{Capitulo XV. Veracidad}
Espero por mucho tiempo sentado sobre la cama, mirando fijamente el reloj que se encuentra en la pared frente a mi. El tiempo parece pasar más lento mientras más lo veo, sin embargo no puedo hacer otra cosa que no sea fijar mi vista en la forma en que las manecillas del reloj se mueven.
Mis dientes muerden varias veces mi labio, en un acto que demuestra el nerviosismo que poco a poco va apareciendo en mi cuerpo cada vez que pienso en Sehun.
Me levanto de la cama y empiezo a caminar por la habitación, dando vueltas una y otra vez por el mismo lugar. Se que lo único que ha hecho es ir a preparar algo para comer, pero eso no consigue que la sensación extraña desaparezca de mi mente.
Sigo caminando varias veces, recorriendo toda la habitación, y en algún momento en medio de mi pequeño paseo, decido que no puedo seguir de esta forma. Necesito salir fuera. Necesito poder despejar mis ideas.
Al asomar la cabeza, veo que el pasillo está desierto y que un silencio total reina en la casa. Todo se ve diferente al día anterior, en el que el bullicio y la gente era lo que predominaba en la estancia.
Camino lentamente, intentando recordar el lugar en el que se encuentra el baño, pero es una tarea difícil ya que todos los pasillos parecen iguales en la gran casa.
Por fin, tras haber caminado un par de minutos, encuentro el baño y entro dentro de el. Me acerco hasta el lavabo y abro el grifo para dejar correr agua fría. Respiro lentamente cerrando los ojos y mojo mi cara con el agua fría, que en seguida causa efecto en mi, ya que todo mi cuerpo parece relajarse al instante.
Al limpiar mi rostro y quitar los restos del agua, veo mi reflejo en el espejo. Me veo terrible. Se notan unas grandes ojeras debajo de mis ojos, mientras que el resto de mi rostro no tiene un aspecto mejor. Mis ojos se ven rojos, y tienen una expresión extraña en ello. Es cómo si pudieran reflejar el cúmulo de emociones que hay en mi interior.
«Vamos Luhan, todo va a ir bien» me digo a mi mismo, intentando esbozar una sonrisa en mi rostro. Sin embargo, lo único que consigo es que las comisuras de mis labios se curven levemente, en una pequeña sonrisa.
Limpio mis manos y me preparo para salir del baño, pero unas voces se escuchan de repente fuera y eso hace que me detenga.
Una de las voces pertenece a Sehun, lo se porque para mi es imposible no reconocer su característico tono de voz, sin embargo no soy capaz de reconocer a quién le pertenece la otra, sólo soy capaz de notar que se trata de una voz femenina.
– Vete a casa ya... – dice Sehun, y parece algo molesto al decirlo.
– Pero oppa, tenemos que hablar... – asegura la voz femenina, con un agudo tono de voz.
– No tenemos nada de qué hablar, vuelve a casa por favor. Le diré a Jongin que te lleve de vuelta.
– ¿Qué? ¡No! Yo me quiero ir contigo, tú me has traído aquí Sehunnie...¡Y me tienes que llevar de vuelta!
– Te he dicho que no me puedo ir...
– ¿Por qué no? – insiste la voz de la mujer.
– Janice, entiéndeme por favor...
«Janice...» solo escuchar su nombre hace que la angustia atraviese mi pecho. Ella había estado con Sehun en la fiesta, ella había ido con él... Casi había olvidado su existencia al encontrarme en la burbuja de felicidad en la que me encontraba, pero escuchar su nombre trae devuelva su recuerdo a mi mente.
«¿Por qué está Sehun con ella?» No quiero que se acerque a él. No quiero que hablen juntos...Si fuera posible, me gustaría que ni respiraran el mismo oxígeno.
No debería estar escuchando su conversación a escondidas, debería salir y enfrentar las cosas como un hombre, sin embargo me veo incapaz de hacerlo. Mis pies no se mueven del lugar y parecen negarse a hacerlo. No quiero salir fuera, y no hay forma de quedarme dentro sin escuchar nada.
– Es por Luhan ¿cierto? Mientras yo dormía en el sofá porque tú desapareciste ayer sin decir nada, tú estuviste con él ¿verdad?
– Yo...lo siento. – es lo único que responde Sehun, y lo dice tan bajito que me cuesta mucho escuchar su respuesta.
– No lo sientas. ¿Dónde está él? ¿Crees que estará feliz riéndose de mi cuándo le diga que tú y yo nos acostamos juntos?
«Oh...eso ha dolido» Algo en mi había estado ignorando todo el tiempo el hecho de que Sehun y Janice se acostaron juntos, ese día que fui a verlo y los encontré juntos. Las palabras de Janice traen de vuelta a mi ese recuerdo y, junto con él, el dolor que sentí en ese momento.
Mi respiración se acelera mientras mi pecho comienza a doler. Mis ojos se cierran y mi frente se apoya sobre la puerta. El dolor inunda mi corazón y la confusión se apodera de mis pensamientos.
«Debería salir...» «O tal vez no...» «No lo se...»
Los segundos en los que me debato entre salir o no, se sienten totalmente cargados de dolor. Pero finalmente, sin que me de cuenta, mi mano se cierra sobre el pomo de la puerta y mi pie da un paso atrás, abriendo la puerta con la fuerza que produce al tirar de mi brazo.
Lo primero que veo es al abrir la puerta es a Sehun mirándome fijamente, con una expresión de sorpresa en su rostro, cómo si no pudiera creer que acabara de aparecer frente a él y hubiera escuchado todo.
Su mirada choca con la mía y por un momento todo lo que pensaba preguntar se borra de mi mente. Me quedo en blanco, mirando sus bonitos ojos color chocolate, repitiendo una y otra vez en mi mente una única súplica «Por favor...por favor...por favor, que todo se trate de una confusión». Sin embargo, otra voz me grita una y otra vez lo contrario, y esa es la voz que más parece escucharse en mi cabeza.
– Sehun...– me aclaro la garganta al notar lo débil que suena mi voz- Tú...¿te acostaste con Janice?
Por mucho que mis ojos quieren abandonar a los suyos y clavarse en el suelo, me obligo a mi mismo a mantener mi cabeza en alto, erguida, soportando el peso de su mirada, mientras formulo la pregunta.
Sehun traga saliva con dificultad y, al cabo de unos segundos, aparta su mirada de mi, dirigiéndola a sus manos. Se ve nervioso, no hay forma de que pueda ocultarlo de mi, y eso hace que un gran nudo se forme en mi estómago.
Siento ganas de llorar al saber su respuesta incluso antes de que la pronuncie, por lo que muerdo fuertemente mi labio inferior, deseando distraerme de esta forma con el dolor para evitar que las lágrimas que tanto desean caer, lo hagan. No pienso llorar, no teniendo a Janice cerca. No quiero darle esa satisfacción.
– Luhan yo... –Sehun hace el amago de querer dar un paso en mi dirección, sin embargo parece pensarlo mejor, ya que se queda en su sitio – lo siento...lo siento tanto...
«¿Qué es exactamente lo que sientes?» Me pregunto a mi mismo, sin embargo no digo nada en voz alta. Simplemente me quedo de pie frente a él, manteniendo una perfecta expresión neutra en mi rostro.
No quiero que sienta nada, no debería tener que sentir nada. Todo eso ocurrió antes de que nosotros fuéramos realmente "nosotros". Todo ocurrió antes de que cada uno pudiera aclarar las cosas entre nosotros. Pero a pesar de saber que es irracional echarle la culpa por algo que ocurrió antes, no puedo evitar sentirme traicionado.
Cuando Sehun levanta su mirada y la posa sobre mi, siento cómo todo el color desaparece de mi rostro. Sus ojos...esos ojos que tanto me gustan...están llenos de lágrimas. En su mirada todo lo que se puede notar es la tristeza y el arrepentimiento.
Tengo ganas de olvidarlo todo y abrazarlo fuertemente, de susurrarle al oído un “No pasa nada” y levantarme junto a él para intentar vivir una vida feliz, pero se que todo eso es imposible, no hay un posible final feliz para los dos...«¿Cierto?»
Antes de que pueda darme cuenta de lo que hago, mis pies ya me están arrastrando lejos de ahí, lejos de Sehun y Janice, lejos de ese mar de confusión.
Mientras corro mi corazón golpea fuertemente mi pecho, cómo si deseara atravesarlo para salir de él, cómo si deseara no sentir mas nada, no más dolor, no más confusión, no más sufrimiento.
Al pasar mi lengua por mis labios, noto el sabor salado de mis propias lágrimas, las cuales se deslizan una y otra vez con gran rapidez por mis mejillas. Ahora que no tengo frente a mi a nadie, me puedo permitir llorar, eso es lo único que me permito hacer de momento, no quiero pensar. No puedo pensar. No quiero hacerlo. Pensar sólo me traerá más sufrimiento...
No se a donde me dirijo, no tengo un rumbo fijo, lo único que deseo es poder alejarme lo suficiente...
Solo lo suficiente...
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*Pov Sehun.
– ¡Luhan espera!¡Por favor! – grito con todas mis fuerzas, antes de que el susodicho desaparezca de mi vista.
Mi cuerpo grita por completo que vaya detrás de él, y así lo intento hacer, pero no puedo dar más de dos pasos cuando siento cómo unas manos sujetan mi camisa, impidiéndome avanzar. Al mirar hacia atrás, compruebo que se trata de las manos de Janice. «¿Es que no me puedes dejar en paz?» Le dirijo una mirada de molestia, pero ella no parece querer notarlo, ya que su agarre se mantiene firme.
– No vayas detrás de él. No va a querer escucharte. Cielo...es mejor que él lo sepa de esta forma. Sólo olvídate de él...
– ¿Para qué? ¿Para quererte a ti? – me río con desgana – Escúchame bien...yo nunca voy a poder querer a otra persona que no sea Luhan.
Intento mirar fijamente sus ojos para que pueda comprender mis palabras, sin embargo las lágrimas nublan mi mirada y no me dejan enfocarme en nada más, además de en mi sufrimiento.
El dolor en mi pecho no hace más que aumentar conforme pasan los segundos y la angustia crece en mi interior cada vez más y más.
– Pero tú eres hombre y él también... !No es natural! Conmigo las cosas serían más fáciles, Sehunnie... – pronuncia con ese irritante tono de voz, tan característico suyo.
«Tiene razón» Con ella las cosas serían fáciles. Al menos más fáciles que con Luhan. Pero no mentí al decir que no podría querer a otra persona que no fuera él. Luhan lo es todo para mi. Él es el único que puede conseguir hacerme feliz y destruirme con la misma facilidad. Él es el único que puede hacerme sentir que todo va bien. Él tiene mi corazón en sus manos. Él me tiene por completo.
Muchas veces deseé poder amar a otra persona distinta de él, porque es un hombre y yo también lo soy. Lo intenté con todas mis fueras, pero por mucho que le decía a mi cabeza que amarlo no era lo correcto, mi corazón sentía algo completamente distinto cada vez que lo veía.
Y todo mi amor lo único que ha hecho ha sido incrementar estos últimos días, al probar lo que es besarlo, lo cálido que se sienten sus labios sobre los míos, lo exquisitamente dulce que sabe su piel, lo maravillosamente hermosa que se suena su voz al decir mi nombre...
– Lo se. – contesto finalmente, después de llevar unos minutos callado. – Se que todo sería más fácil contigo. Pero yo amo a Luhan, y ahora que se que él también me quiere a mi...no puedo dejarlo ir. Él es hombre y yo también lo soy, pero siento que todo estará bien mientras él me quiera. No hay nada malo en quererlo siempre y cuándo él también me quiera a mi...
– Pero no es normal...
– ¿Quién dice qué es normal y que no? – digo, alzando la voz, mientras aprieto mi mano en un puño
«Tranquilízate» me digo a mi mismo, sin embargo es difícil poder controlar mis emociones en estos momentos.
Inestable. Soy completamente inestable. El gran cúmulo de emociones y pensamientos que se forman en mi mente no me permiten controlar mis acciones, al menos no del todo.
– Llevo deseando esto durante mucho tiempo cómo para dejarlo ir ahora que lo tengo tan cerca. – continuo diciendo. – Cometí un error y eso me tortura día a día, pero necesito su perdón... lo necesito...
Sin darme cuenta, empiezo a llorar otra vez mientras miro fijamente a la nada, perdido en mis pensamientos. No siento la suficiente fuerza para seguir de pie, por lo que caigo al suelo sobre mis rodillas. Mi cuerpo tiembla y las lágrimas se deslizan por mis mejillas, el gran dolor en mi pecho se va haciendo cada vez más y más grande, tanto que me cuesta hasta respirar.
– ¿Sehunnie por qué lloras? –las manos de Janice se posan sobre mis mejillas y me obligan a mirarla a los ojos.
– Porque lo amo tanto y no entiendo cómo fui capaz de traicionar mi amor por él de esa forma...
Al terminar de hablar, Janice se queda mirando mi rostro por unos largos segundos, hasta que después de un tiempo aparta su mirada, luciendo incómoda.
– ¿Tanto lo amas?
– Él es todo lo que necesito...
«Y todo lo que quiero». No me cuesta expresar mis sentimientos en voz alta ya que hace tiempo acepté que mi amor por Luhan no tiene nada de malo. Él es un hombre, y yo también lo soy, pero lo amo y no puedo luchar contra mis sentimientos ya que sería una batalla totalmente inútil.
– No puedo seguir con esto...te quiero para mi, Sehunnie, pero no de esta forma. – asegura Janice, acariciando mi mejilla con sus dedos. – No se porqué te engañe de esa forma, lo siento tanto...tanto...pero no hiciste nada Sehun. Ese día, en el hotel, empezamos a beber y terminaste llorando sobre mi hombro, contándome lo mucho que amabas a Luhan y lo mucho que sufrías por eso. Pensé que te haría un favor al alejarte de él y por eso te hice creer que nos habíamos acostado juntos pero en realidad...en realidad no sucedió nada...
Levanto la mirada y lo miro confuso, sin entender sus palabras. «¿Cómo...?»
– Pero tu ropa...tu estabas usando mi camisa...
– Derramaste vino sobre mi ropa por lo que me tuve que cambiar. Cuándo despertarte te mentí y luego apareció Luhan...
Janice se queda callada y, tras unos minutos, un absoluto silencio reina en el lugar. En mi mente, sus últimas palabras no hacen más que reproducirse una y otra vez. «Ella me engañó, yo no hice nada...»
Con los puños de mis mangas limpio las lágrimas de mis ojos y me levanto lentamente del suelo, alejándome lo más que puedo de ella una vez que estoy de pie.
Finalmente, mi mente termina de asimilar sus palabras y el dolor en mi pecho se sustituye por un gran ira y rabia.
– ¿Cómo pudiste hacerme algo así? ¿Cómo pudiste hacernos algo así? – gritó mirando en su dirección. – ¿Tienes alguna idea de lo despreciable que me sentía? ¿Sabes lo mucho que me odiaba a mi mismo al creer que me había acostado contigo?
– Lo siento...lo siento tanto, realmente pensé...pensé que era lo mejor. Te veías tan mal queriendo a Luhan, yo creía que si me amabas todo sería mejor...
Janice deja de hablar ya que un gran llanto interrumpe sus últimas palabras, sin embargo no siento pena por ella. No siento nada.
– No te acerques más a nosotros...le diré a Jongin que te lleve de aquí y espero no volver a verte nunca más...
– Pero Sehun... no por favor. Lo siento tanto. Wǒ hěn yí hàn...Qíng nín yuán liàng wǒ*...
– Ahora necesito encontrar a Luhan...Adiós.
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Camino por los largos pasillos, notando el fuerte palpitar de mi corazón sobre el pecho. Por más que busco con una y otra vez a Luhan con la mirada, no encuentro su presencia por ningún lado. Lo busco en cada una de las habitaciones que encuentro a mi paso, pero en ninguna se encuentra él.
Conforme pasan los segundos, más desesperado me siento por encontrarlo. Necesito aclarar todo. Necesito solucionar las cosas entre nosotros dos. Necesito poder abrazar su suave cuerpo y sentir la calidez que desprende al juntarse con el mío.
Ahora que se la verdad, siento que todo puede ir bien, que podemos tener un final feliz. Solos él y yo, sin nadie más.
Estoy tan inmerso en mis pensamientos qué, al doblar la esquina del pasillo por el que estoy caminando, no veo otra figura aproximándose a mi hasta que es tarde. Nuestros cuerpos chocan, el mío da un traspié y cae al suelo, mientras que el suyo tan solo se desequilibra un poco.
– ¿Estás bien? – me pregunta Kris, mirándome desde arriba.
No respondo nada, tan solo muevo la cabeza en señal de afirmación y estiro la mano en su dirección, esperando a que me ayude a levantarme del suelo. Y así lo hace.
– ¿En qué estabas pensando? – pregunta Kris. – Ni siquiera me viste, parecías estar muy concentrado en algo...o alguien. – añade, con una pequeña sonrisa en el rostro, cómo si estuviera pensando en algo divertido.
– Sí sí, estoy bien. Sólo...tengo que ir a encontrar a alguien...
Dicho esto, intento avanzar hacia delante, sin embargo Kris extiende un brazo y lo coloca frente a mi, impidiéndome el paso.
– Hay algo más importante que hacer ahora. Nos están reuniendo en el salón. Han dicho que es importante, el resto de los integrantes ya están ahí.
«No hay nada más importante para mi en estos momentos que encontrar a Luhan» siento ganas de responder eso, pero por el contrario, lo que hago es quedarme callado meditando acerca de lo que ha dicho Kris. ¿Qué será eso tan importante que tienen que decirnos?
Sea lo que sea, realmente no me importa en este momento. Lo único que quiero, lo único que necesito, es encontrar a Luhan para explicarle todo. Lo demás es secundario.
– Lo siento, pero yo realmente tengo que encontrar a esa persona...
– No hay tiempo para eso, han dicho que es importante ir.
– Pero yo tengo que encontrarlo... No lo entiendes. –digo mientras aparto el brazo de Kris con mi mano.
Intento volver a andar, pero antes de que pueda dar más de dos pasos, la mano de Kris se posa sobre mi hombro, deteniéndome en el acto.
– Seguramente esa persona a la que buscas esté ya en el salón, junto a los demás. – afirma Kris.
– Pero aun así...
– Luhan está bien. No te preocupes por eso.
Miro a Kris con confusión en cuanto nombra a Luhan. ¿Cómo sabe él que es la persona a la que estoy buscando?
– Es largo de contar...no preguntes por qué lo sé, tan solo lo sé. – Kris sonríe de lado al decir esto último. – ahora vamos, no bromeaba al decir que es importante ir.
Antes de que pueda responder, me veo arrastrado hacia delante por Kris. Su mano cerrada sobre mi brazo me obliga a caminar junto a él, siguiendo su ritmo al andar. Por mucho que quiera apartarlo de mi lado e ir a buscar a Luhan, decido confiar en él. Cómo él dijo, Luhan debe de estar en el salón junto a los demás.
– Gracias por confiar en mi y no oponer resistencia. – comenta Kris, con un toque de diversión en su voz.
– No me has dado otra opción. – afirmo, apuntando con mi mirada a su mano cerrada sobre mi brazo.
– Lo cierto es que soy una persona convincente, ese es uno de mis tantos talentos.
Me echo a reír al escuchar su comentario, y Kris no tarda mucho en acompañar a mis risas. Seguimos caminando por un par de minutos más, ahora con una ambiente más relajado y menos tenso que antes, hasta que llegamos frente a una gran puerta blanca.
– Esta es la puerta del gran salón de la casa, el otro por el que pasamos también era un salón pero este es algo así cómo “El gran salón de las reuniones”. No preguntes por qué, Siwon tiene gustos extraños.
Kris da un paso hacia delante y abre la puerta lentamente, arrastrándome junto a él hacia el interior del lugar.
Al entrar, un par de ojos se mueven en nuestra dirección y se fijan en nuestros rostros. Puedo reconocer a Chanyeol y Baekhyun sentados juntos en el gran sillón de color negro que se encuentra en medio de la estancia. A su lado, sentado con las piernas cruzadas, se encuentra Suho. Y así, sucesivamente, sentados los unos cerca de los otros, se encuentran todos los miembros. O al menos casi todos. No veo ni a Luhan ni a Tao por ninguna parte.
– Luhan no está... – susurro para mi mismo.
– Estará por venir... – responde Kris, alejándose de mi lado para sentarse en una de las sillas que se encuentran junto al gran sofá.
Aunque debería seguir su ejemplo y esperar tranquilamente sentado en otra de las sillas, mi impaciencia es tal que me doy la vuelta y camino de regreso a la puerta, deseando abandonar la estancia para ir a buscar a Luhan, pero me detengo en cuanto el susodicho aparece en la puerta. «Luhan»
Mi corazón se acelera y las ganas de correr junto a él para poder abrazarlo son tan grandes que me cuesta horrores no hacerlo. Se que estaría mal abrazarlo frente a todos los demás miembros, pero hay algo en mi que nubla por completo la parte racional de mi mente que me grita que no lo haga.
Aun a pesar de estar decidido a hacerlo, cuando mis ojos se levantan y se encuentran con la fría mirada de otro par, me quedo inmóvil en mi sitio incapaz de hacer otra cosa que no sea mirar fijamente esos ojos.
Trago saliva con dificultad y siento cómo todo el color abandona mi rostro. Me quedo pálido, presa de un gran miedo que empieza a crecer poco a poco en mi interior al reconocer a la persona que está a tan solo un par de metros de mi, al lado de Luhan.
– No puede ser...