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2Min: "Red Delicious" por ZaffireHeart

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Notas del capitulo:

Hola n.n, como están? Espero que bien, yo recién me acordé que tenía que actualizar el fic, perdónenme jeje, es que andaba con la cabeza en otro lado, n.n


Hoy no tengo mucho que decir... sólo lo mismo de siempre que espero que les guste, y gracias por sus reviews, más tarde los contestaré, pero los he leído a todos n.n


Sin más demoras, les dejo leer; Let's go! ♥

Capítulo 5: "¿Cita?"


 


[...] -¿¡Y tú de qué te ríes!?-


Preguntó algo furioso, totalmente rojo, con el ceño fruncido… pero algo detuvo mi risita. ¿É-Él finalmente me habló?


Me puse serio, sorprendido y le miré, él se mostraba igual de sorprendido que yo…  ¡Finalmente me hablaste MinHo!


Aquel hombre se había ido finalmente, dejándonos a ambos, a solas, y por una semana, por lo que con el corazón aún revoloteando de alegría y nervios a la vez hablo.


-¿T-tú, y-ya n-no estás más enojado conmigo?-


Pregunté con un tono algo aniñado, él volvió a desviarme la mirada, y poniendo en marcha el vehículo nuevamente, se concentró en el camino, por lo que yo algo ya desesperando ante 1 semana de su indiferencia, me siento de costado, y tomo uno de sus hombros.


-¡MinHo, por favor respóndeme!-


-¿A dónde quieres ir?-


Preguntó serio sin mirarme, ignorándome nuevamente por completo, y antes de que comenzara alguna otra pelea, simplemente me rendí… tarde o temprano me lo dirás. ¿Por qué me lo dirás verdad?


-S-sólo qui-quiero c-conocer el pueblo, ¿t-tal vez a una plaza?-


Dije con un tono algo triste, ¡en verdad necesitaba de su atención! ¿¡Porque me has mal acostumbrado tanto, a sentir aquel sentimiento de cariño!? Aquel, que siempre se me negó, y no se me dio correctamente…


-Bien…-


Dijo, mirando al frente, doblando hacia la izquierda, y una vez más, aquel silencio incómodo se interpuso entre nosotros…


¡Rápido, rápido TaeMin, piensa en algo, piensa en algo en que puedas hacerle hablar!


-E-estoy co-comenzando a-a dejar el ci-cigarrillo…-


Dije repentinamente, algo nervioso, si bien no era del todo cierto, si había comenzado a pensar seriamente en dejarlo, lo que sucede es que las ansias me pueden…


-Hasta que no lo vea con mis propios ojos, que has estado un día enteramente conmigo y no hayas fumado en ningún momento no lo creeré…-


Dijo sorpresivamente, mientras comenzábamos a acercarnos a una pequeña plaza, pero que tenía unos hermosos canteros con muchas flores de colores vivos.


Yo le miré de repente… siendo yo, ahora el que se comenzara a asombrar por cada letra que saliera de esa boca, objeto de mis más anhelados deseos.


-No me mires así, ya te lo he dicho, te lo advertí, y tú, al parecer no me creíste, pues aquí están las consecuencias…- Continuó hablándome sin expresión alguna en su voz, ¡POR DIOS, MinHo! ¡Ya no me hables así, ya no me ignores! ¡Lo siento! ¿¡De acuerdo!? ¡Lo siento! –Baja, hemos llegado- Dijo repentinamente, en ese tono, y apagando el motor, saliendo de la camioneta, sin siquiera esperarme, por lo que me quedé, tan sólo unos segundos, allí sólo, helado, petrificado, hasta que con mis lágrimas a punto de quererse salir, salí de la camioneta.


Me bajé, y me acerqué a él, con algo de miedo, vergüenza… ¿¡Qué carajos te pasa TaeMin!? ¡Tú no eres así! ¿¡Dónde está ese “niño malcriado, maleducado y desinteresado y fuerte que nunca llora, que nada le daña”!?


Al parecer… había desaparecido sin dejar rastros, aquellas barreras, habían sido demolidas por “la indiferencia” de MinHo.


 


Él continuaba dándome la espalda. Me acerqué aun más a él, colocándome casi a un lado de él, controlando aquel impulso, de “tomarlo de la mano”, era algo que realmente me costaba horrores, pues no había casi nadie, el lugar era tranquilo, y una pequeña brisa realmente relajante, acariciaba mi rostro, era el ambiente perfecto para mí, para estar con MinHo “a solas”, por lo que mi mano se movía sola, y cuando me di cuenta, casi llego a su mano, pero me detuve, cerré la mano en un puño, y la volví a colocar a un costado de mi cuerpo.


-¿N-no pi-piensas… d-darme tu-tus clases in-informativas?-


Pregunté con un gran temblor en mi voz, ¡Diablos TaeMin! ¿¡Qué te sucede!? Él extrañamente, giró su rostro hacia el mío, yo le miré, y él segundos después me quitó su rostro.


-¿Para que las quieres, si no te interesa nada en lo absoluto? Sólo lo finges, para hacerme quedar en ridículo, como un idiota que habla, y habla… Solo.-


Ésta vez, en su voz se notaba algo de ira, y era déspota, aquello no era bueno, por lo que nuevamente, hablando sin pensar, le respondo.


-¡No, claro que no! ¡Siempre te he escuchado atento!-


Hablé totalmente apresurado, o más bien desesperado. Él me miró nuevamente algo sorprendido, siéndole imposible ocultarlo, y en sus ojos, ya no se veía esa ira… aquello, me dio una leve esperanza, ¡Por favor MinHo, perdóname, vuelve a hablarme como antes, vuelve a sonreírme como antes! ¡POR FAVOR!


-Me es difícil creerte, por lo que no confío en ti, además de que no tengo ganas de hablar, horas y horas, de un simple lugar.-


Dijo un poco más cálido, pero aún era serio… por lo que, no queriendo arruinar el momento, decidí ya no insistir, pues supongo que era lo mejor.


-De acuerdo… ¿entonces?... ¿Podemos recorrerla? En verdad es muy hermosa…-


Volví a hablar sin pensarlo, dejándome llevar por el ambiente… dejando salir, la parte más cursi y “marica” de mi persona. Y cómo lo esperaba, él se sorprendió, volvió a mirarme, y yo al darme cuenta de lo patético que estaba siendo, fui ahora quien le desvío la mirada, y comencé a sentir ese calor abrasante sobre mis mejillas, y logro “actuar” un poco, cómo “mi antiguo yo”.


-Oh, bueno, mejor olvídalo, veamos otra cosa, quiero ir a algún lugar dónde pueda socializar…-


-Tendrás… que esperar. Pues… y-yo si quiero recorrerla.-


Dijo ahora algo nervioso, mi rostro se volvió al suyo de repente, pero cómo si hubiésemos estado sincronizados, él giró la suya, impidiéndome ver su rostro. Sonreí sin poderlo evitar, además de que la situación se tornó algo graciosa, pues aquello, se habrá visto, como si fuéramos 2 títeres, controlados simultáneamente…


-D-de acuerdo…-


Dije poniéndome serio a la fuerza, y volviendo a fingir, aquel tono “violento”, él no dijo más, y colocándose sus manos en los bolsillos del pantalón, comenzó a caminar, yo me le quedé observando una vez más, me quedé observando su espalda, analizándola, dándome cuenta de que en verdad, era una muy ancha… tenía buen cuerpo de atrás también… ¡Mierda! ¡Era perfecto a mis ojos!


-¿¡VENDRÁS O TE QUEDARÁS ALLÍ!? ¿Esperando a que termine de recorrerla?-


Me quitó de mis “sucios” pensamientos, le miré, una vez más instantáneamente a los ojos, y él por un segundo me mantuvo la mirada, para luego desviarla una vez más… ¡YA DEJA DE EVITARME!


-¿Eh? ¡Sí! ¡Ya voy!...-


Dije de repente comenzando a dar mis primeros pasos hacia él, lo cual extrañamente me costaba demasiado, mis piernas pesaban, pero aún así, seguí esforzándome, cómo si realmente estuviera aprendiendo a dar mis primeros pasos, pero “él” no me esperó, al ver que comencé a caminar hacia él, volvió a girar sobre sus talones, y continuo caminado, “manteniendo” aquella distancia que nos separaba, la cual, para mí, parecía realmente un enorme abismo.


Hasta que en un momento se detuvo a observar una pequeña fuente en el centro de la plaza, y aproveché para alcanzarlo, sintiéndome “realizado” de poder estar nuevamente a su lado, sintiendo, aquella calidez que su persona, emanaba. ¡Te extraño tanto MinHo! ¡No soporto más, lo distante que te has vuelto!


-E-es u-un hermoso lu-lugar…-


-Lo sé.-


Respondió de inmediato, cortante, ante mi comentario algo tímido. ¡Ya no lo soportaba más! Me enojé conmigo mismo, con él, y mi llanto de rabia, estaba a punto de salir, pero me contuve, frunciendo mi ceño lo más que pude.


A pesar de que se me hizo eterno, el “recorrido” continuó y duró todo el día, hasta que la noche llegó, y en respuesta a su trato, mi “maleducado niño de ciudad” volvió a salir a la luz. Había adoptado aquella posición nuevamente… íbamos caminando devuelta a la camioneta, finalmente para regresar, a la maldita prisión, pero un último comentario sin pensar, salió de mi boca.


-¿Aunque sea, podemos ir a cenar, antes de irnos? Muero de hambre…-


Él esta vez, continuando con sus pasos, ya no sorprendiéndose de nada, pues no la pasamos todo el día así, suspiró cansado, le vi de reojo, y por su expresión pude notar, que rodó los ojos. ¿Tan molesto te resulto ahora?...


No dijo nada, y colocándose sus manos nuevamente en su pantalón, dobló hacia la derecha, en vez de seguir derecho a la camioneta, y minutos después, estábamos frente a un pequeño resto-bar, y allí entramos.


Aún con una atmósfera tensa entre nosotros, tanto que se podía cortar con un cuchillo, entramos, y nos ubicamos, en una pequeña mesa de 2, uno frente a otro, como no podía ser de otra manera, y de inmediato, un mesero, algo atemorizado, tímido, nos saludó, nos dio la bienvenida, y nos entregó el menú. Retirándose casi de inmediato, y pareciendo que salía huyendo de allí.


Ambos suspiramos al mismo tiempo, con una sincronización fuera de éste mundo, nos miramos también con la misma sincronización, y luego, nos enfocamos en nuestra “carta de menú”, aquello habría parecido realmente gracioso, y ensayado millones de veces, si no fuera por esa tensión, que ni curvar mis labios, permitía.


Minutos después, aquel mesero nuevamente con cara de terror, se acercó a nosotros y comenzó a anotar el pedido, que era dictado por MinHo, ¡Con aquella ternura, por la que tanto venía proclamando y anhelando, desde hace una semana y media más o menos! ¡Maldito mesero! ¡Tú no eres nadie! ¿¡Por qué eres tratado así por MI, MINHO!? ¡Ni se te ocurra, echarle el ojo, porque te saltaré en la yugular, como un felino hambriento, “defendiendo” lo que “quiero que sea mío”!


Comenzaba a cabrearme, al ver que aquel mesero, comenzaba a relajarse ante el trato de MinHo, y luego cuando se despidió, MinHo, le obsequió un sonrisa, ¡SONRISA QUE DEBIA Y DEBE PERTENECERME UNICAMENTE A MÍ!


 


Cuando nos encontramos nuevamente solos, la tensión se hacía cada vez más y más palpable, el silencio, comenzaba a resultarme, demasiado incómodo, demasiado insoportable…


Y ahora, era el momento, en que me arrepentía de haber abierto, mi maldita boca marica, ahora, sólo quería “regresar a la cárcel” y tirarme en la cama, o irme a los manzanos a quitarme toda esta frustración de encima, que sentía que ya estaba enloqueciéndome, comenzando a escapárseme de las manos.


Comenzaba a sentir cómo mis puños comenzaban a temblar, mis nudillos a blanquearse, y la palma de mi mano, a doler, ante tanta presión que estaba ejerciendo, para poder “controlar” mi maldita frustración.


¡NI UNA PUTA PALABRA! ¡DI ALGO MALDICIÓN! ¡Insúltame al menos! ¡Pero di alg-!


-Aquí tiene su cena, po-por fa-favor di-disfrútala…-


Le dijo únicamente a MinHo, ¿¡Qué mierda!? ¿¡También tú, maldito insecto insignificante, me ignorarás!? ¿¡Quién carajos te crees para COQUETEARLE A, MI MINHO!?


-Gracias, muy amable…-


Dijo cálido, tierno, sereno, y con una hermosa  y pacífica sonrisa ¿¡Cómo podías actuar así!? ¿¡Cómo podías tratar a éste maldito desconocido, cómo sólo me tratabas a mí!? ¡Creí que era el único! ¡Maldito infeliz!


Mis puños, ya no podían temblar más, mis labios, ya ni siquiera los sentía de tanto que me había manteniéndolos presionados, sin darme cuenta, y mi mirada, prácticamente, desintegró a aquel maldito desconocido… “si yo hubiera estado en buenos términos, es decir  “mejor” contigo, me lo hubiera ligado mucho más rápido que tú, maldito MinHo… no pongas en dudas, mis habilidades, para seducir, ‘inconscientemente’…”


-Cálmate, y come, que ya quiero regresar…-


Me dijo de la nada MinHo, con aquel tono cortante, sin siquiera mirarme a los ojos, concentrándose en su maldita comida.


-¿¡Qué me calme!? ¿¡Qué me calme, dices!?-


Dije entre dientes, mordiéndome la lengua, para no elevar la voz, y hacer una maldita escena… aunque sinceramente no me importaría, pues, ganas no me faltaban, llevaba demasiado tiempo, acumulando, y acumulando cosas, que no me vendría mal “explotar” con aquel imbécil, que le coqueteaba a MI MinHo.


-Sí, eso digo, que te calmes, nada va a cambiar hagas lo que hagas, además, él está haciendo su trabajo… y en vez de facilitárselo, pues al parecer es nuevo, sólo se la pones peor…-


-¿¡Y a ti, desde cuando te preocupan los malditos desconocidos!? ¿¡Eh!? ¿¡Y más él!?-


-Desde siempre, así ha sido contigo también, no sé porqué te pones tan molesto, ni que fueras…-


Se interrumpió así mismo, introduciéndose un bocado de repente…


“¿¡Ni que fuera qué!? ¿¡Tu maldito ‘novio’ enfermizo de celos!? ¡Pues sí! ¡Si estoy hirviendo en celos! ¿¡Qué, acaso tienes algún problema con ello!? ¡No es nada fuera de lo común, luego de lo que sucedió en el establo!”


-¿Ni que fuera qué?-


Osé, “torearlo” un poco, aún continuando él con su tono inexpresivo, y su mirada baja, y yo con aquel tono iracundo, casi en susurro, para no “explotar” por completo.


-Olvídalo, sólo come, en verdad que quiero regresar de una buena vez por todas…-


Dijo luego de unos segundos de silencio, que se me hicieron realmente eternos. Yo, no dije más, pues decir, era realmente innecesario, o sería dar pie a otra pelea, y realmente ya no soportaba más, esta “relación” entre nosotros…


¿Si tan solo pido perdón? ¿Si dejo mi maldito orgullo de lado? ¿Si doy mi brazo a torcer? ¿Si me doy por vencido? ¿Volvería a ser todo cómo antes? ¿Me perdonarás MinHo, y me regalarás una sonrisa, cálida, diciéndome que fui un estúpido? ¿Me abrazarás?


¡Deja de pensar en cosas estúpidas TaeMin, eso jamás sucederá, MinHo no te perdonará así como así…!


 


Esta vez siendo yo mismo, quien “se incinerara” las alas, fruncí mi ceño, y me concentré en comer, aquello que se me hacía horrible, de tan sólo pensar que fue cocinado por aquel infeliz…


 


Cómo pude, terminé aquella maldita comida, y me tiré hacia atrás en la silla, él me miro fugazmente, volviendo a bajar la mirada nuevamente y terminó de comer, lo poco que le quedaba. Minutos después de haber ambos terminado, MinHo le hace señas al maldito infeliz, para que se acerque, y esta vez desde lejos, comencé a mirarle sumamente mal, intentando impregnar en mi mirada todo el odio que le había agarrado, y darle a entender, “Qué él, era mío, y solamente mío”.


Quizás lo entendió, lo captó, o sólo lo hizo por instinto, pero me asintió levemente, mirándome con aquel rostro, con el miedo, estampado en su frente.


MinHo cómo siempre, hablándole de esa manera tan dulce y melosa, le pidió la cuenta, y aquel otro maldito, le sonrió y se retiró.


-Ya se la traigo…-


Dijo, en aquel tono que derrochaba “ternura” yo no lo pude soportar más, me levanté de golpe, golpeé la mesa, entre fuerte y suave, controlándome al máximo, y mirándolo con “las llamas” en mis pupilas, le hablé.


-Voy al baño, o de lo contrario, vomitaré al verte de nuevo con ese imbécil…-


Dije a lo último, no pudiéndome controlar, el se me quedó mirando con el ceño fruncido, y yo dirigiéndole aún, una peor, me retiré, sin darle oportunidad a decir algo…


 


-Maldito MinHo, ¿Quien carajos te crees, para hacerme sentir de esta manera? ¿Para hacerme actuar de esta puta manera, dejándome en ridículo a mí mismo? Haciéndome sentir, mucho más patético de lo normal…-


Decía, rezongando, ya en el baño, pues no había nadie. A lo que luego de lavarme las manos y salir del baño, me di cuenta de algo…


-No he fumado en todo el puto día, por estar pensando en ti, maldito imbécil, por estar deseando que de una puta vez, me perdones…-


Frustrado, miré hacia mi derecha, dónde podía ver a MinHo a lo lejos, quien al parecer ya había pagado la cuenta, pues me estaba esperando, golpeando la mesa con la punta de sus dedos, mirando al vació, hacia afuera. Y luego miré hacia la izquierda, dónde vi, que había una puerta que parecía, llevar “atrás del local”…


Miré hacia un lado y al otro por segunda vez, y tomé el camino de la izquierda, me fui afuera a fumar un maldito cigarro, de rabia, quizás eso, sirva, para sacarme un poco la ansiedad, la frustración, todo lo que en ese momento, me “acosaba”.


Atravesé la puerta, y en efecto, daba a callejón, dónde estaban los conteiner de basura. Y sacando de uno de mis bolsillos del pantalón, saqué, aquella “pequeña cajita del demonio”, saqué un cigarro, me apoyé en la pared con uno de mis pies y me puse el cigarro en la boca, y cuando estaba a punto de prenderlo, “una pequeña banda de malditos pendejos” se me acercan… era 3, 1 venía adelante, en el medio, y los otros 2, atrás de él, uno a cada lado.


“Genial, lo que me faltaba”… dije entre mí, blanqueando los ojos. Moviendo levemente el cigarro en mi boca, al haber querido morder mi labio, de cansancio.


 


 


~POV MinHo~


Aquel viaje al pueblo, había resultado más torturante que nunca, jamás imaginé que se me hiciera tan tedioso, ir allí, y más que mi tío, no ayudaba en nada, “al ambiente” con sus bromas pesadas, fuera de lugar, que ni gracia me causaban ya.


Hasta que en una realmente se pasó, al haber mencionado a AnJi. TaeMin quien a pesar de estar enojado con él, se la pasó todo el viaje, rozándome, demasiado pegado a mi cuerpo, haciéndome poner más nervioso de lo que ya estaba, pues cada roce que él ejercía en mí, cada acercamiento, sólo me hacía recordar, aquello, que sucedió en el establo, que aún me pregunto, ¿¡Cómo pude haberme dejado llevar de esa manera!? ¡Se supone que yo debía de cuidar de él, no “abusar” de él, o utilizarlo, para “esos” propósitos!


Aunque si bien fue él quien insistió, cosa que realmente me sorprendió, ¡Yo, de todas maneras! ¡No debí ceder!


-¿¡Y tú de qué te ríes!?-


Le dije inconscientemente, al estar sumido en mis pensamientos, y enojado por los mismos, y por aquella broma, para nada graciosa…


Él se sorprendió, ante mi cuestión, pues yo también lo hice, ya que “había faltado a mi palabra”, si bien, no podía soportar ignorarlo de esa manera, me había puesto rudo en ello, pero aun así, tenerlo cerca, y presenciar todas esas veces que él quería iniciar una conversación, realmente me debilitaba. Ya sentía que no podría tenerlo lejos de mí, pero aún así, “debía fingir” que estaba y estaría bien sin él, después de todo, ¿él se irá, verdad? ¿Me dejará? Pues sí, desde que ha llegado, no ha parado de repetir que “odia mi hogar y mi estilo de vida” Ya vengo oyendo aquellas dolorosas palabras desde hace ya un mes y una semana…


 


Ante aquella situación de encontrarnos “solos” y por una semana, me encontraba realmente nervioso, y molesto, tanto por sus acciones, como por mis sucios pensamientos… pues él no tenía por qué pagar, “los platos rotos”. Por lo que haciendo mi mayor esfuerzo, intentaba mostrarme realmente firme, en “mis palabras” aunque ya las hubiera roto, al haberle hablado.


Pero aún así, ya no podía retractarme, por lo que algo cortante, le continué hablando, pero casi nada, mientras nos encontrábamos recorriendo la ciudad, él seguía insistente en “proponer” temas de conversación, pero con mi “agresividad” las daba por terminadas enseguida, no dándole pie a seguir, hasta que con el tiempo, él comenzó comportarse, como lo hacía normalmente, pero esta vez, lo sentía algo diferente, a aquel “enojo constante”.


Hasta que llegando por fin la noche, luego de aquel “tortuoso recorrido” con él, “tiró su última carta”…


-¿Aunque sea, podemos ir a cenar, antes de irnos? Muero de hambre…-


Dijo en aquel tono tan violento y maleducado que “le caracterizaba” y por un momento, fue como si me hubiese sentido feliz de oírlo de esa manera, al recordar que “siempre era así cuando estábamos bien” pero lo que expresé por fuera, era cansancio, enojo, molestia, al oírlo nuevamente en esa actitud tan negativa y pesimista.


Y pues sin decir nada, en vez de seguir derecho hacia dónde estaba la camioneta, pues ya realmente comenzaba a desear estar en casa más tranquilo, me desvié, hacia un pequeño resto-bar y allí nos sentamos, con una atmósfera realmente tensa entre nosotros, pues la verdad es que por culpa de mi comportamiento “infantil” había logrado, echarle aún más tierra a nuestra “relación”.


Un joven muchacho, algo asustado, tímido y tembloroso, se acercó a nosotros, parecía que eran unos de sus primeros días, pues se notaba a leguas que realmente estaba algo incómodo, y pues al parecer forzándose al máximo nos dio la bienvenida, y nos entregó la carta del menú, para luego retirarse, casi huyendo de nosotros, pues aquella tensión, realmente creí que comenzaba a ser “palpable”.


Minutos después de haber tenido que ponernos de acuerdo con el pedido entre TaeMin y yo, el muchacho apareció una vez más, y yo no pudiendo soportarlo al verlo y sentirlo tan tenso, le comencé a tratar amablemente, hablándole de aquella manera “dulce y cálida” con la que solía hablarle a TaeMin, y ante esto, el muchacho pareció relajarse, como así también TaeMin pareció enfurecerse, o eso me pareció, pues la verdad, a pesar de que me hiciera el que le ignoraba, le estaba observando en todo momento, y veía, cómo TaeMin veía a ese muchacho, de una manera realmente horrible tanto que no le desearía a nadie estar en el lugar de ese muchacho, pero… ¿Por qué? ¿Por qué se comporta de esa manera? No lo comprendía.


Cuando el mesero se retiró, yo le obsequié una sonrisa, para ayudarle a relajar un poco más, y observe a TaeMin, cómo sus puños sobre la mesa comenzaban a temblar, su rostro se tornaba levemente rojo, y podía presenciar en todas aquellas acciones, facciones y gestos, que estaba realmente iracundo en contra de aquel pobre muchacho que no tenía nada que ver, podía ver claramente, cómo se exteriorizaba, aquel odio infinito hacia este pobre trabajador, pero siguiendo aún sin entenderlo, ¿Por se pone así? Si el muchacho no le ha hecho absolutamente nada.


Y mientras esperábamos los pedidos, aquel temblor en sus manos comenzaba a presenciarse más, al igual que ahora se había agregado aquel labio mordiéndose con rabia, cosa que no era “sana para mí” aquel gesto, me resultó algo “inquietante” pues mi corazón se aceleró levemente y un cosquilleo en mi estómago asomó, al ver esa imagen frente a mí, en verdad que a pesar de ser un chico, y estar súper mega híper enojado, me continuaba pareciendo… “atractivo”, pues aunque quisiera negarlo, me lo comenzó a parecer aún más, luego de aquello… en, en el… establo.


-Aquí tiene su cena, po-por fa-favor di-disfrútala…-


Dijo el pequeño mesero, un poco más tranquilo y relajado, regalándome ahora una linda sonrisa, pero lo que me molestó, fue que ignoró por completo a TaeMin, comprendo que él ni siquiera había hablado y que le miraba mal, pero esa no era “excusa” para “ignorar a un cliente”, me pareció poco ético de su parte, poco profesional, aunque fuera realmente aún un aprendiz…


Pero aún así, a pesar de estar “algo enojado y decepcionado” de él, le contesté aún con mi tonalidad amable, aunque ahora, ya era mayormente fingida… pues realmente… me había molestado, y mucho, que le hiciera eso a TaeMin, pues, sentía que sólo yo, podía ignorarlo.


-Gracias, muy amable…-


Y ante mi contestación, TaeMin le “obsequió” una mirada realmente mala, que hasta sentía que quizás te fulminaría con ella, pues le miré fugazmente para ver su reacción frente a aquel desplante que aquel chico le hizo, y nuevamente, con todo el dolor del alma y corazón, seguía fingiendo total desinterés en él y le dije.


-Cálmate, y come, que ya quiero regresar…-


Finalicé sin elevar la mirada un solo segundo de mi plato, dándole un aire aún más despreocupado que antes, y él entre dientes me responde…


-¿¡Qué me calme!? ¿¡Qué me calme, dices!?-


Al parecer, se estaba sobre-esforzando, por no gritarlo a los 4 vientos, pues se notaba la rabia retenida en sus palabras, y por un lado se lo agradecía, no tenía realmente ganas, de ser protagonista de una escena de celos totalmente vergonzosa…


¿Celos? Ahora que lo pienso, ¿TaeMin estaba celoso de aquel chico? No, no lo creo eso sería imposible, con lo poco que le conozco, creo que no es una persona, que posea suficientes sentimientos cálidos y positivos, para celar a alguien… pero aún así… eso parecía, a toda vista. Sin siquiera molestarse en ocultarlos. Por un momento me sentí feliz, y sonreí levemente, y cómo tenía mi rostro clavado prácticamente en el plato, él no me vio, e intenté aún mantener mi “personalidad, fría y seria”


-Sí, eso digo, que te calmes, nada va a cambiar hagas lo que hagas, además, él está haciendo su trabajo… y en vez de facilitárselo, pues al parecer es nuevo, sólo se la pones peor…-


Dije fingiendo serenidad, cuando realmente mi corazón estaba que daba brincos de euforia, frente al “reciente descubrimiento”


-¿¡Y a ti, desde cuando te preocupan los malditos desconocidos!? ¿¡Eh!? ¿¡Y más él!?-


Sí definitivamente esto parecía una escena de celos, ¿En verdad, TaeMin, me celas? ¿En verdad te importo? ¿En verdad te ha hecho recapacitar mi “ley del hielo”?


-Desde siempre, ha sido así, contigo también, no sé porqué te pones tan molesto, ni que fueras…-


¡Wow! Un segundo más y casi le suelto todo, y mi “farsa” se vería obligada a terminar, “Ni que fueras mi pareja, celándome” Era lo que casi digo, pero por suerte me detuve a tiempo, pues realmente pensar que alguien como él, sí era capaz de “sentir” celos, y más aún de un chico totalmente desconocido por mi causa, comenzaba a causarme sensaciones extrañas, acompañando a la euforia sobre todo.


-¿Ni que fuera qué?-


Preguntó para mi sorpresa, aún, en ese tono déspota, agresivo y violento, no podía evitarlo, ahora todo esto, me causaba alegría, y me provocaban ganas de sonreír, aunque quiera negarlo, y me obligue a negarlo, en estos momentos, lo encontraba realmente adorable y encantador.


-Olvídalo, sólo come, en verdad que quiero regresar de una buena vez por todas…-


Dije fingiendo ya, al 100% mi desinterés en él, pues con esto, realmente ya le había perdonado todo, no podía enojarme con él así, cuando parecías realmente un niño adorable. Queriendo fingir ser rudo, cuando resulta que era todo lo contrario. No dije más y él volvió a hablar al rato, que ya había finalizado su cena, mientras que yo aún, tenía tan sólo un poco, mis últimos bocados… que los terminé inmediatamente, luego de ti, y llamé al mesero, quien sonrió y le pidió la cuenta, la cuenta a la persona encargada de ello.


-Voy al baño, o de lo contrario, vomitaré al verte de nuevo con ese imbécil…-


Le observé por primera vez frunciéndole el ceño, comprendo que le odies, que no te caiga bien, y que estés en todo tu derecho de enojarte con él por lo que te hizo, pero tampoco, era para que le tratases así, y mucho menos me des a entender que “te estoy siendo infiel en frente tuyo”. Pues, las cosas no eran así, eran muy diferentes a las que de seguro tú piensas… además de que “lamentablemente” no somos nada, para que tomes esa posición.


Me devolviste la mirada aún peor, como reafirmando tus palabras, y luego te diste vuelta y te fuiste, sin  darme oportunidad a hablar, a lo que de todas maneras, no tenía nada que objetar, o tal vez sí, pero no se me ocurriría en ese momento.


 


Segundos más tarde el mesero se acerca a “nuestra” mesa, y descaradamente se sienta en el lado de TaeMin, obsequiándome una sonrisa aún más pronunciada.


-Oye, ¿cómo puedes ser amigo de una persona tan amarga cómo él? Prácticamente se puede ver su aura oscura a su alrededor, ¿qué hace alguien tan imbécil como él, contigo, que eres un sol?-


Me preguntó, sacándome realmente de onda, y haciéndoseme, algo maleducado, al hablar así de alguien “ausente” Por lo que el poco “encanto” que le llegué a ver, se le esfumó. Me puse realmente serio ante sus comentarios, y sereno pero serio y algo frío le respondo, mirándolo a los ojos.


-Disculpa, pero me parece que estás confundiendo las cosas, y tus comentarios y acciones, me han parecido algo desubicados, ni siquiera nos conoces, por lo que creo que no tendrías derecho a juzgarnos, además de que ten en cuenta de que él vino conmigo, por lo que tendrías que por lo menos saber, que comentarios negativos sobre él me molestarían, y más aún siendo él…- Hice una pausa y me puse algo nervioso, él me miró algo asombrado, pero decidí terminar mi frase, luego de suspirar y tomar valor -Mi novio.-


Dije aquello último sintiendo, todo un fuego interno ascender por todo mi cuerpo, si bien no era verdad, quería dejarle en claro, que no podría ir por la vida, juzgando a las personas por “la primera impresión”. Él me miró totalmente sorprendido, sus ojos parecían que se desorbitarían en cualquier momento, por lo que yo me mantuve serio con un esfuerzo realmente sobre humano, y continué hablando.


-Además cómo tú has dicho, alguien tan amargo como él, con alguien tan “sol” como yo, nos complementamos a la perfección a ser polos extremadamente opuestos, además de que no conoces ninguna de sus razones, de porqué actúa así, por que es y se comporta así. Por lo que me gustaría que me obsequiaras una disculpa, por haber insultado a mi novio, además de que también me parece algo desubicado, que vengas, y te sientes en su lugar, y me hables cómo si me conocieras de toda la vida, el que sea amable y educado, no quiere decir que te dé permiso a “involucrarte” en mi vida. Por cierto, aquí tienes el dinero, gracias por el servicio, puedes quedarte con el cambio, no lo necesito, así que si ya no hay más nada que discutir, te invito a retirarte, pues, él estará por volver en cualquier momento, gracias… y disculpa, si te causé alguna clase de malentendido, con mi amable trato…-


Él ahora, tenía un rostro de total desagrado, de indignación, humillación, o no lo sé, lo único que sí sé, es que quizás ahora me odie, pero realmente no podía quedarme callado, cuando trata a TaeMin así, juzgándolo por una simple hora de observación.


El no dijo nada, tomó el dinero, y se retiró de la mesa, murmurando un “idiota” o eso creí haber escuchado.


Y segundos después de que se fue, me recliné un poco en la silla, comenzando a golpear la mesa con uno de mis dedos índices, mientras esperaba pacientemente por TaeMin, mirando hacia afuera… los minutos pasaban y él no regresaba, por lo que comencé a preocuparme…


¿Realmente se sentía descompuesto? ¿O le había sucedido algo?, lamentablemente, la segunda opción me resultaba más creíble, por lo que con un escalofrío recorriendo mi columna, me puse de pie y me dirigí hacia los baños, los cuales no estaban muy lejos de allí, entré en ellos y comencé a llamar suavemente su nombre a medida que iba pasando por los cubículos, pero nada ni nadie respondía, por lo que me preocupé aún peor, ¿¡Que le sucedió!? ¿¡Le han secuestrado!? ¿¡A dónde se ha ido!? ¡No conoce este pueblo, para “huir” de mí!


Ya desesperado al ver que en el baño no había nadie, salí de ellos, y mi cabeza giró hacia la izquierda por una necesidad interna que tuve de hacerlo, y fue que vi, aquella salida, la parte de atrás seguro, del resto-bar. Y pues sin pensarlo, por mero instinto e impulso, corrí hacia ella, y cuando salí, vi a TaeMin quien era sujetado de ambos brazos por 2 jóvenes, que parecían bandidos, y otro frente a él.


-¡TAEMIN!-


Grité con desesperación, y una increíble angustia y preocupación en aquel grito, que parecía se me había ido el alma en él.


 


 


~POV TAEMIN~


 


-Oh~ vaya… miren muchachos, tenemos a “una hermosa niña”, queriéndose hacer la “ruda, fumando a su corta edad” Pero que es una pobre y triste zorra con pene. JAJAJA-


Los miré algo desafiante, después de oír aquellas risitas burlonas, de parte de aquellos otros 2 y luego ignorándolos, encendí mi cigarro, aún estando apoyado en la pared, ellos comenzaron a acercarse aún más, con aquella sonrisa de lado, que denotaba perversidad y lo que parecía ser el líder, se colocó bien enfrente de mí y me quitó el cigarro, tirándomelo a un pequeño charquito de agua que allí había, le miré de aquella manera, en que había mirado al imbécil del mesero y él riendo dice.


-¡Ups! ¿¡Qué sucedió!? ¿La princesita se enojó porque le tiré el cigarro de chocolate?-


Con un asqueroso sarcasmo, por lo que yo, le tiré el humo que había logrado retener en ese segundo que, lo fumé y él tosiendo a más no poder, moviendo sus manos para dispersar el humo más rápido, se aleja unos centímetros.


Yo reí inconscientemente, dándosela de “malhechor, bravucón” cuando no soporta el humo en la cara. Jaja, por lo que luego de ello, que logró “estabilizarse” sus “amiguitos” me miraron mal, y él con los ojos algo llorosos les ordena, atraparme y golpearme.


-¡Maldito idiota! ¡Me las pagarás, tú te las has buscado! ¡Atrápenlo!-


“¿Me las pagarás?” ¿Y envías a tus amiguitos, a sujetarme? ¿Acaso no tienes los suficientes huevos para hacerlo por ti mismo? Mi sonrisa se encorvó aún más, al darme cuenta de que éstos imbéciles, me servirían para quitarme de encima toda la rabia que llevaba encima.


-¿Con tus 2 “amiguitos” te sientes poderoso verdad? ¿Acaso te crees alguna especie de Rey, o que mierda, que envías a tus “gorilas” a golpear a un insignificante insecto como yo? ¿Tanto miedo te doy? Jaja-


Me reía, mientras aquellos 2 frunciendo el ceño aceleraron el paso, y se vinieron hacia mí, y yo ¿Qué más quería? ¡No había mejor manera de liberar la ira, tensión y frustración, que con los puños!


Sin darle tiempo a nada, comencé a golpearlos, peleando con aquellos 2 idiotas a la vez, no se los voy a negar, me llevé algunos golpes, pero no más que ellos, hasta que en un momento, ese maldito tercero se mete en medio, y me golpea la espalda, sacándome el aire de los pulmones, haciéndome caer al suelo, cosa que fue lo peor que pude hacer, él me dio vuelta, al yo haberme hecho una especie de bolita, y me pegó una patada en el estómago, sacándome nuevamente el aire, haciendo que un nuevo ataque bronquio-pulmonar, me diera el aviso de que estaría por comenzar.


“Genial, lo que me faltaba, ¡maldita sea!”, dije en mis pensamientos, y cuando sentí que había recuperado un poco el conocimiento y el aire, me di cuenta de que ya estaba sujeto, y aprisionado de los brazos, por aquel par, que me mantenía, como si fuera el mismísimo Jesucristo a punto de ser crucificado.


-¿Qué sucedió, zorra con pene? ¿Se te han acabado las energías? ¿Yo, tenerte miedo a ti? JAJA, Por favor, con esa manos tan delicadas es imposible que poseas fuerzas, mejor dedícate a seguir haciendo mamadas, ¿a cuánto las cobras? ¿O eres tan “compasiva” que las haces gratis?-


Continuaba hablando aquel imbécil con el maldito y puto sarcasmo, que realmente me provocaba asco, Aquellos insultos, realmente me estaban cabreando de sobremanera, pero quizás, si le seguía la corriente, podría molestarle aún más.


-¡Ja! Mira quien lo dice… Pues fíjate que sí, tengo unas manos tan delicadas, y hago unas mamadas tan buenas, que se te han antojado, ¿no es cierto? Además… tu no te quedas muy atrás que digamos…-


Dije sonriéndole de lado, a lo que él frunció el ceño a más no poder, poniéndose rojo de furia, golpeándome aún más fuerte en el estómago, haciéndome toser y escupir, quitándome el aire una vez más.


-¿¡Te crees muy gracioso pretendiendo ser cool!? ¿¡Cuando sólo eres un maldito idiota, que lo único que gana es que lo golpeen aún más!?-


-Tú eres el idiota, que “se rebaja” a seguirle el juego a “alguien como yo”, quien se ensucia las manos con un imbécil que no vale la pena, jaja, te crees muy listo, insultándome, humillándome, cuando resulta que terminas siendo víctima de tu propio juego.-


Otro puñetazo en el estómago, ya haciéndome sentir descompuesto, del dolor y por la falta de aire, tanto que creía que ya comenzaría a toser y escupir sangre, pero no fue así.


-¡Cállate, maldito idiota! ¡Tú no eres más que una maldita zorra con pene, que ya ni dignidad ni orgullo tiene! ¡Apuesto a que ya has pasado por la cama de todos los malditos viejos asquerosos y pervertidos de éste pueblo! ¡No eres más que una puta, una zorra deforme, que se vende a esos pervertidos, porque tu vida es tan insignificante que se reduce a eso, a cogerte a viejos asquerosos y pervertidos!-


-¿Y por qué te enojas y te importa tanto? ¿Acaso te estoy robando tu trabajo y los clientes?- Dije saboreándome la sangre de mi labio partido, por los golpes anteriores, cómo también saboreando la victoria en mis palabras…


-¡TAEMIN!-


Escuché de repente, cuando al parecer, aquel idiota, pensaba golpearme una vez más… Todos miramos hacia dónde se oyó aquella voz, impregnada, de angustia y preocupación. ¡MinHo! ¿¡MinHo volvió a decir mi nombre con aquel sentimiento que tanto anhelaba!? ¿¡MinHo, estaba realmente preocupado por mí!?...


No quise responder ni pensar en más nada, pues en ese momento, un sentimiento de fuerza en mi interior surgió, cómo si aquel grito, hubiese sido cómo la espinaca para “Popeye”. En ese momento no sabía cómo explicarlo, pero de repente, me sentía lleno de energía, euforia, no me importaba nada, la adrenalina, comenzó a recorrer mi cuerpo a una gran velocidad, y aprovechando aquel momento de distracción, que MinHo causó, usando de soporte a aquello 2 idiotas, elevé mis pies, y le pegué con todas mis fuerzas en el pecho a aquel idiota, tirándolo hacia atrás, desmayándolo al instante, ante la repentina falta de aire, pues oí cómo quiso tomar su bocanada de aire, pero le fue inútil.


Aquellos otros 2 idiotas, me soltaron.


-¿¡Qué le has hecho a Key, maldito idiota!?-


Dijo uno de ellos, totalmente furioso, lanzándose hacia mí, a ciegas, pues la ira le cegaba por completo, y a pesar de estar algo débil por la falta de aire, pude esquivar y asestar la mayoría de los golpes, hasta que en un momento, ese idiota, cayó al suelo, golpeándose la cabeza, desmayándose también al instante. Ahora, tan sólo quedaba uno.


-¡JONGHYUN!-


Gritó casi desesperado, aquel tercero, yo le miré con una sonrisa realmente sádica en el rostro, mientras que MinHo, al parecer se había quedado totalmente petrificado, ante mi cambio de comportamiento repentino, pues, él nunca había visto esta parte de mí, y realmente déjenme decirles, que ya comenzaba a extrañarla.


Aquel tercero también se me lanzo encima, pero éste fue un poco más fácil derrotarlo, pues al parecer estaba asustado por lo que acababa de ver cómo 2 de sus compañeros, y entre ellos su líder, caían… y tan sólo por mi culpa.


Nuevamente un “pin pong” de puños y esquivadas, dieron inicio, hasta que vi una abertura, mi oportunidad de oro, y con todas mis fuerzas, pues era ahora o nunca, le golpeé el estómago, en un gancho, él escupió y tosió, quedándose en el suelo, agonizando allí. Al él caer, yo “limpié” mis manos, en claro gesto de “la basura ya ha sido sacada” y me quedé allí observándolo.


 


Yo seguía sonriendo con sorna, ya más golpeado por supuesto, y sintiendo una agitación en aumento de repente, hasta que no la pude soportar, y caí arrodillado, sujetándome con una mano el estómago, y comenzando a toser, ¡OTRO MALDITO ATAQUE DE ASMA! Dije en mi mente. No acordándome de que MinHo estaba allí, hasta cuando sentí sus manos rodearme, y posicionarse en mi cuerpo para ayudarme a parar, en un movimiento de reflejo, tiré un codazo, codazo que por suerte, él esquivó y mirándole algo asustado, veo que en sus ojos, habían vuelto aquel pequeño brillo, que me decía que se preocupaba por mí.


-Tranquilo, soy yo, no pasa nada, ya pasó, ya todo estará bien, por favor vayamos a la camioneta, debemos volver a casa, debo curarte esas heridas.-


Sonreí, no podía más que sonreír, ¡Su tono! ¡Su dulzura y preocupación, habían vuelto! ¡Demonios! ¡Soy el idiota más grande del mundo, al ponerme tan feliz por algo tan estúpido como esto!


Dejándome arrastrar hasta la camioneta, intentaba controlar aquel ataque de asma, pero me era imposible. Hasta que llegamos a la camioneta, él me dejó apoyado en ella, mientras daba la vuelta, para sacarle la llave, y luego abrirme mi puerta y ayudarme a subir en ella, no podía dejar de sonreír, estaba entre la lucidez y el desmayo, pero mi sonrisa no se borraba, leve, pronunciada, como fuera que fuese, no podía borrarse, hasta que medio recostado en el asiento, él abre la guantera y veo que de allí, saca mi bronquio-dilatador…


-¡Aquí! ¡Toma TaeMin ssi!-


Me decepcioné un poco, pues creía que “nuestra reconciliación” sería sellada, con aquel beso de “rescate”, pero a la vez, me sentí extremadamente feliz, él… él se había tomado las molestias de buscarlo y traer esa cosa con nosotros. Cuando me la dio y aspiré los medicamentos que aquel respirador tenía, sentí cómo una bocanada de aire frío se apoderaba de mi garganta, sintiendo un absoluto placer ante ello, ante el poder respirar normalmente, nuevamente.


-¿Estás mejor ahora?-


Preguntó con aquella calidez, dulzura y “amor” de siempre. Yo sonriendo levemente, ya más relajado simplemente asiento.


-¡Gracias a Dios! ¡No sabes lo preocupado que me tenías! ¡Por favor, no te vuelvas a alejar de mí, de esa manera otra vez! ¡Me matarás de un infarto!-


-Mi-MinHo~-


Dije mirándole asombrado, él al parecer se dio cuenta de que había dejado de lado totalmente su “frialdad” para “ocuparse de mí” pero al contrario de que pensé que se iba a dar vuelta en silencio, y concentrarse en el camino, se mantuvo mirándome a los ojos y extendiendo su mano, en lo que creía era una caricia, tomó mi mentón con una delicadeza inexplicable y me giró el rostro con la misma delicadeza.


-Mira nomás cómo te han dejado, por favor, no vuelva a hacerlo Minnie ¿Sí?-


En ese momento, al oírlo hablarme con tanto amor y angustia, mis ojos se cristalizaron, por la alegría que aquello me provocaba, y con las lágrimas amenazándome con escaparse, simplemente asentí, y él sonriéndome con aquella ternura, en una simple curvatura de labios, puso en marcha la camioneta y emprendimos camino “a casa”…


Y luego de que salimos del pueblo, en absoluto silencio, me di vuelta un poco, para poder observar mejor a MinHo y hable, quizás ya era hora de decirlo…

Notas finales:

Wow, vaya, pobre Minnie, en éste capítulo ha experimentado, toda una montaña rusa de emociones, primero sufre, luego hierve de celos, y luego, "muere de amor"... o por lo menos un poco :P


¿Qué pasará en el próximo capítulo? ¿Qué es lo que dirá finalmente TaeMin?


Espero que les haya gustado, me salio un poquititin más cortito que los demás, pero hay otro que me ha salido mucho más cortito, pero ya más adelante sabrán.


Desde ya, muchísimas gracias por leer y comentar, espero sus opiniones al respecto n.n


Y como siempre digo al final, primero, disculpa si hay algun error de ortografia, lo revisé, pero siempre algo se escapa n.n y segundo; aquí les dejo mi página en facebook por si les interesa n.n ♥ https://www.facebook.com/ZaffireHeart


Nos leemos pronto n.n


Bye bye~ ^u^//


♥ ZaffireHeart ♥


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