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Promise ~ HunHan por Joshe

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Notas del capitulo:

Volvi(?

Capitulo 16

Tan solo tenía 10 años cuando fui adoptado. Tardaron un año y medio en llevar a cabo todo el papeleo; yo iba a ser enviado directamente a mi tierra natal y abandonaría este país. El único lugar donde sabía que seguía Luhan, mi hermano.

Mis padres me recibieron con globos y un pendón en el aeropuerto:

Bienvenido a casa Sehun.

Mi padre era alto, tanto, que cuando me elevo en sus brazos, sentía que era el lugar más alto que había llegado. Mi madre, tan gentil y delicada que parecía una muñeca de porcelana. Era preciosa. Y mi hermano Hyung Ki, quien me saludo y me dio un listado de las cosas que me enseñaría para que creciera fuerte como él.

Esta era mi familia.

Me llevaron a un lugar bellísimo. Ellos hablaban muy rápido, y no entendía muy bien; pero decían que este restaurante era de ellos. De nosotros. Y me sentía tan bien cuando usaban ese tipo de palabras: familia, unión, nosotros, juntos.

Estaba feliz. Ya se como se sintió Luhan cuando fue adoptado.

Su casa. Perdón: nuestra casa. Era una mansión. Corrí por todos los pasillos existentes del lugar. Mi habitación era enorme, tenía muchos juguetes; tantos, que no sabia cual agarrar primero.

Este era mi hogar.

Empecé a estudiar y era todo extraño. Estaba acostumbrado a la cultura China, y la coreana era diferente. La educación no era la misma que en el orfanato. Estaba ansioso para que llegara el receso. Quería ver a Hyung Ki, ya me empezaba a desesperar al escuchar a todos diciendo que yo era el nuevo. Que no era de aquí. Que soy adoptado. Vi a mi hermano con un grupo de chicos en la cancha. Todos eran mucho mayores que yo, pero no me importo, ahí estaba mi hermano, y los hermanos siempre se apoyan como siempre lo hizo Luhan conmigo.

-¡Hyung Ki! –llame su atención mientras iba corriendo hasta donde él estaba. Un chico delgado y alto puso su pie en mi camino haciéndome caer. Mis rodillas y codo chocaron con el pavimento. Me dolió tanto que mis lágrimas salieron rapidamente. Vi mi codo izquierdo y ya tenia sangre en él. Escuche la risa de todos los estudiantes y me sentí mas pequeño de lo normal. Busque a Hyung Ki con la mirada y lo vi agarrarse el estomago mientras se burlaba de mi.

-Hyung Ki, ¿ese no es tu hermano? –le dijo uno de los chicos que estaba con él reunido.

-¡¿Qué?! –contesto con incredulidad. Como si lo hubiesen insultado–. Ya te dije que soy y siempre seré hijo único –grazno como si yo no estuviese ahí–. Este niño es solo un recogido. Mis padres no se en que pensaban. Pero ya saben… Sehun no durara mucho en nuestra familia –dijo aquellas palabras mientras me miraba a los ojos. Y por primera vez, notaba la malicia que se veía en su rosto. No era el mismo chico que vivía en mi casa, este era totalmente diferente.

 

Mientras esperaba a papá en la entrada del instituto sentí como tiraban de mi bolso. Todo mi cuerpo choco con la pared; cuando subí la mirada, era Hyung Ki–. Le dices una palabra a papá de lo sucedido de esta tarde, y serás un niño de la calle nuevamente –quería llorar e irme corriendo a no sé donde. Me sentía humillado. Si, así me sentía–. ¿Entendido? –yo solo asentí con miedo.

Me soltó y se fue nuevamente hasta la parada. A los pocos minutos llego nuestro padre. O su padre… ya no sabia exactamente que hacia en esta familia. En cuanto llegamos, mi madre se fijo en mi herida–. ¡Dios mío, Sehun! ¿Qué te paso? –examino mi codo y me llevo hasta la sala de estar para limpiar mi herida. Hyung Ki apareció comiéndose una manzana y se me quedo viendo con los ojos entrecerrados. Baje la mirada, sentí tanto miedo–. Hyung Ki, te dije que cuidaras de Sehun. Fue su primer día y llego con el brazo herido.

-¡¿Qué?! Sehun, ¿Cómo te hiciste eso? –lo mire sorprendido. Actuaba como si no supiera nada y como si realmente le importara mi salud.

-Me caí jugando –susurre.

-Hijo, debes tener más cuidado, no debes estar corriendo por todos lados –dijo poniéndome unas curitas para tapar las pequeñas heridas. Yo solo asentí.

Vi nuevamente a Hyung Ki sonreír con malicia y me estremecí, sabia que nada seria lo que yo pensé. Y estaba en lo correcto, porque mi vida se volvió en una pesadilla cada vez que me encontraba solo con él.

 

Han pasado dos años, y mi vida no ha cambiado en lo absoluto. Mis padres, ellos eran las personas mas cariñosas que habían. Nunca entendí porque su hijo no. Siempre trataba de estar con algunos de mis padres, pero ellos trabajaban. Mi padre era el chef de nuestro restaurante y mamá era profesora en una academia de música y baile, así que cada vez que estaba libre me iba a la academia donde me escabullía en las clases de baile. Al principio, mamá no me dejaba hacer tal cosa, pero, a las semanas hablo con el profesor de baile para que me anotara en la academia como aprendiz. Y así fue que descubrí mi pasión con tan solo 13 años.

Mi tortura “Hyung Ki” solo la veía en el instituto y los fines de semana. Hasta un día en el que me doble el pie y me mandaron de reposo por varios días. Me encerraba en mi cuarto para no ver la cara de mi “hermano”.

Una tarde les pedí a mis padres que llegaran temprano. Quería que vieran una película conmigo, al principio lo vi como una tontería de niños, pero, realmente no quería estar a solas con Hyung Ki. No después de ayer: me agarro el tobillo y me lo apretó hasta hacerme gritar y retorcerme del dolor. Él era mucho más alto y más fuerte; era inútil tratar de defenderme. Así que les rogué a mis padres hasta que aceptaron. Mamá compro un montón de golosinas y ambos se acostaron a cada lado de mi cama y yo quede en medio.  Para ser sincero, la película no me importaba, solo quería estar con ellos en mi habitación hasta que Hyung Ki llegara y no pudiera hacerme nada. Me estaba quedando dormido hasta que papá dijo que olía a gasolina. Mi madre se estremeció cuando empezó a oler a humo. Mi papá se paro de la cama y se fue hasta la puerta, al abrir, una oleada de fuego se adentro hasta la puerta de mi habitación. Todo el pasillo estaba ardiendo en llamas, no se podía salir en lo absoluto, sino, seriamos una antorcha humana. Era imposible saltar por la ventana, podíamos romper nuestras piernas gracias a la altura.

En mi cuarto de baño solo había cosas básicas. No tenía algo para cargar agua y echarlo al fuego y disminuirlo. Estábamos atrapados y cada vez nos sentíamos mas sofocados. Mi padre metió mi edredón en la tina y me envolvió en esta. Me dijo que corriera lo mas rápido que pudiera, no importaba que, pero que corriera hasta la salida sin mirar atrás.  Empecé a llorar, no quería dejarlos aquí. Pero ambos me prometieron que saldrían a los minutos.

Mi mamá me abrazo y me dijo una y otra vez que me amaba. Al igual que mi padre. Me mojaron un poco más y me pusieron en la entrada de mi habitación. Mi mamá me dio mi manta azul y me puso el brazalete con el que llegue a Corea, ese brazalete de plata que decía “Luhan”. Me dio un beso en la cabeza y me grito la palabra “corre”. Sentí fuertes punzadas en mi tobillo cada vez que afincaba, pero no me importo. Sentía como me calentaba  mientras bajaba por las escaleras. Me di cuenta que ya toda la casa estaba en llamas: la cocina, sala, comedor. Corrí como pude hasta la entrada y en cuanto pise el césped… la casa estallo y caí al suelo por el gran impacto que se genero en mi hogar.  Otra explosión más fuerte y mis oídos empezaron a pitar. Gatee como pude un poco más allá de la calle y sentía como granitos grandes y pequeños caían en mi cuerpo. Me gire quedando sentado y vi que ya no quedaba mucha estructura de la casa, y lo que quedaba, ardía en llamas. Grite el nombre de mis padres con lágrimas en mis ojos. Mi garganta ardía con cada grito que daba; pero no recibía respuesta. Llore fuertemente… los había perdido.

Mis padres murieron.

Decidieron salvarme a mí.

Hyung Ki apareció un poco sucio y miro horrorizado la casa. Me pregunto por qué gritaba los nombres de nuestros padres, y yo le explique, que ellos estaban conmigo en mi habitación. Él quedo en shock, no pensó que ellos estaban ahí adentro conmigo. Decía una y otra vez que los mate y yo me negaba. Pero tenia razón… si no les hubiese insistido que vinieran a ver una película conmigo, ellos al menos estuvieran vivos.

-La policía vendrá dentro de poco. Así que vete, corre antes de que te atrapen, porque tú eres el único culpable –me grito Hyung Ki. Yo le jure que no había sido yo, pero era inútil discutir en este momento. Me puse de pie como pude y empecé a correr cuando escuche las sirenas de la policía y los bomberos. Tenía miedo y no sabia por qué.

 

Pase dos días caminando sin saber a donde ir, hasta que un día la policía me agarro. Me llevaron a una comisaria y me pusieron solo en una celda por ser menor de edad. Yo estaba cansado, hambriento, sucio y descalzo. No sabía si podía vivir así. A los tres días me llevaron a la corte, y vi a Hyung Ki, con un traje y bien limpio. Mientras que yo me encontraba con un uniforme blanco y esposas; como si hubiese cometido un gran delito. Ahí se llevo a cabo mi juicio: donde se me acuso de asesinato.

Hyung Ki fue pasado al podio y dijo que yo había planeado todo. Que quería quedarme con el restaurante de sus padres y por eso los asesine. Pero era insólito que yo hubiese prendido la casa en fuego mientras me encontraba en mi habitación con ellos. Era un niño y no sabia como defenderme, mi abogado tampoco podía, yo aun seguía en shock y no hablaba con él.

Encontraron tiradas algunas jarras de gasolina a unas cuadras de la casa, así que Hyung Ki alago que yo salí y por eso seguía vivo. Dado a todo el juicio, fui condenado por  5 años de prisión mientras seguían buscando más pruebas de lo ocurrido.

 

Vi la prisión desde afuera y sentí tanto miedo. No sabía que podría suceder allí dentro. Era una cárcel para menores, pero eso no calmaba mis pensamientos. Llegue y llenaron unos cuantos papeles y me dieron la ropa que debía llevar: Mono, camisa y suéter de color gris y unos zapatos blancos. Me llevaron a mi celda y me quede mirando el lugar. Pequeño y frio. Con una litera, un inodoro en una esquina y un lavamanos en otro. La parte de arriba estaba un poco desordenada, así que supuse que ya estaba ocupada por alguien. Coloque mi uniforme en la cama y vi que solo tenía dos cosas personales: La manta azul y mi brazalete.

A los minutos llego mi compañero de habitación. De piel oscura, cabello negro en forma de honguito. Me dijo que su nombre era Kim Jong In. Tan solo tenía dos semanas aquí y ya se sentía que se volvería loco. Él hablaba hasta por los codos y yo solo escuchaba; realmente no tenía ánimos de hablar. Me hablo de su hermana, de que pensaba hacer cuando saliera; tenia 7 años de condena. Cada día contaba los días para ver cuando faltaría para sus 20 años y pisar las calles de Corea y buscar en cada rincón a su hermana.

Esa noche fue la peor de mi infierno. Llore ahogando mis sollozos en la almohada. Mi corazón dolía, no podía creer que me estuviera ocurriendo esto. Mis padres habían muerto.  Todo por mi culpa y cobardía a Hyung Ki.

No sé cuando me quede dormido. Pero lo único que sabia con certeza era que llore hasta que mi cuerpo se seco. Ya quería irme de aquí y tan solo tenia horas de haber llegado. Quería morir y estar con mis padres. O salir de aquí e irme a China para estar con Luhan.

 

Al día siguiente salí por primera vez de mi celda. Camine hasta la cancha y me quede parado recostado en una pared, tenia miedo. Jong In estaba jugando futbol con algunos chicos. Tenía entre 15 y 16. Los únicos niños en este lugar éramos Jong In y yo. Estaba seguro que eso me traerías problemas y estaba en lo correcto; a las dos semanas tuve mi primera pelea con un chico que me escupía todos los días los zapatos. No aguante más y me le fui encima. Solo le cause un moretón muy pequeño en su quijada. Mientras yo quede tirado en el suelo con el sabor de la sangre en mi boca y fuertes dolores de costillas.

Dos meses y ya había peleado unas doce veces. Me había convertido en la marioneta de todos. Los guardias no hacían nada, después de todo, aquí solo habían “delincuentes”. Yo trataba de no aparecer mucho en lugares que estaban concurridos por la mayoría de los chicos rudos de aquí. Cada lugar me sorprendía: habían chicos fumando, peleando, haciendo ejercicio o jugando. Y estaba yo, en las esquinas posibles. Donde podía tener vista de todos los lugares para estar al tanto de los que sucedía. Jong In siempre jugaba lo que planearan, no era un chico malo; aun no conocía su “expediente”.

Cuatro meses y seguía siendo el menor de todos. Un día mientras iba a tomar mi ducha unos chicos me arrinconaron. El lugar quedo totalmente vacío… porque sabían lo que me iban a hacer. Eran tres, tenían la edad entre 16 y 17. Uno de ellos tocaba mi cuerpo y yo trataba de alejarlo pero era inútil, solo tenía 13 años y ellos más que yo. Un chico alto, de cabello oscuro entro al lugar con una toalla en su cintura. Vio como uno de los chicos tenía mis manos pegada a la espalda mientras otro mordía mi cuello y el otro solo veía. No sabía cuando había empezado a llorar, pero tenía la cara mojada por mis lágrimas. Este chico, entro y golpeo a uno de ellos hasta dejarlo grave. Los otros dos se lo llevaron arrastrado.

-¿Estas bien? –pregunto mientras me colocaba la toalla en la cintura. Se puso de pie y era mucho más alto que yo, tenia unos 16 años–. Te he visto todos estos días, y déjame decirte que así frágil no llegaras muy lejos. Mi nombre es Yi Fan, pero puedes decirme Kris.

-Yo… yo soy Sehun y como puedes ver soy el único niño aquí –conteste limpiando mis lágrimas.

-Lo se, y es por eso que estoy aquí. No voy a permitir que te hagan daño de ahora en adelante, ¿bien? –asentí aun asustado.

Jong In entro corriendo a las duchas y se quedo viendo con tristeza–. Hablaban de ti afuera, y vine a ayudarte –hablo con la voz agitada–. Pensé lo peor y…

-Estoy bien –murmure – Yi Fan. Digo, Kris, me ayudo –Jong In vio a Kris y se sorprendió cuando lo vio.

 

Han pasado dos años. Resulto ser que Kris era el único chico que no había perdido ninguna de sus peleas en este lugar y era el más respetado. A Jong In (que ahora era apodado como Kai) y a mi nos enseño a pelear. Ya no éramos los mismos niños que entraron a este lugar. Solo teníamos  15 años, pero sabíamos lo necesario para sobrevivir. Yo había cambiado totalmente. No era ni la sombra de lo que fui hace dos años. Como mínimo peleaba tres veces a la semana. Adiós al lado bueno que corría por mis venas. Ya no más.

A los meses Kris cumplió su condena de 3 años. Kai y yo nos quedamos solo pero eso no cambio nada. No éramos los peones de aquí, al contrario, éramos parte de los reyes.

Ha pasado otro año y mi aspecto, vocabulario, personalidad no eran las mismas.

Papá, mamá. Yo se que no están orgullosos de mi, pero Hyung Ki me convirtió en esto. Lo siento.

 

Kris contrato a un abogado para mí. Resulto que nunca se consiguió la prueba de que había sido yo. El juez fue inteligente y vio todo desde mi perspectiva y no coincidía con las pruebas.  A los siete meses estaba fuera de la cárcel. A Kai le pago su fianza de muchos millones. Pero ya éramos libres. En cuanto salí de ahí, sentí los rayos de sol y el viento diferente. Kris nos esperaba con ropa nueva y una hummer negra. Su familia era dueña de un hotel en China, pero su padre movía drogas por el continente y Kris aprendió de él, y se convirtió en lo que es ahora. Nos llevo a una casa victoriana. Nos hable de ella mientras estábamos en la cárcel y jamás pensé que yo pisaría este lugar. El lugar que Kris decía que era nuestro hogar.

A los meses empecé a vender drogas, robar, pelear, meterme en problemas, estar de discoteca en discoteca, tener sexo como loco y toda esa buena vida. Sabía que me faltaba algo, pero ya no podía seguir dándome golpes en el pecho por Luhan o por mis padres. Ese Sehun ya había muerto y no podía hacer nada más. Ahora era un delincuente y no podía cambiar nada.

Ahora esta era mi familia. Y ahora esta era mi vida.

Notas finales:

En pocos días subo el siguiente cap. Lo prometo(???


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