FORBIDDEN. EPÍLOGO.
Lo llamáis esperanza, ¡ese fuego de fuego!
Pero no es más que la agonía del deseo.
EDGAR ALLAN POE “Tamerlane”
[5 años después ]
Inspiro lentamente, disfrutando de la agradable sensación que produce en mi el aire fresco de China. Finalmente estoy aquí, aun no lo puedo creer. Estoy tan nervioso…y ansioso… Una palabra y una persona no dejan de aparecer una y otra vez en mi mente «Luhan». Verlo después de tanto tiempo…no es como si no lo hubiera visto en entrevistas, o en videos una y otra vez hasta que cada parte de su cuerpo se quedara grabada en mi mente. Pero ahora por fin podré tenerlo frente a mi…darle un abrazo…y… «Nada mas Sehun, nada más. Recuerda que estas aquí para recuperar tu amistad»
Suspiro y escondo mejor mi cara tras la gorra mientras detengo un taxi. Nadie debe de saber que estoy aquí. Literalmente, me he escapado. Ni la empresa, ni los miembros saben que estoy en China. Ellos piensan que estoy visitando a mi familia en Corea, pero no son ellos los que me dan miedo, sino las fans. Ellas son mucho más astutas y me podrían reconocer en cualquier momento.
Durante el trayecto en el taxi mis manos no se pueden controlar, sudan y se golpean la una a la otra. Ni mi cuerpo ni mi corazón se pueden controlar. Hace años…tras escuchar el mensaje de Luhan, me hundí, no fui capaz de hablar con nadie por una semana…en los programas tenia que fingir, fingir por todos lados, y me sentía disgustado y asqueado conmigo mismo. Solo quería ir tras Luhan pero no podía…y no es como si no lo hubiera intentado. Una vez quise hacerlo y fueron Kai y Minseok los que tuvieron que detenerme…fue tras perder también a Tao…ahora tenia mas motivos incluso para ir tras ellos…
Contengo las lágrimas e intento dejar de pensar en esos momentos, pero es difícil. Es algo con lo que tendré que vivir siempre, este dolor nunca desaparecerá del todo.
Por fin llegamos y salgo del taxi. Mis piernas tiemblan tanto que siento que el mundo a mi alrededor se mueve por completo y cuando miro frente a mi, a la pequeña pero hogareña casa que tengo frente a mi, siento ganas de salir corriendo. «Aun podría hacerlo pero…» Quiero ver a Luhan. A pesar de todo, quiero verlo, quiero estar junto a él aunque sea por unos segundos. Nunca he olvidado lo que siento por él, por más que los años pasaban mis sentimientos nunca han desaparecido y no es como si no lo hubiera intentado, pero en cada unos de los rostros de las chicas con las que estuve solo podía ver a Luhan en su mirada.
Camino lentamente hasta que llego a la puerta y toco el timbre. Solo tengo que esperar unos segundos antes de que la puerta se abra, pero esos segundos se sienten eternos y el nerviosismo crece más y más en mi interior. La puerta se abre y frente a mi aparece una linda niña sonriendo en mi dirección con una bonita sonrisa.
Cuando la miro mi corazón se detiene, es tan preciosa, tiene unos grandes ojos marrones. Son tan parecidos a los de Luhan. Mi corazón sigue sin funcionar. La niña está vestida con un vestido de color rosa y lleva unas coletas desiguales. «Seguro que Luhan la tuvo que peinar»
— ¡Sehun oppa! — grita la niña mientras se abalanza sobre mi. Inmediatamente mis brazos se abren para cogerla entre mis brazos — ¡Estas aquí! Eres tan guapo oppa, muy muy guapo — dice entusiasmada mientras besa mi rostro una y otra vez.
— Tu si que eres linda Mei — afirmo dejando un beso en su frente —
—Gracias oppa — murmura volviendo a besar mi rostro —
— Ya…deja a Sehun tranquilo, lo vas a asfixiar si lo sigues abrazando de esa forma — dice una suave voz conocida.
«Luhan» Mi mirada abandona el rostro de la niña y se centra en el rostro del chico que tengo frente a mi. Está tan hermoso, cada parte de él parece haberse vuelto mil veces más bella que antes. No ha cambiado casi nada, parece que para Luhan los años no pasan. Cuando nuestras miradas se encuentran, Luhan me dedica una pequeña sonrisa nerviosa y mi rostro se queda petrificado por unos segundos, hasta que por fin recuerdo como sonreír y le devuelvo la sonrisa. Siento tantas ganas de correr hacia él y abrazarlo que tengo que pelear duramente conmigo mismo para mantenerme en mi sitio y mantenerme tranquilo.
— Hola…Luhan — le saludo, dejando a la niña otra vez en el suelo — Te ves bien… — comento riendo nervioso.
— Tu también, no has cambiado casi nada. — responde — deberíamos entrar… alguien podría venir y vernos…
Asiento y entro cuando me da paso. Su casa por dentro es muy bonita, pequeña pero acogedora. Me siento en una silla del salón e intento controlar el nerviosismo de mi cuerpo. Respiro lentamente, una y otra vez, pero no funciona. Mi estómago parece a punto de explotar y cuando Luhan se sienta frente a mi siento que mi corazón vuelve a detenerse.
Nos miramos por varios segundos, ninguno sin saber exactamente qué decir o por donde comenzar a hablar. La tensión se puede sentir en el ambiente. Ahora que tengo a Luhan frente a mi siento todo tan extraño. Quiero abrazarlo, quiero sentirlo cerca de mi para que su calidez me confirme que no estoy soñando, pero me contengo y muerdo mis labios pensando bien qué decir para romper el silencio. «¿Cómo podría empezar? ¿Te he extrañado tanto que cada vez que pensaba en ti dolía? ¿Te he necesitado muchísimas veces, mas de las que podría contar, y no has estado ahí para mi? No puedo decir nada de eso…»
— Nǐ shì wǒ xǐhuān de yīgè rén. Nǐ hěn shuài, wǒmen jiéhūn ba — dice Mei en mandarín entrando en el salón.
— ¿Qué es lo que ha dicho? — le pregunto a Luhan con curiosidad. Por más que he estado estudiando muchos años mandarín, la pequeña habla tan rápido que a penas puedo entender algunas palabras.
— Ha dicho que eres su favorito…y que…quiere casarse contigo — Luhan se ríe y noto como un leve rubor aparece en sus mejillas. «Se ve tan hermoso. No es justo»
— ¿Te quieres casar conmigo? Pero no podemos, eres muy pequeña — le digo a Mei en coreano y luego Luhan le traduce lo que he dicho en mandarin. Mei a penas tiene 3 años pero es muy astuta.
Mei me mira por un momento y hace un pequeño puchero. Se ve tan tierna que no puedo evitar darle un fuerte abrazo para que vuelva a sonreír. Cuando lo hago Luhan me fulmina con la mirada y le dirijo una mirada divertida levantando una ceja. «¿Celoso?» pienso por un instante, antes de dejar que Mei regrese a su lado. La pequeña deja caer su cabeza sobre las piernas de Luhan y bosteza mientras cierra los ojos y empieza a dormir.
— Perdonala…siempre que se despierta tiene mucha energía y hoy aun más porque eres su bias — Luhan se rié — no para de hablar de ti…Mei es muy fan de “Sehun oppa”… habla de ti todo el día con sus amigas, con ella es imposible no hablar de ti… — comenta pero en seguida se calla, como si hubiera dicho algo malo y aparta la mirada.
Abro la boca para decir lo primero que me viene a la cabeza pero en seguida la cierro. ¿Que podría decir? La situación es muy irreal, muy incómoda…no se siente para nada como debería ser.
— ¿Dónde está Jia? — le pregunto y en seguida me arrepiento. Debería aprovechar que ella no se encuentra para hablar con Luhan de nosotros…pero soy un cobarde.
— ¿Jia? Ella está trabajando, así que como por suerte yo tenía el día libre, puedo cuidar de Mei — al decir esto, las manos de Luhan acarician el rostro dormido de Mei y siento una gran punzada de dolor en el pecho al ver la escena.
Luhan se ve bien, realmente a gusto. Él y Mei se ven como una linda familia. ¿Está bien hablar de “nosotros”? ¿Siquiera existe un “nosotros”? «Lo dudo…» No debería arruinar su felicidad de esa forma… Que yo no lo haya podido olvidar no quiere decir que él no me haya superado tampoco. ¿Vale la pena acabar con su felicidad por mi egoísmo? Por mucho que me duela…lo máximo a lo que puedo aspirar en estos momentos es a ser su amigo. Tener su amistad será mejor que no tener nada ¿cierto? Ni yo mismo lo sé…
— ¿Cómo has estado…esto…estos años? — me pregunta con timidez.
— Yo…he estado… — «mal, sin ti todo era como un infierno, muchas veces he sentido ganas de hacer como tu e irme. Incluso hablé con mi hermano mayor de ello y estuve a punto de hacerlo…pero…fui demasiado cobarde para decidirme por completo y tomar una decisión» — como siempre, con mucho trabajo… desde que somos menos en el grupo el trabajo se ha multiplicado pero…hm…ahora hay mas comida porque debemos repartirla entre menos personas — bromeo y me río sin ganas.
— Eso…es bueno… — responde Luhan mirando el suelo — yo…también he tenido muchísimo trabajo pero siempre he intentado estar pendiente de vosotros… y del trabajo de Yifan y Tao. También nosotros nos hemos reunido algunas veces…
— ¿A sí? — «detente, me duele seguir hablando»
— Sí… Y Tao… la última vez que hablamos me dijo que quería que te dijera…
— ¡No! No me digas nada — le pido gritando más de lo que debería. Mei se mueve en el regazo de Luhan y por ello trato de controlarme — si…si Tao quisiera decirme algo ¿por qué no me lo dice por sí mismo? Se suponía que éramos amigos…¿qué le hice? ¿tanto me odia?
— No Sehun, no digas eso, Tao nunca podría odiarte — los ojos de Luhan me miran preocupados — él solo tiene miedo…él piensa que el que lo odia eres tú… Se que estabas dolido…se que aun sigues dolido pero Sehu—
— ¡No sabes nada Luhan! — me levanto desesperado, llevando mis manos a mi cabeza — No sabes nada… cuando mas te necesitaba…cuando más tenías que estar junto a mi no lo estuviste así que no sabes nada. ¿Por qué me hablas de Tao? ¡Deberíamos estar hablando de nosotros! ¿O es que ya te olvidaste de todo? ¿Tan poco te importo? — la última pregunta la hago con gran temor, no creo que pueda soportar una respuesta afirmativa.
— No Sehun estas equivocado…no…no pienses todo por tu solo. Deberíamos ir a otro lado a hablar de esto…
La cerradura de la puerta suena en ese momento y esta se abre. Ambos, tanto Luhan como yo, miramos a la persona que entra por ella. Jia entra y nos mira sorprendida, primero a Luhan y luego a mi.
— ¡Sehunnie! ¿Cómo es que estas aquí? — pregunta Jia acercándose a mi para abrazarme.
Aunque me siento completamente rígido y sigo molesto, me obligo a sonreír y a devolverle el abrazo.
— Vine de visita pero… creo que tengo…tengo que irme pronto… — respondo.
— ¿Tan pronto? No… quédate un poco más y cena con nosotros — me pide Jia mientras se acerca a Luhan y le da un fuerte abrazo. — ¿Y tú por que no me dijiste que tu amigo iba a venir? — le pregunta a Luhan.
— Yo…uh se me olvidó — responde cabizbajo.
— Muy mal, que venga un chico tan guapo como Sehun no deberías olvidarlo — Jia lo fulmina con la mirada y al ver a Mei en el regazo de Luhan, la sujeta entre sus brazos.
Jia se parece mucho a su hermano, tienen el mismo color de pelo y sus rasgos son también delicados, pero a pesar de ser mujer Luhan sigue siendo mil veces mas hermoso que ella. Soy de los pocos del grupo que sabe de la existencia de Jia. Muy pocos saben que Luhan tiene una hermana. Él no lo quizo desvelar ya que quería mantenerla alejada de todo el mundo del espectáculo para evitarle problemas. Y también para proteger a su sobrina, Mei.
— Me temo que voy a tener que rechazar tu invitación de quedarme a cenar… — «no debería haber venido. Todo esto es un error» — tengo cosas que hacer…
— ¿Seguro? Vaya…otro día será. Yo quería aprovechar que estas aquí para mejorar mi coreano. Aunque Luhan me enseñó hablar con alguien coreano es lo mejor ¿no?
— Lo siento… sí otros día tendrá que ser — «Aunque no creo que regrese…» — Hmm Luhan…ha sido bueno volver a verte…me alegra ver que todo te va tan bien — digo sinceramente evitando su mirada — te mando saludos de parte de todos por ahí y… cuidate mucho. Adiós — me despido y me doy la vuelta.
Me empiezo a alejar sintiendo las lágrimas picar cada vez más en mis ojos. No quiero irme, no quiero estar lejos de Luhan, pero al mismo tiempo no puedo estar junto a él. Está prohibido. Ahora él tiene una vida feliz, y mientras él sea feliz, yo podré ser feliz. No puedo pretender acabar con todo.
Cuando la puerta de la casa de Luhan se cierra tras de mi, dejo escapar un gran suspiro y muerdo fuertemente mis labios para evitar llorar. No debo llorar. Debo de ser fuerte. Ahora por fin he podido despedirme de Luhan….por fin podré decirle adiós para siempre. «Aunque se que me estoy engañando a mi mismo porque jamás podré olvidarlo…»
De repente escucho la puerta abrirse detrás de mi y en el marco de la puerta aparece Jia con Mei en brazos y… Luhan empujándola por la puerta.
— ¿Pero qué..qué haces Luhan? — se queja Jia mientras Luhan termina de empujarla del todo por la puerta.
— Necesito hablar a solas con Sehun por un par de minutos…tu ve…hmm… a la tienda a comprar. Mei quiere leche.
— ¿Pero por qué me tengo que ir?
— ¡Que Mei quiere leche he dicho! — grita Luhan molesto mientras se acerca a mi y sujeta mi brazo.
Nunca lo había visto de esta forma, tan molesto. Luhan me arrastra con él hasta el interior de la casa y cierra la puerta, dejando fuera a su hermana.
— ¿Por qué huyes? ¿Por qué me empujas lejos de ti?
— Tu fuiste el que primero me empujó lejos…
— Zài zhè duàn shíjiān lǐ wǒ yīzhí dōu wàng bùliǎo zìjǐ duì nǐ de gǎnjué — dice en mandarín y se acerca a mi. Uno de sus puños se levanta y golpea suavemente mi pecho mientras su cabeza se recuesta en mi hombro.
— ¿Qué..qué has dicho? — le pregunto con la voz temblorosa. Mi cuerpo por su parte se mantiene inmóvil, disfrutando de la calidez que emana el cuerpo de Luhan al tenerlo tan cerca.
— Que…nunca he podido olvidar lo que sentía por ti. Aun te sigo amando Sehun…
Al escucharle decir esas palabras, las palabras que he anhelado por tanto tiempo, no lo dudo un solo momento y abrazo su cuerpo con tanta fuerza que temo romperlo. He estado esperando tantos años por esas palabras, he soñado tantas veces con nosotros abrazados de esta forma…
— Yo también te sigo amando Luhan. No quería dejarte ir, pero te veía tan feliz que pensé que solo te dañaría al decirte mis sentimientos.
— Soy feliz… pero me sentía incompleto. Y ahora contigo…junto a mi…abrazándome de esta forma…siento que por fin vuelvo a ser yo…
— Sabes que estar juntos no va a ser fácil…no lo era antes ni lo es ahora.
— Lo sé pero ahora soy mas fuerte y no me importa Sehun… he estado pensando desde hace mucho tiempo en tomarme un descanso de todo esto. Solo quiero ser feliz por un tiempo…
— Sobre eso… también lo he estado pensado Luhan — admito y me separo de él para poder acariciar su rostro con mis manos — de momento tendremos que seguir ocultándolo pero en el futuro…podríamos irnos de aquí, en algún país en el que podamos estar juntos…sólo si quieres claro…
— Por supuesto que quiero Sehun — sus manos se posan sobre las mías y me miran fijamente — ya no quiero estar lejos de ti…necesito ese toque infantil y lindo que das a mi vida — se ríe.
Su risa me deja sin palabras. Se ve…no hay palabras para describirlo. Mis labios se posan suavemente sobre los suyos y suelto un gran suspiro al sentir otra vez la calidez de sus labios. Los había echado tanto de menos. Luhan responde a mi beso y sus brazos rodean mi cuerpo presionando su cuerpo contra el mío. Mis labios se mueven cada vez mas deseosos, sedientos por él. Mi lengua lame su labio inferior y Luhan abre su boca, invitándome a entrar. Su calidez rápidamente me asfixia y hace que mi mente desconecte. Por esos instantes, solo somos Luhan y yo. Solo estamos nosotros.
Cuando nos separamos, abro los ojos y me quedo congelado. Detrás de Luhan se encuentra Jia sujetando a Mei con uno de sus brazos y la leche en la otra mano. Cuando nuestras miradas se encuentran, la leche se resbala de su mano y cae al suelo. El ruido alarma a Luhan, quien regresa a la realidad y me empuja lejos, girándose después para encontrarse con la mirada atónita de su hermana.
— Tú y Luhan…se estaban…besando — dice lentamente y en seguida su expresión cambia de sorpresa a enfado.
Miro a Luhan y veo como tiembla y agacha la mirada, rehuyendo la mirada molesta de su hermana. Intento acercarme a él pero la mirada que me dedica me hace quedarme en mi lugar.
— Luhan…no me lo esperaba de ti — dice Jia molesta y se acerca a su hermano — ¿Cómo te atreves a robarle el novio a tu sobrina?
«¿Qué?»
Tanto Luhan como yo la miramos al mismo tiempo con los ojos abiertos como platos.
— Y tampoco me lo contaste a mi ¡A tu queridísima hermana! Yo shispeaba el Hunhan ¿sabes? — Jia se ríe, parece disfrutar con la situación — aunque Mei empezó a a amar a Sehun y tu regresaste aquí así que tuve que olvidarlo todo. Incluso leí un fanfic de vosotros dos — nos señala mientras sonríe ampliamente — se llamaba “Forbidden” o algo así, aunque nunca pude terminar de leerlo porque la malvada escritora tardó mucho en actualizar y…
Jia sigue hablando pero ya no la escucho. Aun sigo sin procesar la mitad de lo que ha dicho y por la expresión en el rostro de Luhan, deduzco que a el le sucede exactamente lo mismo.
— ¿A ti no te molesta que Sehun y yo estemos juntos? — pregunta Luhan.
— ¿Tu eres feliz con Sehun? — le pregunta ella.
— Sí…Sehun me hace muy feliz — admite él, ligeramente ruborizado.
— Entonces no me molesta. Yo solo quiero que mi hermanito pequeño sea feliz — Jia sonríe. — me acabo de acordar que tengo que ir a comprar también pan para Mei…así que os tendré que dejar solos por un gran tiempo porque nunca me decido sobre comprar pan integral o pan normal — Jia me guiña un ojo antes de irse.
Tras eso Luhan toma mi mano y me mira sonriendo. Amo verlo de esa forma. Amo verlo feliz. De mi bolsillo saco aquello que traje conmigo solo “por si acaso” y que ahora sí que podré usar. Le pido a Luhan que cierre los ojos y aunque al principio vacila, termina accediendo y cierra los ojos.
Coloco el colgante en su hermoso cuello y cuando termino beso sus labios. Luhan abre los ojos y al ver el anillo que se encuentra ahora colgando en su cuello, me mira con emoción y sonríe ampliamente.
— ¿Qué —
— Yo tengo otro igual, vez — le respondo, mostrándole el que tengo también colgando en mi cuello — son una promesa. Si lo aceptas, prometes estar siempre conmigo.
— ¿Para siempre?
— Para toda la eternidad. Entonces que me dices Lulu, mi pequeño ciervecito, ¿aceptas?
— Por supuesto que acepto — murmura antes de acercar su rostro al mío y besarme.