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Los espejos son más divertidos que los televisores. por Takaptilia

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Notas del fanfic:

Fanfic por el Día internacional del fandom de Kai b25; (Aunque personalmente quiero creer que únicamente del Kairu Wwww)

Claramente el "Soft Reiru" no se encontraba en las bases, pero concordaran conmigo cuando digo que algunos males son necesarios.


Agradezco a mi mejor amiga Nade, quien me abrió las puertas a este maravilloso fandom y me ayudó en correción en este fanfic b25; 
(¡Te agradezco con todo el kokoro desu ne! Wwww)

Y a Aka, mi compañera fiel de armas quién estuvo batallando conmigo durante estos últimos años contra el terrible imperio del fandom latinoamericano del Reiru y Aoiha (¡Aún no termina esta guerra! Wwww)

Te agradezco el organizar esto.
Agradezco a las escritoras que participan y agradezco a todo el que lea.


Muchas Gracias b25;



“¿Aún no llega?”

Aoi quitó la mirada de su celular para observarlos con preocupación. Reita se estiró con pereza y apoyo ambos brazos en el respaldo de la silla. Observó a Uruha, pero sobre todo a Ruki, quien suspiraba, acercándose a su bolso, para sacar su móvil y marcar.
Le llamaría.

Podía decir que era bastante extraño que Kai llegara tarde al trabajo, sobre todo cuando se discutirían las próximas entrevistas. Pero más extraño aún era el que no se encontrara con Ruki.

No le molesta.
Era más…

Esto llevaba de hacía unos meses, en donde sorpresivamente supo que salían. No podía tragarse el asombro, jamás se le hubiera ocurrido que Kai hubiera podido conseguir a Ruki. Todos sabían las expectativas altas de Ruki con respecto a los demás. Podría ser una persona sensible y bastante empática, pero sin duda Ruki tenía sus misterios.

¿Por qué Reita hablaba de Ruki de esta manera? Bien. Porque no era un secreto para nadie, bueno, tal vez para todo el que le rodeaba, pero no para él mismo, y por lo que veía no lo seria por mucho tiempo más.

Quería a Ruki, siempre lo había hecho, desde la primera vez en que se había topado con él. Fue una especie de sentimiento confuso, ya que era un hombre y aquello simplemente le había descolocado. Sufrió bastante por años cuestionándose de lo que realmente era, pero cada vez en que tenían que ensayar, inclusive cuando viajaban juntos por el país, se daba cuenta que aquello no estaba mal. Que estaba bien.  Él era feliz de aquella manera. Estaba bien el poder estar con Ruki de aquella manera.


Pero ahora que veía preocupación en su rostro sentía unas ganas de romperle el rostro a Kai.
Al parecer Kai no contestó, pero a los minutos se escuchó el sonido tan típico del celular de Ruki que anunciaba un mensaje de texto.

“Estará ocupado toda la tarde”

Sonriendo ligeramente; Ruki anunció.
Pero Reita sabía que aquella sonrisa era para no levantar sospechas, inclusive no le extrañaría que agregará un “Y dijo que me quería” para no hacerlo.

No había nada que hacer, la reunión empezó sin el líder y terminó sin él.

“Ruki”
Reita trotó a su encuentro cuando le vio abordar su vehículo.

“¿Qué pasa?”
Sonrió ligeramente y mantuvo la puerta del auto abierta para escuchar mejor a Reita. El rubio apoyó su mano izquierda en la orilla de esta y le observó fijamente por unos segundos.

Ruki parecía intrigado a tal grado de sonreír con leve nerviosismo.

“¿Quieres salir conmigo?”
Reita lucia serio. Ruki le observó detenidamente y esbozo una risilla. Negó suavemente.

“Ahora no puedo. Pero cuando tenga tiempo aceptaré una salida. Por favor, vuelve a invitarme”
Ladeó la cabeza y le miró con tranquilidad. Reita apretó los labios y alejó la mano de la puerta.

“Para una próxima ocasión no podrás reusarte”
Guardó ambas manos en los bolsillos traseros de su jean oscuro y sonrió con calma.

“No podría”
Cerró la puerta con leve fuerza y le miró por última vez.

Reita observó como el vehículo de Kai se alejaba.


--


Ruki esperó a Kai durante horas. El departamento nunca se sintió tan frio.
Limpio alguna que otra lágrima de orgullo con desinterés y se centró en su comprensión con el dueño de casa.

Miró la hora en su móvil y presintió que debería partir. Koron esperaba.

A los minutos llegó Kai. Lució sorprendido al verlo y Ruki pensó, con rabia, que tal vez hasta se había olvidado de él.

“¿Qué haces aquí?”

“Estaba esperándote para entregarte las llaves del auto. Te esperaron hasta que terminó la reunión”
Ruki se acercó a Kai y le entregó las llaves en sus manos. Fríamente le observó doblar el abrigo negro entre sus brazos y dejarlo sobre el sillón.

¿Cuándo se había acercado de aquella manera tan íntima a él? Jamás le vio tratar con tanto cuidado sus abrigos. Solo tuvo que aparecer en su vida como para que comenzara a tomar las costumbres que le inculcaba cada día.

Tan cerca en aquellos tiempos, y ahora se veía entregándole las llaves de una manera tan fría y ajena a aquellas veces.

Quiso llorar, pero no se lo permitió.

“Les dije, estaba ocupado”
Kai tomó asiento en el mullido mueble y peinó sus cabellos hacia atrás con ambas manos. Ruki lo observaba tan cerca de la puerta, reforzando el agarre del gran bolso sobre su hombro.

“Últimamente lo estas demasiado”
Apretó los labios.

“Aunque no lo quiera, lo estoy.  Hay veces en que debo encargarme del conforte de los demás. Hemos tenido percances en un pasado por no reforzar estos puntos y --”
Kai fue interrumpido. Abandonó sus oscuros cabellos y giró para observar mejor a Ruki.

“Percances tendremos siempre. Incluso yo me he enfermado por sobre exigirme. Te pido--”

“Estoy consciente, todos lo estamos, pero el que pueda ser capaz de--“
Kai se acomodó para poder conversar mejor.

“Es tarde, estoy preocupado por Koron. No es el momento de que me des una charla sobre cómo realizar el trabajo. Espero verte mañana”
Ruki abrió la puerta y le dedicó una última y rápida mirada.

Cuando la puerta se cerró Kai se recostó en el sillón cubriendo su rostro con pesadez, pero antes de ello arrojó las llaves lejos de él con molestia.

--

Ruki caminó con rapidez por el pasillo llegando al ascensor en un parpadeo. Apretó el botón hacia el vestíbulo con demasiada fuerza, con tal fuerza que pareció que aquel botón tuvo bastante culpa en lo que acababa de pasar.

“Viene de hace un mes. ¡De hace un maldito mes!”
Golpeó el botón con la palma y giró apoyándose en un costado del cubículo.
Observó el reflejo de sus zapatillas en el espejo paralelo.


--

“La próxima semana-- Le veré allí”

Reita irrumpió la conversación que Uruha mantenía con su madre por teléfono. Saludó en silencio y Uruha pudo retirar la mano derecha del móvil.

Ambos habían llegado bastante temprano.

Reita observó por última vez a su mejor amigo y se dedicó a centrarse en sus pensamientos.
La escena del día anterior aún se mantenía dando paseos fugaces entre ellas.

Dentro de ello quería que todo estuviera bien por el bien de Ruki, pero al verse “inconscientemente” alejado de aquel asunto mucho no podía hacer para apoyarle.

“Tienes esa cara”
Uruha se dejó caer en el sillón de cuero negro, asustando  un poco a Reita con su repentina presencia.

“Tengo la misma cara todos los días”
Reita rio ligeramente y se acomodó. Apoyó los codos sobre sus muslos y giró a verle.

“Hablo de que luces pensativo. Analizando una situación que, por lo que veo, no es tan pasada. Puedes hablar”
Se acomodó de igual manera y asintió con tranquilidad.

“Me preocupa un poco Ruki”
Reita habló un poco más bajo, claramente avergonzándose.

“¿Ruki?”
Uruha parpadeó consecutivamente.

“Si”
Reita acarició su brazo derecho.

“Son temas complicados. En lo personal evitaría tratar de irrumpir con una postura heroica. Tu entiendes”

“Lo sé. No es asunto mío, pero es mi amigo”

“También es mi amigo”
Miro al bajista con perturbante serenidad.

Ambos hombres no notaron la presencia de un tercero. Este prefirió mantenerse de pie, escuchando con prudencia sin ser notado --Aún.

“Me preocupa de una manera especial”
Confesó sonriendo levemente. Abandonó la postura que mantuvo en un principio y esta vez prefirió apoyar su espalda contra el respaldar del sillón.

“Reita”
El de cabellos castaños agitó ligeramente la cabeza y suspiró frunciendo el ceño, preocupado.

“No, está bien. Sé cuál es mi límite. Solo quiero que olvide el tema de Kai un momento”

“No creo que--“

“La próxima semana tenemos descanso, podemos viajar. Quiero que viaje conmigo a Kanagawa. Ver a la familia, recordar viejas cosas--“
Fue interrumpido.

“¿Crees que Ruki aceptará?, pero por sobre todo ¿Qué Kai lo tome bien?”

Y antes de que Reita pudiera contestar aquella pregunta, Uruha notó como entraba el líder de banda. “Hablando del rey de Roma”, pensó con pícara diversión.

“Buenos días”
Kai saludó rápidamente, provocando que Reita apretara todos sus esfínteres inmediatamente.


--


Curiosos ojos danzaban por alrededor del mesón de reuniones. Todos pendientes del semblante serio que mantenía el líder.
Habían notado que Ruki no había dicho nada al llegar, ni mucho menos visto saludarle. Y no cabiendo en su asombro notaban que a Kai tampoco le había afectado mucho.

“La reunión termina por ahora. Pero antes informarles que estuve en conversaciones sobre el mejoramiento del retorno. En el tour anterior recibí algunas quejas sobre la calidad del sonido. Cuando tenga mayor información se los haré saber. Ahora intenten pasar una buena semana. Estaremos en contacto  pronto”
Kai se levantó del mesón y comenzó a ordenar sus cosas. Miraron a Ruki, quien se mantenía sumergido en el internet móvil.

Aoi miró a Uruha. Uruha miró a Reita y por último Reita miró a Ruki.

Kai fue el primero en irse, atrás le siguió Uruha.
Aoi se mantuvo conversando con Reita por el pasillo y Ruki se dirigió directamente al cuarto de maquillaje, hablaría un poco con KAOLU.


--


“¿No piensas irte?”
Aoi preguntó con leve interés.

“No, aún no”

“Bueno, disfruta la semana”

“¡No bebas mucho, hombre!”

“¡Solo lo necesario!”

Reita despidió a Aoi en el estacionamiento y luego, de unos últimos buenos deseos, le vio abandonar el subterráneo.
Encendió un cigarrillo y espero a que Ruki apareciera. Su auto seguía estacionado, por lo que esperaría.

Había sido la reunión más incómoda de todas. Ruki no había tomado atención en ningún momento. No había abierto la boca ni para dar su punto de vista y Kai tampoco se había molestado por ello. Parecía como si hubieran dejado de existir para el otro.

Apagó el cigarrillo con torpeza apenas vio a Ruki aparecer por las escaleras. Despejó el humo con las manos y, limpiando estas en la parte trasera de sus pantalones, le saludó con una mano, un gesto fresco y masculino.

“Sabes que aquí no se puede fumar. Luces nervioso”
Ruki sonrió levemente, observando la colilla en el suelo, a un lado del bajista.

“Eso no es mío”
Reita se encogió de hombros luciendo divertidamente culpable. No esperó mucho para agacharse levemente y recoger la colilla.

“Eres un buen funcionario. Cuidando de las instalaciones. ¿No has pensado el trabajar como operario?”
Ruki reafirmó el abrigo que cargaba entre sus brazos y, por consecuente, los tirantes del bolso que cargaba sobre su hombro derecho. Sonrió divertido.

“Algunas veces cuando me detengo a ver mis cuentas”
Ambos rieron con tranquilidad.

“¿Esperas a alguien?”
Ruki preguntó caminando lentamente hacia su vehículo, estacionado al frente de ambos.

“Te estaba esperando. Digo, quería saber cómo estabas y que había sido todo aquello de hacia un momento”
Comenzó a jugar con el pedazo de cilindro blanco con leve nerviosismo.

Ruki no habló y continuó su camino. Reita le siguió con prudencia.

El más bajo se detuvo frente a la puerta y volteó.

“Nada. No es la gran cosa. Tenemos algunos desacuerdos simplemente”
Abrió la puerta y dejó sus cosas en el asiento del copiloto.

“No quiero meterme en lo que no debo, pero eres mi amigo y mi compañero. Me importa mucho lo que pasa y en cómo te afecta”
Ruki volvió a erguirse y le miró más tranquilo.

“Siento que no debo esforzarme mucho. Debo dejarle ser. Ya es un hombre adulto, él sabe bien que es lo que quiere”
Ruki se mantuvo observando sus manos un momento. Lucia avergonzado, pero sobre todo abrumado por lo que había contado.

Reita colocó ambas manos sobre sus caderas y meditó un momento.

“Pero si te sirve de algo. Estoy bien”
Ruki sonrió, dándole un leve golpe en el brazo. Reita masajeó este con cariño, más que por incomodidad.

“Kai trabaja por todos”
Colocó la mano derecha sobre el hombro de Ruki, reconfortándole. Ruki suspiró.

“Siempre trabajando”
Y finalizó pensativo.

“Oye, olvidemos esto”
Ruki le observó un momento, con curiosidad.

“¿Ahora mismo te rehusarías a salir conmigo?”
Esbozó una sonrisa y acomodó un mechón de claro cabello con un rápido gesto. Ruki negó con una débil sonrisa, una gustosa.

“Tú nunca recibes “No” por respuestas ¿Verdad?”

“Contigo no”
Y dicho esto Ruki entrecerró los ojos con cautelosa duda.
Algo extraño había sentido con aquellas palabras, pero prefiero pasarlo por alto al ver la torpeza de Reita al notar lo que el había notado primero.


--


“¿Uruha?”

Kai se encontró con el guitarrista al abandonar el salón de reuniones. Uruha levantó una mano indicando que no hacía falta hablar más.

Ambos caminaron con tranquilidad, hombro con hombro hacia el comedor de la compañía.

Se sentaron a los minutos que el café que pidieron estuvo listo. Uruha fue el primero en hablar. Kai tomó atención.

“Estabas escuchando ¿Verdad?”
Kai asintió con seriedad.
“¿Y qué es lo que piensas?”
Uruha dio un sorbo y dejó la taza con cuidado de no hacerla sonar muy fuerte.

“¿Pensar de qué? ¿Sobre Reita?”
Kai alzó las cejas juntando los labios en una mueca de despreocupación. Uruha le observó en silencio.
“Reita es su amigo de más tiempo ¿Qué debería pensar sobre eso? También es mi amigo --¿Cuál es el gran problema con ello? Si quiere invitarle, que lo haga. Yo estaré ocupado esa semana”

“Suenas como si te molestó. Si no lo hubiera hecho no hubieras traído esa expresión en el rostro toda la mañana. Incluso ahora hablando de ello puedo verla”
Kai alejó la taza y juntó las manos sobre la mesa. Le observó apretando los labios.

“Tienes razón. Me molestó que él haya planeado ofrecerle ese viaje. Me molestó el que haya insinuado que estaba bien el que se desentendiera de nuestro asunto”

“¿Realmente tienes tanto trabajo como dices? En ese salón no había nadie”

“Es imposible el mentir con aquella mirada tan inculpadora”
Kai rio moviendo la cabeza ligeramente, sorprendido de lo observador que Uruha era. Uruha sonrió complacido.

“El problema no es el trabajo, pero no soy yo quien tiene que decirle a Ruki cual si es el problema”
Uruha tomó la taza y dio un largo sorbo. Se levantó y dándole unas palmaditas en la espalda, se despidió.
Kai se quedó solo unos momentos frente a una taza de frio café.


--


“¿Qué películas tienes? –No debí preguntar ello”
Ruki volteó para observarle. Mecía una copa de vino luciendo más animado, incluso reía por su deducción.

Reita se cruzó de brazos, observándole con diversión.

“¿Quieres la recomendación del día?”

“Mientras no sean de explosiones sin sentido, estará bien”
Dio un sorbo de la copa y se centró nuevamente en buscar entre las tantas películas en DVD que Reita mantenía ordenadas en el mueble del televisor.

Tras un momento de buscar, Ruki dio con algo interesante. Se sentó en el suelo, frente al compartimiento de los DVDs, y observó el reverso de una.

“Me siento bastante mal, por lo que deberás darme en el gusto ¿Esta bien?”
Entrecerró los ojos y dejó la copa en el suelo. Reita asintió esbozando una risa leve.

“Te bebiste la mitad de una de mis botellas de vino ¿En qué más debería darte en el gusto?”
Observándole desde uno de los sillones frente al televisor de plasma.

“En esto”
Ruki mostró la película tal como un niño pequeño mostraría una buena calificación o un dibujo que, orgullosamente, iría pegado en el refrigerador.

Reita rio bastante fuerte. Se recostó en el sillón y encogió las piernas.

“¿“The Dancer”? “
Una densa neblina rosada se apoderó de su rostro cuando recordó del por qué la había comprado.

Hacia algún buen tiempo, hablando con Ruki, había salido al baile la película de Bjork. Había partido a comprarla esa misma tarde y, tras una exhausta búsqueda por el dichoso DVD, había pasado toda la noche aguantando las lágrimas de una manera muy masculina.

Tal vez ni siquiera había sentido pena con la película en sí, pero sí de que Ruki hubiera derramado lágrimas con ella.

Ahora que lo analizaba se sentía muy patético.

“¿Y?”
Ruki se levantó del suelo y se dirigió hacia su lado con el DVD en una mano y la copa de vino a medio vaciar en la otra.

Reita negó con la cabeza y, tomando el DVD, se acercó hacia el reproductor de Blue-Ray.


--


Ruki se encontraba acurrucado, entre el brazo de Reita y el sofá, limpiándose alguna que otra lágrima que caía por sus sonrojadas mejillas. Como nunca, Reita mantenía la atención a la conmovedora historia y aclaraba sus fosas nasales consecutivamente.

Una hora más y la película había terminado.

Reita bajó el volumen del televisor conforme pasaban los créditos.

“La haz visto muchas veces. No puedo creer que aun llores con ella”
Suspiró observando de reojos la hora.

“Tal parece que aún me quedan lágrimas”

Un silencio incomodo se formó tras las palabras de Ruki.

“Es algo tarde. Es raro que no te hayas preocupado por Koron-chan”

“Tienes razón. ¡Koron!”
Se levantó de un salto al notar que ya eran las siete de la tarde. Reita rio por tal descuido.

“¿Seguro puedes manejar? Estuviste bebiendo”

“Ebrio conduzco mejor”
Ambos rieron.
Al final Ruki aceptó el que Reita le fuera a dejar.


--


“Muchas gracias por dejarme. Mañana iré a buscar el vehículo”

Reita estacionó a las afueras del departamento de Ruki.

“No hay problema. Siempre me ha gustado tu auto”
Rieron suavemente.

Ruki desabrochó el cinturón de seguridad, tomó sus cosas y abrió la puerta no sin antes Reita le detuviera.

“No creo que pueda aguantar ¿Me prestarías tu baño?”

“Claro, si me lo devuelves”


--


Ruki se veía algo cansado, por lo que Reita  se vio observándole en más de alguna ocasión al caminar por el pasillo.
Ruki Introdujo con torpeza la llave y abrió la puerta.

Ambos guardaron silencio cuando observaron a Kai sentado en uno de los sillones del living.
Koron pasó del regazo del batero al suelo en búsqueda de su padre.

Kai se levantó y Reita sintió sus tripas revolverse.
Koron se vio ignorado en esta ocasión.

“Llegué en la tarde, me quedé cuidándolo hasta que llegaras. Llegaste”
Se levantó y sacudió sus pantalones. Ruki se cruzó de brazos, sosteniendo sus cosas con bastante fuerza.

“Calma, yo ya me iba”
Reita aclaró inmediatamente cuando la seria mirada de Kai dio con la suya.

“¿No ibas a—“
Pero Ruki fue interrumpido.

“No es tan urgente”
Reita masajeó su cuello y sonrió torpemente. El semblante de Kai no cambió.

“No hay ningún problema, enserio yo debo irme”

“¿Acaso tienes turno?”
Inmediatamente, con notorio y resentido sarcasmo, Ruki habló. Blanqueó los ojos, resopló con divertido asombrado de que aun en aquellas alturas siguiera con la cobardía de abandonarle.

“Ustedes tienen que hablar y estoy sobrando. Me voy. Buenas noches”
Al notar el denso ambiente optó por lo más racional que haría cualquier hombre en su posición.


Reita rápidamente desapareció del apartamento dejándolos solos.


--


Ruki cerró la puerta y se dirigió a dejar su abrigo y bolso en su habitación. Volvió a la sala y vio a Kai de pie. Se cruzó de brazos y apoyándose del marco de la puerta del pasillo, le observó en silencio.

“Pensé que vendrías directo a casa. Por eso fue que vine”
Kai abrió ambas manos mostrando una desinteresada preocupación.

“Pudiste llamarme. Tienes mi numero en tu móvil, no hace falta el que lo memorices”
Ruki apretó los labios y movió la cabeza, pensativo. Los ojos negros cristalinos, inyectados en incomodidad mostraron junto al tono empleado; ira.

“¿Qué se supone que es ese tono tan despectivo?”
Kai palmeó sus costados con ofensa. Dio unos pasos hasta detenerse debido al sillón. Miraba al vocal con ojos acusadores, buscando una respuesta para aquella actitud tan agria para con él.

“¿Despectivo? ¿Enserio? ¿Y qué tono quieres, Kai? ¿Qué tono si hace un mes que casi no hablamos?”
Perdió un poco la calma, desenlazando los brazos apretó ambos puños y ladeó la cabeza buscando una explicación coherente. Comenzaba a dolerle la cabeza con toda la ira que intentaba apaciguar. Los ojos de Ruki comenzaban a trazar angustiosas líneas rojas.

“Sabes que es--“
Apoyó una de sus manos en el respaldo del sillón y agachó la cabeza esbozando una sonrisa sarcástica y cansada. Con la más viva intención de mostrar cansancio por explicar algo obvio. Kai fue interrumpido abruptamente.

“No. Ya no creo que sea el trabajo. Si perdiste el interés me lo hubieras dicho. Solo dímelo”

“ -- ”

“No es como si fuera lo peor que pudiera pasar. Es más, siento que ya no me importa tanto como en un principio. Tengo rabia, la verdad. Tengo rabia contigo”
Ruki movió la cabeza con desesperanza y le observó fijamente. Kai desvió la mirada.
Tomó aire y sintió que debía sentarse. Volvió a mirar a Kai y sintió el pecho oprimírsele.

“No sé qué decirte. No vine con ganas de pelear o algo así”
A pesar de sus palabras sabía exactamente lo que pasaba. El comportamiento de Ruki era cien por ciento válido. ¿Pero que podía decirle? Decir la verdad a estas alturas sonaría como una mísera escusa. Kai se sintió tan culpable.

“¿Entonces para que viniste? ¿Para saber en dónde estaba? Estaba con Reita”
Fríamente, contestó.

“¿Y se supone que tengo que sentir celos de eso?”
La respuesta de Ruki consiguió realmente enojarle. Lo única que reacción que tuvo fue esbozar una risa de incredulidad. Mordió su labio inferior, sonriéndole. Se cruzó de brazos y se encogió de hombros, mostrando infantil desinterés. No se mostraría molesto, no lograría darle en el gusto. Kai sabía muy bien lo que aquello haría sentir a Ruki; importante.

La reacción de Kai realmente afectó a Ruki, quien logró, con gran esfuerzo, no demostrarlo conservando la calma de un hombro adulto.

“No busco que me celes. ¿Querías saber donde estuve toda la tarde, inclusive hasta como para olvidarme de mi propio perro? Bueno, con él estuve”
Despejando sus fosas nasales rápidamente, Ruki sonrió con orgullo.

“No puedo conversar contigo si estas en esos términos. No sé qué es lo tan grave que yo haya hecho. Sabias perfectamente que no tengo todo el tiempo del mundo para perderlo como otros-- ¿Sabes qué? Es mejor que me vaya”
Kai alzó las manos en un gesto de desentendimiento. Palmeó nuevamente sus costados y prefirió caminar hasta la salida.
Estaba sin palabras por todo lo que acababa de oír. Aunque en el fondo sabía que todo era verdad, simplemente no lo aceptaría.
Él era el culpable de todo ¿Qué más podía hacer?

“No eres capaz ni siquiera de afrontar esto. No eres capaz de hacer algo tan mísero como el cuidarme, Kai. ¿De qué eres capaz? Solo huyes, parece ser que es de lo único que eres capaz”
Colocó ambas manos  sobre su frente, apretando con los pulgares sus sienes. No podía creer que tan fácil era para Kai el abandonar. Estaba herido, indignado, enojado y tan decepcionado.
La risa sarcástica al escrutar sus propias palabras no tardó en llegar. Rio con lo ultimó y sintió acidez en el paladar.

Ahora mismo no podía aguantar por más tiempo aquella angustia. Las palmas le picaban ahogando las ganas de abofetearle.

“Si, lo reconozco. Estoy huyendo porque no veo que valga la pena”
La frialdad en su tono de voz. Lo que más temía se hizo realidad. Kai había dicho algo tan hiriente, por simple cobardía de explicar que no se sentía realmente bueno para él.

En silenció Ruki ahogó un quejido y giró el rostro.
Lo que faltaba recibir de quien alguna vez le dijo que lo amaba más que a nada.

“Entiendo. Sólo quiero que entiendas que esto no tiene por qué afectar nuestro trabajo o a nadie más que a nosotros,  ya no somos nada”
Ruki terminó de hablar, estaba exhausto. Si aquella terrible conversación continuaba él perdería la cordura. Enloquecería de rabia y pena.
Kai no agregó nada y cerró la puerta.

La mirada seria y la fría calma poco a poco caerían en pedazos al suelo. Koron acompañó con ladridos los sofocados y angustiantes sollozos de su dueño.


--


Aquella mañana se encontró con Reita. Había quedado el juntarse en la compañía para hablar de lo sucedido. 
Aunque no había sido él el de la idea. Reita se mostraba entusiasta por ayudarle. Se sentía tranquilo de tener un apoyo.

Bajó del taxi y caminó a paso rápido hacia el edificio.
En momentos así le era difícil mostrar debilidad a terceros. Manteniendo la imagen y asegurándose tras las gafas de sol saludó a la secretaria y todo aquel con el que se cruzó.


“¿Cómo estás?”
Apenas Reita le vio aparecer se acercó a su encuentro.

“Mejor que ayer. Fue una noche de mierda”
Se encogió de hombros y sonrió.

Reita le invitó a sentarse y Ruki obedeció.
Más calmado comenzaron a hablar.

“Tenía ganas de reír. No podía creer lo que estaba escuchando”
Ruki jugó con los anillos de su mano derecha.

Reita prefirió escucharle sin decir nada. Mal que mal ¿Qué podía decir?
Enfocando la vista en Ruki lo vio temblar, mordiendo su labio inferior, reteniendo los sentimientos que amenazaban con dejarle en vergüenza.
Un hombre adulto llorando por otro hombre adulto.

“Ven conmigo. Sé que no es el momento, pero…”
Colocó su mano sobre la de Ruki e inmediatamente este se alejó junto con silla, asombrado.

“¿Qué?”
Los cristalinos ojos oscilaron en busca de una explicación.
La reacción de Ruki solo logró colocar aún más nervioso a Reita, quien alzó ambas manos al nivel de su pecho en muestra de inocencia.

“Calma Ruki, no es lo que piensas. Hablaba de que viajaras conmigo, esta semana, a Kanagawa”
Las risillas nerviosas lograron a Ruki sacar una sonrisa de divertida incredibilidad.

“¿A Kanagawa?”
Reita asintió rápidamente. Ruki se quitó los lentes, sin dejar de observar el suelo. Mostraba graves signos de haber llorado toda la noche.  Ni siquiera le quedaba una pisca de vanidad. ¿Acaso importaba que Reita le viera con aquellos enormes ojos hinchados?

“Solo quiero que olvides todo este tema con Kai”
Ruki mordió su labio inferior y observó hacia otro lugar. Reita apretó sus dientes. Era imposible negar que el estómago se le contrajera al observar aquella pena reflejada con el rostro del vocal.

Ruki dejó los lentes sobre el mesón con lentitud.
¿Olvidar a Kai? ¿Era eso posible?
Sabía que era una relación tan reciente, que casi no tenía mucho, pero--

Y antes de que pudiera siquiera responder, sintió el tacto casi invisible de las manos del bajista tomarle de las mejillas y besarle.

Los segundos se volvieron minutos largos para aquel tan suave roce.
Poco a poco el rostro de Ruki se desvaneció de entre las manos, cayendo suavemente y apoyándose sobre el hombro de Reita; lloró débilmente.


--


Llegó más tranquilo a casa luego de ello.

“Estaré esperando esta noche. No hará falta llevar mucho equipaje”

Las palabras de Reita seguían en su cabeza. El reloj marcaba las siete de la tarde y con dos bolsos completamente listos esperó la llegada de KAOLU, él cuidaría de Koron hasta que llegara de aquel viaje.

Se cuestionó si lo que estaba haciendo era lo correcto. Si el aceptaba la invitación de Reita no habría vuelta atrás.

Sentado en uno de sus sillones miró el equipaje.


--


“¿Era sincero lo que le dijiste?”

“No. No fui sincero. Lucia tan triste-- ¿Qué podía decirle?”

“Simple. Pudiste decirle la verdad”

“Tengo dudas con respecto a esto”

“El que tengas dudas no te da el derecho a elegir por ambos. Kai, Ruki es un mundo distinto a ti. Lo que tu pienses es completamente distinto a lo que él pensará”


La conversación que sostuvo con Uruha esa tarde, luego de presenciar en la compañía aquella conversación que mantuvieron Reita y Ruki, se mantuvo fresca aun llegando a casa.

El apartamento jamás se sintió tan solo y frio. Algo faltaba allí. Algo importante para él.

Sonrió, peinándose hacia atrás el cabello con los dedos.

“Si él acepta, no habrá nada que pueda hacer”
Kai se sentía perdido entre la penumbra de su propio living.



--


22:30 .p.m.
Ruki cerró bien su apartamento y se dirigió a casa de Reita.

Con lentitud presionó el botón hacia el primer piso y dio la espalda a su reflejo. Las manos le sudaban.

Tal vez lo hacía por despecho. Tal vez simplemente por sentirse importante.
El despecho era justificado. Para Kai no valía la pena la relación que habían mantenido. Para Kai nada era importante.

Dio un leve puñetazo al espejo del ascensor.

Las puertas se abrieron luego de minutos y salió de allí, no sin antes avisar en portería que se ausentaría unos días.

Esperó taxi en silencio y observó como las luces de la calle tintineaban.
El vehículo llegó bastante pronto de lo que pensaba y quería.


--


Las llaves ya no estaban donde normalmente esperarían, colgadas cerca de la puerta. Todo estaba en silencio. En completa oscuridad como hacía unos minutos antes de abandonar.

Un vehículo negro salió del edificio poco después.
Como nunca antes aquel conductor olvidaría colocarse los anteojos para conducir.


--


22:57.pm.
Ruki acomodó, una vez abandonado el taxi, el bolso que cargaba en su hombro derecho y tomó el equipaje dirigiéndose hacia la entrada del departamento del bajista.

Todo lucia tan tranquilo, inclusive su llegada al desolado vestíbulo.

Caminó al ascensor y el pecho se le contrajo dolorosamente. Tuvo que detenerse frente a este un momento, dejando los bolsos en el suelo.

Reprimió, como hacía de hace algún tiempo, vergonzosas lágrimas.


--


El apartamento de Ruki completamente vacío.
Su aroma impregnado en el aire era prueba de que hacía poco acababa de partir. Kai se odió como jamás se había odiado antes.


Se sentó un momento. “Cobarde” podía escucharse gritar a sí mismo. En un arranque de desesperación le dio un puñetazo al almohadón de adjunto y apretó con fuerza su frente con la libre, apretando con fuerza sus dientes.

Pensó que tal vez si la noche anterior hubiera podido calmarle y explicarle realmente del porqué de la mentira sobre el trabajo, ahora mismo estaría con él, a prueba, pero estaría con él. Pero ahora él estaba con --
Desgraciadamente no odiaba a Reita en ese sentido.

Se limpió los ojos con el pulgar e índice rápidamente y aclaró su garganta.

Ruki era distinto a él.

Palmeó la orilla del sillón con triste terneza y suspiró sintiendo arder los ojos y picar la nariz.

En un par de días todo podía cambiar. Tal vez incluso el amor que Ruki sentía por él.
¿Ruki aun sentía amor por él, verdad?
¿Sentiría amor por el luego de la cobardía que le había dicho?

Se marchó poco después.


--


Recorrió en su vehículo las calles, evitando llegar lo más pronto a casa. Seguía restregando sus ojos y aclarando sus fosas nasales como si nada hubiera pasado allí.

Se detuvo frente al semáforo y esperó a que el color cambiara.
Meditó en silencio apretando muy fuerte el volante.

y de pronto todo fue claro para él.

Llegando, hablaría con Ruki. Esto no estaba perdido. Lo único que hacía era huir de aquello que tenía que ver con sus sentimientos, pero se trataba de él, por quien había esperado tantos años. Kai sonrió observando su reflejo y sintió seguridad.

Condujo directo a su departamento. Pensaría que decirle y como arreglar todo el desastre que había causado.


Llegó a su apartamento casi trotando y abrió la puerta.

“ -- Hola”
Su postura cayó poco a poco y sintió los hombros hasta las rodillas. Ruki se encontraba frente a él.

“Ruki”
Tartamudeó congelándosele el cuerpo. Observó dos bolsos al lado de sus pies. Tragó saliva.

“No importa si pasas años encerrado en una oficina rabeando con viejos tontos, siempre estaré detrás de la puerta esperando—Aunque luego me arrepienta”
Ruki cerró los ojos y sonriendo, negó con divertida derrota. Se mantuvo en medio de la sala, observando a Kai.
“Pensaras que no vale la pena lo nuestro. Pero es lo que tú piensas. Yo no”
Ruki palmeó levemente sus costados mostrándose expuesto. No tenía por qué ser analítico con lo que decía aquí.

“No fui sincero. Nunca se trató del trabajo, de que haya perdido interés en ti o que no valieras la pena. Sentía dudas de que podrías ser realmente feliz conmigo. Cuando comencé a sentir cosas por ti lo único que podía hacer era esforzarme y trabajar muy duro. Pero llegaste a mí y noté que no era suficiente”
Kai apretó los dientes y tensó los hombros. Quiso avanzar y tomarle, mirarle a los ojos, pero permaneció quieto. Las piernas no reaccionaban.
Ruki era tan valiente para poder regresar y seguir luchando aun cuando pensaba, por medio de una mentira, que todo estaba perdido.

“¿Qué no era suficiente?”
Ruki intentó entenderle con bastante dificultad. Avanzó un poco hacia él.

“No. No importa cuánto trabaje, siempre saldrá algo en el camino. Algo que se interpondrá entre nosotros. Y cuando comenzaron a llamarme. Cuando comencé a cancelar salidas caí en cuenta que siempre seria de esa manera. No quería que un día simplemente te cansaras, y fuera demasiado tarde”

“¿Y tú solución fue el dejarlo ahora que estaba recién comenzando? ¿Por qué siempre piensas en el bien de los demás? ¿Acaso no puedo ser yo quien piense en mi propio bien?”

Kai entendió. Ruki era diferente a él. Pensaba diferente y tenía un punto de vista totalmente en desacuerdo con él en ciertos temas. Y este tema era uno de ellos.
Pensando que era por su bien, cuando no era ni para el bien de los dos. Se sintió realmente estúpido. ¿Una actitud Heroica?

¿Te importa que me canse? ¿Qué descubra lo débil que eres para sobrellevarlo? ¿Crees que me importa eso?”
Ruki entrecerró los ojos, paciente por una respuesta. Kai se encogió de hombros avergonzado, por lo que Ruki prefirió continuar hablando. Tal parecía que Kai no lo haría.

“No me importa eso. Solo me importa el que seas feliz conmigo, el que lo seamos-- Me cuesta mucho el ser honesto, te cuesta mucho el ser honesto ¿Qué sacamos con ello?
Me dijiste que no te importaba nada de nosotros—Kai ¿Eso fue por mi bien?”
Apretó sus labios y movió la cabeza incrédulo. Elevó la mirada y le observó. No pudo evitar sonreír por el tonto pensamiento que había cruzado por su cabeza.

“No lo dije con sinceridad. Si me odias es más fácil ¿Cierto? Pero estuvo tan cerca. De camino aquí pensé en todo lo que haría para recuperarte. ¿Por qué no te fuiste con Reita?”
Kai frunció el ceño con seriedad.

“¿Cómo sabias eso?”
Ruki sonrojó de vergüenza y culpabilidad.

“Hace días. Escuché a Reita hablar con Uruha sobre el viaje a Kanagawa. “El olvidar mi asunto” luego, en la compañía. Le escuché proponértelo. Guardaste silencio y supuse que era un “si” con la mirada”
Internamente, Ruki se alegró de saber que solamente Kai había escuchado. Aún recordaba aquel beso. Se había sentido tan vulnerable. Reita se había aprovechado de eso.
Comenzó a molestarse con el bajista por ello.

“Fue mi culpa en parte por dejar que Reita participara en esto, como también sospecho del que sientas culpa por espiar mis conversaciones con otros”

“En realidad no siento ninguna culpa”
Kai confesó esbozando una risa tranquila. Movió levemente los hombros, relajándolos y suspiró.

“¿Ninguna?”
Ruki se acercó un poco más a él, con una sonrisa pícara, buscando, tal vez una pelea ya que intentó lucir ofendido.
Podía guardar un poco de enojo, pero saber lo que Kai pensaba de él le bastaba para dejar todo ese mal entendido de lado.

“Ya no quiero huir de ti”
Agachó la cabeza sonriendo avergonzado y dio los pasos que faltaban para llegar a Ruki.

“No iré a ninguna parte”
Se dejó llevar por Kai, quien le abrazó con calidez. Colocando el mentón entre la curva de su cuello y hombro derecho, se mantuvo allí, tranquilo.

“Pero te advierto, Kai. Si vuelves a hacerlo usaré los anillos”
Kai rio y le estrechó más. Ruki acarició sus oscuros cabellos.

“No respondiste. ¿Por qué no te fuiste con Reita?”

“¿Tengo que decírtelo?”

Kai sonrió negando.

“¿Sabes? Creo que Reita aún está esperando”

“¿Qué?”
Abruptamente Ruki se separó de él y le miró.

“Ruki”
Kai, sin soltarle, le observó con leve reproche. Avergonzado Ruki se encogió de hombros y dándole un fugaz beso en  los labios, habló.

“Es Reita. Estará bien”
La tierna sonrisa que Ruki le dedico bastó para olvidar todo aquello por el resto de la noche.


Lamentablemente, aquella noche Reita se dormiría en el sillón, esperando.




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