{ Capitulo XVIII. Pasión. }
Le miro he intento absorber cada pequeño detalle de su belleza. La forma en la que su pequeña nariz se arruga cuando mis dedos se deslizan lentamente por ella, acariciando y sintiendo la calidez que desprende. El leve rubor que se extiende por su rostro cuando el mio se acerca al suyo, quedando a apenas unos centímetros, sintiendo nuestras respiraciones aceleradas unidas en un solo ritmo. El pequeño pestañear de sus largas pestañas cuando sus ojos se cierran al sentirme cerca. La dulce voz que utiliza para decir mi nombre mientras sus delicados brazos se cierran, atrapándome en un confortable abrazo. La calidez y el sonido de su corazón golpeando fuertemente contra el mio. El dulce aroma de su cuerpo, que me envuelve en una atmósfera irreal.
Todo él parece un sueño. Toda la situación parece el delirio de una mente ajena a nosotros. Los hechos del pasado ya no duelen tanto, las heridas han cicatrizado. Solo por este momento, en el que solo existimos nosotros dos, merece la pena haber pasado por tanto.
Lentamente, con un poco de miedo, acaricio su mejilla y poso mis labios sobre los suyos, dejando a mi aliento acariciar su interior. El me recibe, es cálido, y húmedo, y muchas cosas más para las que no existen palabras. Nuestro toque no es cómo antes, es mucho más ansioso. Mis labios devoran los suyos, mi lengua juguetea con la suya, y su cuerpo se pega más y más al mío. Poco a poco voy notando sus ansias al sentir cómo sus dedos presionan en mi espalda, acercándome.
Mis manos bajan temblorosas hasta sus caderas, temiendo que en algún momento vaya a echarse para atrás, pero nada de eso ocurre, por el contrario, ahora son sus labios los que se deslizan por mi cuello, depositando pequeños y cortos besos por todo su trayecto. No puedo evitar estremecerme por su toque, y desear más, mucho más, es por eso que deslizo mis manos por el borde de su camiseta, ansioso, y la levanto poco a poco, hasta despojarlo de ella.
Al verlo tan expuesto, con el rostro ligeramente colorado al darse cuenta de su situación, me maravillo por completo. Mis dedos acarician su suave piel y mis labios no pueden resistir probar un poco de él. Sabe exquisito. Voy besando todo su pecho, bajando lentamente, sintiendo la delicada presión que ejercer sus dedos enredados en mi pelo, hasta que llego al borde de sus pantalones. Levanto un poco la mirada y mis ojos se encuentran con los suyos, cuando nuestras miradas se conectan, el aire escapa de golpe de mi cuerpo; sus ojos brillan de una forma que nunca antes había visto, puedo ver en su mirada una multitud de cosas, pero la que más sobresale es el deseo. «Oh...» Mi cabeza da vueltas por un momento, y la forma en la que muerde su labio inferior es lo que me hace perder por completo el sentido. «Oh joder» Nunca antes había sentido unas ganas tan grandes de complacer a alguien. Mis manos bajan rápidamente el cierre de su pantalón, y mis ojos se encuentran rápidamente con la bonita vista de la erección de Luhan. Es en ese momento que empiezo a sentir la mía propia palpitando entre mis pantalones. «Diablos...» Dejo escapar un pequeño jadeo entre mis labios y trago saliva, sin poder creer lo que estoy a punto de hacer. Acerco lentamente mi rostro hasta su erección, la acaricio con mi nariz, y en ese momento el cuerpo de Luhan se pone rígido por completo.
– Es-espera Sehun...que-que vas a hacer... – la voz de Luhan tiembla en todo momento – eso...esto...diablos...es demasiado vergonzoso – cubre su rostro con sus manos al terminar de hablar.
– Ya se que es vergonzoso, para mi también lo es Luhan – admito – pero te quiero y quiero complacerte...
– ¡Cómo puedes decir cosas vergonzosas tan fácilmente!
– Ya hace tiempo que acepté que te quiero... yo he estado pensando en este tipo de cosas durante mucho tiempo … – «Genial, sueno cómo un pervertido» – quiero decir...he tenido más tiempo para asumirlo.
Luhan se queda en silencio tanto tiempo que temo en todo momento que se levante y me deje, sin embargo, después de lo que parece una eternidad, Luhan por fin habla.
– De acuerdo – Luhan suspira – sólo hagamos... hagamos lo que tengamos que hacer pero no hagas cosas cómo esas... es demasiado para mi...
Asiento con la cabeza, sin saber bien que decir, y miro hacia ambos lados de la habitación, sintiéndome de repente un tanto incomodo, sin saber que hacer. Luhan suspira y me sorprende al atraerme hacia él y besarme de golpe, uniendo nuestros labios en un casto beso.
– Te he dicho que puedes continuar pe-pero sin hacer cosas tan vergonzosas – susurra entre mis labios.
No puedo evitar que sus palabras me hagan sonreír cómo un idiota, sintiéndome muy feliz. Beso muchas veces sus labios y mis labios sólo se apartan de los suyos durante un corto periodo de tiempo, el suficiente para poder quitarle los pantalones. Luhan queda ante mi usando solo sus boxers, y la imagen es sumamente sensual. La erección entre mis piernas parece aumentar de tamaño sólo al verlo de esa forma. Acaricio con una de mis manos por encima de su erección, y disfruto al escuchar el pequeño gemido que Luhan deja escapar entre sus labios.
– Sehun no-no hagas eso... – se queja, con los ojos cerrados y los labios apretados.
«No me digas que no haga algo que te hace poner ese tipo de expresión» pienso. No puedo resistir las ganas y vuelvo a acariciar su miembro, esta vez acariciándolo directamente.
– ¡Sehun! ¿Dónde...dónde has aprendido este tipo de cosas? – Luhan susurra – No, mejor no me lo digas...
– En las revistas...yo estuve investigando... – ahora es mi rostro el que se siente caliente, al admitir esto último.
– ¿Investigando? Diablos... nunca pensé que el Sehun lindo y tímido que conocía fuese de esta forma... Con razón que te llevas tan bien con Chanyeol, ese otro pervertido...
– ¿Así que soy un pervertido Luhan hyung? – esbozo una sonrisa, acerco mi rostro al suyo y acaricio lentamente su mejilla – Solo...no puedo creer que pueda acariciarte de esta forma, todo parece un sueño... después de todo lo que hemos pasado...
– Ahora no pienses en eso – noto cierta tristeza en el tono de voz de Luhan al hablar – sólo eres un adolescente con las hormonas revueltas y yo cómo buen hyung tengo que ayudarte... Y ya no me hagas decir más cosas vergonzosas...
Sus manos desabotonan de forma torpe los botones de mi camisa y me la quitan, dejándome con el pecho al descubierto. Mi cuerpo tiembla ligeramente, un pequeño aire roza mi piel, pero eso no es lo que me hace reaccionar, sino la mirada de Luhan sobre mi cuerpo. De repente, soy yo el que se siente inseguro y tímido, al ser examinado de esa forma por Luhan. Este mueve sus manos hasta tocar mi piel, primero de forma indecisa y después tomando un poco más de valor.
– Eres tan suave... – la voz de Luhan se desliza por sus labios de forma involuntaria, y se sonroja al darse cuenta después.
Mis labios caen sobre los suyos y aprietan su cuerpo, notando su calidez y la propia calentura de nuestras entrepiernas. De un momento a otro, sin apenas darme cuenta, mis pantalones quedan desprendidos y lo único que separa nuestros cuerpos es una pequeña cantidad de tela. Mis manos acarician la piel de Luhan, disfrutando de su suavidad, hasta llegar de vuelta a su erección. La acaricio con movimientos lentos y dejo a mis labios posarse sobre la piel de su cuello y marcarla, necesitando de algún modo hacer ver que es mío, que me pertenece de todas las formas. Pequeños jadeos y gemidos escapan de su boca, y al notar esto, él cubre su boca con su mano.
– No hagas eso...quiero oírte – susurro con atrevimiento cerca de su oreja.
Luhan se niega, y eso me molesta un poco, por lo que abro la boca y dejo a mi lengua acariciar el lindo lóbulo de su oreja. Luhan no puede resistir esto y dejar escapar un gemido. «Gané» pienso, sonriendo ampliamente. Sin embargo, también me siento perdido al notar cómo mi propia erección empieza a doler, al excitarme cada vez más y más.
Tanteo con la mano que tengo libre hasta alcanzar el pequeño tocador cerca de la cama, y por fin encuentro lo que buscaba.
– Luhan por favor date la vuelta – noto cómo mi voz tiembla al hablar «Esto...solo es tan difícil»
– ¿Qué? ¿Por qué...? – pregunta con los ojos cerrados, con un hilo de voz.
– Yo t-tengo que prepararte – mi rostro se sonroja fuertemente.
– ¿Prepararme? ¿Por qué? – de repente abre los ojos y una expresión de confusión se dibuja en su rostro – ¿Por... por qué tengo que ser yo el que sea preparado? Yo pensé que bueno...yo sería...
– Eh... – ahora soy yo el confuso, no esperaba una situación así.
– ¡También soy muy hombre Sehun! Además soy tu hyung...y soy el mayor...y yo pensé ya que tú eres el que primero dijo que me amaba y dijiste que estabas ya concienciado...
– Nunca pensé en algo así... – admito. – bueno... diablos... – rasco mi nuca, indeciso – yo no se si tu sabes cómo hacer esto... ya sabes... yo estuve investigando cómo dije...al menos por esta vez deja que sea yo.
– Odio que tengas la razón – admite ocultando su rostro con sus manos – has....has lo que quieras.
Mi cuerpo inmediatamente se enciende con sus palabras. Mi nerviosismo queda oculto detrás de mi excitación, por lo que pronto hago caso a sus palabras, unto un poco del producto en mis dedos y en su bonito trasero. Mis manos tiemblan en todo momento, pero intento mostrarme seguro ante Luhan. Con delicadeza, introduzco lentamente un dedo en su interior, e inmediatamente noto cómo Luhan se tensa, apretando con fuerza mi dedo.
– Luhan, relájate un poco por favor – acaricio su erección, tratando de dirigir su atención a ese punto, para distraerlo del dolor.
Luhan no se queja en voz alta, pero su rostro muestra el dolor que siente. Me siento un poco culpable, pero la necesidad es aún mayor en mi. Tras un momento, otro de mis dedos entran en su interior, haciendo suaves movimientos para intentar que se acostumbre a ellos. Luhan deja escapar un gemido, una mezcla de dolor y placer, lo que me incita a meter otro dedo más.
– Esto se siente tan raro... – admite con un susurro.
– ¿Te duele menos?
– Sí...pero aun así...
– Entonces voy a entrar ya.
– ¿Qué? Esper–interrumpo su queja, besando sus labios.
Muevo mis labios ágilmente por los suyos, lubrico mi miembro y lo coloco en su orificio. Entro lentamente dentro de él, y pronto el calor de su interior me domina por completo. «Cálido y estrecho...» Luhan es cálido, ardiente, y su interior me aprieta, haciéndome llegar al borde del placer. Luhan deja escapar un gran jadeo cuando entro dentro de el, cierra los ojos y sus dedos se clavan fuertemente en mi espalda.
– Duele...no te muevas aún por favor – me suplica con un suave tono de voz.
Solo soy capaz de asentir con la cabeza, incapaz de encontrar mi voz. Mi mente está blanca por completo, la agradable sensación de estar dentro de Luhan lo invade todo, haciéndome incapaz de pensar en otra cosa. Poco a poco Luhan se va relajando más, y su interior ya no me aprieta tanto como antes, aun así la agradable sensación no disminuye ni por un segundo.
– Me voy a mover ya – advierto, depositando un beso en su frente.
Me muevo lentamente, saliendo y volviendo a entrar en Luhan, dejando escapar un gemido cuando mi miembro se encuentra maravillosamente asfixiado por su cálido interior. Luhan se queja, muerde fuertemente sus labios hasta que los hace sangrar, es por eso que callo sus quejidos con mis labios. Mi lengua acaricia su labio inferior, saboreando el sabor de su sangre, y tiro levemente de el. Poco a poco me muevo más rápido, Luhan me aprieta más contra si y sus quejas se van convirtiendo en gemidos de placer. Luhan besa mi cuello, y lo marca al morderlo suavemente, eso solo provoca que mi orgasmo se acerque cada vez más y más. Notando esto, muevo mi mano hasta su olvidado miembro, y lo acaricio con suavidad, necesitando que los disfrutemos de este momento.
– Sehun yo voy a...yo no aguanto más – Luhan susurra cerca de mi oreja.
Tras esto, deja escapar mi nombre con un pequeño grito, y llega a su orgasmo. La visión del rostro lleno de placer de Luhan hace que el mio propio también se acerque. «Es lo más hermoso que he visto nunca...» lo penetro un par de veces más hasta que mi cuerpo tiembla al llegar a su propio clímax.
– Te amo tanto Luhan – digo, antes de correrme en su interior.
Mi cuerpo cae suavemente sobre el de él, y nuestros jadeos son lo único que se escucha en la habitación por unos segundos. Sus manos acarician mi espalda hasta que finalmente salgo de su interior y me recuesto a su lado. Abro los ojos y miro fijamente el rostro de Luhan, intentando convencerme a mi mismo de que es real y no un producto de mi imaginación.
– ¿Eres real?– pregunto abrazando su cuerpo contra el mío.
– El dolor de mi trasero es real, así que yo también lo soy. – se queja con una risa – ¿por qué siempre me preguntas eso? No es la primera vez que lo haces...
– Creo que nunca me acostumbraré a poder estar así, junto a ti – admito – es por eso que me cuesta creer que no estoy soñando, no sería la primera vez que te siento tan real y termino despertando a la triste realidad.
– No te preocupes más Sehun – sus manos toman mi rostro y sus dedos acarician mi rostro – soy real, ¿notas mi calidez? Esta es la realidad, es nuestra nueva realidad, una extraña realidad pero al fin y al cabo, nuestra. No voy a desaparecer, ni irme a ningún lugar.
– Tampoco te dejaría ir si quisieras – admito, pegando su cuerpo al mío.
– Realmente eres un niño caprichoso Sehun.
Luhan se ríe y su risa disipa todas las preocupaciones de mi interior. Sus ojos se notan cansados, y mi cuerpo se siente igual, tras el esfuerzo al que ha sido sometido. No tardamos en quedarnos dormidos, abrazados, con nuestras piernas entrelazadas y nuestros cuerpos protegiéndose del frío el uno al otro. Un último pensamiento aparece en mi mente antes de quedar por completo en la inconsciencia : «Espero que esta felicidad no acabe nunca»