Nada por aquí y nada por acá, de la nada y sin que el se dé cuenta saco de mi bolsillo trasero una caja pequeña, el chico que está al frente me mira con sorpresa *Siempre caes en el mismo truco*y sus hoyuelos aparecen y en ese mismo instante una gran sonrisa aparece en su cara, la caja contiene un pequeño prendedor de una mokona negra el cuál compré recientemente.
Al ver eso se emociona aún más. Pese a que tiene ya 24 años el tiene la expresión de un niño en una heladería y eso…me derrite.
-Natsume sabes que amo esto ¿cómo lo conseguiste? Me preguntó sin dejar de sonreír.
-Eso no importa, lo único que importa es que te gustó y para mí *acerco mi rostro al suyo* eso es lo que cuenta, le dije sonriendo. Ver como sus níveos pómulos se empiezan a teñir de un rojo un poco pálido y esquiva mi mirada. Subo lentamente mi mano y digo:
-Ocus pocus y saco de su oreja una moneda pequeña
-Natsume deja de hace…gmmm
No pude resistir así que en vez de escuchar una pequeña reprimenda reclamando el hecho de que el ya era mayor y eso es para niños, lo besé.
¿Cuántas veces habré dicho esto por él? Creo que más de 100 veces pero…todo era por ver mi algo que quería tanto, que siempre esperaba, su sonrisa, eso que solo yo quería ver. La sonrisa de esa persona era algo que me motivaba siempre ha hacer lo mejor para él.
No lo supe desde la primera vez, éramos amigos desde los 5 años y siempre fuimos muy unidos, hubo veces en las cuales hasta pensaban que éramos hermanos, lo cual a mi perecía de lo más gracioso. Pero poco a poco lo que sentía por él no era solo amistad, era algo que recién empecé a descubrir...algo que las personas llaman amor.
¿Estaré mal? No lo sé pero esto es solo algo que quiero compartir con ustedes.
Señores y Señoritas la magia existe y yo la empleo para poder de alguna u otra manera poder hacer feliz a mi persona especial. Yo sé y espero que no se rían pero sí, soy de esos magos que sacan monedas de las orejas y hacen aparecer y desaparecer cosas y me hace feliz pues mi persona especial ríe cuando lo hago. Eso para mí no tiene comparación.
Tooru era un niño frágil el cual de vez en cuando era molestado en la escuela, pero claro que luego de esto…digamos que los niños tropezaban con los puños de otro niño, claro está y que quede bien claro que eso no soy yo…bueno y si lo fuera es porque él no merecía ese tipo de trato.
En fin. Conocí a Tooru puesto que mi mamá y la mamá de el eran muy buenas amigas y su mamá se mudó a nuestro vecindario. La primera vez que vi a Tooru detrás de su mamá me dio mucha risa y lo primero que hice fue acercarme a él, desde el principio huyó de mí y cada vez que me le acercaba se aferraba más a su madre, fue en ese momento que decidí emplear diferentes tácticas para llamar su atención, ya que de cierto modo Tooru me parecía interesante.
Mi primera estrategia consistía en emboscarlo en su patio…nuestro patio, ya que nuestros patios estaban conectados.
El siempre se quedaba viendo los árboles de nuestros patios traseros, en ese momento me agazapaba entre un arbusto y…
-Tooru!!!!! Le gritaba y lo sacaba de ese letargo. Siendo de tés muy clara al momento de hacerle esto se podía ver en su piel un verdadero blanco puro, muy puro. Luego de esto empezaba la persecución.
¡¡¡Mamá!!! ¡¡Nastu-onii me ataca!!Odiaba que me dijera que era un onii. Pero no importaba al final terminaba atrapándolo y iniciaba mi segunda parte del plan…
-¡cosquillas! Gritaba a lo que Tooru no podía hacer nada
-¡¡No Natsu-onii jajajajaja no, cosquillas no!!
Esto no funcionó por mucho tiempo pero esto me permitió poder conocer más de él poco a poco podía tener más contacto con él y hasta de vez en cuando podía estar en su casa, cosa que me pareció increíble.
Fue un día en el que estábamos viendo la televisión en la casa de Tooru que pude descubrir mi arma definitiva para poder llamar su atención. Estábamos pasando los canales un tanto aburridos, yo quería salir a jugar con él, pero él quería quedarse viendo la tele. En uno de esos cambios de canal Tooru quedó sorprendido cuando en uno de esos programas de variedades invitaron a un “mago” este, como el estereotipo de mago, sacó un conejo de su sombrero.
-Tooru, cambia de canal esto es aburrido, le dije, pero no recibí respuesta, me daba la espalda.
-Tooru? Al acercarme pude ver “eso” Tooru…estaba sonriendo y mucho, era una sonrisa hermosa, llena de vida. Me sorprendí y mucho, nunca lo había visto sonreír tanto y con tanta calidez y verdadero interés, ni cuando le hacía cosquillas.
¡¡¡Natsu!!! Viste como sacó el conejo? Ese señor de la tele tiene verdadera magia, con una cara incomparable, tan hermosa.
Eh…sí, si lo vi. Le sonreí. Luego de eso solo salí de su casa con una gran idea en la cabeza. Ahora sí sabía cómo podía tener la atención de Tooru sin lugar a dudas. Desde ese momento hice que mi madre me comprara muchas cosas de magia y poder así practicar para poder enseñarle los trucos aprendidos.
Quería que esos trucos salgan perfectos y así sorprenderlo, pero me costaba mucho hacerlo. Cada día practicaba los trucos, cada día.
Cuando pude dominar el de aparecer la moneda en la oreja es que quise mostrárselo a Tooru, iba de camino a casa cuando vi a Tooru siendo molestado por un brabucón de la escuela, lo había cogido de la camiseta y lo estaba zarandeando.
Y ahora qué va a hacer la nenita ah? Le decía el niño que tenía cara de hijo de yakuza.
Eso fue lo único que tuve que escuchar para que me abalanzara contra el y poder propinarle uno golpes, luego de esto y por temor a las represalias, tomé la mano de Tooru y salimos corriendo de ahí, Él no podía dejar de llorar, desesperado llegamos a casa y lo llevé a patio.
Fue ahí donde intenté calmarlo, pero él seguía llorando
Fue en ese momento que recordé mi truco de magia, pensé que podría servir para apaciguarlo
Tooru, sabías que yo tengo poderes mágicos como el tipo de la tele, ¿Te acuerdas?
mmm..Sí, dijo entre sollozos.
Mira, si quieres ver mi magia tienes que prometer que ya no va a llorar por ahora ok? Sino mi magia no podré funcionar.
El solo asintió con la cabeza y se limpió las lágrimas con el dorso de la mano derecha.
Bueno aquí va era eh, cierra los ojos Tooru.
Ahora ábrelos, mira mis manos…nada por aquí y nada por acá. Ahora creo que quiero comprar algo…que tal si tú me das algo de dinero reí
Diré mis palabras mágicas y haré que de tu oreja salga una moneda ya verás.
Ocus pocus y posé mis manos en su oreja, luego de esto enseñé mi mano con la moneda a Tooru.
Él abrió los ojos y dijo ¡¡¡Natsu tienes magia!!! Y empezó a reír, esa sensación de satisfacción fue lo mejor, me sentía más feliz cuando lo vi reír. Estaba tan embelesado que no me di cuenta de que…Tooru me abrazó. Ese abrazo fue cálido y fuerte. Nastsu-onii gracias.
Desde ese momento supe que él era mi persona especial, si el sonreía todo estaba bien. Desde ahí fuimos amigos inseparables. Hasta que descubrimos que esto, era algo más que amistad.
-Te dije Tooru mi magia nunca falla
Tooru recién salía del shock por mi repentino beso y dijo:
Natsume, ya crece, tú no tienes magia, creo que hasta un payaso de fiestas de cumpleaños barato hace mejores trucos que tú, lo dijo con cara que aparentaba molestia.
Tooru! Eres malo, ¿Cómo es que me puedes decir e… y antes de terminar mi queja el se había empinado para poder posar sus labios en los míos. El casi nunca toma la iniciativa. Sentí como ardían mis pómulos y Tooru lo único que hizo fue adelantarse un poco y decir:
-Estamos a mano buuuu, sacando la lengua.
Yo por mi parte lo único que hice fue reír de manera estúpida y tocar mis labios para luego oír:
-Te quedarás parado ahí para siempre ¡¡¡Na-tsu…onii!! Jajajajaja
-Touru esta si me las pagas y fui detrás de él…mi todo, mi persona especial.