueno…, queríamos comunicarles que… — comenzó Maria titubeante, todavía mirando a Steve, como decidiendo quién lo decía.

—… Ahora somos pareja — completó Steve ya mirando a sus amigos.

 

Un Whaaaaaaat!!?? retumbó por la cabezas de todos, ajá, hasta en un irritante tono agudo. Los más discretos sólo abrieron más los párpados, otros (Clint, Bucky, Thor) dejaron caer sus emparedados. Y claro; Tony y Darcy sólo maldijeron más en sus cabezas. ¡Putos!

 

—Ya, buena broma. Idiotas — dijo Natasha luego de un momento.

—No es broma — Maria habló en serio, ahí Natasha se asombró más. ¿Qué pasaba?

—Por eso les estamos avisando — intervino Steve — No es ninguna broma. Queremos llevarlo en serio — Whaaat!?

—Wow…, pues bien por ustedes — les dijo Bruce.

—Sí, se ven bonitos juntos, blah, blah — dijo Clint.

—Genial — dijeron Thor y Bucky. Aunque Thor haya sido en un tono más casual, mientras que Bucky había dudado un poco.

—Ok — Natasha se limitó a decir.

—Me da gusto por ustedes — les dijo Sam con una sonrisa, aunque seguía confundido. ¿Qué pitos había sucedido anoche?

—No van a durar — bromeó Tony. Ajá, una bromita que escondía el veneno detrás de la sonrisa sarcástica que no era tan discreta. La única en reírse falsamente fue Darcy. Ninguno de los dos miraba a la nueva pareja.

—Mis condolencias, Steve — murmuró Darcy, haciéndose la inocente porque en realidad lo dijo para que todos lo escuchasen. Ahora todos les miraban a ellos.

—Pero si entonces se trata de anunciarle al mundo entero las nuevas relaciones; yo también tengo un anuncio que hacerles — Tony se puso de pie, y le tendió la mano a Darcy para que le acompañara. Tenían toda la atención de sus amigos.

—Resulta que Tony y yo también somos novios oficiales. ¿O como le dicen? Ah sí, “serios” — y se dieron un beso con sus labios sonrientes.

 

Sus amigos quedaron completamente confundidos, intercalaban miradas extrañadas entre una y otra pareja. Era notoria la falsedad descarada entre Tony y Darcy, mientras que Steve y Maria les miraban con el ceño levemente fruncido indignadísimos. No entendían muy bien, pero ya se notaba que la parejita besucona nada más quería joder. Mierda, a todos les explotaría la cabeza. ¡Qué alguien les explicara qué nuevo lío habían hecho esos dos (ahora cuatro)!

 

—Ay, a nosotros nadie nos va a felicitar — comentó Darcy fingiéndose triste, recargando su rostro en uno de los hombros de Tony para simular que lloraba.

—Tal parece que no — Stark se escandalizó — Mejor vámonos, mi amor.

—Ya no tienen 15 años… — les susurró Loki cuando pasaron por su lado para marcharse de ahí. Es decir; ¿qué eran esas idioteces?

 

Todavía quedaron mirando cómo se alejaban con los brazos entrelazados y hasta les llegó el sonido de sus risas burlonas del par de tarados esos. Cundo ya pareció que no regresarían volvieron a mirar a Maria y Steve interrogantes, ellos suspiraron y se sentaron en las sillas que habían quedado desocupadas.

 

—¿Qué pasó? — exigió saber Natasha.

—Con ellos no lo sé — dijo María — Ayer los vi besándose pero no creí que era enserio. No sé más.

—Ni nos importa — Steve les dijo más seguro — Les platicaremos de nosotros si quieren, pero nada más.

—Ok, adelante — se interesó Bucky.

—Estuvimos juntos en un bar en donde nos pusimos a conversar, ya después charlamos más sobre nosotros y decidimos intentarlo porque creímos que era justo — les contaba María, jugando con una botella de agua a medias que había dejado alguno de los que se habían marchado, sin mirarles al prestarle más atención a ello.

—Eso pasó. Algo normal — concluyó Steve

—¿Pero por qué Tony y Darcy están de odiosos? — se extrañó Thor.

—Ellos así son — Steve se encogió de hombros, simulando restarle importancia.

—Ayer ya estaba ebria, pero bien recuerdo que a mitad de la fiesta ellos dos fueron a buscarme para decirme que te estaban buscando, Maria — comenzó a contar Natasha mirándoles fijamente — Darcy decía que no le querías contestar porque estabas enojada con ella y no sé qué más. ¿Por ello actuó así hace rato?

—Ya te dije que ellos se estaban besando, yo quise darles privacidad y me fui, creo que lo malinterpretaron — explicó sin dejar de mirarle, para que comprendiera que eso pasó justo cuando quiso buscarle para hablar con ella — No estoy enojada con nadie. ¿No recuerdas que cuando hablamos por teléfono te dije que estaba bien en compañía de Steve?

—Cierto. Olvídalo — Natasha ya comprendía, y al parecer al resto también le había quedado claro.

 

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Pasaron la tarde juntos, haciendo que el nuevo tema respecto a las más recientes parejas quedara de lado al menos por unas horas. Los únicos que faltaban en el círculo eran Tony y Darcy, pero tampoco mencionaron nada de eso. Sólo cuando ya estaba cerca de anochecer fue que de nuevo se separaron.

Loki caminó tranquilamente hasta su dormitorio, todavía con una sonrisa pintada en los labios, había pasado una buena tarde entre esos bobos a los que a veces llamaba amigos. Quizá de pronto lo extrañaría cuando estuviera lejos. Cuando llegó a su dormitorio se encontró con que Tony ya estaba ahí, entretenido con su teléfono móvil. No pudo aguantar una risa al mirarlo y recordar todo lo que pasó más temprano.

 

—¿Qué es tan gracioso? — Tony apenas le miró una fracción de segundo para volver su atención a la pantalla de su móvil.

—Tú y tus ridiculeces — continuaba riendo.

—No sé de qué hablas.

—Tú y Darcy — al mencionarlo casi se le escapa una carcajada, por lo que Tony ya se atrevió a mirarlo con el ceño fruncido — Pfff… ¡Por Dios, es tan ridículo esto que están haciendo!

—Es en serio, hombre. Deja de burlarte.

—¡Cielos, Anthony!

—¡Loki, mierda, deja de reírte!

—No puedo — tomó una respiración profunda, paró la risa pero una sonrisa burlona se quedó en su rostro — Es que todo eso de Ay, somos novios. Oh, a nosotros no nos felicitaran. Mi amor. Muack! Muack!

—Cállate.

—No quisiste estar con Steve pero ahora estás con Darcy. ¡Qué carajo! — volvió a soltar la risa — No sé si eres raro o estúpido.

—Ok. No somos novios, sólo “novios” — dibujó las comillas en el aire junto con una mueca graciosa — Pero no me iba a quedar como imbécil ante la nueva relación de Steve con Maria.

—Ahora te ves más imbécil — suspiró divertido — No, realmente ya no lo sé. Pero es mejor verte así que aun llorando.

—Jamás lloré.

—Poco te faltaba.

—Como sea — rodó los ojos y volvió s su teléfono móvil.

 

———————————

 

Fueron despidiéndose uno a uno de sus amigos, hasta que quedaron sólo los cuatro. Bucky y Natasha ya habían compartido unas cuantas miradas como en código, ambos sabían qué significaba: tener que hablar a solas con Maria y Steve. Por ello, en cuanto llegaron al dormitorio que ambas chicas compartían, cerraron la puerta y los miraron casi como unos padres a sus hijos con muchas cuentas qué atender.

 

—Ahora sí, ¿nos pueden explicar qué carajo pasó? — exigió Natasha.

—Ya se los dijimos — Maria se hizo la desentendida.

—¿Creen que nos explicaron todo con eso? — Bucky les señalaba como si en verdad estuviesen siendo reprendidos — Después de que tú Steve tienes todo ese desastre interno a causa de Tony, y de que tú Maria supuestamente te ibas a declarar a Darcy. ¡De pronto nos damos la vuelta y ustedes dos ya son pareja!

—Al ir con Darcy la encontré con Tony. Creo que sí me dolió y por eso tuve que irme lejos de ellos. Dramáticamente al perecer, ahora que lo pienso… — comenzó a divagar, pero al ver las miradas duras en sus amigos siguió explicando — Steve también los vio, después fue tras de mí y platicamos. Intentó hacerme sentir mejor, pero ya no era realmente necesario, porque cuando estuve más tranquila me di cuenta de que me salvé de un error. El beso de Darcy con Tony no fue un gran golpe, en realidad, sino que lo verdaderamente horrible fue el recordatorio que trajo eso. Darcy no toma nada en serio, tampoco a las personas, va y viene metiéndose con quien quiera y también metiéndose en problemas. Quizás el cariño que sentí por ella me hizo olvidarme de ello. Pero afortunadamente volví a verla tal y como es…, y ella no es lo que quiero.

—Bueno yo, como ya saben, me di cuenta un poco antes de que el amor no es suficiente — Steve les dio una sonrisa apagada — En el momento me molesté con Darcy y Tony, pero por lo que Darcy le estaba haciendo a Maria. Porque respecto a Tony…, sé que él iba a seguir haciendo esas cosas, si no era con ella iba a ser con algunos más. Está bien si él quiere hacer eso, pero yo no quiero hacer lo mismo. Lo intenté el viernes por la noche, ustedes lo vieron. Fue divertido, pero estúpido y no es lo que quiero para mí. Conversé con Maria, traíamos temas sensibles, recordamos algunas cosas y de pronto se dio. Nos daremos una oportunidad.

 

Desde que Maria había hablado, Bucky y Natasha ya habían suavizados sus miradas y expresiones. Pensaban que era cierto que si Maria buscaba algo más serio, Darcy no podría dárselo, pero nunca optaron por decírselo directamente porque a ellos no les correspondía juzgar lo que sentía, sólo les había quedado desearle suerte. En cuanto a Steve, estaban más seguros de lo que sentía y tampoco podía encontrar lo que buscaba en Tony. Y si ahora Steve y Maria ya lo habían hablado como lo aseguraban, dándose esto como una oportunidad, por ellos estaría bien y tendrían su apoyo.

 

—Muy bien — Natasha ahora les sonrió dulcemente y se abalanzó a los dos para abrazarlos. Eran el sentimiento de felicidad por ambos ante su nueva oportunidad y a la vez seguía sintiendo tristeza por lo que pasaron con las personas que supuestamente querían — Dios, voy a llorar.

—¿No piensas que también será un poco raro? — Bucky les miró a los tres enredados en ese abrazo.

—¿Por qué? — Steve se extrañó.

—Creo que raro no era la palabra. Más como curioso — corrigió, los otros tres todavía les miraba interrogantes — Siento que será como en primer semestre, cuando Steve estaba tras de Maria, sólo que ahora ella no lo rechazará. Era divertido.

—Eres un tonto — Hill le miró divertida — Creí que lo raro sería que yo ya he dormido con tu novia y que tú has dormido con Steve.

—Nah, esas son cosas que pasan — Steve dijo y los cuatro soltaron una leve risita — Pero de una vez digo: no estoy dispuesto a intercambiar.

—No somos unos pervertidos — Bucky trató de defenderse.

—Sí lo somos, pero sólo entre nosotros — Natasha le dejó un rápido beso en los labios antes de volver a mirar a la nueva pareja — Será genial, porque continuáremos saliendo, pero ahora serán citas dobles.

—Nat ya se emocionó con esto. Y yo también me siento feliz por ustedes, pero… — Bucky volvía a ponerse algo serio — Escuche, tiene nuestro apoyo, siempre y cuando no se estén engañando con esto.

—Ya te dijimos; es una oportunidad que nos estamos dando — Steve le dijo y Maria sólo asintió, reafirmándolo.

—Entiendo, recién comienza y a su tiempo se verá cómo continua.

 

 

Notas finales:

REPITO: ¡¡¡¡ HABRÁ FINAL FELIZ Y SERÁ STONY !!!! Para que no se espanten. Además, ya no le falta mucho al fanfic, ya duró siglos~ Pero faltan asuntos que atender, ¿o ya se habían olvidado de los padres de Steve y Tony? Tienen cosas qué decir…, y el clan bobo todavía no ha dicho todo


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