El primero en despertar fue el pelinegro, al hacerlo se topó con el cabello castaño, alborotado, lo tenía fuertemente abrazado como si no quisiera dejarlos ir y eso es lo que quería NUNCA dejarlos que se apartara de su lado, sin embargo Takano no estaba más tranquilo que Ritsu, el solo hecho de pensar que algo les pudiera pasar, le estremecía de sobremanera, no sabía cómo manejar la situación, pero constantemente pensaba que el embarazo se pudiera desarrollar bien, sin ningún problema. Le habían dicho a Ritsu que quedaría infértil sin embargo ahí estaba abrazando a dos seres que él amaba con intensidad eso tenía de alguna manera tenía que significar algo.
Cuidadosamente salió de la cama para no perturbar a su amado castaño y se dirigió a la cocina, a preparar el desayuno ¡Tenía que alimentarlos bien! Y quizás este fin de semana pasar todas las cosas de Onodera a su departamento y más adelante conseguir el enganche de una casa para vivir, no podía tener a un niño en un departamento así, necesitaría más espacio.
Pero estaban otros problemas, enfrentar a la familia de Ritsu, el mismo le había dicho que sus padres aceptaron su primer embarazo pero y ¿este? ¿Sería lo mismo? ¿Lo aceptarían a él? Claro que él tenía que dar la cara y de ser necesario explicar que él era el padre del primer bebé, eso sería un lío pero Takano estaba seguro que podría enfrentarlo, con los nervios desbordándose, pero lo haría. En cuanto a la familia de él no estaba seguro o más bien no le importaba decirle a su madre que iba a ser abuela o a su padre adoptivo que sería abuelo no hablaba con ellos desde hace 1 o 2 años, si bien al enterarse que el Doctor Saga no era su padre biológico este no dejo de quererlo, se veían claro, pero sentía que no era suficiente, sin duda él se esforzaría en ser un buen padre.
Pero y si todo salía mal, si la historia de hace diez año se repetía, sacudió la cabeza queriendo quitar esos pensamientos de la cabeza y mejor se dedicó a preparar un desayuno nutriente para sus pequeños amores.
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Yokozawa estaba en su departamento, aun acostado en su cama, no quería ir a trabajar pero no podía escapar. Estaba demasiado enfurecido, él ya le había dejado en claro que ya no sentía nada por Takano, ¿tan desconfiable era?. Cuando volvió a ver a Takano y tomaron juntos una sensación de calidez le lleno, sentía que todo estaba ya en orden en su vida; Recupero a su mejor amigo, tenía a quien amar y también a quien cuidar como a la pequeña Hiyori.
Su corazón estaba roto de nuevo sentía como si no pudiera completar nada. Tenía amistad pero no amor, luego tenía amor pero la amistad con Masamune temía no recuperarla y ahora esto.
Kirishima le saco de ese abismo, para después volverlo a tirar y esta vez con más intensidad. ¿Quién demonios se creería ese tipo?
Se paró perezosamente y con esa misma actitud se bañó, cambio y se dirigió a la editorial pensando en evitar a toda costa a Kirishima, ¡Por Dios lo amaba! Pero el muy imbécil le había lastimado, lo hizo ver como la perra de la editorial y así se sentía. Yokozawa no se creía con la capacidad de herir a alguien a pesar de su carácter de oso gruñón, su noble corazón no le permitía traicionar ni como amigo ni como amante.
Iba llegando a la editorial cuando vio que Onodera y Takano venían de frente.
-¡Yokozowa-san!- saludo alegremente el castaño levanto su mano, correspondió el saludo y cuando ya estuvieron los tres se saludaron cordialmente.
-Ah! Takano-san necesito ir al baño inmediatamente- hablo rápidamente y salió disparado al baño ya le andaba de verdad, por lo que los dos mayores solos.
-¡No corras!- le advirtió Takano
-Se ve muy entusiasmado- observo Yokozawa al tiempo que lo seguía con la mirada.
-Y lo estamos, pero también tenemos los nervios de punta, no sé qué pueda pasar y de verdad espero que nada- comento Takano- ¿Pero a ti que demonios te pasa? Te ves como si no hubieras dormido en toda la noche-
-Tsk- bufo Yokozawa y se encamino a la entrada del edificio de la editorial.- No tengo nada
-Eh papá oso de verdad no está bien, como si no te conociera… ¿Todo bien?- pregunto Takano, temiendo que quizás haya forzado a Yokozawa de nuevo hablarle, pero lo conocía y sabía que el asunto no iba por ese camino, probablemente podría ser por otra cosa- Había rumores de que salías muy seguido con Kirishima…- Takano noto como el semblante de su amigo se ensombreció con la mención de ese nombre.
Y hablando del Rey de Roma, Kirishima venía atrás de ellos, no tenía mejor semblante que Yokozawa y quizás se veía peor.
Los tres estaban esperando el ascensor pero los amigos no se habían percatado de la presencia del tercero, uno tratando de analizar a su amigo y el otro fingiendo que no pasó nada.
-Ya veo…- comento Takano- sabes sigues siendo mi amigo y te seguiré apoyando.
Takafumi sintió su corazón acelerar y volteo a darle una sonrisa de completo cariño fraternal.
-Ahora déjate de estupideces y sube al ascensor- hablo Takano con voz grave, no solía mostrar esa faceta a nadie pero Yokozawa le conocía cada una de ella y viceversa fue cuando se dieron cuenta de Kirishima y Yokozawa dio un paso para atrás dentro del ascensor, Masamune y Zen se dieron cuenta de eso, pero si Takano no se perdonó el hecho de lastimar a su mejor amigo en aquellos días no permitiría que alguien lo hiciera por lo que se interpuso en medio, prohibiéndole prácticamente que el editor de Japun lo viera y este se puso al lado del oji-miel . Takano sabía que cualquier cosa que hubiera pasado su amigo se sentiría miserable y humillado, Yokozawa agradeció eso, no estaba preparado para verlo se sentía mal, la cabeza le daba vueltas.
Zen entendió prácticamente lo que pasaba y se preguntó en que momento ¿paso esto? Antes el hacia lo necesario para proteger a su “oso” de Takano y ahora era al revés estaba sintiendo que se partía y Hiyori le pregunto por su “onni-chan” que ahora ella quería darle una sorpresa, que lo llevara a casa y cenaran los tres juntos, eso lo hizo sentir más miserable. En qué momento ahora Takano lo protegía de él…
-Buenos días- saludo cortésmente Kirishima
-Buenos días- saludaron Takano y Yokozawa al mismo tiempo, pero se podía diferenciar el tono de voz del peli-azul. Las puertas del ascensor se cerraron y nadie pronuncio palabra alguna, el primero en bajar fue Yokozawa al llegar al piso tres, por lo que Takano se movió a la izquierda, obligando a Kirishima hacerlo también quien por sentido se movió y Yokozawa paso por el lado de Takano.
-Te veo luego Takafumi, no olvides revisar la propuesta, si no iré a tu casa y no me moveré hasta que la hayas analizado- Hablo con su tono usual de seriedad Takano, pero Yokozawa entendió lo que le quiso decir “Cambia de cara o si no iré a tu casa y no me moveré hasta que lo hagas”.
-Lo hare, deja de fastidiar, no es tan importante.- Las puertas del ascensor se cerraron y el ambiente se podía cortar pero es que ¿Quién no ha tenido a un amigo al que queremos tanto que lo protegemos de aquellos quienes los lastiman? Takano se sentía bastante mal por como el mismo lo hirío, no solo aquella noche lluviosa, si no por todo lo que paso en el pasado, por haberlo utilizado y obligado a cuidar de él. Pero no permitiría que a su amigo lo lastimaran.
Estaba dicho cuando a su hija o hijo le partieran el corazón o lo hicieran sufrir esa persona se podría ir despidiendo de este mundo.
Sin embargo tampoco se sentía con ese derecho.
-Yo estuve con él, tú no tienes ningún dere…- Kirishima estaba empezando hablar
-El no tuvo la misma intensidad de lo que sentía por mí a lo que siente por ti, es ahí la diferencia.- Interrumpió Takano, las puertas del elevador se cerraron y Kirishima Zen se quedo helado, era cierto y el lo sabía de sobra ¿Por qué dejo que sus celos actuaran? Nunca actuaba antes de analizar las cosas, sin embargo ahora y desde que llego Yokozawa a su vida todo era diferente…
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-Ufff… pór un momento pensé que… ¿Paso algo Takano-san?- Llego Onodera al lado de Takano
-No, anda entremos que ahorita pido tu baja…
-¿Qué? ¿PERO QUE DEMONIOS QUIEN TE CREES?- Grito colérico
-Tu novio y el padre de tus hijos- dijo tranquilamente, Onodera se sonrojó al máximo y se erizo como gato.
-¡Estamos en la oficina! ¡Idiota!- y se fue hecho una fiera a la sección de Esmeralda.
Takano suspiro… Como le fascinaba hacer rabiar a su ahora ya novio.
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Kirishima se encontraba en el piso tres observando al Oso de Marukawa, tenía que hacer que regresara a su lado a como diera lugar, recordó una cosa y eso hizo que su semblante cambiara.
Sin duda tenía que hacerlo regresar a su lado ¿qué haría sin ese terco y sexy oso? Cuando llego a su vida, esta cambio para bien y ahora pareciera que todo iba a terminar, sabía que Yokozawa no era persona de hablar fácilmente y que quizás le costaría trabajo tan siquiera que le dirigiera la palabra. Lo había herido, pero es que el solo hecho de pensar que alguien más se llevara a su pefecta “esposa” lo enfurecía, lo sacaba de quicio. No era justificación pero aun así… nunca se había sentido tan inseguro.
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-¿A dónde vas Takano-san?- pregunto curioso Onodera al ver que su jefe dejaba todo y salía, eso no olía bien.
-A hablar con Isaka-san de tu baja e ir por tu comida- contesto tranquilamente mientras salía de la sección a paso tranquilo.
-¿Pero qué? Ya te dije que está bien por lo menos dame 4 meses, la baja la voy a necesitar después, ¡ahorita no!- seguía alegando el oji-verde, siguiéndolo por el pasillo- No tiene caso, tendré que cuidar del bebé y es ahí donde me puedo dar de baja, utiliza la cabeza.-
-Tienes razón- se voltio el mayor para encararlo- No tiene caso.
Onodera suspiro aliviado al fin ganaba una con Takano.
-Así que pediré tu renuncia y como jefe puedo hacerlo-
-Si, eso sue… ¿¡PORQUE DICES TANTA MIERDA!? NO NO NO NO NO DEFINITIVAMENTE ¡NO! Estoy empezando apenas y ya quieres que deje de trabajar estas muy mal.- Grito demasiado enojado.
-Hey, calmate puede hacerle daño al bebé. Es lo mejor y no voy a declinar tantito.- De esa manera Takano se dirigio al elevador pero el oji-verde se puso en medio y con los brazo extendidos a ambos lados.
-Escúchame Takano Masamune si lo haces, no me mudare contigo- El castaño lo dijo firmemente, pero Takano no se inmuto, podría pasar sus cosas a su departamento, quitarle la llave y listo, lo que debio hacer hace mucho. El pequeño castaño al ver que su novio con eso no cedería y quizás ya tenía algo planeado fue a la siguiente opción- No habrá sexo en mucho tiempo y lo digo en serio- Takano ante esto reflexiono, podía “obligarlo” como otras veces pero esta vez no quería hacerle daño al bebé quizás en un movimiento brusco podría lastimarlo, no no no, pero el quería seguir teniendo a su castaño gimiendo de placer.
-Bien, ganas pero será solo dos meses- dijo con firmeza
-Cinco- Ya lo tenía, quizás podría sacarle algo más de tiempo, él tampoco quería salir de su casa cuando se notara su vientre más abultado, pero sabía que ese tiempo podría usarlo cuidando al bebé cuando este naciera –si todo salía bien-.
-Un mes- hablo Takano si a esas iban a jugar.
-Cuatro
-Tres, lo tomas o lo dejas- se puso acero más para ver de cerca el rostro del novato, le encantaban sus facciones tan inocentes, su piel tan delicada, sus ojos verdes y grandes un mar de esmeraldas en las cuales él le encantaba mirar.
-Bien, pero anda regresemos, el ciclo está por iniciar y no quiero atrasarme con el trabajo- Se encamino primero Ritsu, el pelinegro le siguió.
-Pero llegando a casa me las cobrare- y le apretó el trasero a su pequeño uke, este sonrojo a más no poder y se quedó mudo de vergüenza, estaba realmente agradecido de que estuvieran solos en el pasillo.
“Este idiota. Esto no es amor, no, no, no lo es. Son las hormonas, perdóname por conseguirte un padre tan estúpido y engreído” Gritaba mentalmente Onodera Ritsu.
Solo faltaban 34 semanas para que el pequeño milagro Takano-Onodera hiciera presencia en el hogar de los amantes.
EXTRA
-Usagi-san ¡Esto es tu culpa!- reclamaba por lo bajo el castaño Misaki
-Creo que ya se fueron- hablo el peli-plata.
-A ver quítate- Misaki empujo a su novio para entre abrir la puerta de intendencia donde estaban encerrados. Y vi la espalda de otro castaño irse farfullando algo- Si, ya se fueron- Suspiro aliviado el oji-verde.
-Entonces podemos seguir con lo nuestro- Sonrió lascivamente el afamado escritor.
-Pero… ¿De qué hablas? Pervertido, casi nos descubren.
-Es tu culpa por seducirme en el pasillo-
-¿QUÉ? CLARO QUE NO!!!- Grito el oji verde.
-Claro que sí, si no hubieras dicho “Ah Usagi-san creo que me pegue en la cadera” y te hubieras desabrochado el pantalón y subido de la camisa, todo hubiera estado bien.
-Agr eres un pervertido que se aprovecha de las situaciones- seguía discutiendo.- claro que me pegue en la cadera cuando choque con ese carrito que te pedí que acomodaras bien. ¡Es tu culpa!
-Si lo que sea, pero de verdad no piensas dejarme con este problema- llevo una mano del castaño a su miembro endurecido, Misaki se sonrojo, mientras el escritor besaba dulcemente a su niño como minutos atrás en el pasillo lo estaba haciendo y Misaki se dejaba llevar como lo hizo hace rato.
Olvidando por completo el lugar donde estaban y dejando que Usami rozara su miembro con la pierna deliciosamente y cuando ambos estaban a mil, escucharon gritos y no sabían para donde hacerse de un lado venían esas dos personas y verían a Misaki con la camisa desabrochada y su playera a medio quitarse y el pantalón desabrochado y del otro lado era pared así que para ocultarse se encerraron en el primer cuarto abierto que encontraron y se quedarón ahí, sin hacer ningún movimiento por la pequeñez del cuarto, no lograban escuchar claramente lo que decían. Pero actualmente se encontraban teniendo sexo en el departamento del escritor en la entrada ya que no aguantaba más y no podían hacerlo en la editorial (insistencias del castaño).
-Te amo- fue lo que dijo el escritor en el oído del menor resonando dulcemente y acelerando su corazón. Aprisionandolo en sus brazos para nunaca dejarlo ir.