Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Ghost por jeongleo

[Reviews - 33]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

En éste capítulo hay una historia muy emotiva, ;u;

 

Por fin tengo tiempo para escribir ;u;

 

klsadjksjd, dejen su review.

No tenía palabra alguna para describir qué era lo que sentía en ése preciso momento. Las palabras del joven empleado de la cafetería en donde yo solía trabajar, se sentían como una lanza que iba directo a mi pecho. Quería gritar. Quería llorar. Quería correr al hospital y volver a vivir. Había una necesidad estrepitosa dentro de mí, como una bestia de fuego a punto de salir de su celda. Estaba seguro de que mi expresión era sin lugar a dudas, épica, una mezcla entre asombro y extrañeza.

"Está en coma". Era lo que había escuchado. Estaba seguro de haberlo escuchado. Tenía que haberlo escuchado.

Lo que significaba... ¿acaso sigo vivo? Por un segundo la duda cruzó mi mente, como si las palabras de Yook Sungjae se oyeran demasaido buenas para ser verdad.

— ¿Cómo? — Preguntó Hyuk al joven, para estar totalmente seguros de qué era lo que había dicho.

— Lo que he dicho, Lee Hongbin no murió en su accidente, sino que está internado en el hospital. Lleva casi cuatro meses sin despertar.

— Entiendo... Gracias por la información, me ha sido de mucha ayuda.

— Pero... ¿cómo es que no lo sabía? Pensé que los policías tenían controlado todo éso.

— Es porque éste es un caso que comenzamos a investigar hace poco. No ha habido demasiado tiempo para investigar a fondo a nuestra víctima.

— Ah bien, gracias por venir de todas formas, ha sido agradable conocerle.

— Igualmente.

[ . . . ]

No tengo recuerdos de lo que pasó después de ése momento, en ése día. El día en que descubrí una verdad que cambiaría mi vida.

Desperté en un cuarto constituido de paredes, piso, techo, y una cama, todos ellos de color blanco. Recostado cómodamente en la cama, observando el techo. No habían ventanas, pero una luz fuerte iluminaba el lugar.

Una sombra apareció a lado mío. Creía haberlo reconocido en algún lado... ¿exactamente dónde? Mi expresión, tratando de recordarlo, se tornó pensativa.

— Me imagino que no me conoces. — Pronunció el hombre, de piel morena, alto y con casi todo el rostro cubierto de una capucha negra, a excapción del área desde los labios hasta el cuello.

Me acomodé, sentándome en la cama, para escuchar mejor las palabras del desconocido.

— Me temo que no... — Dije.

— Lo sabía. La gente cree que hay un Dios que existe al final del camino, pero al final se encuentran conmigo una sóla vez, y luego nadie consigue recordarme. Soy un errante.

— Entonces, ¿quién se supone que es usted? — Pregunté incrédulo.

— Algunos me conocen como la 'Parca' o la 'Muerte'. Tú puedes llamarme sólo N.

— Oí entre los otros fantasmas que había un nuevo dios de la muerte... ¿era usted?

— Así es...

— ¿Qué hizo usted para ganar tan horripilante puesto?

— No es tan malo como parece. Puedo saber todo de todos, sin necesidad de acercármeles.

— ¿Cometió algún crimen en su vida pasada, de casualidad? — Le persuadí.

— Digamos que no era muy buena persona. Contaré ésto porque te he visto desde que vivías, Hongbin, debido a que eras un buen humano, sonriente y servicial con los demás. Antes de morir asesinado, era un secuestrador y asesino, de nombre Cha Hakyeon. Incluso recuerdo aquello.

¿Hakyeon? Pregunté para mis adentros. Wonsik me había dicho que estuvo enamorado de alguien con un nombre así. No sería la misma persona, existen miles asiáticos que comparten un nombre... ¿cierto?

— Lo que más extraño de la vida —continuó—, es a cierto humano. Es curioso, porque asesiné a ésa persona con incluso más frialdad que con la que hubiera acabado con la vida de alguien menos importante. Su nombre era Kim Wonsik. No sé dónde esté su fantasma.

No podía ser cierto... y además, ¿por qué el dios de la muerte me contaba todo ésto?

— Yo tampoco entiendo por qué te cuento a ti ésto, un insignificante híbrido fantasma-humano... que aún no puede recobrar su camino a la Tierra.

— ¿De verdad estoy vivo? — Me atreví a preguntarle.

— En efecto. Tu cuerpo está en coma en el Hospital Universitario de Seúl, mientras que tu alma está aquí, hablando conmigo en éste lugar.

— ¿Qué es éste lugar?

— Éso es algo complicado... digamos que éste es el lugar entre la vida y la muerte. ¿Recuerdas el día en que moriste, y fuiste llevado a un cuarto como éste, con dos puertas al frente? Tú pasaste por una de ellas, y así fue como te convertiste en fantasma. Lo que significan ésas dos puertas... éso ya sería contarte demasiado, chico.

— ¿Dónde está Hyuk? ¿Cuánto tiempo ha pasado?

— Él está bien, por ahora. Aún sigue buscando el fantasma de tu alma, mientras que todos los días visita a tu cuerpo sin alma esperando a que algún día despiertes. Ya ha pasado seis meses desde el día en que Yook Sungjae contó la verdad sobre ti.

Mi mirada giró en torno al hombre al lado mío, observando al mismo, usando un semblante muy similar a un cachorrito abandonado y empapado en un día de lluvia. Comencé a extrañar, aunque fuese un poco, a Hyuk. Quería verle, y si me fuese posible, abrazarle. Quería decirle que le extrañaba, también...

— ¿Cómo puedo regresar, N? — Cuestioné, un tanto desesperado.

— Supongo que ahora que has podido verme, puedas regresar a donde perteneces. Sin embargo, es posible que algunos fragmentos de tu memoria como humano se borren. Recordarás poco sobre tu vida como fantasma, también.

— ¿Volveré a la vida?

— Es probable.

— ¿Qué pasará después?

— Nadie lo sabe.

— Hay una última cosa que quiero preguntarte... ¿cómo fue la vida de Hyuk en el pasado? Hay algo que continúa haciéndome sospechar sobre él. ¿Por qué siempre evita los temas de los que le hablo?

— La historia de Hyuk es más complicada de lo que parece. —suspiró— En primer lugar, nació después de una aventura de jóvenes con problemas de adicción a las drogas y el alcohol. Su padre no quiso responsabilizarse de él, incluso cuando no había nacido, y su madre, decidió respetar la vida de aquel chiquillo, al menos hasta que naciera. Un cinco de julio cualquiera, el bebé nació. Y ése mismo día, poco después, aquella irresponsable madre le dejó cerca de un bote de basura. No dentro, pero sí cerca. Como si quisiera que alguien encontrara al pobre y tuviera compasión de él.
Un anciano, que pasaba por el callejón trasero del hospital después de haber recibido algunas inyecciones para su cáncer de pulmón, encontró al bebé y lo tomó como suyo. "Pobre de él", dijo. Le puso el nombre de Han Sanghyuk. Le dio un hogar, y comida. Le dio amor, también.
Sin embargo, cuando el joven Han tenía apenas siete, su cuidador murió de cáncer. Fue llevado al orfanato de Seúl.
Los otros niños jugaban e interactuaban entre ellos, compartían su comida y juguetes, mientras que Hyuk sólo se quedaba en una esquina, sentado, probablemente llorando. Nadie hacía un esfuerzo en acercársele. A excepción de un joven, de unos nueve años, de cabellos castaños y sonrisa deslumbrante. Un joven que con sólo mirarte te daba fuerzas. Poco a poco, Hyuk fue entregándole su corazón a aquel joven. El día en que Hyuk tenía dieciseis y el joven tenía dieciocho, Hyuk fue el que lloró más entre todos. No le gustaban las despedidas. Mucho menos de alguien que se había convertido en algo tan importante para él. incluso había desarrollado sentimientos por aquel joven. Pero las reglas eran las reglas, y al cumplir los dieciocho, los niños debían salir del orfanato y vivir su nueva vida.
¿Tienes idea de quién era ése joven? — Preguntó, volteándome a ver.

Negué, sacudiendo mi cabeza.

— Lo contaré al final de la historia.
¿En qué iba? —susurró para sí mismo—. Ah, sí, ya.
Cuando Hyuk aún dieciseis, salió de casualidad a la calle. Iba tan distraído pensando en el joven, en que lo extrañaba en demasía, que no se fijó que había un automóvil detrás suyo. Le atropellaron, Hongbin, y él estuvo en coma por tres meses igual que tú. También pensó que estaba muerto. Se dio cuenta por sí mismo, nadie se lo hizo saber. Regresó a la vida, encontrándose con algo nuevo: ahora podía ver fantasmas, e interactuar con ellos. Aunque no recordaba al cien por ciento su pasado.
Comenzó a ayudar a los fantasmas. A hacerse su amigo. Y también resolvía los casos de la policía sin que nadie se lo pidiera, si es que tenían que ver con gente muerta. Poco después, le ofrecieron trabajo como un investigador para la policía, debido a su increíble habilidad de resolver crímenes y descubrir verdades.

Realmente era una historia impresionante. No tenía idea alguna.

— Pero... ¿quién era el joven del que estaba enamorado? Y más importante que éso... ¿por qué me interesaría saberlo?

— Hongbin, ése joven... éras tú.

Notas finales:

¡Deeeeeejen sus reviews! HUEHUEHUEEEEE~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).