{Capitulo VII. Destrucción}
Desde hace unos días no he vuelto a ver a Luhan, y eso se refleja en mi estado de ánimo : me encuentro totalmente agotado y sin ganas de hacer nada. Es por eso que estoy, un domingo, echado en el sofá del pequeño apartamento que compré hace un par de meses. Siempre he sido una persona que aprecia mucho la soledad y necesita un par de momentos para el mismo, es por eso que compré este pequeño apartamento, ya que así podría tener un momento para reflexionar, y ahora, para poder escapar de mi mayor problema llamado Luhan.
Todo este tiempo la misma pregunta ha estado rondando en mi cabeza una y otra vez “¿Qué es lo que voy a hacer?”. Hasta hace un par de días creía que lo tenía claro, creía que por fin había aceptado que iba a tener que aprender a vivir sin Luhan, pero todos los hechos que han ocurrido en estos últimos días han hecho que me plantee de nuevo.
Primero, Luhan dijo que me quería, pero luego aseguró no recordar nada de eso. Segundo, lo que pasó en el hospital...Luhan me quería a su lado, lloró por mi, eso quiere decir que le importo y realmente me quiere pero...¿me quiere como yo quiero que me quiera? ¿me quiere como yo lo quiero a él?
El timbre de la casa me trae de vuelta a la realidad. «¿Quién podrá ser?» miro el reloj y veo que es casi mediodía. Me levanto de un salto del sofá, dejando el vaso de bubble tea, que tenía en las manos, sobre la mesa. Me acerco a la puerta y suspiro antes de abrirla, ¿por qué es tan difícil estar solo?. Al abrir la puerta, veo a Kai parado frente a mi con una sonrisa en el rostro y una bolsa negra en las manos.
– Hola Sehun– me dice ampliando aún más la sonrisa de su rostro. – no has dado señales de vida en los últimos días.
«¿Tal vez porque no quería ser encontrado?»
– Lo se, lo se – me rasco la nuca, como hago siempre que estoy nervioso. – y...¿qué haces aquí Jongin? – pregunto de forma un tanto más brusca de lo que quería.
– Quería saber si seguías vivo ya que no has contestado a tu teléfono, y he traído provisiones – levanta la bolsa que tiene en su mano entrando en casa, pasando al lado mío.
– ¿No te han dicho que es de mala educación entrar en una casa sin pedir permiso? – al escucharme decir eso, Kai solo rueda los ojos y se sienta en el sofá.
Me acerco a el y me dejo caer a su lado, sabiendo que por más que lo quiera, Jongin no se irá hasta haber comprobado que “estoy bien”. Siempre he apreciado eso de él, lo mucho que se preocupa por mi, pero en momentos como estos, en los que quiero estar solo, lo único que me gustaría es que no fuera así.
– Bueno, ahora que estamos aquí ¿me vas a contar que es lo que te sucede? – Jongin me mira fijamente, más serio que antes, esperando una respuesta de mi parte.
Pero la respuesta nunca llega. No quiero mentirle y decirle que estoy bien, no puedo hacer eso, estoy harto de fingir siempre estar bien cuando no es así. Así que solo me mantengo callado, fingiendo estar muy entretenido con las paredes blancas de la habitación. Si ahora mismo pasara una mosca por mi campo de visión, se convertiría en la cosa más entretenida del mundo.
– No responder también es de mala educación.
– Ah ya, cállate – le tiro una de las almohadas del sofá y esta casi cae cerca de su cara, sin embargo Kai consigue esquivarla con un simple movimiento de cabeza.
– Si no me quieres decir nada, está bien – saca algo de la bolsa negra mientras dice esto. Es bubble tea, de mi sabor favorito. – sin embargo es una pena porque no voy a poder darte esto... – señala la bebida y la empieza a beber él.
Jongin conoce mis puntos débiles y sabe jugar con ellos. Mi gran debilidad es Luhan, y eso no lo sabe, pero si conoce mi segunda debilidad : el bubble tea. Aunque, a decir verdad, todo está relacionado. Empecé a amar el bubble tea por Luhan, por todos los momentos en los que íbamos juntos a beber mientras el me contaba cosas sobre su vida, siempre con esa mirada tan brillante, llena de emoción, esa mirada que yo tanto necesitaba...
– Eso es trampa. – lo fulmino con la mirada – yo...solo... – trago saliva, intentando pensar en que es lo que voy a decir. Podría decir solo parte de la verdad, así no estaría mintiendo. – hay una persona que me gusta...
– Imaginaba que sería algo así – comenta Jongin escuchando ahora mucho mas atento que antes. – ¿Que problema hay con eso?
– No podemos estar juntos. Y tampoco estoy seguro de si quiere estar conmigo o no.
– No creo que debas preocuparte – se sienta mas cerca de mi y palmea mi espalda. – eres guapo, seguro que ella no se resiste a tus aegyo – me sonríe de lado, con esa sonrisa tan característica suya.
«Ahí esta mi problema, en que no es "ella" si no "él".
– Es mucho mas complicado que eso...– me muerdo fuertemente el labio, rezando porque Jongin deje ir el tema, pero no lo hace, sino que prosigue.
– Bueno, ya sabes que un clavo saca otro clavo y yo conozco a una chica perfecta para ti – asegura sonriendo – yo te la podría presentar, es muy bonita, justo tu tipo...
Algo dentro de mi se quiebra en ese momento. De repente no puedo soportar más. No puedo seguir escuchando lo que dice sin sentirme mal. Yo no quiero a ninguna otra persona que no sea Luhan. No puedo querer a otra persona que no sea Luhan. No puedo aceptar a ninguna otra persona que no sea Luhan. Ya no quiero fingir que no me sucede nada, ya no quiero fingir que no me duele vivir así. Tener que fingir día a día que vivir de esta forma me gusta, me esta matando. ¿Hasta cuándo voy a tener que vivir así? ¿Voy a tener que fingir que amo a otra persona sólo para agradarle a los demás? Tener que mentir a mis amigos, a mi mismo...me hace sentir una persona rastrera. No quiero esto en mi vida. No quiero sentir este nudo que siento en la garganta todos los días de mi vida. ¿Qué voy a hacer después? ¿Qué se supone que tendré que hace? Si ya no soy yo quien maneja mi vida, sino otros, los que tienen el poder de destruir la persona en la que me han convertido con tan sólo un pestañear de ojos. ¿Voy a seguir viviendo así? Ya ni si quiera mi vida me pertenece...y no me siento dispuesto a seguir soportando esto ni un sólo día más.
– ¿Donde está Luhan? – pregunto de repente, mirando más allá de Kai.
– No quería decir nada pero tenemos ensayo – Kai me mira fijamente, ahora mas serio que antes – ahora está EXO M practicando.
– ¿Seguirán ahí? – comento mientras me levanto lentamente del sofá.
– Supongo que sí, todos los demás están ahí, yo tomé un descanso para venir a verte...
Antes de que termine de hablar ya tengo en mente lo que voy a hacer, no lo puedo pensar mas por miedo a echarme atrás pero se que tengo que hacerlo porque de lo contrario no voy a ser capaz de vivir relativamente bien. Tengo que hablar con Luhan y pedirle perdón, decirle que lo siento y lo que siento una y otra vez. «Necesito hacerlo...»
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Lo veo. Lo veo y siento que no me puedo contener mas. Su mirada se ve tan cansada como la mía, sus ojos brillan de la misma forma que brillan los míos. «¿Será que los dos queremos lo mismo?» Realmente quiero creer que sí. Quiero tener una esperanza a la que aferrarme para poder dar un gran salto hacia delante y no pequeños pasos hacia atrás, como había estado haciendo las ultimas semanas. Me acerco un poco a su lado, lentamente pero intentando tomar seguridad en cada paso que doy. Su rostro esta levemente sonrojado, también me gustaría creer que es por mi, pero el sudor de su cuello revela que se debe a causa del cansancio provocado por el ensayo.
Cuando Luhan siente que estoy cerca de él, levanta su vista del suelo y me mira fijamente. En su mirada se nota una duda repentina, por un segundo aparta la mirada pero en seguida frunce el entrecejo y vuelve a mirarme. La intensidad de su mirada me consume y me eleva por los suelos. Pero a la misma vez duele...y me recuerda a ese dolor tan familiar que he estado teniendo desde que lo tiré todo por la borda.
Luhan me mira expectativo, como si pensara que quiero hacerle mas daño. «Si el supiera que lo hice todo creyendo que era lo mejor para él...» Siento ganas de escapar y salir huyendo a un lugar en el que nadie me pueda encontrar nunca. Pero me niego. No lo haré. No estoy dispuesto a perder mas a Luhan. No. No.
– Yo...esto quiero hablar contigo. – las palabras se deslizan por mi garganta de forma muy lenta, es dificultoso hablar sin temblar a la vez.– por favor.
Luhan me mira con la sorpresa escrita en el rostro. Sin duda no esperaba eso de mi. Aun así, mueve su cabeza un par de veces en señal de afirmación y se deja conducir por mi hasta una parte tras el escenario.
Durante todo el camino, mis piernas tiemblan incontrolablemente y el pánico se apodera de mi. De repente, me empieza a faltar aire y todas mis extremidades se pone rígidas. «Diablos Sehun, respira...»
Luhan y yo nos detenemos, mirándonos fijamente el uno al otro. De repente, todo lo que tenia en mente desaparece por completo. Me quedo en blanco. Una nada absoluta se forma en mi cabeza. ¿Realmente voy a hacerlo? Se que aun puedo echarme atrás pero estoy cansado de hacer eso... No. Debo enfrentar de una vez la realidad, no puedo seguir viviendo como he vivido hasta el momento ya que eso ni siguiera se podía llamar vida. Sin Luhan a mi lado de la forma en que quiero tenerlo no merece la pena vivir.
– ¿Qué quieres decirme Sehunnie? – pregunta Luhan, apartando la mirada para fijarla en el suelo.
Sus mejillas se sonrojan levemente cuando dice "Sehunnie", lo que consigue armarme de un poco mas de valor. «Tal vez...existe un pequeña oportunidad...» Aunque la oportunidad es pequeña, casi inexistente me aferro a ella, como un árbol se aferra a sus raíces.
– Quiero decir muchas cosas – admito en voz baja – pero...yo – «Se directo Sehun» – ¿te puedo hacer una pregunta?
– La acabas de hacer... –responde el con una pequeña risa. Yo también río, aunque mi risa es una risa nerviosa que se quiebra al final.
Tras un largo silencio, por fin consigo tomar la suficiente fuerza y determinación para hablar.
– Tomaré eso como un sí. Antes de decir nada...quiero pedirte perdón por haberme comportado como un idiota contigo – los ojos de Luhan se amplian mucho más ante mi confesión, mirándome fijamente. – yo...yo lo siento mucho y espero que puedas perdonárme.
«Necesito que me perdones»
– Sehun … – Luhan pronuncia mi nombre lentamente, haciendo que me deleite con el sonido de su voz. – ya te perdoné por eso en el hospital. Pensé que ya estabamos bien, pero volviste a ignorarme y... – su voz se quiebra y deja de hablar.
– Lo siento mucho, yo...– «Vamos Sehun, piensa en algo» – tenía mucho trabajo que hacer – miento, intentándo sonreir al final de la frase pero fallándo desastrozamente.
Los ojos de Luhan se iluminan por un momento y una pequeña sonrisa se esboza en su rostro.
– Entonces... ¿somos amigos otra vez? – me pregunta animado.
“Amigos”. Esa palabra que antes me bastaba pero que ahora ya no me sirve. «No Luhan, no quiero ser tu amigo» Podría decirle que sí y aceptar ser solo su amigo, pero por una vez en la vida quiero ser egoísta, quiero poder arriesgarme un poco más que eso.
– Tú...Luhan...– tomo aire, intentando armarme de valor. Pero ni aún con todo el oxígeno del mundo estaría suficiente preparado para hacer la pregunta que quiero hacer. – ¿Tú me quieres? – suelto de repente, apartando mi mirada rápidamente de él.
El silencio que precede a mi pregunta se clava en mi corazón como mil agujas. Luhan levanta la mirada y me mira con esos ojos castaños suyos tan expresivos, pero que ahora reflejan una nada absoluta. Soy incapaz de leer su expresión, y eso es lo que mas me aterra, porque siempre he sido capaz de percibir cada cosa que Luhan sentía. Hasta ahora, que es cuando mas lo necesito.
Conforme pasan los segundos, que a mi me parecen verdaderas eternidades, la esperanza en mi se desvanece cada vez mas y mas y empieza a morir. Soy incapaz de pensar en otra cosa que no sea desear fervientemente desaparecer. Ir a cualquier lugar, pero lejos de él...
En mi cabeza, la misma pregunta aparece una y otra vez. «¿Por qué?¿Por qué?¿Por qué?¿Por qué?»
Muevo las piernas y me dispongo a alejarme de Luhan, sintiéndome incapaz de soportar tanta presión por mucho mas tiempo, sin embargo la mano de Luhan, que de repente aferra mi muñeca, me hace detenerme.
– Claro que te quiero Sehun...a pesar de todo... – baja la mirada y se muerde el labio.
«¿Pero qué...?» Lo miro y siento que, por primera vez, veo realmente lo que quería ver. Me siento dichoso por dentro. Tengo ganas de llorar de la felicidad, pero antes de eso, hay una cosa que supera a todas las demás.
Dejándome llevar por completo por mis instintos, apoyo una de mis manos cerca de la pared, a pocos centímetros del rostro de Luhan. Cuando este levanta la mirada y me mira, sonrío levemente de lado y me inclino hacia delante, posando mis labios sobre los suyos, ahora abiertos a causa de la sorpresa.
Disfruto de la sensación de sus suaves labios bajo los míos. De la vibración que produce en mi cuerpo ese mero contacto con él. De la sensación de calidez que deja su aliento en mi. Mi mano se mueve rápidamente hasta que llega a su mejilla, la cual acaricio lentamente, intentando mostrarle con cada caricia lo mucho que el significa para mi. Las manos de Luhan también se mueven, se posan sobre mi pecho y eso hace que mis sentidos se activen aun mas. Sus manos aferran mi camisa y tiran de ella, lo que me insta a profundizar el beso y lamer tímidamente su labio inferior, probando su dulce sabor.
«Luhan...» de repente, sus manos hacen mas presión contra mi y, al principio pienso que se debe a porque quiero más de mi, pero pronto me doy cuenta de que es todo lo contrario, lo que Luhan está haciendo es empujarme lejos de él.
«¿Qué?» me alejo de él, dando un paso hacia atrás, y al hacerlo Luhan cae al suelo lentamente, deslizándose por la pared.
Había estado tan ensimismado por el beso, que no había notado que todo el tiempo Luhan había puesto resistencia a este. Los segundos pasan y me quedo frente a Luhan, estando solo en presencia, pues mi mente esta a una gran distancia en un mar de caos. Luhan llora, cubriendo su rostro con sus manos, mientras todo su cuerpo tiembla. Se ve sumamente desconsolado, y todo por culpa mía.
– Luhan... – doy un paso hacia él, pero me detengo en cuanto veo como este se encoge mas sobre si mismo, como si tuviera miedo de mi.
Eso no hace mas que aumentar el dolor palpitante de mi corazón. «¿Qué...he...hecho?»
– Luhan yo ... – se que debería callarme, pero no puedo hacerlo. Yo...necesito hacer algo.– yo lo siento solo yo... – las palabras salen apresuradamente de mi, dejándome sin aliento.
– ¿Por qué has hecho eso? – Luhan por fin habla, aunque lo hace en un susurro apenas audible, con su voz quebrándose al final de la oración para luego volver a llorar.
– Tu dijiste que me querías – respondo sintiéndome al borde del colapso. Soy consiente en todo momento en lo vacía que se escucha mi voz.
– Pero...no de esa forma – Luhan rompe a llorar mas fuerte que antes, presionando sus pequeños puños sobre sus ojos. Como si intentara resolver una ecuación muy complicada en su cabeza y no supiera ni si quiera por donde empezar.
Ver de esta forma a Luhan es algo que me mata a cada segundo. Ser el culpable de hacer algo así me hace sentir peor de lo que me he sentido nunca. «Todo es culpa mía» me doy cuenta de pronto, y soy incapaz de seguir ahí, frente a él, después de saber que lo he destrozado todo por mi egoísmo y por tener estos extraños sentimientos dentro de mi.
Me doy la vuelta sobre mis talones y me alejo corriendo, lejos de él. No le dirijo una ultima mirada ni intento hacer nada mas, ya que se que ahora definitivamente Luhan no quiero saber nada mas de mi.
