Preámbulo
::
Naruto estaba muy feliz con el estado de su relación con Sasuke. Habían pasado por muchos problemas para al fin poder decir que eran novios formalmente. Con reconocimiento público y todo.
Como conocidos, discutían mucho y paraban retándose el uno al otro cada vez que se veían en la universidad.
Como amigos, la rivalidad siguió existiendo pero esa fricción se convirtió en algo que buscaban que pasara porque pese a todas las riñas e insultos, cuando la discusión terminaba sentían que se hacían más unidos.
Como amigos ¨con derechos¨, algo que pasó después de una borrachera en casa de Sakura –en cama de Sakura, para ser precisos, mientras ella estaba encerrada en el sótano por ¨extraños motivos¨-, larga historia; eran pura pasión y días de locura, pero ambos sabían que algo no estaba bien.
Como ex-amigos con derechos, fue la peor tortura existente, ambos evitándose, contacto prohibido, y si casualmente se encontraban bastaba una mirada para saber que ninguno diría nada, no después de que decidieron terminar con todo como lo hicieron: gritos y corazones rotos, no que alguno admitiera lo de los corazones rotos.
Después de cinco años desde que se conocieron y pasaron por todas esas fases y cuando sus amigos ya no soportaban verlos así, porque era obvio que ambos querían algo más, pero ambos eran o demasiado tercos o demasiado orgullos para actuar, ellos decidieron actuar. Recién cuando fueron encerrados en el ascensor por sus amigos, ambos tuvieron que sentarse y cooperar. Era invierno, afuera nevaba, el gurpo estaba supuestamente fuera de la ciudad por un trabajo de campo que sus amigos usaron como excusa para engañarlos. Y los muy idiotas se olvidaron que dejando el ascensor sin energía implicaba que el termóstato estaría bajo cero.
Cuando los muy desconsiderados tuvieron la conciencia suficiente, e inteligencia, para rescatarlos de una posible hipotermia, ellos estaban con la cabeza fría -hipotética y literalmente- para sentarse y hablar de sus sentimientos. Esa palabra les daba escalofríos solo pensarlo, pero era algo que debían hacer.
Cinco años y dos semanas después de todo lo que pasaron Sasuke fue quien le dijo que era un dobe terco que no entendía la palabra amor ni cuando esta fuera a golpearlo en la cara, y antes de que Naruto pudiera decir algo contra eso, Sasuke sonrió y dijo, “Porque si fuera lo contrario te hubieras dado cuenta que te amo hace mucho.”
Estaban en mitad de una de las reuniones que hacía Sakura cada fin de ciclo, así que todos los presentes gritaron emocionados, y entre aleluyas, ya era horas, Naruto despistados e idiotas, que sus amigos decían, Naruto abrió los ojos con sorpresa y se lanzó a los labios de Sasuke.
Así que sí, Naruto estaba muy feliz con el estado de su relación con Sasuke. Después de que habían pasado por muchos problemas para al fin poder decir que eras novios formalmente. Con obvio reconocimiento público y todo.
Claro, todo sería de maravilla si no fuera por el pequeño percance que ocurrió solo a un par de días del comienzo de su relación, cuando su única preocupación tendría que ser en cuál de sus casas pasar la noche teniendo sexo salvaje como conejos en celo, ahora tenían otra cosa en mente.
—¡En la cabeza, dobe! ¡Cabeza!
—¡Le daría en la cabeza si esta cosa dejara de moverse!
—¡No es como si fuera Flash para que no le des! ¡Esa cosa es más lenta que una tortuga!
—¡Pues cuando su boca esta tan cerca, que sea rápida o lenta no importa!
—¡Solo dispara de una buena vez!
El sonido de una bala retumbó en sus tímpanos. Sasuke ayudó a Naruto para que no fuera empujado hacia atrás por la fuerza del disparo.
—Lo hice. — Susurró viendo el cuerpo caído solo a unos pasos de ellos.
—Sí, lo hiciste. — Sasuke que había estado detrás de él todo el tiempo sosteniéndolo, no pudo evitar hundir su rostro justo en la unión de su cuello con sus hombros, inhalando el aroma puro de su novio. — Te amo. — Naruto sonrió, bajó el arma que tenía en la mano, sintiendo su brazo débil y adolorido.
—Yo también te amo.
Fueron segundos de silencio mientras los dos seguían en esa posición. Hasta que los gritos volvieron a estar presentes. Ambos se tensaron y Sasuke soltó a Naruto.
—Es hora de correr—. Naruto solo cogió con fuerza la mano de Sasuke y asintió.
Claro, como decía, todo sería de maravilla si no fuera por el pequeño percance que ocurrió solo a un par de días del comienzo de su relación, cuando su única preocupación tendría que ser en qué posición o lugar del departamento lo harían esta noche, ahora tenían otra cosa en mente… zombies.
Toda relación tiene sus altos y bajos, Naruto esperaba eso.
Los zombies y la posible extinción de la raza humana solo le daba más emoción… al menos eso quería creer.