{Capitulo X. Sorpresa}
Me despierto en el coche, con mi cabeza pegada al hombro de Tao y el cuerpo más descansado que antes. Aún así, no es suficiente, por lo que un gran bostezo sale de mi boca.
Tao se mueve a mi lado y gira la cabeza al ver que estoy despierto. No parece haberse despertado hace mucho, ya que aun tiene los ojos semicerrados.
– Ya despertaste – dice Tao mientras una sonrisa se curva en su rostro. – ¿cómo has dormido?
– Bien, aunque aun tengo un poco de sueño. – contesto sinceramente mientras estiro mis brazos y vuelvo a dejar escapar un bostezo. – ¿Cuánto tiempo he estado durmiendo y cuánto queda para llegar?
– Hemos estado durmiendo por unas 3 horas y solamente queda una hora para llegar a casa.
– Bien...Esto Tao.. – le miro fijamente. – gracias por lo de hoy. He estado pensando, que dijiste una vez que te gustaba caminar solo por la orilla del mar y esta vez lo has hecho conmigo. – «Eso debe ser algo muy importante para él y lo ha compartido conmigo»
– Yo quería hacerlo. – contesta Tao mientras alarga una mano y la posa sobre mi hombro. – para eso están los amigos.
– Aun así, gracias. – insisto sonriendo levemente. – ¿Soy la primera persona con la que caminas por la orilla del mar? – le pregunto, sintiéndome repentinamente curioso.
– No. Hace un tiempo que salgo a caminar con Kris. – admite mientras aparta la mirada de mi rostro y la posa por la ventana, mirando a algún punto infinito.
– Ah – abro la boca para responder pero en seguida la cierro al ver que no tengo nada más que decir.
Desde hace mucho tiempo, Tao y Kris han tenido esa especie de relación, una relación que yo califico como “extraña”.
Tao y Kris son muy íntimos, comparten muchas cosas y están gran parte del tiempo juntos. Kris parece disfrutar de su compañía y Tao parece sentir lo mismo. Sin embargo, hay algunas veces que me he preguntado si su relación va a más, si Tao siente algo parecido a lo que yo siento por Luhan o si es solo una relación de amistad. Cuando alguien está alrededor de Tao o intima mucho con él, Kris mira a esa persona como si fuera la peor molestia de este mundo. Y cuando alguien se acerca a Kris, Tao hace lo mismo. Aun así, nunca he sido capaz de preguntarles nada, a ninguno de los dos, básicamente por miedo a su reacción.
Por un momento siento pena por ellos, al saber que si la gente empieza a sospechar algo parecido de su relación, les harán lo mismo que a mi y a Luhan : les obligarán a separarse. «Porque personas como nosotros no tenemos permitido sentir cosas así» No podemos hacer caso de nuestros sentimientos.
Vuelvo a recostarme sobre el cómodo asiento, sin embargo no soy capaz de dormir otra vez ya que siento a Tao removerse a mi lado. Abro los ojos y le echo un leve vistazo. Se ve nervioso por algo, ya que muerde frenéticamente su labio y juega con sus manos. «¿Qué le sucede?»
– Tao...¿Qué es lo que pasa? – le pregunto.
– Na-nada. – responde él, poco convincente.
– Eso no es lo que parece. – le acuso con la mirada. – Dime que es lo que quieres decir.
– Esta bien. Han llamado...qui-quieren que todos los miembros nos reunamos. No me han dicho para qué pero... – deja la frase en el aire, ya que no necesita decir más para que yo pueda entender a que se refiere.
Siento como mi corazón da un vuelco y cada parte de mi cuerpo se paraliza. De repente, un terror profundo me inunda por dentro. «Luhan...¿Luhan habrá dicho algo de...de lo del beso?» Me vuelve loco pensar que es así, no quiero pensar que la respuesta es afirmativa, sin embargo no veo otra explicación posible para la reunión. A mi mente vienen una multitud de situaciones en las que siempre salgo perdiendo. Y en todas tengo miedo, como ahora.
«¿Perderé a mis amigos? ¿Me echarán de la empresa? ¿Qué haré cuando todo el mundo sepa lo que siento, cuando todo el mundo sepa quien soy realmente?» No me importaría perder todo eso si a cambio hubiera obtenido el amor de Luhan, pero no tengo nada, estoy completamente vacío.
Lo que más me duele es pensar en lo que Luhan opina ahora de mi. «Probablemente me odia...» Quizás no quiere que me vuelva a acercar a él, quizás me aparta de su lado para siempre. Un nudo en mi garganta empieza a crecer más y más con cada pensamiento que le dedico, el pensar en la idea de Luhan estando lejos de mi es algo que me aterra. Yo no puedo vivir sin él, no puedo vivir sin ver esa sonrisa suya, no puedo vivir sin escuchar las bonitas palabras que salen de su boca.
Vuelvo a sentirme como antes, sólo que peor. Fingir y estar lejos de Luhan era doloroso, pero esto no tiene ni punto de comparación. Siento que estoy caminando directamente a un abismo de sufrimiento y dolor, se que me voy a romper en pedazos de un instante a otro.
Ya no me puedo aferrar si quiera a Tao. No puedo hacerlo. No quiero ir allí, no quiero que me juzguen de tal forma.
Me encojo en mi sitio y abrazo mis piernas, ignorando el hecho de estar manchando el asiento del coche. Tao me mira, pero no dice nada. Y yo agradezco su silencio. No hay nada que pueda decirme que haga menos dolorosa esta situación. Sólo me queda seguir andando al pozo sin fondo que me saluda cada vez más de cerca.
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Tao dirige la llave a la cerradura de la puerta del pequeño apartamento, pero no logra abrirla ya que mi mano se mueve rápidamente y sujeta su muñeca.
– Yo...necesito un momento. Por favor – le pido mientras me alejó de él, en dirección a las escaleras.
Me siento sobre el frío suelo y pongo mi cabeza entre mis rodillas. Intento que mi respiración se calme, sin embargo esta no hace más que aumentar su velocidad. Mi corazón parece estar jugando una maratón y eso se refleja en la intensidad de mi ritmo cardíaco.
Mis manos tiemblan incontrolablemente, imitando al mismo movimiento que realizan mis piernas, y el sudor baja por mi frente, mezclándose con el sudor de mi nuca.
«Contrólate Sehun» pienso, sin embargo no es algo fácil de hacer. No creo estar preparado nunca para lo que sea que me vaya a venir encima. No. Definitivamente nunca lo estaré.
¿Por qué tengo que hacer algo que se que me hará daño? Es inconcebible...sin embargo, tengo que hacerlo. Tengo que aceptar las consecuencias de mis errores, aunque estas sean demasiado duras de pagar.
Con un pañuelo, limpió el sudor de mi frente. Tomó una gran respiración y me levanto del suelo, notando aún el leve temblor de mis piernas. Me dirijo de vuelta a donde esta Tao, sintiendo mi respiración pesada.
Cuando me ve, el me pregunta con la mirada si estoy bien y yo sólo asiento con la cabeza un par de veces, sabiendo que soy incapaz de decir nada más sin desplomarme en el suelo. Por fin, la puerta se abre, y tomando un último respiro, entro en el apartamento siguiendo a Tao en su interior.
Lo primero que ven mis ojos es a un gran grupo de personas reunidas en el salón, con expresiones sumamente preocupadas y...extrañas. No hay otra palabra para describir la rareza de su expresión. Todos los miembros están allí, algunos sentados en el gran sofá, otros en sillas y otros de pie, sin embargo estos últimos dan pequeños saltos sobre sus pies, de un lado a otro, mostrando claras señales de nerviosismo.
Cuando sienten nuestra llegada, todos los ojos se posan en nosotros, o mejor dicho, en mi. Todos me miran, quizás un poco más del tiempo que se considera normal. Me quedo quieto, totalmente inmóvil, sintiendo como el sudor otra vez vuelve a formarse sobre mi frente. «¿Por...por qué me miran así?» me pregunto mientras agacho la mirada, deseando de alguna forma escapar del lugar.
El primero en hablar es Suho, el cual se aclara la garganta antes de hacerlo.
– Ya llegasteis, estábamos preocupados. – dirige su mirada a mi y posa una de sus manos en mi hombro. – ¿Cómo estás?
Levanto lentamente la mirada y miro directamente a sus ojos negros, los cuales se ven preocupados.
Suho mueve su mirada de mis ojos a mis manos, fijándose sobre todo en la que tengo vendada. «¿Qué es lo que pasa?» me pregunto cuando veo la vacilación en su expresión.
– Bien – miento, sin saber muy bien que decir.
– Nosotros estamos preocupados por ti. – empieza a decir Suho. «¿Les habrá contado Luhan...» De ser así, este es mi fin ¿no es así? Todo el color abandona mi cara – vimos fotos tuyas con la mano vendada y no sabíamos que te había pasado. Por eso nos hemos reunidos, todos estábamos preocupados por ti. – termina de decir, alargando su mano a la mía.
Mi rostro debe de ser un poema, ya que toda la preocupación que había estado acumulando hasta el momento escapa de golpe de mi. ¿Así que era eso? «Estaban preocupados por mi mano...» Eso quiere decir que Luhan no les ha contado nada ¿cierto? Siento ganas de reír, así que dejo escapar una risita histérica ante la mirada de sorpresa de todos.
Busco desesperadamente a Luhan con la mirada al no verlo por ningún lado. Y cuando por fin lo veo, no soy capaz de ver nada más.
Luhan está apartado de todos los demás, en el extremo de la habitación. Su mirada está clavada fijamente en sus pies, mientras que su ceño se encuentra fruncido. Muerde tan fuertemente su labio que siento miedo del daño que se pueda hacer por eso.
No se ve contento, ni molesto, simplemente...se ve desolado y eso me duele. Me duele verlo ahí, a apenas unos metros de mi, pero a la misma vez a kilómetros de distancia. «¿Alguna vez podré alcanzarlo?» me pregunto a mi mismo, aún sabiendo que la respuesta es negativa.
Es como si Luhan pudiera leer mis pensamientos y escuchar mi voz en su mente, ya que alza su mirada y la posa sobre mi. Su contacto visual apenas dura un par de segundos, pero es suficiente para hacerme perder la cordura. Su mirada es una mezcla de sentimientos que no me permite leer nada claro en ella, solo me hace captar la desesperación que se encuentra en su mente. Quiero acercarme a él y explicarle todo, a pesar de saber que no es la mejor de la ideas. Quiero abrazarlo y pedirle perdón, quiero suplicarle que me permita seguir como antes, solo siendo su amigo. Al menos eso era mejor que esto. Pero cuando empiezo a tomar valor para dirigirme a su lado, Luhan empieza a alejarse de mi, desapareciendo por completo de la habitación.
Me quedo mirando el lugar en el que estaba por un largo tiempo, con la boca abierta, aun sin poder creerlo. «¿Por qué soy tan idiota?»
– Tierra llamando a Sehun. ¿Te golpeaste también la cabeza? – pregunta Baekhyun cerca de mi, riendo al final de la frase.
– Eh...no. – respondo de repente, regresando a la realidad, haciendo que los demás se rían.
– ¿Qué fue lo que pasó? – me pregunta Suho, acariciando mi mano herida por encima de la venda.
– Yo...esto... – «Vamos Sehun, piensa en una buena escusa» ¿Pero que podría decir? La verdad desde luego queda descartada.
– Sehun se cayó – responde Tao por mi, hablando demasiado rápido.
«¿Es en serio?» le pregunto a Tao con la mirada, rogando por que los demás crean su mentira, aunque al ver sus rostros puedo percibir que no es así.
– Pero tienes una herida en la mano. – insiste Chanyeol, señalando mi mano.
– Yo...me caí sobre mi mano cuando tenía en la otra mano un vaso. – digo con una pequeña risa al final de la oración. Al instante, se que es una escusa realmente estúpida, que cualquiera con 5 dedos de frente sabría perfectamente que eso no fue lo que sucedió, sin embargo agradezco al cielo ya que nadie insiste ni pregunta nada más.
Sin embargo Suho parece debatirse entre replicar o dejarme ir, pero al mirar mi rostro parece elegir la última opción.
– Esta bien, deberías ir a descansar, no parece una herida muy grave. Mañana iremos al médico a que te vean eso, por suerte no tenemos programado nada hasta dentro de un par de semanas... – me empuja lentamente conforme habla, llevándome a la habitación que comparto con él en esta pequeña casa que usamos de vez en cuando para descansar.
Una vez que estamos solos en la habitación, me siento sobre la cama y espero pacientemente a que empiece a hablar, ya que noto perfectamente las ganas que tiene de decirme algo.
– ¿Qué es lo que ha pasado realmente? – me pregunta sin verme, de cara a la puerta.
– No creo que lo quieras saber... – «O lo puedas comprender»
– Créeme cuando te digo que lo quiero saber, si lo pregunto, es por algo.
Por fin se da la vuelta. Su mirada me dice que no puedo mentirle, no a él. Y tampoco quiero hacerlo. Pero no puedo decirle nada, ya he estropeado bastante las cosas hasta ahora y no quiero complicarlas más. Solo quiero fingir que no siento nada por Luhan, solo quiero que todo vuelva a ser como antes...
– Después de los ensayos, te vi salir corriendo, como si hubieras visto una especie de fantasma. Estabas muy pálido Sehun, y parecías al borde de un abismo. – empieza a decir, mientras se sienta al lado mía sobre la cama. – después de eso, encontré a Luhan llorando detrás del escenario. Y la última persona con la que lo había visto estar era contigo...Él no me dijo nada, solo permaneció callado hasta que lo traje aquí, pero no hizo falta que dijera nada. Yo...yo noto ese tipo de cosas Sehun... – Suho pone una mano sobre mi hombro y ejerce una ligera presión sobre el – Yo se lo que sientes.
– ¿Cómo? – pregunto, sintiéndome estupefacto por sus palabras.
– Yo se que tu quieres a Luhan...como algo más que un...esto...amigo.
– ¿Cómo? – vuelvo a preguntar en un susurro apenas audible, ya que casi no tengo aliento para hablar. Las palabras de Suho me toman por completa sorpresa y aún me cuesta asimilarlas.
– Me fijé en la forma en que lo ves, era como...como sí estando con él, nada más te importara en el mundo. Soy el líder y tengo que fijarme en ese tipo de cosas...yo no pretendía... – sus mejillas se colorean de un tenue tono rosa – yo no pretendía notarlo ni quería inmiscuirme pero después de lo de hoy no lo he podido evitar.
– ¿Tan obvio soy? No mejor...mejor no respondas. Está claro que sí. – froto mis ojos y suelto un sonoro suspiro. Todo es culpa mía, desde el principio. Si no hubiera sido tan obvio...si hubiera guardado mejor mis sentimientos, quizás nada de esto habría pasado. «Diablos...hasta Suho lo notó»
– Quizás no lo eres para los demás, pero yo tengo algo así como un superpoder para ese tipo de cosas
– ¿Tú poder no era el controlar el agua? – Suho se iré y yo también me río con el, aunque rápidamente mi expresión regresa a como estaba antes. – ¿Tu me odias?
– ¿Por qué iba a odiarte? – me pregunta Suho, viéndose totalmente confuso.
– Porque...tu sabes...Luhannie...Luhan...es un chico y....y yo también lo soy y esto no es normal...
Suho no me deja continuar ya que rápidamente cubre mi boca con una de sus manos.
– Sehun uno no puede elegir de quien enamorarse. Y está bien, no lo entiendo, pero está bien. Tú puedes amar a quien quieras y yo no te juzgaré por ello. – con cada palabra que dice, mi corazón se tambalea entre un mar de emociones. Ser aceptado por Suho, aún conociendo mis sentimientos, es algo realmente confortable. – ¿No es normal? ¿Quien dice que es normal y qué no? No importa eso Sehun... y además Luhannie parece niña, así que no importa...
– Aigo... – le doy un leve codazo riendo suavemente, aunque una vez más, mi risa se extingue tan pronto como llega. – Yo...
– Desahógate conmigo Sehun. Soy el líder de EXO, pero ante todo soy tu amigo y si puedo ayudarte con esto, entonces lo haré.
Por un par de segundos más, me debato entre hablar o no, pero al ver su sincera amistad en su mirada, no puedo contener las palabras de mi boca. Le cuento todo, o al menos casi todo, le hablo de la promesa que me obligaron a hacer, le hablo sobre la noche en que alejé a Luhan de mi lado, le hablo sobre el día en que lo vi cantar y me dijo "te quiero", le hablo sobre los maravillosos días en el hospital y sobre los días de destrucción que le sucedieron. Cuando le hablo del beso, sus ojos se amplían más de lo normal pero no comenta nada. En todo momento me escucha con gran silencio y atención, sin hacer comentario de cualquier tipo.
Cuando por fin dejo de hablar, cuando por fin mi aliento se seca, lo único en movimiento en la habitación son las lágrimas que corren por mis ojos. Lágrimas llenas de impotencia y dolor.
Suho me atrae a él en un fuerte abrazo y no me niego, si no que me entrego por completo a la seguridad que me proporciona su abrazo. Desahogarse se siente muy bien, demasiado bien, aunque no logre curar nada, simplemente proporciona la oportunidad de conseguir hacerlo
– Sehun no tires la toalla. No me he fijado mucho en Luhan porque no estoy tanto con él como contigo, pero no creo que el te odie. Se veía trastornado hoy pero eso seguramente era por la impresión del beso. ¿Y acaso tu le contaste o hablaste de él de tus sentimientos? No. Entonces deberías ir ahí, a su habitación y decirle lo que sientes.
– No puedo, tengo...tengo miedo. - admito, fallando al controlar el temblor de mi voz.
– Eso es normal, pero si no lo intentas, entonces habrás llegado tan lejos para nada.
– Pero...
– No más peros. ¿Tú quieres a Luhan?
Esa es la única pregunta para la que siempre conoceré la respuesta.
– Yo lo amo...
– Entonces lucha por él, no te dejes vencer. Tu puedes hacerlo Sehun...
Él tiene razón. Ya lo he echado todo a perder. ¿Qué más podría salir mal? ¿Qué más podría perder? Nada.
Tengo que aclarar las cosas a Luhan. Tengo que hablar con él sobre mis sentimientos. Aunque no me quiera, tengo que explicarle por qué me alejé de él. Se lo debo a él y a mi mismo.
Sin decir nada más, miro a Suho mientras me levanto de la cama y este sólo me dirige un gesto en señal de afirmación. Pero no me hace falta más. Mis pies se empiezan a mover rápidamente, hasta que sin darme cuenta, ya me encuentro fuera de la habitación.
«Debería ir a beber un vaso de agua» sin embargo se que eso me daría la oportunidad perfecta para echarme para atrás y ya no quiero hacer eso nunca más. Ahora sólo quiero ir en línea recta, aunque me arriesgue a chocar fuertemente contra un muro.
Lentamente voy caminando por el pasillo que conecta todas las habitaciones, hasta que llego al final, donde se cuentes su habitación.
El nerviosismo empieza a invadir todo mi ser, sin embargo ya no vacilo ni un segundo más. No lo puedo hacer. Ahora mismo, lo único que quiero es encontrar esta dulce liberación de la verdad, aunque pueda recibir un rechazo a cambio.
Estoy a punto de tocar su puerta cuando noto que esta entreabierta. «¿Qué debería hacer?» podría entrar sin tocar y esperarlo dentro en caso de que él no estuviera. Pero ¿y si está dentro? ¿Y sí....y sí se está cambiando de ropa? «Oh dios...»mi rostro adquiere un intenso tono escarlata nada más de pensarlo.
Pasan los segundos y no escucho ruido alguno en el interior de la habitación, así que finalmente decido entrar sin tocar al suponer que debe encontrarse en otro lugar. Empujo la pesada puerta con mis delicados dedos hasta que queda completamente abierta, regalándome una magnífica vista de la habitación.
Es entonces cuando un grito desgarrador llena por completo mi ser. Un grito que proviene de mi y no logra salir al exterior. Todo a mi alrededor esta invadido por un inquietante silencio.
«No...no puede estar pasando esto»
El frío más abrumador que halla sentido nunca me invade por completo.
No puedo respirar, o al menos ya no recuerdo como hacerlo.
Mis pies de repente se sienten frágiles, como si ya no tuvieran la fuerza suficiente para sostener el resto de mi cuerpo.
Mi boca permanece abierta, aún sin poder creer la situación.
Mis ojos rápidamente se llenan de lágrimas que me impiden ver, aún así yo tengo ya grabada la escena en mi memoria.
No soy capaz de hacer otra cosa que no sea reproducir la imagen una y otra vez en mi mente, y cada vez que lo hago, padezco la peor agonía posible.
Luhan....Xiumin...sus labios, sin apenas una distancia que los separe. Tocándose. En un beso.
