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Bella tortura por Inferna-sama

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Notas del capitulo:

Fue una eternidad para continuar, lo sé, me había dado por vencida y regresé con l llave para reabrir la trama por un ángulo que en realidad quise desarrollar antes de dejarla, hoy no hay nada más que el preludio para un desenlace como el que deseaba, con la cantidad de Angst correcta, ya vendrán los días felices para llenar de lemon y emociones buenas, hoy sólo demosle una bienvenida expitoria, mi redención entra en el capítulo 4.

 

 

 

Como he dicho siempre, insultadme, decidme lo que querrais, opiniones, críticas o peticiones que será todo tomado en cuenta.

“Levanté a penas mi rostro para sentir esas gotitas frías en la punta de mi nariz, la brisa era constante y suave, me dio un tanto de escalofríos que me hicieron reír y cerrar los ojos, aquellas partículas que anteriormente habían tenido contacto conmigo al tocar la flor frente a mí, ahora me hacían estornudar, debí saber que si rozaba mi nariz con ella pasaría, de inmediato el polen que la hacía lucir tan cargadita se esparció por el aire, cubrí mis ojos para que no me entrara nada en ellos, lo hice de manera superficial solamente con mis manos envueltas en aquellos calientitos guantes, de todas maneras bastaba con cerrarlos para evitarlos, sonreí al sentir como chocaban contra mi rostro, que perfecto momento, sentí que por ese pequeño lapso que el mundo era mío y todo giraba a mí alrededor, sentí que era la persona más especial del mundo, sentí de repente..
ganas de llorar, pero no sabía por qué, es extraño, los humanos siempre hacen lo mismo con su felicidad, tras tenerla, la desvanecen, no saben por qué, no supe cuándo cambie mi mueca a una en la que mis ojos estaban apresados contra mis manos empuñadas con pequeñas gotitas saliendo de ellos, y mi boca amagaba hacer algún tipo de puchero sin ternura alguna, era amargo, se propagó en mi estómago algo que no supe catalogar y por un momento, sentí que era observado, por una vista tan familiar que me regresó de golpe a la realidad, había olvidado por completo su presencia, era extraño, de hecho había olvidado mi propia existencia y la de ese maravilloso lugar desde que me sentí mal, sequé mis lagrimas de manera automática y alejé mis manos para verle, me enfocaba con una expresión en blanco por su parte, no sabía qué decirle, por lo que solamente le mire.
Eso duró varios segundos hasta que decidí que no le iba a ignorar, y para sacarle de su ensimismamiento le toqué la punta de la nariz con el dedo índice e hice lo que no había hecho hacía ya buen rato, me le dirigí, cuando noté su total atención hacía mí con rostro expectante.
-Toca los pétalos de esa flor con tu nariz, pero quítala rápido para que no estornudes  y cierra los ojos para que no te caiga polen, memoriza el momento, piénsalo cuando estés triste, porque, si lo piensas cuando estás feliz, podrías deprimirte.
No hizo más que entreabrir su boca como si intentara dar una repuesta y no pudiera, por lo que le sonreí de manera amplia y confiada y finalmente me respondió:
-¿deprimirme?
y por un momento sentí esa palabra herirme, no me gustaba, y no entendía la razón, mi pecho me ardía y un escozor apareció en mi estomago.
-cuando estás demasiado bien es porque algo anda mal, y en momentos como este, no me agrada pensarlo…  todo podría salir mal- mi rostro debió transmitirle mi desesperación mientras lo decía porque noté su expresión cambiar ligeramente, pero logré continuar-  es mejor si recuerdas  luego, cuando vaya así, mal, porque nada puede estar peor.
Cuando terminé de hablar retomó su seriedad y se volteó hasta quedar frente a la flor, me vio de reojo y me dijo algo antes de lo que me parecía ser, seguiría mis instrucciones.
-no sé cómo, pero puedo captar la forma en que me miras cuando lo haces a pesar del fleco que cubre tu rostro..
lo que dijo me sorprendió tanto, que avancé sin saber exactamente lo que quería de él hasta que noté que estaba haciendo exactamente lo que le pedí, luego me volteó a ver con una tenue sonrisa que jamás vi en su rostro ni imaginé que vería, le di la espalda y caminé  escuchando sus paso tras de mí, intentando seguirme al mismo ritmo, no quería que esa sensación desapareciera, no quería gastarla, era perfecta, quería…  que fuera eterna”.

Finalmente desperté, sentí como si no hubiera dormido nada, ¿Por qué todos mis días iniciaban así?, era como un déjà vu o un limbo interminable, como fuera, esta vez había algo diferente en mis recuerdos, el dolor de mi espalda y la alegría en mi pecho, haber visto a Xanxus de esa manera el día anterior fue casi un milagro, no había otra manera para darle sentido, él no era alguien precisamente considerado o que hiciera las cosas porque fuese lo que debía hacer, lo conocía lo suficiente para saber que lo que había hecho el día anterior era solamente porque quiso hacerlo.

Hasta ese momento noté la presencia de alguien más en el lugar, un cierto ente de rubia cabellera me observaba, estaba recostado  de cabeza en una silla, ¿es que nunca podía hacer las cosas como se suponía que eran?, tenía la cabeza colgando, los hombros y espalda recargados en la base de la silla y las rodillas flexionadas por sobre el respaldo, solo sería más incomoda si por pura casualidad se levantara al revés, oh, pero claro que lo creía capaz de tal cosa, entonces otro detalle perturbador relució, aparte de su paródica postura de descanso, tenía su rostro descubierto, sus ojos estaban cerrados por supuesto, pero nunca antes había visto su faz por completo, solo entonces fui capaz de descartar las hipótesis de Levi sobre alguna deformación en el menor, reí quedamente, los artefactos a los que me encontraba conectado me estorbaban pero nada sería capaz de frenarme esa burla, enserio me resultaba entretenido.

Se removió un poco y luego dejó que sus piernas se fueran por sobre su cabeza dando una vuelta de espaldas para terminar parado frente a la silla, no atiné a más que observarle con cara de pocker, lo había hecho, se había levantado al revés, este tipo nunca dejaba de hacerme quedar en seco.

Giró su rostro con una expresión de seriedad hacia mi, no puedo decir sí me observaba por lógicas razones, sin embargo sí que deseaba mi atención en el instante, aunque no quisiera se la daría porque ya estaba viéndole desde antes, finalmente apareció lo que lo hacía tan detestable a mi parecer, esa asquerosa sonrisa cínica, ¿se reía por verme en cama o porque casi moría el día anterior?, porque por nada bueno podría ser, eso lo tenía por seguro.

—Capitán — me llamó — ¿le gustó mi historia?, la narré con cariño — se ensanchó su sonrisa como si de un niño se tratara, casi sentía el fondo llenarse de corazones, le miré con los ojos entrecerrados al borde de la irritación que me causaba su carácter cuando se ponía infantil

— ¿Cuál historia bastardo? — cuestioné con fastidio más como una excusa para insultarlo que como una forma de indagar en su frase.

—Ne capitán la de Bossu y yo, siempre es bueno compartir eh — se colocó su tiara que hasta el momento había estado en el suelo, parecía haberse caído mientras se mantenía de cabeza.

¿De qué hablaba?... lo pensé un momento, claro, la voz al fondo de mi sueño, en realidad, ¿cuál sueño?, solo dormía escuchando la voz de Bell, entonces a quien se refería probablemente…

—¿Capitán? — sentí furia antes que auto compasión, ya tendría tiempo para lamentarme que conmigo no fuera de esa manera, antes deseaba saber a qué venía el descaro de contarme tal basura.

—¡¿Qué?! —Mis niveles de irritación estaban por encima de los normales, me tenía apunto de levantarme de la camilla y desconectarme a pesar del dolor sólo para rebanarlo de una vez con mi espada.

—Ustedes han tenido mejores historias ¿no? — musitó en un tono casi inaudible, no me lo podía creer, Bellphegor, el príncipe destripador, ¿estaba sintiendo celos de mi?, después de lo que mi azabache había hecho ayer por mi era algo lógico, a pesar de apuñalarme y todo lo que ocurrió, ambos éramos capaces de reconocer que si Xanxus era capaz de intentar retractar sus hechos de esa forma o mostrar su nerviosismo con tanta obviedad por un asunto no era algo que se pudiera ignorar, sin embargo conocía a ese rubio y sabía que su orgullo iba antes que todas las cosas, probablemente antes que el jefe, como él le llamaba, pero entonces, ¿por qué me daba el gusto de saber de sus inseguridades?.—Olvídelo, es obvio de todas formas ¿no?, le diré al Bossu que ya despertó, me pidió que lo hiciera.

Ya no estaba tan sonriente, ya no parecía estar tan bien.

Notas finales:

Capítulo 3 finalizado, para el siguiente prometo más longitud.


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