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Juguete nuevo. por YahikoGirl

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Notas del capitulo:

Hola :3 Traigo nuevo cap. Me alegra que les haya gustado el comienzo de la historia y les guste lo que sigue. 

-¿Jugar? – Preguntaste, con algo de impaciencia por las caricias bajo tu remera. - ¿Jugar a qué? –

Todo se sentía extraño, tu cuerpo temblaba y tenías calor, por eso esperabas que Sasuke se deshiciera de la prenda rápidamente. No supiste cuando, pero adoptaste sin querer otra posición. Él, llevó tus brazos a su cuello y te obligó a apoyar los codos al costado. Las rodillas se apoyaron en la cama, y tu trasero quedó perfectamente levantado.

Una fuerte mano, te tomó de la nuca e hizo que sus bocas se volvieran a unir. Siguió sin responderte la pregunta, pero no tuviste otra opción más que seguir con aquello. Una y otra vez, se encargó de demostrarte, lo tan inexperto que eras.

Echaste el cuerpo hacia atrás y quedaste sentado sobre sus muslos. Observaste esa sonrisa victoriosa en sus labios, se notaba muy feliz. Después de todo, el nuevo juego no parecía demasiado malo.  

Él suspiró, levantó la remera y con ayuda tuya, la sacó. Tu respiración se agitó al sentir un alivio y unas cosquillas que se generaron en tu vientre, bajaron hasta llegar a tu entrepierna, produciéndote una reacción corporal nueva, algo desconocido.

Bajaste la mirada, de nuevo volvió a punzar cuando viste aquel bulto tapado por los bóxers negros del mayor. Arrugaste el entrecejo y te preguntaste si ese era el famoso juguete que te había escondido durante tanto tiempo.

-Te lo regalo. – Dijo, para que levantaras la mirada y te enfocaras en su rostro. – Es tuyo. –

Era tuyo, era tuyo… Aquel juguete nuevo era tuyo, te pertenecía. Quisiste tocarlo, pero antes de llegar con la mano temblorosa, él te agarró fuertemente de las caderas y te balanceó hacia delante, dejándote sentado sobre aquello duro.

-¡Hey! Quiero tocarlo. – Dijiste, sin saber lo tan sensuales que sonaron esas palabras en la depravada mente del otro hombre.

-Ya tendrás tiempo. – Oíste salir de su boca, antes de ver cómo bajo algunas maniobras, se lograba deshacer de la prenda que cubría su torso y la tiraba al suelo.

Lo volviste a analizar de arriba abajo. En un momento, te meneaste para acomodarte y Sasuke gimió. Pudiste descifrar que le había gustado, por eso repetiste el movimiento. Lo ronca que sonaba su voz cada vez que te balanceabas, hacía que fueras aumentando de a poco la velocidad, produciendo que esas extrañas sensaciones en tu entrepierna se intensificaran cada vez más.

Guiado por su llamado, volviste a su boca. Al agacharte, rozaste su dureza con la tuya y ahora fue tu turno de gemir. Lo hiciste sobre sus labios, entonces él te beso con mucha más fuerza, mientras que con las manos se encargaba de no dejarte detener.

Por algunas películas vistas, comprendiste que aquel, era un juego de adultos, por eso ibas a mantener en secreto que Sasuke te lo había enseñado.

-Baja… la voz. – Dijo entrecortado, a la vez que llevaba una mano a tu trasero y apretaba una de tus nalgas. – Nos van a escuchar. – Repitió, advirtiéndote que nadie se podía dar cuenta.

-M… Me gusta. – Le confesaste al oído, con miedo de haberlo dicho lo suficientemente fuerte como para que alguien más aparte de él lo oyera. – Mucho… - Hablaste más bajito, pero no pudiste evitar gritar, cuando ambas manos estrujaron con mucha potencia tu trasero y aumentaron aún más, la velocidad de aquel placentero movimiento.

*oO*oO*oO*

-¿Desnudo? – Preguntaste con algo de vergüenza, sintiendo la enérgica succión que su boca le proporcionaba a la parte baja de tu cuello. La idea era buena, pero no dejaba de avergonzarte el pensar en aquello.

-Sí, se juega desnudo. – Aseguró, envolviendo tu mejilla con su cálido aliento. Ahora él estaba sobre ti, entre tus piernas y encargándose de hacerte desear aunque sea un pequeño roce, en esa parte del cuerpo que estaba tan ansiosa. – Lo hago despacio, te lo prometo. – Dijo, para que tú cerraras los ojos y, completamente ruborizado, voltearas un poco la cabeza – Vamos, Naruto. – Volvió a hablar, guiando su mano a esa zona tan sensible de tu cuerpo y tomándola por completo, haciéndote gimotear y arquear tu espalda hacia atrás.

Sujetaste la sábana que estaba bajo tus dedos, él seguía con ese masaje que te estaba a punto de hacer perder la cordura. Se sentía raro pero bien, no querías que parara. Lo áspero de la tela te incomodaba y habías comenzado a reconsiderar esa oferta hecha por Sasuke.

-Sí. – Susurraste, a sabiendas de que el otro no te había escuchado y por eso siguió con su trabajo. – Sasuke… - Lo llamaste agitadamente, mirando directamente a sus ojos. Luego asentiste, dándole a entender que lo autorizabas a hacer lo que fuese.

Se volvió a agachar a tu altura, pero volteaste el rostro. Ni siquiera eras capaz de mirarlo a la cara.

-¿Te cuento algo? – Dijo, besando cerca de tu oído. – Me siento del mismo modo que tú. – Susurró, para después tomarte del mentón y obligarte a enfocar tu mirada en la suya. – No deberías tener vergüenza. No conmigo. –

Sin responder, dejaste que te volviera a besar. Era lindo que lo hiciera, porque no le importaba demasiado la torpeza con la que te desenvolvías. 

-Te amo. – Confesó, sabiendo que eras demasiado pequeño como para tener idea de todo lo que abarcaban esas palabras.

Bajó a tu cuello, luego al pecho, repartió besos en los hombros y luego con su lengua lamió las partes que le quedaron libres y a su plena disposición. Te hizo sentir sumamente alagado con sus manos y boca, se notaba que saboreaba todo pedazo de piel que llegara a sus labios. Esa pequeña ráfaga de viento que entraba por la ventana, enfriaba los rastros de saliva que iba dejando a lo largo de tu torso; pero no servían de mucho, pues tu calor corporal aumentaba constantemente.

Lo escuchaste succionar aire con los dientes cerrados, entonces quisiste saber que parte de tu cuerpo estaba a punto de ser atacada por él. Miraste hacia abajo y lo viste relamerse, mientras dejaba su vista clavada en tu entrepierna.

El próximo movimiento no fue para nada esperado, no tenías idea de que aquello se podía hacer. Sasuke entreabrió su boca y dejó caer saliva en aquella zona que tan suculenta se le estaba haciendo, humedeciéndola aún más. Un gemido se te escapó y volviste a cerrar los ojos y apretar las sábanas, cuando sentiste un mordisco por sobre la tela.

No te podían escuchar, así que agarraste la almohada que se encontraba detrás de tu cabeza y te tapaste el rostro. Ahogaste sonoros y placenteros gritos, de esos que solo ibas a liberar con las caricias de ese querido ex pariente.

-¡Más! – Chillaste, aún con el cojín en el rostro. Estabas seguro, eso era algo que solo ibas a jugar con Sasuke, algo que era prohibido, algo que no hacían los niños buenos, algo que te estaba arrebatando toda la inocencia y juicio, una travesura que ibas a grabar en tu memoria para el resto de la vida. - ¡Por favor, más! – Volviste a gritar, antes de que por un acto reflejo, llevaras la mano a los negros cabellos e hicieras presión hacia abajo.

Sin previo aviso, sus manos viajaron al costado de tus caderas, que estaban aún rodeadas por ese elástico de la prenda que cubría tu intimidad. Lo tomó y lo estiró, bajándolo un poco. Llegó a rozar su frente y después, hizo su cabeza hacia atrás para así poder sacarlo por completo.

Estabas desnudo, cómo él deseaba. Por lo tanto, allí comenzaba el juego.

*oO*oO*oO*

Sus ojos no se apartaban de los tuyos. Tenía una de tus piernas sobre su hombro, y continuamente, besuqueaba la piel que estaba al alcance de su boca. Sacaba su lengua y lamía, con sus labios succionaba y con sus dientes mordía despacio la parte de tu muslo. Te regalaba miles de sensaciones exquisitas.

Así como él no dejaba de mirarte, tú tampoco lo hacías. Mecías las caderas de vez en cuando, mientras Sasuke recorría con sus dedos cerca de aquella erección. Estiraste la mano y él la tomó, entrelazó los dedos y luego tú te enderezaste solo un poco para poder llegar a tocar parte de su pecho, bajar a su abdomen y detenerte por unos instantes, antes de seguir con el camino y rozar suavemente con la palma aquel gran bulto. Sí Sasuke dijo la verdad con respecto a sentirse del mismo modo que tú, entonces aquella caricia le iba a gustar.

Lo viste cerrar los ojos y sentiste la fuerza que ejerció con sus dientes en la pierna. Tus dedos se cerraron, envolviendo una pequeña porción de lo que representaba tu nuevo juguete, entonces tu piel vibró al ahogar el ronco gemido del azabache, que se repitió varias veces más, mientras tú no dejabas de frotar.

Apartó tu mano de una forma muy sutil, te preguntaste que planeaba y lo miraste curioso. Él, tomó entre sus dientes un pequeño pedacito de carne y la estiró. Luego bajó por el muslo besando con parsimonia, haciéndote desesperar al notar que no llegaba nunca a dónde tú deseabas.

-Date prisa. – Se te escapó junto con una gran bocanada de aire. Sus ojos negros te echaron un vistazo y volvió a sonreír con soberbia, pero decidió dejar a un costado la pierna que hasta ahora, había sido objeto de juego.

Su mano viajó directa y momentáneamente hacia tu miembro, en un movimiento que te agarró desprevenido. Era grande y podía rodear todo lo que eran los costados. Desde arriba hacia abajo, comenzó a frotar. Llegó hasta el punto más alto y masajeó circularmente.

Varios espasmos recorrieron tu organismo, la almohada volvió a taparte el rostro y ahogó los constantes y escandalosos gritos que pegaste. Sentías su mano seguir con aquella gloriosa fricción, entonces meneaste la cadera hacia delante, reclamando por más y más.

Obedeciendo tu desesperado pedido, Sasuke reemplazó sus dedos por su boca, devorándote de lleno. Tu reacción fue hermosa para sus ojos y oídos, por eso decidió hacerlo rápido.

Subió y bajó con su lengua, humedeció todo lo que más pudo, succionó fuertemente aquel líquido que por primera vez liberabas y lo tragó gustoso. Te regaló la más deliciosa experiencia, esa que nunca ibas a olvidar.

Continuaste jadeante un rato más, recuperando todo el aire que te robó. ¿Ya era turno de tomar lo que te había regalado?

*oO*oO*oO*

Muy avergonzado y asustado lo miraste. Él bajo la vista y se observó. Tragó un poco de aire en forma ruidosa y se paró de la cama. Volteó para que ya no lo vieras y se sujetó el rostro. Probablemente se daba cuenta del error cometido.

Sin decir una palabra se paró y casi corriendo entró al baño. Luego oíste la ducha abrirse y con las sábanas te tapaste.

Deberías haber hecho lo mismo que él, pero tuviste miedo. Te había dado miedo aquella imagen. El verlo desnudo, fue muy extraño y reaccionaste de la única forma que se te hizo posible.

Esperaste hasta que el ruido del agua cesó, luego tus ojos se clavaron fijos en la puerta hasta que salió. Una ola de culpa se apoderó de ti, e hizo que escocieran tus ojos. Su rostro estaba serio, como nunca lo había tenido contigo.

No dijiste nada, pero te dolió cuando sus miradas se cruzaron y él te sonrió de una forma forzosa. Después se recostó a tu lado y se volteó hacia el otro lado, dándote la espalda.

-Sasuke. – Lo llamaste, pero no te respondió. – ¿Te enojaste? –

La respuesta fue un “no”, pero demasiado seco para cómo era normal que te tratase.

-No te enojes. – Pediste con la voz quebrada. – Sí quieres… Sí quieres lo hago ahora. – Hablaste llorando. Entonces con la mano temblorosa, tomaste su cintura e intentaste bajar, pero él te detuvo.

-No importa, Naruto. – Te dijo, pero sabías que era mentira, por eso hiciste otro intento para continuar. – Naruto, no estoy enojado. No es necesario, quédate tranquilo. – Volviste a escuchar, a la vez que entrelazaba sus dedos e intentaba tranquilizarte.

-Entonces date vuelta. – Pediste, siendo obedecido. Todavía no eras capaz de darte cuenta el enorme poder que ejercías sobre él. – Perdóname. – Hipaste, para luego esconderte en su cuello y abrazarlo lo más fuerte que pudiste.

Sasuke te tomó de la cintura nuevamente y volvió a subirte sobre él. Acarició tu espalda y te chistaba, intentando calmar tu llanto. Que tú lloraras, para él era mucho más doloroso que cualquier cosa.

-No hay nada que perdonar. – Dijo, dirigiendo su boca a tu mejilla y dejando un beso. No te iba a obligar a hacer algo que no querías, jamás podría lidiar con la culpa de haberlo hecho.

-Perdón. – Seguías repitiendo contra su cuello, mientras sollozabas como el niño que eras.

Sin darte cuenta, habías dejado pasar una oportunidad increíble. ¿Pero cómo se suponía que un niño de once años, iba a lograr distinguir el extraordinario e incondicional amor que le tenía a ese hombre? Ni siquiera sabías lo que significaba en su totalidad la palabra “amor”. Ni siquiera sabías con certeza que era lo que acababas de hacer. No tenías idea de cuál de todas las cosas cometidas, era la peor. Solo sabías que no deseabas el alejamiento de ese chico, pero tampoco te dabas cuenta de lo egoísta que estabas siendo. 

Notas finales:

Bueno, no sé. No me pude imaginar a un niño de once años, practicándole sexo oral a un hombre más grande D: Y me pareció tierna la idea de hacer un Sasuke comprensivo :3 

Muchas gracias por sus rw y en cualquier momento me hago un tiempito y los respondo n.n 

Beso!! 

 


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