Capitulo 17
Me desperté soltando un grito ahogado. Con la cara y el torso sudado. Las sabanas se pegaban a mi espalda y mi respiración salía fuertemente de mi pecho. Vi a los lados pero todo seguía siendo irreal y borroso. La imagen de Hyung Ki estaba grabada en mi mente en todos los sentidos:
Su rostro cuando llegue al aeropuerto.
Riéndose de mí en el colegio.
Agarrándome el cuello de mi camisa.
Encerrándome en el ático por toda la tarde.
Empujándome en el colegio.
Apretando mi tobillo hinchado.
Diciéndome que me marchara antes de que llegara la policía.
En la corte.
Diciendo que yo mate a nuestros padres.
La primera vez que lo vi después que salí de prisión.
Su rostro viendo a Luhan…
Luhan puso su delicada mano en mi espalda y pegue un fuerte brinco. Él sobo de arriba abajo para tranquilizarme. Gire mi rostro y lo vi; con sus facciones tan delicadas y perfectas. Lo tome de la muñeca y lo atraje a mi para poder besarlo. Lo bese con tanta desesperación que sentí su cuerpo rígido contra el mío, y a los segundos se calmo. Lo recosté de la cama bajando su bóxer negro y lo lance por algún lugar de mi destrozada habitación. Abrí sus piernas y lo obligue a rodear mi cintura con ellas. Mordí su cuello hasta el punto de hacerlo gemir.
Sobe su miembro y sentía como este se despertaba en la palma de mi mano. Me quite el mono junto con el bóxer de un tirón. Mi miembro estaba completamente duro, así que sin pensarlo lo penetre. Luhan grito y se agarro de las sabanas desordenadas clavando los talones en la parte baja de mi espalda. Pegue mí frente a la de él y me agarre del cabezal de la cama para adentrarme todo lo posible. Sentía como si interior arropaba mi miembro de tal manera, que me enviaba descargas eléctricas por todo mi cuerpo. Estaba nuevamente cegado que no me fije que ya Luhan derramaba una que otras lágrimas–. Lo siento – susurre enterrándome en él fuertemente. Quería que me sintiera. Que me grabara para siempre, y sobre todo, me hiciera olvidar todo mi dolor.
Lo bese con lujuria y deseo. Nunca antes lo había tratado así. No sabía si estaba haciendo bien o mal, pero este era yo. Un chico incontrolado que podía ser el más bueno, pero también el más cruel del planeta.
Le bese el cuello. Baje hasta su pecho y juguetee con uno de sus puntos que ya estaban realmente duros. Lo pellizque con mis dientes y Luhan gimió. Sentí como su fuerte erección palpitaba entre las caderas de ambos. Sabía que quería que lo tocara, pero no me lo pedía; así que lo hice.
Movió sus caderas al ritmo de mis embestidas y la táctica que emergía con mi mano en su miembro. Sentía como el extremo de mi erección se sumergía con más profundidad en él haciéndolo cambiar sus gemidos por gritos incontrolados. Se tenso cuando pare las embestidas y me dedique a subir y bajar mi mano más rápido sobre su duro miembro–. Mírame, Luhan –él se negó chillando de placer. Agarre su cara con mi mano libre y lo obligue a mirarme–. Abre los ojos, por favor –Luhan abrió sus ojos y se veían turbulentas con algo que no lograba identificar. ¿Placer? ¿Dolor? Así que pare mis movimientos de mi mano y me retire enseguida de su interior.
Su mirada cambio totalmente. Apoye mi cabeza en su hombro. Él me toco el cabello y lo sentí más cerca de lo normal. Sabia que ambos nos amábamos; pero esta cercanía era totalmente diferente. Nuestros sentimientos chocaron en cuanto me desperté de aquellas pesadillas llamada Hyung Ki. Odio, preocupación, dolor, deseo, ira y amor.
Sentí una profunda calma cuanto las manos de Luhan rodearon mi espalda y acariciaba mis omoplatos–. No pares –me pidió.
-¿Seguro?
-Si –respondió. Lo bese y rodeo mi cuello con sus dos brazos mientras me volvía a colocar vacilante sobre él, pero sin poder penetrarlo. Había recapacitado y en realidad le estaba causando dolor–. Estoy bien –dijo como si leyera mis pensamientos. Porque sabia que una parte de él no lo estaba.
Bajo mis manos por toda mi espalda hasta llegar a mi trasero y me empujo a su interior. Esta vez, despacio, volví a llenarlo y su interior se adapto a mí poco a poco; como si ese fuese el lugar donde mi miembro debería estar. Me moví dentro y fuera. Volvió a gemir cuando mi mano atrapo su erección. Y ese sonido desato mi verdadero placer, una sensación que se extendió por mi pelvis y encendió todo mi cuerpo. Me moví mas rápido guiándolo para que se moviera conmigo. La sensación del deseo y placer se identificaron en todo mi cuerpo, parecido a una oleada de calor.
-¡Sehun! –grito de impotencia cuando detuve mi mano en plena cima de su orgasmo. Moví rápidamente mi mano y su cuerpo se movió conmigo aun dentro de él. Una danza profunda nos acompaño llevándonos fuera de nuestro control.
Las embestidas se volvieron increíblemente rápidas, frenéticas, hasta que grite con un rugido parecido a un animal cuando estalle. Luhan se estremeció gracias al orgasmo que arropo todo su cuerpo.
Me desplome sobre él, con nuestros cuerpos totalmente sudados. Mi cabello estaba húmedo, pero no me importo. Enterré mi cara entre su cuello y hombro. Luhan me abrazo tan fuerte que supe que no habría dolor que estuviera dispuesto a soportar para siempre tenerlo a mi lado.
Gruñí por lo bajo cuando supe estaba solo en mi cama. Abrí mis ojos y me encontré con un gran desastre: Pedazos de espejos en el piso. Mi ropa. Los muebles. Billetes por todos lados. Gotas de sangre.
Vi mi mano y tenia los nudillos rotos y con grandes costras. Me pare y me coloque el mono que se encontraba tirada en el suelo. Baje y al primero que vi fue a Kai–. ¿Todo bien? –pregunto dejando a un lado la hierva nueva que le dio Long. Yo solo asentí–. Hace mucho que no te veía llorar hermano. Desde la cárcel, para ser más exacto.
-Supongo que el maldito de Hyung Ki es mi talón de Aquiles.
-Debo confesarte algo –murmuro con miedo. Yo solo lo mire con los ojos entrecerrados mientras me sentaba en uno de los taburetes y robaba parte de su jugo–. Hace varias semanas atrás había visto a Hyung Ki salir del edificio de Luhan. Pero hermano, no tenia ni la más mínima idea de que se conocían, lo juro.
-Ya nada de eso no importa. Solo quiero que Luhan no salga lastimado –fruncí el ceño al pensar que el podría salir herido. Hyung Ki es capaz de cualquier cosa.
-Lo había olvidado, Luhan se fue temprano a clase.
Asentí viendo a los lados. Mi ánimo estaba por el suelo. Y la única persona que me hacia sentir mejor… estaba ocupado. Vi la hora y ya eran las 3:00PM–. Quieres ir a la pizzería, yo invito.
-Sabes que, cuando se trata de comida gratis yo siempre estoy disponible.
Solté una carcajada después de varias horas. Por eso es que Kai era mi mejor amigo y hermano. Aunque algunas veces me hacia perder la cabeza, el sabia también como subir mis ánimos y controlarme.
POV Luhan
-Te ves fatal hoy, Luhan.
Vi a Xiumin y le di una sonrisa de medio lado. Ayer había sido un día duro. Y, realmente no había dormido lo suficiente. Recordé la noche de ayer y me estremecí cuando la imagen de Sehun apuntándome con un arma–. ¿Qué hubiese pasado si apretaba el gatillo? –Pero rápidamente mi imagen se remplazo por la cara de un niño asustado escapando de las llamas y siendo enviado a la cárcel. Realmente Sehun tuvo una infancia y adolescencia marcada.
-¿Cómo vas con las fotografías? – volvió a hablar y me saco de mis pensamientos.
-Normal –mi mente no estaba para eso, y mucho menos ahora que Sehun tenía los nervios de punta–. Mi modelo es un poco difícil, así que no he conseguido muchas fotografías de él.
-¿Y por qué un solo modelo cuando puedes fotografiar a mas personas? Creo que eso se te haría más fácil.
Porque mis pinturas siempre fueron de mi novio cuando estaba pequeño. Ahora quiero que las fotografías sean exclusivamente de él, ¡Dah! –. Porque quiero una sola persona. Quizás eso sea mejor. Algo así como “su vida” –eso fue lo que realmente conteste.
-Yo ya lo termine. Fue realmente fácil. Solo me dedico a buscar toda la arquitectura de este país y pan comido.
Si, bueno, no es como si tuviera que buscar a una o varias personas y que modelaran para él. Tenia que encontrar el modo de fotografiar a Sehun. Sino, tenia que cambiar de parecer con respecto a que él sea mi protagonista. Y eso es lo que menos quería.
Antes de que se ocultara el sol ya había salido de clases. Iba a empezar a bajar las grandes escaleras de toda la entrada a la universidad y me encontré con dos bultos sentados a veinte escalones de mí. Sehun llevaba sus brazos descubierto y recordé que tenía su chaqueta en mi casa. Ninguno de los dos seguía sin voltear. Así que saque la cámara de mi bolso y apunte hacia donde se encontraban. Desde las escaleras, la luz era increíblemente hermosa. Ambos se veían relajados e iluminados con la puesta del sol. Logre hacer varias fotografías hasta que Sehun me vio.
Vi la cámara y la última fotografía era de ambos riendo. Estaban de perfil y se podía ver algunos gestos a pesar del reflejo del sol.
Me senté al lado de Sehun y colgué mi cámara en el cuello. Los tres nos quedamos en silencio y fue realmente incomodo. Ambos se quedaron viendo al frente y yo hice lo mismo–. Bueno, será mejor que me vaya –Kai se puso de pie y Sehun le hizo un sonido extraño de pandillero que llamo su atención y la mía. Le tiro las llaves de su deportivo y a Kai se le ilumino el rostro–. Hermano, ¿en serio, me prestaras tu deportivo? Este es oficialmente el mejor día de mi vida junto a ti.
Sehun le dio una pequeña sonrisa y le dijo: –Cuida de mi bebé. Sabes lo mucho que me jodi por conseguir ese pequeño carro.
-Juro que lo cuidare. Como si fuese mi vida.
-Eso es lo que me preocupa.
-Me has ofendido Oh Sehun –ambos sonrieron y yo también lo hice. Era agradable verlos así.
En cuanto Kai se fue ronroneando a todo dar con el deportivo quedo un impecable silencio. Yo mire al frente y vi a la nada. No es que me molestara este silencio, pero estaba un poco incomodo–. Lo siento, Luhan.
Sehun me hizo reacciona y lo vi–. Por qué.
-Por todo. Yo realmente lo siento. Nunca quise que esto pasara yo…
-Esta bien. No es tu culpa que esto pasara –recordé la historia que me conto y me tranquilice.
Volvió a mirar al frente y se quedo callado un rato; como si buscara las palabras exactas para que nada fuese peor–. Quiero llevarte a un lugar –dijo sin más.
Solo asentí y me puse de pie. Caminamos hasta mi Avalancha y el me pidió las llaves y no proteste. Me senté en el copiloto y deje mis cosas en la parte de atrás. El camino fue largo, y no hubo muchas palabras. Sehun estaba más callado de lo normal, pero no lo quería presionar. De vez en cuando colocaba su mano en mi pierna o giraba para verme unos segundos. Empezamos a entrar a una especie de terreno. No sabia en donde estábamos, pero en cuanto vi las primeras lapidas… supe que estábamos en un cementerio.
Ambos nos bajamos y lo seguí hasta que se paro en frente de dos tumbas. La lapida era una sola y decía: Nunca lo olvidaremos. Con amor, sus hijos: Hyung Ki y Sehun.
Trague el gran nudo que se formo en mi garganta. Sehun quito unas cuantas hojas que habían el perfecto césped y se quede de pie. Yo estaba a su lado. Sintió el rose de mi mano y la agarro con desesperación y hablo lenta y pesadamente: –Ha pasado muchos meses, papá y mamá. Lamento mucho que los haya abandonado por tres meses pero… –Se me quedo mirando y vi sus ojos cristalizados–. Alguien importante me ha mantenido ocupado de mi lado oscuro –esbozo una pequeña sonrisa y siguió hablando–. Él es Luhan, ¿lo recuerdan? Les hable mucho de él. Me hace muy feliz –soltó un sollozo y yo me acerque a él hasta rodear sus hombros–. Hice algo que no debía… Yo… yo, casi lo pierdo. Y quiero decirle a ustedes, y a él, que lo amo infinitamente. Que haría todo lo posible por mantenerlo a mi lado. Porque él ahora es la primera razón por la cual quisiera seguir luchando. Ahora ustedes bajan al segundo lugar –risa y sollozo salieron al mismo tiempo. Y yo, rápidamente limpie mis lágrimas–. Volví a ver a Hyung Ki, y Dios mío, no sé cuanto más tolerare su forma de tratarme. Se que ya no soy un niño. Pero no quiero cometer una locura. Ustedes nunca me educaron así; se que soy mejor que eso, y por eso es que seguiré luchando. Por Luhan, por ustedes…
Mas tarde, nos encontrábamos en un mirador. Sentados en la cabina de mi camioneta contemplando la hermosa ciudad. Sehun se paro a comprar una botella y no proteste; supe que la merecía. Pero tampoco me encantaba la idea.
Tome unos pequeños sorbos para no dejarlo solo en su momento. Él me hablo de sus padres. Que aprendió a cocinar gracias a su papá, y a bailar por su mamá. Bromee con que tenía que cocinarme al menos seis días a la semana.
Se veía tan hermoso así como lo veía en estos momentos. Su cabello limpio, sin algún químico. Camisa de manga negra. Y su perfecta sonrisa. Saque mi cámara y el negó rápidamente. Pero no me rendí. Tome varias mientras el trataba de quitarme mi cámara con una sonrisa. Luego otras cuando empinaba la botella en su boca con los ojos cerrados mirando hacia el cielo. Se puso de pie en la cabina de la camioneta y seguí sus movimientos con cada “click” de mi cámara. Se veía perfecto; como a un Ángel. Hice una secuencia de él aun con la mirada en el foco y vi su sonrisa, luego vi claramente como dijo muy despacio la siguiente palabra: –. T e a m o.
Juro que eran las mejores fotos que había hecho.