No podía dormir, todo me daba vueltas, mi cabeza no dejaba de pensar a toda velocidad e incluso con el cansancio que sentía, mi mente no dejaba de maquilar planes sangrientos de como mataría a ese hombre. Si, ese hombre que se había metido con Henry y se había atrevido a venderlo como mercancía.
Ese hombre que había vendido niños y niñas como Henry.
Ese hombre que al parecer no tenía ni corazón, ni escrupulos.
Si, So Ji Sub.
Mis puños se apretaron y mi cuerpo se tensó, me sentía rabioso por completo, en ese momento me sentía capaz de matar a cualquier ser humano solo por Henry.
Me sentía a punto de volverme un monstruo asesino y sanguinario, por primera vez en mi vida, sentía ganas de vengarme de alguien.
Estuve a punto de levantarme de la cama e ir de inmediato a buscar información sobre So Ji Sub, sin embargo, sentí movimiento del lado contrario de la cama, unas manitas fragiles rodearon mi cuello y una pequeña cabeza se recosto en mi pecho. Era Henry.
Al sentir su calor envolverme, mi ritmo cardiaco bajó, mi rabia se apagó y pronto me volví humano de nuevo. Henry abrió los ojos un poco, se acercó a mis labios y depositó un beso celestial, largo y suave. Que me hizo recordar quien era. Era el hombre que amaba a Henry lau y al que este amaba. Rodee su cintura con mis brazos y él recargó su cabeza en el hueco de mi hombro. Ambos respiramos tranquilamente, comenzaba a sentirme adormilado.
- ZhouMi, deja de pensar cosas feas... Vamos a dormir.- Suplicó mi niño con voz cansada.
- Si mi amor.- ël sonrió y yo sonreí porque el sonreía.
Ambos comenzamos a quedarnos dormidos, pero no perdí mi objetivo de vista. Mañana, So Ji Sub aprendería a temerme.
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Por la mañana, me levanté más temprano que todos en esa casa. Sería simplemente porque estaba acostumbrado a levantarme con los primeros rayos de sol... O simplemente, mis pensamientos no me permitian dormir demasiado. Lo extrañaba tanto que dolía. Extrañaba China, mi hogar, pero sobre todo, extrañaba al chico de los libros, Wu Yi Fan. ¿Como podía dolerme tanto la ausencia de alguien a quien nunca había visto? Estaba claro, era amor.
Salí corriendo de esa casa a toda velocidad, hasta llegar a lo que supuse, sería la zona comercial de Seúl. Necesitaba distraer mi mente todo lo posible, apartarme del problematico dolor tanto como pudiese. Necesitaba no pensar en él.
Era claro que Dios no me lo iba a permitir. Wu Yi Fan me marcó por telefono.
- Es Tao...- Respondí conteniendo la respiración, no quería echar todo a perder.
- Hola Tao! Lamento haberte cortado asi ayer, solo que me sorprendió un poco....- Su tono sonaba fresco y agradable ¿No estaba molesto?-
- Si, a mi tambien me sorprendió, no pensé que fuese a acabar aqui.- Respondí con tono apesadumbrado.
- En serio? Bueno....Yo estaba pensando en....-se oyó un largo silencio.- Como es Seúl Tao? es bonito?
- Si...Lo es, aunque no he tenido mucho tiempo para salir.- La risa adorable y fresca de YiFan resonoó del otro lado de la linea.
- Sabes? Me gustaría pedirte un favor. Necesito unas fotos del rio Han, es para una tarea urgente... Te encuentras cerca? Puedes tomarlas?- Su petición me tomó un poco desprevenido y me pareció extraño, pero en realidad, no tuve valor de decirle que no.
Asi que le colgué y me dirigí al rio Han que a esa hora, estaba casi vacio, salvo por un chico rubio que miraba en dirección al agua. No le tomé importancia. Tomé las fotos rapidamente y se las envié a YiFan. No me sentía de humor para tratar mucho con él, me sentía adolorido, de nuevo, solo oyendo su voz. Cuando YiFan recibió las fotos, me marcó de nuevo y no me quedó de otra más que contestarle.
- Gracias Tao, son unas fotos preciosas! Si que hace buen clima.- Su voz me lastimaba dolorosamente. Se oía demasiado cerca, como si estuviera a mi lado.-
- Si, está muy bien aqui...- Respondí buscando una excusa para cortar el teléfono.
- Exacto! De hecho, Por que llevas esa chamarra?, hace mucho calor aqui!.-
El telefono se cayó de mi mano y se rompió contra el piso en varias piezas, mi respiración se volvió pesada y senti como se formaba un nudo en mi garganta. El no sabía que yo llevaba una chamarra en aquel momento.A menos de que estuviera aqui.... Unas manos grandes y fuertes cubrieron mis ojos y estos se llenaron de lagrimas, las piernas me temblaban y un olor maravilloso y masculino embotó mis sentidos.
Era él!!
- Hola Tao...- Su voz resonaba a mis espaldas y yo mordí mi labio con fuerza para evitar el sollozo que quería salir de mi garganta en ese momento.
- Dejame... dejame abrazarte... Prometo no mirar.- Supliqué casi comenzando a llorar. Sabía lo mucho que el odiaba su rostro, pero necesitaba tocarlo, abrazarlo. Necesitaba saber que era real.
- Lo lamento Tao... Durante todo este tiempo me escondí de ti cuando en verdad no tenía razones.... Odié mi rostreo a tal punto que no me miré en un espejo por tres años y peor aún, lo odié tanto me escondí de ti... Mirame por favor Tao...- Apartó las manos de mis ojos y me permitió girarme, giré lentamente y levanté la vista a su rostro.
Yo me había enamorado de el chico de los libros, inlcuso sin ver su rostro e imaginandome la peor de las desfiguraciones, sin embargo, el rostro que vi, era el de un Dios. Tuve que parpadear un par de veces ya que me sentí deslumbrado. Ese era YiFan? Era tan masculino y atractivo. Era perfecto de pies a cabeza y sin embargo, bajaba la mirada timidamente, dejandome ver todo ese caracter amable que había conocido en la biblioteca.
- Eres.... eres... eres muy hermoso....- Alcancé a decir antes de que todas las lagrimas que traté de contener, bajaran por mis mejillas.
YiFan sonrió suavemente y me atrajo hacia su pecho, me estaba abrazando. Un sollozo salió de mi boca y rodee su espalda con mis brazos. No quería soltarlo. Inlcuso si era un sueño, no quería despertar.
- Te extrañe...- El chico de los libros dijo eso leyendome el pensamiento.- Tao, no te apartes de mi de nuevo...
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Cuando por fin desperté y bajé al comedor a desayunar, ZhouMi, su chico y YuHa ya estaban ahí, no puder ver a Hannie y a su noviecita, pero me resultó obvio no verlos, mi habitación estaba justo al lado y aunque había mandando insonorizar todos los cuartos, era difcil ignorar el choque de una cama contra la pared en el cuarto vecino.
Al verme, ZhouMi se levantó y casi a rastras me llevó a mis despacho, al parecer había otra cosa de la que quería hablar conmigo, pero yo no estaba como para charlar en esos momentos.
- Ahora que Mimi?- Pregunté sentandome en mi silla favorita.
- Primero, ponte ropa, no bajes desnudo si sabes que Henry está conmigo, segundo.... Necesito saber si conoces a alguien llamado So Ji Sub.- Iba a bromear con él sobre mi desnudez, pero al oir el tono macabro con lo que preguntaba lo segundo, decidí que bromear me dejaría permanentemente castrado.
- No lo conozco, lo siento. Es por lo de la conversación de ayer?- ZhouMi Bufó y me lo confirmó con un suave movimiento de cabeza.- Que hizo él?
- Oh, nada, solo vendió a Henry.- Traté de no decir nada estupido, ZhouMi en realidad se veía afectado.
ZhouMi me contó todo lo que Henry le había dicho, sabía que era dificil para él saber todo eso, pero su mision me parecía francamente imposible, iba a tratar de convencerlo de lo contrario, de olvidarse de So Ji sub y de comenzar a disfrutar su vida con Henry, cuando Yu apareció en la puerta cargando una bandeja con mi desayuno.
- Yo... Yo conozco a So Ji sub.
¿Qué mierdas acababa de decir?