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Bella tortura por Inferna-sama

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Notas del capitulo:

Pues asumo que no fue tanto tiempo sin embargo si fue así estáis en su total derecho de expresarlo, actualizaré más rápido.


Como dije antes, sois libres de expresarme lo que les cruce por la cabeza mientras lo leen, responderé gustosa.


 

Abrí los ojos de manera pesada con una resaca insoportable, sentí el dolor palpitante en mi costado y cabeza, definitivamente dejaría marca, no quería recordar nada de lo que había pasado el día anterior pero era realmente inevitable, ¿Qué habría sentido Xanxus?.

Era difícil no pensar en él o en cómo estaba en ese momento, me quede unos minutos antes de decidirme a salir de la enfermería,  porque nunca amanecía en ningún otro lugar después de haber pasado la noche con Xanxus.

Recordaba como la  pasábamos juntos, terminaba de la misma manera, pero no con este tipo de gravedad, era normal que me golpeara, era algo tan cotidiano su maltrato que se me hacia impensable imaginarme un saludo de su parte que no viniera acompañado de algún tipo de insulto o maltrato.

 Por un momento recordé aquella horrible escena, esta vez era yo quien le hacía sentir de esa manera, era yo el egoísta, el que se negaba a dar una respuesta, quizás siempre fui el que  menospreció al otro, o quizás era su culpa pero tenía tan poco amor propio que no veía la  forma en que él la tuviera, porque era un ángel para mi, uno tan complejo que solo yo podía entender, pero ya no, cabía esa posibilidad, con Bell allí, yo no podía contra aquel rubio, con el se conecto de una manera que para mí fue casi imposible desde aquella confesión indirecta.

Cuando le prometí serle fiel y estar siempre a su lado, no supe si me interpreto como debía o como yo quería, pero siempre fui tan incapaz de comunicarme con él que nunca tome el valor de declarármele como se debía, quizás Bell si lo había hecho, eso habría influido lo suficiente en él como para querer dejarme si no  era que jamás me hubiese visto de esa manera, de la manera en que yo lo miraba..

Era claro, de hecho era más que obvio que no me quería de la misma manera que yo a él, porque de no ser así no habría hecho todo esto, no, yo tenía la culpa, claro que me quería de la misma manera o quizás aun más, porque si fui tan egocéntrico como me describió, entonces él había sido inclusive más amable de lo que debía, quizás había sido demasiado soberbio.. otra vez, o quizás nunca me quiso, porque, ¿Quién querría a alguien como yo?, era un juego, tenía que recordarlo y dejar de suponer, yo solo era el entretenimiento de Xanxus, solamente eso.

Empecé a sentirme aun más enfermo, ya casi llegaba a mí habitación, pero no eran los golpes lo que me hacían sentir así, mis ojos ardieron, no quería derramar lágrimas por algo tan estúpido como eso, por cosas como estas nadie me soportaba

Pase por la puerta del comedor que estaba entreabierta, aquel enorme salón me ofreció la vista más dolorosa que podía admirar en aquel amargo momento.

De entre todas aquellas decenas de sillas en la que parecía ser una interminable mesa, se encontraba Bell, sentado en las piernas de mi castaño, no importaba nada, era mi castaño, ¿cierto?.

Fue inevitable, aquellas que habían sido muchas lagrimas contenidas, estaban ahora cayendo como quisieran, le besaba, usaba esa boca que solo la mía podía usar para él, le sostenía de la cintura como solo a mi me debía sostener, y miraba esa desgarradora escena que se volvía borrosa tomando mi pecho, mi corazón palpitaba inconsolable, a un ritmo que solo se le asemejaba al que tenía cuando me tocaba.

Maldito fuera ese falso príncipe, maldito fuera..

Pero la soberbia me devoro de nuevo y en el momento menos oportuno, seque mis lágrimas y entre al casi vacío salón.

Esos ojos carmesí de nuevo me enfocaban como tantas veces lo habían hecho pero esta vez de manera dura, como si me acusaran de algún tipo de delito, o aun peor algún tipo de pecado

Se me dirigió, sentí tan irreal aquello que solo vi sus labios moverse omitiendo su voz, incapaz de escuchar sonido alguno, lo repitió

¿Qué haces aquí escoria?-esta vez lo entendí-

Capitán, buenos días –dijo embozando una amplia sonrisa-

…-y nuevamente olvidé como hablar, solo podía opinar en mi mente y guardar todo para mí-

Squalo lárgate. –me sorprendió un poco sentir aquel cálido y desinteresado tono pronunciar esas palabras, era algo irónico.

Xanxus-me miro, ni siquiera yo espere poder decir algo, pero la tristeza me consumía de nuevo.

Quería poder lanzarme a sus brazos otra vez, y me aferrarme a su pecho olvidándome de todo, aunque fuera solo por una vez más.

Se levanto de su silla, ¿le habría colmado la paciencia otra vez?, ¿habría esperado algo más de mí?

¡Xanxus perdóname! – cerré mis ojos, no volvería a llorar frente a él, esperaba su golpe, y estúpidamente lo esperaba con ansias, porque cualquier tipo de contacto era mejor que nada, ese vacío me estaba matando y él era el único capaz de llenarlo.

Pero no llego, abrí mis ojos de manera lenta esperándolo aun, pero solo divise de entre mi ahora borrosa vista su mano secando mi rostro.

No tengo nada que perdonarte, porque no me has hecho ningún daño -¿de qué hablaba?

Dijiste que te hago pensar que puedes , que quieres..-me pause- y luego eso.. –le estaba hablando, esa agonía tan cálida, me gustaba, lo que las sobras eran capaces de hacer en alguien tan patético como yo daba tanta pena que casi me causaba gracia,  estaba feliz de ser tan miserable si eso hacía posible que intercambiáramos dialogo

Sí, pero  eso no es algo que tenga que perdonar, no me has hecho daño alguno, ya te lo dije –le interrumpí-

Pero estabas molesto y.. –esta vez fue él quien me interrumpió-

No puedes causar ningún tipo de emoción en mi -¿Qué?, no podía  hablar enserio.. No, claro que podía- si, estaba molesto, pero tranquilo, que desde entonces ya no existes, así que no puedes causar ningún tipo de emoción en mi.

Otra vez aquella frase, fui yo quien confundió todo, esa no era calidez, ni siquiera era su lastima, era lo que sobraba de todo aquello, porque si sintiera lastima, sería una emoción y por lo que dijo, no las podía sentir, no por mí.

Nuevamente lloraba, lo iba a hartar de eso,  tuve incluso la imprudencia de lanzarme en sus brazos, buscaba con desesperación el que había sido mi refugio, pero no lo encontraba, su corazón..

Escuché desde atrás de nosotros, ni siquiera era un “nosotros”, detrás de su frio e inmutable cuerpo y  yo, su risa, por eso no lo encontraba, el lo tenía, se reía de una manera diferente a la normal, era mera burla.

De repente sentí un leve abrazo de parte de Xanxus, ¿Qué hacia?, esto lo contradecía, ¿o no?

Me apartó levemente, y me vio a los ojos de manera fija, vi su boca intentando sacar algo, lo que fuera,  esta vez era yo quien esperaba una respuesta aparentemente imposible de ser articulada.

Toque sus labios, sin intención alguna de causar alguna reacción de su parte, lo hice buscando su aliento, su respiración, algo que me confirmara que aquel extraño frente a mi aun era ese ángel, pero nada llego.

Squalo por favor vete- cerro sus ojos, lo sentí más como una súplica-

Yo.. –mis labios temblaban- quiero quedarme contigo – rodee el brazo con el que anteriormente había secado mis lagrimas con  los míos como si fuese algún tipo de abrazo-

¡Vete! – el grito fue tan alto que incluso el rubio se vio un tanto sobresaltado-

¿estás con él? –le solté de una vez con angustia y entre llanto-

Se hartó. Tomó mi cabello y me jalonea hasta dejarme sobre la mesa de espaldas a él y tomó un cuchillo que estaba justo al lado de mi rostro.

¿Qué crees que haces?, ya te lo dije, no tienes derecho de exigirme maldito tiburón –esa frase, la misma de la noche anterior, me encantaba oírle llamarme, de la manera que fuera, maldito, escoria, como fuera, mientras se refiriera a mí, pero esto era más serio, rosó el cuchillo por mi cuello dejándome sentir su filo.

¿Quieres que te marque?, ¡¿eso quieres?! –no pude moverme por su agarre, forcejee en vano-

Está bien, ¡te daré el gusto! –me hizo casi arrancada la camisa y con el cuchillo empezó a escribir letra por letra mientras lo leía en voz alta.-

¡PROPIEDAD!

Eso ya es bastante, suéltalo –dijo en tono de suplica el rubio-

¡DE! – me revolví debajo de él, dolía demasiado-

¡XANXUS! –exclamó clavándolo como enfatizando su nombre y no contuve los gritos- ya esta escoria, ahora no te pierdes eh, y espero que estés satisfecho porque..-se detuvo.-

Era un insoportable infierno,  y entre mis gritos y sus palabras  sentí sangre emanando de mi boca, ¿Qué había pasado?, note mi respiración ahogada e irregular, más de lo normal, y me di cuenta que en donde clavo el cuchillo estaba mi pulmón, eso explicaba todo aquello.

¿Squalo? –apenas le oí mencionar en tono tembloroso, acaso ¿estaba preocupado?, claro, no podía sentir nada por mi- Squalo háblame, esta vez háblame tiburón –me estaba hablando, lo que quería pero por alguna razón ya no lo sentía igual, y no era por la situación, lo amaba por sobre su sadismo-

Te lo dije, ¡te dije que pararas! –exclamo casi como un grito el ahora nervioso rubio con la mas en su cabeza como signo de preocupación-

¡Cállate y trae algún médico! –Ordenó- mira escoria, si te atreves a morirte te ira mal -¿Qué sentido tenía decir eso?, era lo de menos, su rostro, sus perfectas facciones de nuevo frente a mí, se dio el costo de darme vuelta-  Squalo dime que respiras – dijo con la desesperación que nunca vi en su rostro hasta entonces.

Un poco. –dije como pude, no le iba a dejar sin respuestas nunca más, no importaba como, se las daría- Xanxus..

Aguanta, por favor aguanta- ¿Por qué se ponía tan mal?, yo solo era un cualquiera, no merecía su dolor-

Tranquilo – intenté calmarle pero ya no tenía fuerza alguna, con gran dificultad acerqué mi mano a su rostro y este la estrecho con fuerza.

Me tomó entre sus brazos y me levanto para salir del comedor conmigo cargado, ni siquiera noté cuando Bellphegor se retiró, sentía su calor, sentía su atención, su preocupación, su cuerpo, a penas escuchaba su voz, pero sabía que era la de él, ya no le entendía, pero me sentía más feliz que nunca, y antes de perderme en todo, escuché algo.

No te vayas de mi, no lo hagas, te lo ordeno – y no me atreví a negarlo, sonreí y deje mi cabeza descansar en su hombro, era una agonía perfecta.

Notas finales:

 

Capitulo 2 terminado -sonrie-

Espero y la historia lleve una dirección de su gusto y de no ser así, por favor diganlo, lo tomare en cuenta.

 

¡Nos leemos luego si se pasan!


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