{Capitulo XIV. Calma}
Abro los ojos de golpe y al instante tengo que parpadear varias veces, debido al daño que les produce la luz que incide sobre ellos. Cierro los ojos fuertemente y espero un poco antes de volver a abrirlos, lentamente, dando tiempo para que se puedan adaptar a la luz.
Cuando finalmente los tengo abiertos, siento como unos brazos, que se encuentran rodeando mi cintura, me presionan más sobre un fuerte y caluroso cuerpo, haciendo que mi temperatura corporal aumente al menos una importante cantidad de grados.
Ladeo la cabeza y mi mirada se encuentra con una imagen que me hace abrir la boca de la impresión. El rostro dormido de Sehun aparece ante mi en todo su esplendor. Él tiene los ojos cerrados, con una expresión relajada en el rostro, ya que su ceño no se encuentra fruncido como casi siempre, mientras que su piel está cubierta por una capa de brillo que le proporciona la luz del sol. Se ve bien, demasiado bien. Me sorprende verlo de esa forma, y me sorprende aun mucho más el hecho de estar así, junto a él.
De repente, todas las imágenes del día anterior regresan a mi memoria. Nuestros besos...la voz de Sehun diciendo que me ama...su mirada atormentada...nuestras manos entrelazándose... En mi mente, todo parece haber formado parte de un sueño, por lo irreal que parece. Pero se que fue real, ya que la calidez que el cuerpo de Sehun me transmite es lo que me lo demuestra.
«Sehun me ama» Mi mejor amigo durante mucho tiempo, esa persona que siempre estuvo a mi lado cuando más lo necesitaba, la persona con la que cada tarde iba a beber Bubble Tea, esa persona...Sehun...me ama, y saber eso se siente bien pero irreal a la vez.
– ¿En qué estás pensando? – la voz de Sehun me sorprende al susurrarme aquella pregunta con su profunda voz.
Los nervios golpean de golpe la parte baja de mi vientre, donde las manos de Sehun reposan, y se van extendiendo por todo mi cuerpo poco a poco. No estoy preparado mentalmente para hablar con él, ni siquiera he podido procesar debidamente todo lo ocurrido entre nosotros. Y su pregunta...«¿Qué se supone que tengo que responder?» no creo ser capaz de encontrar mi voz...no cuando su cercanía me pone tan nervioso.
Estaba tan hundido en mis pensamientos, recordando lo ocurrido, que ni quisiera pude notar el momento en que Sehun despertó. Solamente pude ser pillado desprevenido y verme como un idiota al tardar tanto en responder.
Cierro los ojos y me maldigo mentalmente por no poder controlar el acelerado latido de mi corazón.
«Vamos Luhan...respira» Intento hacer caso a mis propios consejos y respiro con lentitud.
– En...en nada en especial. – respondo, notando el propio temblor de mi voz al responder.
Sehun no dice nada, tan solo me aprieta más contra su cuerpo, respirando cerca de mi cuello y haciendo que los nervios de mi cuerpo se multipliquen de forma abrupta y mi rostro se tiña de un rojo intenso.
La habitación se queda en un silencio cómodo tras mi respuesta y nuestras respiraciones es el único sonido que rompe la calma del momento.
– ¿Eres real? – pregunta él, tras unos minutos, rompiendo el silencio de la habitación. – No puedo creer que seas real...
Sus palabras me confunden al no entender lo que quiere decir. «¿Por qué me pregunta si soy real?» y me siento aun más confuso cuándo, al cabo de unos segundos, una pequeña risa proveniente de él vuelve a llamar mi atención.
– Suena extraño pero... he imaginado tantas veces estar así contigo que...que siento que estoy viviendo un sueño del que no quiero despertar – admite Sehun, con un susurro de voz.
Su confesión me toma totalmente desprevenido y no se que responder a lo que ha dicho. Así que decido hacer lo único que puedo hacer en estos momentos : convencerme a mi mismo también de que todo es real.
Poso mis manos sobre las de Sehun y las empujo lentamente lejos de mi, para poder quedar liberado de su fuerte agarre. Tras esto, me separo un poco de él para poder dar la vuelta, de forma que quedo echado en la cama frente a él. Cuando nuestras miradas se conectan, el aire que había estado conteniendo escapa de golpe de mis pulmones.
Los ojos de Sehun están levemente rojos, como si estuviera conteniendo las lágrimas. Su expresión no es triste, ni feliz, el solo se ve...confuso, de la misma forma en la que lo estoy yo.
Me acerco poco a poco hacia él, acortando la distancia que nos separa en menos de un segundo. Cuando estoy lo suficientemente cerca como para poder oler el dulce aroma que desprende, poso un suave beso sobre su frente y, seguido de eso, poso mi frente junto a la suya.
– Buenos días... – susurro mientras cierro los ojos. – soy...soy real Sehun. Tu y yo...somos reales.
– Muchas veces, en mis sueños, has hecho y has dicho lo mismo... – susurra en respuesta.
– Pero esto no es un sueño Sehun, un sueño no se podría sentir tan real como esto. – tomando valentía de mi propio miedo, me acerco a él y poso mis labios sobre los suyos.
Es un toque leve, pero todo lo que implica es lo que le da la suficiente intensidad para hacer que mi corazón vuelva a latir a la misma velocidad que el aleteo de un colibrí. Sin embargo, Sehun se queda inmóvil, sin responder al beso.
Los nervios y mi desesperación mi incrementan con el paso del tiempo, por lo que tomo otro poco de valentía al ver que Sehun permanece inmóvil y decido lamer su labio inferior, consiguiendo que de esta forma sus labios se abran por la impresión.
– En mis sueños nunca hiciste algo como eso... – admite.
No me da tiempo a responder ya que su manos me atraen hacia él y sus labios se posan sobre los míos. Cuando nuestros labios se juntan, no es un toque delicado como antes, si no que es un toque lleno de necesidad.
Sus labios se mueven de forma desesperada sobre los míos y los míos responden de la misma forma. Los latidos de mi corazón se empiezan a descontrolar y son tan fuertes que temo que Sehun los pueda escuchar, por lo que un leve rubor aparece en mi rostro. Sin embargo, al cabo de unos segundos, no soy capaz de preocuparme por eso ni por ninguna otra cosa que no sea Sehun y lo real que se sienten sus besos.
Su mano sube hasta acariciar mi rostro mientras me besa, con suaves toques, como si temiera que en algún momento fuera a desaparecer. Al notar esto, intensifico aun más nuestro beso, abriendo ligeramente los labios para dar la bienvenida a su cálida lengua.
Quiero que Sehun sienta lo real que somos. Quiero convencerme también a mi mismo que nada de esto es una ilusión ni un sueño. Quiero darme cuenta de que todo está bien entre nosotros.
Nuestras lenguas juegan lentamente mientras nuestro aliento se mezcla y una sensación ardiente empieza a apoderarse de todo mi cuerpo. La sensación es nueva en mi y por ello me toma por sorpresa sentir eso, pero mi mente no se para mucho a pensar en ello.
Tras unos minutos, debemos separar nuestros rostros lentamente, con dificultad, ya que ninguno de los dos quiere separarse el uno del otro pero debemos atender nuestras necesidades básicas, como el poder respirar.
– Eres tan hermoso al ser real... – susurra Sehun mientras acaricia mi mejilla.
Mi rostro se pone aun más rojo que antes, y no soy capaz de hacer otra cosa que no sea sonreír en respuesta, debido a que mi respiración aún se encuentra agitada tras la gran sección de besos. El pensar eso, también ayuda a que mi rostro aumente mucho más su tono rojo.
– Estas muy sonrojado... – comenta Sehun, mirando fijamente el gran rubor de mis mejillas.
– No me digas eso... – me quejo apartando el rostro y ocultándolo cerca de su hombro. – debo de verme muy mal así...
La gran risa de Sehun se escucha en la habitación tras mis palabras. Con uno de sus dedos, Sehun levanta mi barbilla, de forma que me obliga a enfrentar su mirada.
– No es así, al contrario, te vez tierno y muy lindo. – afirma mientras acerca más su rostro al mío. – podrías hacer aegyo para mi.
– ¿Cómo?
– Quiero verte haciendo aegyo para mi... – me pide en un susurro.
«¿Por qué quiere verme haciendo algo así?» me muerdo el labio negando varias veces con la cabeza.
– ¿Qué? No...yo... ¿por qué quieres eso?
– Por favor... – su voz y su mirada me suplican con insistencia. – hyung, hazlo por mi.
No quiero hacerlo. No me gusta verme tierno, ni hacer aegyo. Cada vez que en los programas o en las entrevistas me piden hacer aegyo ya que mi aspecto de por si es tierno, muchas veces intento eludir el tener que hacerlo y, si no puedo negarme, lo hago con mucha vergüenza y no de buen gusto.
Soy un hombre...me siento varonil a pesar de mis confusos sentimientos por Sehun. Es por eso que amo jugar al fútbol, porque entonces es de las pocas veces en que la gente me ve menos tierno de lo normal y empieza a verme realmente como lo que soy, un hombre. (Luhan manly, macho men yeah)
Aun así, aunque me quiero negar a la petición de Sehun, no puedo hacerlo. Su mirada, su voz y el pequeño sonrojo que apareció en su rostro al pedirme eso, son demasiado convincentes.
– Eres un maknae peligroso... – afirmo entrecerrando los ojos.
Suspiro de forma sonora, haciendo que Sehun sonría por eso, y ruedo en la cama hasta quedar un poco a alejado de él. Me siento cerca de Sehun y cierro los ojos, inspirando fuertemente para ganar fuerzas y tomar la confianza suficiente para hacer lo que me pide.
Cuando creo que estoy preparado, abro los ojos y me encuentro a Sehun mirándome fijamente, con una mirada curiosa en el rostro.
– Ildeo hagi ileun gwiyomi – levanto los dos dedos indice de cada una de mis manos y los coloco en mis mejillas, como si fueran hoyuelos. – Ideo hagi ineun gwiyomi – hago el signo de la paz con mis dos manos y las coloco sobre mi cabeza, como si fueran las orejas de un conejo. Sehun se ríe al ver mi cara al hacer esto y es por ello que me detengo y empiezo a reír con él. Sin embargo, continuo. –
Samdeo hagi sameun gwiyomi. – junto mi dedo indice con el pulgar, formando un circulo con ellos. – Sadeo hagi sado gwiyomi – oculto mi dedo pulgar y con los 4 restantes, los coloco debajo de mi barbilla, intentando poner una expresión linda. – Odeo hagi odo gwiyomi. – coloco las palmas de mi mano a cada lado de mi rostro, el cual está muy caliente debido a la vergüenza que me produce hacer lo que estoy haciendo. – Yukdeo hagi yugeun. – muestro los 5 dedos de una mano, y solamente uno de la otra, empiezo a besar rápidamente cada uno de los 5 primeros y, antes de poder llegar al último, Sehun se acerca a mi y me da un fugaz beso sobre los labios, dejándome completamente paralizado por la sorpresa.
– Gwiyomi nan gwiyomi – termina por mi, dándome otro beso al finalizar la frase. – gracias por hacer esto.
No puedo responder nada ya que Sehun rápidamente se levanta de la cama. En mi mente aun se mantiene la imagen de Sehun cantando de forma linda. Él si es un experto en hacer aegyo, todos saben eso. Tal vez debería ser yo el que le pidiera la próxima vez que me hiciera aegyo. «La próxima vez...»
¿Cuándo será la próxima vez? ¿Qué vamos a hacer respecto a nosotros? No quiero tener que preguntar en voz alta mis dudas, solo quiero quedarme en esta habitación sin tener que preocuparme por nada más. Sin embargo, se que no puedo hacer eso. Necesito tener respuestas a mis preguntas y saber a lo que debo enfrentarme.
– Estamos en casa de Siwon... – me recuerda Sehun, mirándome – aun así, ya que Heechul nos ha dejado dormir aquí, supongo que no le importará que use su cocina para preparar algo para desayunar.
«Había olvidado que estábamos en casa de Siwon...» En realidad, había olvidado todo. Estando en la habitación, solo con Sehun, es fácil olvidarse de todo.
– Espérame aquí, traeré algo de desayunar para nosotros. – dice él, depositando un beso en mi frente antes de empezar a alejarse.
Aun así, no dejo que de muchos pasos, ya que me levanto rápidamente de la cama y sujeto la manga de su camisa, haciendo que se detenga y me mire alzando una ceja.
– No quiero que te vayas... – admito con voz baja, agachando la cabeza. – tengo miedo...
– No debes tener miedo, cuando regrese, hablaremos y aclararemos todo lo que tengamos que aclarar. Nosotros...podremos con esto. Yo tengo fe en ello. – los ojos de Sehun recorren mi rostro, intentando convencerme de lo que dice. – No eres el único que tiene miedo...
Intento creer en lo que dice, pero es muy difícil hacerlo. Muerdo el interior de mis mejillas, deseando que todas las dudas desaparezcan de mi mente y me dejen ser feliz, aunque sea por un pequeño periodo de tiempo.
– Te quiero, solo recuerda eso. – susurra Sehun, depositando un beso en mis labios.
Tras esto, Sehun sale de la habitación y me deja con mis pensamientos y su última frase repitiéndose una y otra vez en mi mente.
Me acerco a la cama y me echo sobre ella, cubro mis ojos con el dorso de mi mano y suspiro pesadamente. Ahora que Sehun se ha ido, la burbuja en la que hemos estado viviendo en este corto periodo de tiempo se ve más frágil que antes, aun así intento confiar en que todo saldrá bien, a pesar de que algo en mi interior me dice que todo entre nosotros no puede ser tan fácil, ya que nunca lo ha sido.