Capítulo 5
Sentí dos lágrimas caer por mis mejillas mientras el relámpago alumbraba la habitación. Mi corazón ya no palpitaba, ahora saltaba desbocadamente. Baje la mirada notando que mis descontroladas manos temblaban por los sonidos que traía la lluvia.
Esto no podía ser peor.
Sehun estaba ahí, mirándome, su mirada cada vez más suavizada al ver mi reacción. Seguro notó que aún le temo a los relámpagos. Pero el solo estaba ahí quieto, no se movía, no decía nada; solo me miraba.
No me ayudaba ni me brindaba el confort de su presencia, de su cuerpo apegado el mío en un cariñoso abrazo como cuando éramos pequeños.
Que iluso soy, eso no pasará.
Saque mi teléfono de mi bolsillo y marque rápido. Mi respiración, cada vez era más defectuosa, y mis lágrimas tampoco ayudaban a tranquilizarme.
La persona que llamaría para que me calmará de alguna forma me hacía sentir tan protegido como alguna vez me sentí con Sehun, porque aunque él fuera el menor de los dos para mí siempre fue más fuerte que yo.
Sehun siempre fue todo lo mejor para mí.
-Luhan, ¿estás bien? – Hablo mi padre desde el teléfono apenas contesto a la segunda repicada.
Escuche su voz, y sentí que el mundo se me vino encima.
Gracias por ser mi padre.
-No papá, no estoy bien. Llueve – Conteste sollozando. Cada vez se intensificaba más la lluvia, cada vez temblaba más, cada vez en algún lugar de mi mente me hacia la idea de que Sehun viniera a mi lado y me abrazará.
Maldita sea. ¿Por qué no deja de estar en mis pensamientos?
-Hijo por favor, tienes que mantener la calma. Sé que no es fácil para ti, pero escúchame. Luhan, hijo… respira –Y eso hice. Cerré mis ojos y respire lentamente – ¿Estás solo? –Su pregunta hizo eco en mi mente.
“¿Estás solo?”
No, no lo estoy. Abrí los ojos, y vi a Sehun que seguía ahí viéndome con una expresión de “¿Qué puedo hacer para ayudarte?”
O bueno, eso es lo que yo quiero que él piense. Con él ya nada se sabe.
-Si papá… estoy solo – Otras lágrimas rebeldes rodaron por mis mejillas y rápidamente las seque con la palma de mi mano. Pero era inútil; apenas las secaba, otras más brotaban de mis ojos.
Sehun me miraba con sus ojos oscuros. Pero ya no quería su “amabilidad”
Yo ya no quería nada de él.
¿Nada de él? Él no me ha dado, solo desprecio, amenazas y ese tipo de cosas que creo yo, no merezco de su parte.
-Debes recordar lo que dijo el psicólogo. Respira profundamente. Hijo, recuéstate a una pared y escúchame… –Seguí las instrucciones de mi padre. Cuando sentí el concreto frío tras mi espalda, me deje rodar en él. Tenía las piernas pegada a mi pecho y oculte mi cara entre el pequeño espacio que quedaba de mi cuerpo y seguí pegado al teléfono.
Habían pasado 10 minutos, y ya los relámpagos dejaron de aparecer.
Levante la mirada buscándolo a él, porque aunque yo no quisiera el impulso de verlo me carcomía y ahí estaba, sentado en la cama con sus codos apoyados en su regazo. Cuando me levanté del suelo, él también se levantó de golpe.
-Luhan, ¿Por qué no me dejaste ayudarte? ¿Por qué dijiste que estabas solo? – Frunció el ceño y camino hasta estar cerca de mí.
Si esto era lo que quería, ¿por qué ahora me molestan sus palabras?
-No necesitaba tu ayuda –Conteste con frialdad mientras guardaba mi teléfono.
-¡¿Cómo vas a decir que no necesitabas de mi ayuda?! Sabes lo malo que es esto para ti, y…
Sehun preocupándose por mí. ¿No y que ya no era el mismo que antes?
No podía continuar resguardando esto, por lo que le replique:
-¡¿Y qué, Sehun?! – Le corte sus gritos antes de que siguiera–. ¡¿De qué me iba a servir tu amabilidad ante mí?! De nada me iba a servir. ¡¿Sabes por qué?! ¡Me tratas como si no me conocieras, después con gratitud, y luego como una porquería! ¡¿Qué querías?! ¡¿Qué corriera a tus brazos como lo hice hace años mientras llovía?! No, no quiero eso. Porque tú, ¡tú! Eres todo menos una persona “amable” tú mismo lo dijiste, eres un delincuente y los delincuentes no ayudan más que a los suyos y yo no soy uno como tú.–Mi garganta empezó a doler después de haber gritado todo aquello. No tan solo mi garganta dolía, sentí mi corazón quebrarse.
-¡Por Dios Luhan! Por el simple hecho de que yo sea una mierda, no significa que no te vaya a ayudar cuando realmente lo necesitas.
Ambos estábamos mirándonos cara a cara, gritándonos uno al otro.
-¡¿Qué pasaría después de que me ayudaras?! ¿Me ibas a tratar como me tratabas hace unos minutos? ¿A sacarme en cara que soy jodidamente feliz porque fui adoptado? ¡¿Qué sigo siendo la maldita niña llorona cada vez que llueve?! ¿Eso dirías? No, gracias. Ya, aunque no lo creas me has herido demasiado.
-¡Esto no es de si te trato bien o mal, Luhan! ¡Esto se trata de que necesitabas ayuda, y yo puede haberlo hecho! Pero ni siquiera te importo como me sentí hace unos minutos.
-¿Cómo te sentiste? –Reí irónicamente– ¡¿Inservible?! ¡¿Bueno para nada?! ¡Pues déjame decirte que eso eres ahora! No eres nada, no eres nada.–Baje la mirada y nuevamente las lágrimas empezaron a salir.
No puedo creer que le haya dicho eso.
No puedo creer… que haya hablado sin pensar.
Ya era demasiado tarde pero no me importaba.
-¡Luhan! Abre la puerta –La voz y los golpes de Baekhyun me hicieron sobre saltar.
-¡Luhan! ¿Estás bien? –Esta vez era la voz de Kai–. Sehun, abre la puerta.
Sehun me miro con sus ojos fríos, y luego frunció el ceño. Realmente estaba molesto pero eso en estos momentos no me importaba. Dio unos pasos y abrió la puerta.
-¡Luhan, discúlpame! Nunca debí dejarte solo –Se disculpo Baekhyun que apenas me vio, corrió y me abrazo–. ¿Estás bien? –Yo solo asentí.
No estaba bien.
Ahí estaban todos, Chanyeol, Kai, Tao, y un chico de cabello oscuro con su cuerpo delgado; si mi memoria no fallaba, era Lay. Un chico rubio –supuse que era Kris- se acercó a Sehun y le dijo algo en el oído y el solo asintió.
-Baekhyun, ¿Trajiste tu carro? –Susurre con la voz diferente.
-Si Luhan, ¿te llevo a casa?
-No –le di una sonrisa débil–. Tú estás más ebrio que yo. Podre conducir. Tranquilo.
-¡Luhan! Pero no puedes irte así en este estado, y mucho menos que aún sigue lloviendo –Hablo Kai de repente.
-Por favor… solo quiero irme. No quiero molestar a nadie –Informe mientras miraba a Sehun, él sabía que eso en realidad era por él.
-Puedes quedarte. Aquí hay una habitaci…
-En serio, déjenme ir.
Nadie se interpuso en mi decisión. Quería irme; no quería seguir estando aquí. No quería seguir mirándolo.
Salí de la “mansión” y la lluvia en seguida mojaba mi ropa. Busque la camioneta 4runner blanca de Baekhyun con la mirada hasta que lo encontré. Me subí en la camioneta y deje caer mi cuerpo pesado en el asiento. Prendí el motor y me fui. La lluvia caí cada vez más fuerte, y sabía que en cualquier momento… podía caer un relámpago.
Unos 3 o 4 relámpagos cayeron mientras iba por la carretera. Ya mis ojos ardían por las lágrimas. Quería llegar a mi departamento, ya no soportaba todo esto. Los relámpagos, mis lágrimas, las palabras que le dije a Sehun; ya no soportaba este día.
Escuchaba la lluvia y algunos relámpagos desde el baño. Mis padres no estaban para ayudarme, y Hyung ki… no sabía nada acerca de mi fobia. Nunca quise confesarle nada de esto, y a pesar de nuestros 3 años juntos, nunca me ha tocado vivir algo así con él.
Tengo que ser fuerte.
Tengo que dejar de pensar en Sehun.
Abrí la regadera de la tina, y me metí ahí con todo y ropa. Mi mente no daba para más, ya no me sentía con fuerza.
POV Sehun.
Cuando Luhan se fue, me fui directo al cuarto donde se encontraban todos nuestros artefactos electrónicos y no electrónicos. Entre con la sangre caliente por la rabia y pase la mano por mi cabello para poder controlarme y no cometer alguna locura.
Yo pude ayudarlo. Pero ahora me ve como una porquería inservible. Recordaba sus palabras y me provocaba gritar y golpear todo a mi paso por la frustración que tenía.
-¡¿Qué mierda acaba de ocurrir?! – La voz de Kai llego a mi espalda y me hizo fruncir el ceño. Voltee y vi al resto de los chicos.
Lo que me faltaba, ahora me tengo que aguantar sus “regaños” o lo que sea que vayan a decirme.
-A ti que te importa – Gruñí apretando mi mandíbula.
-Maldita sea, Sehun. Luhan se ha ido llorando – se acercó a donde estaba y quedamos cara a cara–. Agradece que echemos a todos cuando empezaba llover; porque si no todos iban a escuchar los gritos de ambos.
Fruncí el ceño y abrí mi boca para responderle; pero nada inteligente se me ocurrió.
-¿Por qué le has dicho todo eso? ¡¿Por qué mierda le gritaste?! – Kai me grito mientras hundía su dedo índice en mi hombro.
¿Quién se creía él para hablarme así?
¿Quién se creía él para preocuparse por Luhan?
-Basta – replique sintiendo punzadas en mi hombro.
-¿Solo dirás eso? – volvió a señalarme con el dedo y lo hundió en el mismo lugar.
-Maldita sea Kai, te dije que basta – agarre sus hombros y lo empuje tan fuerte, que casi caía al piso–. Lo que acaba de pasar, no es asunto tuyo. Además, ¿desde cuándo te preocupas por Luhan? – fruncí el ceño, y esta vez fui yo quien lo señalo con el dedo índice y le hacia los mismos “golpecitos” molestos.
-¡Desde que lo vi!
-Por favor Kai. Cuando lo viste, querías secuestrarlo. No me vengas con esa mierda de que ahora te interesa el bienestar de Luhan – conteste lo más seco que podía.
-¿Qué pasa si ahora me interesa? – dijo alzando su ceja.
-Para ya, no lo metas en nuestras vidas, ¿te quedo claro? – mi corazón empezó a palpitar con más fuerza y sentí una fuerte piquiña tras mi nuca al el decir esas palabras.
Él me importaba.
-¡No quiero Sehun! Él ahora me interesa.
-¡Te dije que pararas! – Le grite y lo agarre de la camisa hasta pegarlo contra la pared–. ¡No quiero volver a escucharte decir eso! ¡No quiere verte de nuevo con el!
Me importa una mierda lo que piense Kai o el resto de los chicos, quienes nos miraban expectante pero alertas por si ocurría algo entre Kai y yo.
-¿También te gusta? – pregunto y su mandíbula se tensaba.
Todos nos miraron y me sentí extraño.
Reaccioné.
¿Qué mierda hacia? Discutía con Kai por Luhan, eso no tenía sentido alguno.
-¡No seas ridículo! – solté su camisa y baje rápidamente por la escaleras y di fuertes pisadas por la sala.
Todo estaba en un desorden total; típico de nuestras fiestas. Abrí la puerta y la lluvia caía de manera más pesada. No me importo en absoluto y fui hasta mi Harley. Era un completo imbécil por lo que iba a ser, pero sería un completo imbécil… si no hacía nada.
Iría a verlo.
Después de lo sucedido necesitaba verlo.
Deje la motocicleta en la entrada del apartamento de Luhan y entre todo empapado. Subí hasta su piso y toque la puerta, pero no recibí respuesta alguna; golpee nuevamente, y nada.
-¡Luhan! ¡Abre la puerta! –grite para que pudiera oírme–. ¡Luhan! – volví a gritar con frustración. Sabía que estaba ahí, pero era tan orgulloso… que capaz no abría la puerta al escuchar que era yo. Pensé en no ser un “grosero” al escabullirme dentro de su casa utilizando los métodos de todo pandillero para robar una casa.
A la mierda. Saque mi tarjeta, he hice contacto con el seguro; a los segundos, la puerta se abrió. Camine por el living y todo estaba completamente ordenado. Arrugue el entrecejo al ver tanta “perfección”. Camine un poco más, y vi las llaves del carro de Baekhyun, y su iphone en la mesa. Escuche la regadera y me guie por el sonido.
-¡Luhan! – grite al verlo metido en la tina, bajo la regadera, con toda la ropa.
Giro su cabeza con pesadez y pude ver sus ojos apagados. Cerré la regadera y salí fuera del baño. Abrí la única puerta y di con su habitación; vi el closet y me topé con una toalla.
Entre al baño, y seguía aun como lo había dejado. Metido en la tina, con la mirada totalmente perdida.
-No puedo creer todo lo que has hecho y dicho. Pero con esto eso… he venido.
Muy en el fondo de mi, no podía creer que después de todo lo que yo le he dicho y hecho me sienta algo ofendido por lo que me dijo Luhan.
Lo saque de la tina y relaje mi cara al verlo así.
-Por favor Luhan, reacciona – Dije mientras ponía mi mano izquierda en su hombro, y la derecha en la mejilla.
¡Mierda! Su cuerpo estaba frío como el hielo.
Empezó a chasquear sus dientes por el frio que tenía
-¡Estas totalmente helado! ¿Cómo pudiste meterte así con agua fría? –fruncí el ceño y seguía buscando sus ojos para ver algún tipo de reacción. Baje la tapa del inodoro y lo senté en ella.
Realmente estaba en shock.
Le quite la gorra y seque su cabello marrón oscuro con la toalla. Retire su camisa de cuadros; no podía creer que se haya metido así en el agua totalmente helada. Saque su franela blanca dejando su torso totalmente al descubierto. Su cuerpo estaba erizado y seguía temblando. Coloque la toalla en su espalda y puse mis manos tibias en sus mejillas. No estaba nada bien, por un momento, su cuerpo se iba de lado.
-No puedo creer que seas tan tonto, Luhan –susurre viéndolo a los ojos.
Salí y busque la bata de baño que estaba en su habitación. Por un momento, vi su mirada iluminada por mi amabilidad.
-He robado tantas casas como estas, que se exactamente dónde puede estar todo – Aclare para que tuviera en mente porque no tenía problemas al encontrar sus cosas. Frunció el ceño y nos quedamos mirando–. Luhan, no te sorprendas por las cosas que te digo.
Le quite los zapatos y los calcetines. Lo levante del inodoro y desabroche sus pantalones. De repente, Luhan saco toda su fuerza, y agarro mi muñeca.
-Luhan, tu ropa esta mojada. Estas totalmente frio, no te voy a dejar así –gruñí para sacar sus pensamientos retorcidos.
Aflojo su agarre, y me miro directamente a los ojos mientras soltaba mi muñeca.
Baje sus pantalones y lo dejo en ropa interior. Le coloque su bata, y lo llevo en brazos hasta la cama.
Luhan aun temblaba, a pesar de estar bajo el edredón. Salí nuevamente y busque en la cocina cosas “necesarias” para poder mantenerlo caliente y no dejar que enfermara. Regrese con un recipiente de vidrio lleno de agua caliente, y un pañuelo que encontré en la cocina. Lo exprimí y pase el pañito caliente por su cuello, frente, torso y brazos. Siguió con el mismo procedimiento unas 3 veces.
El solo me miraba.
La lluvia empezó a caer nuevamente, y él se estremeció al escuchar un relámpago que cayó muy lejos. Supe que iba a estar más tiempo aquí; porque la lluvia caía muy fuerte. Me pare y me quite la chaqueta de cuero. Mi camisa blanca estaba pegada al cuerpo porque también se había mojado. Tendí la chaqueta en el sillón del cuarto y me quite la camisa.
Decidí no quitarme los vaqueros negros; en algún momento se iban a secar.
Me senté otra vez en el sillón y pasaba lentamente el pañito por su cara. Finalmente, cerró sus ojos mientras respiraba con dificultad.
Poco a poco su respiración se hizo más pesada, hasta que se quedó dormido. Su cara, era la misma de hace años.
Un ángel.
Cuando lo vi parado, al frente de la casa aquel día que fue a buscar a Baekhyun; mi corazón volvió a latir con fuerza. Me sentí molesto al escuchar los comentarios de Kai y ver su cara de “niño asustado” la misma que tenía cuando lo conocí.
Baekhyun siempre hablaba de su amigo. Pero jamás imagine que era él.
Yo pensaba que Luhan estaba en China… nunca lo vi desde aquel día en el orfanato.
Su cabello estaba húmedo. Aún tenía la cara de niño angelical. Su nariz era perfectamente respingada, y su piel extremadamente suave. Pase los dedos por sus mejillas, procurando no despertarlo. Mi pulgar corrió bajo sus labios y sentí una punzada en el estómago.
Baje la mirada hasta su torso, y vi que aun respiraba pesadamente.
Aún seguía dormido.
Eres un total, y completo desastre Oh Sehun. Te arrepentirás de esto.
Puse ambas manos en sus mejillas, y sentí su respiración caliente en mi boca, y como si nada… sentí sus suaves labios juntos a los míos. Fue un beso casto, pero largo.
Si tan solo supieras que este Sehun que crees que soy, solo es una fachada para que todos crean que nada me importa. Si tan solo supieras que jamás te olvidé.
Si tan solo supieras que…
Separe mis labios, abrí los ojos, y ahí estábamos los dos. Viéndonos directamente a los ojos.