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Rainy Love, Wild Paradise ~ Spring (Wild Lovers) por JHS_LCFR

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Notas del capitulo:

Parkuuu wuuooh~ /o/ alabanzas infinitas~ Gracias totales~

Y gracias a ustedes también por esperar más de una semana! ^0^

Spring 5

 

Baja estatura, ojos pequeños. Carecía de doble párpado y tenía mejillas redondas así como labios delgados y la insoportable costumbre de arquear una ceja a cada comentario que hacía. Lo recuerdo como si lo hubiera visto ayer: aquel día, supe que se trataba de él; su postura me lo indicaba. Ni bien había dicho su nombre, se había tensado, confundido. La línea de su espalda y hombros abarcaba lo mismo que el ancho de mi pecho, yo le sacaba una cabeza, quizás una y media. Sus dedos eran pequeños y delgados, se estaba limpiando las manos cuando guardé silencio, esperando su respuesta.

-Sí, soy yo—asintió, girándose a último momento para correr un centímetro más el paño de la ventana—. ¿Necesitas algo?

-En efecto—recalqué, sonriente—. Necesito que me confirmes algo. Y como veo que la cafetería aún no cuenta con mucha clientela, pensaba poder tener una conversación contigo en una de las mesas—frótate las manos para no agarrarlo del cuello, frótate las manos para no agarrarlo del cuello…

-Bueno, en realidad—miró alrededor, no podía escapar: no había nadie, Kyungsoo seguía tapándose la boca en la entrada, vigilándolo todo—, podría empezar el día con un café—sonrió, redondeando más sus pómulos y revelando parte de sus encías al mostrar todos sus dientes—. Incluso si eso significa tomarlo con un desconocido.

-Oh, créeme—reí, tensando la mandíbula—, quizás hayas oído hablar de mí. Puedo llegar a estar más relacionado contigo de lo que te imaginas.

-¿Ah, sí?—caminando hacia la barra y cruzando la pequeña puertita, me llamó con un gesto de la mano y comenzó a abrir frascos de los estantes de la pared, eligiendo diferentes granos y oliéndolos levemente—. Dime, entonces. ¿Eres pariente mío, un amigo de la secundaria?

-Mejor aún…soy la nueva pareja de Luhan—y dejó de moverse, mirándome a los ojos y sellando sus labios—. Sí, en serio. Hace poco que nos conocemos pero he decidido ir en serio con él—resoplé, tranquilo y robándole el frasco para agitarlo y mover los granos de café, pasando los ojos de ellos a su rostro inmutable—. No obstante…él me advirtió de un obstáculo, una especie de traba que le impedía darme el “sí” definitivo…Esa traba eres tú, supongo.

-…En realidad… - titubeó, temeroso. Levanté la mano para interrumpirlo.

-No, el que viene a hablar soy yo, pequeño esclavo. Quiero dejarte en claro que no toleraré otra marca tuya en el cuerpo de Luhan, ¿De acuerdo?—incliné la cabeza nuevamente, entornando los ojos y negando despacio—. Porque no quieres meterte con un aristocrático: si quiero, puedo tirar todo este local abajo y hacer que te persigan por no pagar impuestos. Sólo tengo que levantar el teléfono y tener a mano mi agenda de contactos. “Contactos”—resalté—, si entiendes lo que te digo.

-Ey, no es mi culpa que caiga a pedirme…

-Si de verdad estás enojado con él, discutes. No lo llevas a tu cama y le muerdes todo el cuello.

-A ver, ¡Él no pensaba marcharse!—exclamó, tirando el repasador a la barra y recuperando su frasco maloliente—. No voy a decirte que yo soy la víctima de todo esto, ¡Pero el chico está loco! No me dejaba en paz, yo le había recalcado que no buscaba nada pero él insistía en quedarse, en hacerme de comer y plancharme la ropa. ¡Plancharme la ropa! ¿Entiendes? No necesito una puta esposa, pero no entiende, no le entra nada en la cabeza—y se golpeó la sien con un dedo, molesto—. Luhan oye lo que quiere oír y se marcha cuando ve que está atrapado por cosas que hizo él mismo. No tolera cargar con la responsabilidad de la culpa, y lo lamento por ti, pero nunca tuviste que haberle pedido de ser pareja. Ahora no te dejará en paz.

Apreté los dientes y golpeé la puerta que nos separaba para tomarlo del cuello de la camiseta celeste: aparte de ser un imbécil, iba patéticamente vestido. Todos sabemos que pescadores negros con medias altas blancas no combinan, menos con esa camisa.

-No vuelvas a hablar así de él—amenacé, sintiendo un chillido molesto detrás de mi espalda; recordé que Kyungsoo estaba mejor posicionado que yo y que allí contaba con más poder. Solté a Minseok y lo dejé caer al suelo, resoplando—. Elimínalo, bloquéalo y no le respondas ni atiendas. Tampoco lo saludes. Quiero que a partir de este momento, Luhan deje de existir para ti. ¿¡Me oíste!?

Con Kyungsoo tirando de mi abrigo y llevándome a la vereda para calmarme, me marché: no pensaba dejar que aquel enano maldito me calmara. Sólo quería llegar a casa y gritar, quizás romper un par de cosas que tuviera a mano o patear piedras y latas en el camino.

 

 

-¿Sehun?—fruncí el ceño sin abrir los ojos, me estaban tomando del hombro—¡Sehun!—el sacudón aumentó y apreté los dientes, despertándome y mirando a mi madre con la bata sobre el pijama y el pelo alborotado: si estaba así vestida, debía estar de vacaciones y rehusaba a ir al trabajo—. Hay un chico que te busca, ve a atenderlo.

-¿Los chicos?

-No es del barrio—negó, caminando hacia el pasillo para despedirse—. Parece bueno y fiable, está en el hall esperándote.

-¿Los dejaste entrar?—murmuré frotándome los ojos: no entendía absolutamente nada, la luz del Sol me pegaba en la cara porque me corrieron las cortinas y la puerta estaba abierta, dejando entrar el frío a la habitación. Agarrando una camisa en el camino y prendiéndole los primeros dos botones, salí al pasillo y doblé a la derecha para mirar desde arriba a un muy tranquilo Luhan jugando en el recibidor, envolviéndose con las telas de las paredes y acariciando las flores y plantas que tuviera cerca—.¡Hey!—automáticamente miró para arriba, sonriendo.

-¿Dormías? Lo siento—se acercó al pie de las escaleras mientras yo bajaba al trote, sus bajaron a mi estómago y torció la boca, contento—. Qué ombligo más…atrevido—sonrojado, amagué abotonarme el resto de la camisa cuando me detuvo con la mano; al subir la cabeza me besó lento y sin mirar alrededor. Pude escuchar un grito ahogado proveniente de la cocina—. Tengo una propuesta, me la crucé en un poste de luz de la vereda, cerca de casa—arqueé la ceja y rió, encantado—. No pienses mal, es un folleto de la fiesta del día de la primavera.

Tomando una mochila del piso que asumí como suya, abrió los cierres y buscó, sacando un colorido papel que anunciaba un concierto con zona de acampado disponible, además de la presencia de puestos de comida rápida y bebida…mucha bebida.

-¿Te gustan este tipo de cosas?—pregunté.

-¡Me encantan! No me he perdido una en años, siempre iba con Minseok, pero este año se me ocurrió invitarte a ti—incliné la cabeza desconfiado al ver que lo había nombrado sin dolor…quizás estaba tan emocionado por el evento que no lo registró, suspiré.

-¿Cuándo es esto?

-Hoy a la noche, yo llevo la carpa y podemos cenar y dormir allí. Oí que traen a cuatro bandas teloneras, es decir, que hasta la medianoche no vendrá el grupo principal—y fue señalando con el dedo los nombres: no me sonaba ninguno—. ¿Qué dices? ¿Quieres ir? Yo no tengo nada que hacer…y, aparentemente, tú no estás yendo al colegio—levanté el mentón, fingiendo estar ofendido.

-Ya aprobé todo lo que tenía que aprobar. Como cerraron mis notas, puedo aprovechar las faltas que no he usado. Además es el último año, ya nadie hace nada—tomé el folleto y lo examiné, era cerca del Río Han—¿A qué hora quieres que estemos allí?

-A las diez estaría bien. Nos levantaremos cerca del mediodía si es como los años anteriores, almorzaremos allí en el parque y luego…no sé, ver qué hacemos—se encogió de hombros. Sabía que no querría irse a su casa luego del recital, asentí devolviéndole el papel.

-De acuerdo, ¿Vamos los dos solos?—en ese instante apretó los dientes, complicado.

-No sé si conoces a los amigos de Kyungsoo…Jongdae y Yixing se llaman, si mal no recuerdo—fruncí el ceño en respuesta.

-Esos son amigos de Baekhyun, no son… - y la realidad me golpeó—. Se juntan todos ahora, ¿No es cierto?—asintió, avergonzado.

-Son muy simpáticos…incluso escuché a Chen decir que quería volver a verte. ¿Se cruzaron cerca de fin de año? No entendí eso.

-Te lo explicaré hoy a la noche—mentí, sonriendo a duras penas: fantástico, todo el grupito unido menos yo—. ¿Nos encontramos allí?

-Oh, no. Te esperaré fuera con ellos. Aunque, tranquilo—se acercó para hablarme al oído, susurrando de una manera que no me hacía bien—, ellos llevan su propia carpa para quererse mejor—y rió bajito, enviando descargas eléctricas a mi cuerpo.

Apreté los labios ante la idea de tener que dormir cerca de esos tipos: no parecían tan pasionales como para hacerlo en público…al menos no a mis ojos.

-Vendremos por ti a las nueve—se alejó, caminando hacia la puerta.

-Espera, tengo que abrirte la reja—saliendo de casa y entrecerrando los ojos por la luz, lo acompañé por el camino de piedras y la calle principal, su cabeza giró en todas direcciones, preguntando por las casas de los demás, identificando la bicicleta de Chanyeol en el jardín delantero de Baekhyun y señalando el bosque con el spa: prometí invitarlo algún día.

-No te vistas como siempre lo haces—agregó, despreocupado—. Será un campamento, ponte algo más cómodo.

-¿Como qué?—me crucé de brazos, arrugando la camisa y levantándola hasta mi cintura, sus ojos volvieron a mi ombligo.

-Podrías dormir con pantalón solo o con ropa interior—se encogió de hombros—. Un solo par de zapatillas estará bien…nada de abrigos caros o tejidos a punto. Una campera, una sola remera…

-Me estás diciendo todo esto porque crees que jamás he acampado—interrumpí, haciéndolo reír.

-Lo siento—y a modo de disculpa, me tomó del codo y tiró de mí para acercarse, besándome en los labios y luego dulcemente en la nariz—. Adiós—un último beso en la mejilla terminó de descolocarme.

Sin importarme los vecinos o el guardia de la reja, lo estampé contra la pared de las enredaderas y le devolví todo: los saludos, los abrazos, las caricias. Se fue con una sonrisa de oreja a oreja, yo empecé estupendamente el día.

Volviendo por la calle principal, noté a Chanyeol siendo abrazado por Baekhyun, que me miró por sobre su hombro (estaba en puntas de pie) con los ojos como platos, me llamó y supe que era mejor acercarme.

-Buenos días—no se soltaron, Chanyeol únicamente giró sobre su eje sin soltar la cadera de Baekhyun, que hacía exactamente lo mismo—. Veo que Chanyeol ya conoció a tu familia—y ambos asintieron, felices—Ya era hora, felicitaciones—tendiéndole la mano al más alto, éste respondió el apretón, maravillado.

-Todos aquí son tan formales y educados…me siento un pordiosero.

-No vuelvas a decir eso por aquí o te dirán que lo eres—asentí, intentando sonar gracioso.

-Luhan te estaba buscando en la reja, ¿Hablaste con él? Quería organizar algo y Jongdae y Yixing se unieron, no sé si estabas al tanto.

-Me sorprende que no vayan ustedes—expliqué, ignorando la mano de Chanyeol subiendo desinteresadamente de la cintura hasta el cuello para rascarle la mandíbula y detrás de la oreja: tardé en notar que ambos llevaban poleras con el cuello sin doblar, ¿Cómo se atreven a tener sexo con el resto de la familia en casa?

-Tenemos en mente hacer otras cosas—contó Baekhyun—: hoy aprenderé a cocinar con mamá Park y me quedaré allá el fin de semana—mirando a su novio, le acarició el pecho—. Ahora me toca a mí ver fotos suyas de cuando era pequeño.

Me mordí el labio superior ante tanta “caramelosidad”, despidiéndome rápido, los dejé seguir con sus caricias y troté hasta casa, buscando primero a las criadas y al cocinero, que huyeron de mí hasta que los atrapé contra el horno.

-Ni una palabra—amenacé, severo—. Yo los trato bien, ustedes no le cuentan nada a mi madre. No es mi novio ni lo amo… - me atacó un súbito sonrojo—…pero estamos en eso, ¿De acuerdo?—todos asintieron sin chistar, por suerte el desayuno ya estaba listo.

-¿Señor?—murmuró el cocinero mientras servía el pan tostado y dejaba los frascos de mermelada al lado—…ese joven tiene rostro de mujer.

-Lo sé.

-Cabe la posibilidad de que se haya cambiado de sexo.

-Claro que no.

-Incluso su voz es aguda.

Masticando con enojo, le miré y entorné los ojos: nadie más se me acercó por el resto del día.

 

 

No necesité pedir permiso ni darle excusas a nadie: mi madre no se había movido de la cama ni pensaba apagar el televisor, papá estaba de viaje de negocios y los sirvientes ya estaban al tanto de su llamado a silencio. Siendo las ocho y saliendo de la ducha, me miré en el espejo para peinarme, luego me até una toalla a la cadera y caminé hasta el cuarto donde ya había seleccionado la ropa: no llevaba demasiado, ni siquiera el celular. No los necesitaría.

El viejo conjunto de gimnasia me transformaba en uno más del grupo de Chanyeol, la tela estaba desgastada y podía jurar que tenía un pequeño agujero cerca de la entrepierna. Saqué las zapatillas deportivas del armario, hurgué en los cajones para ponerme un reloj de pulsera (de plástico, no me robarían nunca el de oro) y me coloqué las medias. Levantándome, marché a la cocina para comerme dos manzanas: sería de mal gusto cenar en casa, pero tampoco sabía exactamente qué iríamos a comer.

-¿Ansioso, Señor?—preguntó una criada mientras planchaba mis camisas, le sonreí.

-Voy a un concierto. Lleno de plebe hasta los codos.

-Tenga cuidado, Señor.

-Lo tendré, gracias—asentí, incómodo—. ¿Alguna vez…alguna vez usted fue de campamento?—y asintió, tranquila—¿Qué se hace dentro de una carpa, en un concierto?—y enrojeció, bajando la cabeza para volver a su trabajo. Bien, no estaba del todo equivocado.

En el momento en el que sonó el timbre del intercomunicador (seguro el guardia era responsable de ello), palpé el bolsillo delantero del pantalón de algodón: los condones estaban en su lugar junto con la billetera y la tarjeta, ya nos arreglaríamos con el lubricante.

-¡Me voy!—grité, corriendo fuera de casa y surcando el camino hasta la entrada al barrio: en efecto, Luhan no estaba solo. Deslicé la tarjeta que llevaba como collar y bajo la camiseta, salí y los saludé con un apretón de manos, Luhan volvió a besarme con desenfreno.

-Quise hacértelo desde hoy a la mañana pero no pude—sonrió, acariciándome la espalda y bajando hasta el trasero. Detrás de él, la otra pareja miraba, encantada.

-Lo educamos bien—asintió Jongdae, pasando un brazo por los hombros de su novio.

-¿No piensas llevar nada?—preguntó Yixing, negué rápido—. ¿Ni siquiera nueva ropa interior o prendas limpias?—sonrió, pícaro.

-Lay, ellos no son como nosotros—recriminó Chen, despacio—. Ellos lo hacen desvestidos.

Luhan rió al notar mi vergüenza. Pellizcándome una nalga, golpeó despacio y marchamos hacia el concierto: me vi en la necesidad de hablar, la idea de que todos se llevaran y mi imagen apartada me estaba desesperando.

-Luhan me dijo que trajeron su propia carpa.

-Exactamente—anunció Jongdae, golpeando juguetonamente el bolso con el que cargaba—. Nos pondremos detrás de ustedes para no perdernos, pero será mejor que tengan cuidado cerca de la medianoche…Yixing se mueve mucho, se pone loco—en su defensa, el otro lo codeó y cerró los ojos, tranquilo.

-Sólo complazco las órdenes de cierto sujeto. Si fuera por mí, el que viviría en cuatro sería él—mientras yo asentía fingiendo no arrepentirme de haber abierto la boca, Luhan seguía frotando mi cadera y a veces cruzaba la barrera de la ropa para tocar directamente mi piel. Tenso, seguí apretando los labios mientras se tiraban indirectas y propuestas indecentes: al parecer, el entorno público no les afectaba en nada.

-Sehun y yo iremos al ala derecha—anunció Luhan mientras cruzábamos el puente del río—, ahí siempre hay un puesto de comida, no nos vendría nada mal.

-Pero en el ala izquierda están las bebidas—protestó Jongdae.

-¿Y?

-¡Necesito aflojarlo un poco antes!—exclamó, señalando a su compañero que aplaudía contento—. Por favor, no quiero ser sometido, parece pequeño pero a veces es muy bruto—Luhan me miró sin decir nada, me encogí de hombros.

-De acuerdo, nosotros ya encontraremos algo.

Seguimos caminando en silencio hasta que comencé a oír la música amortiguada y los gritos del gentío, estábamos cerca. Di un respingo al notar la cantidad de bicicletas y autos estacionados en la calle y en la vereda. Sí, en la vereda, no había espacio por el que pudiésemos caminar, los vehículos estaban embotellados desde hacía horas por cómo se gritaban y tocaban bocina, tuvimos que abrirnos paso entre baúles y capós, abrazando árboles y zigzagueando entre los peatones que iban también al concierto: sorprendentemente, el entretenimiento era gratuito, era impresionante cómo la plebe aprovechaba el hecho de no tener que pagar para divertirse; en cambio, lo que salía caro era la comida y la bebida.

-Las gaseosas están el triple de caras—suspiró Luhan, contando sus arrugados billetes, lo miré de soslayo.

-¿Aceptan tarjeta?

-Sehun—resopló, cansado—, ¿Tú qué crees? Estamos en un puesto de comida ambulante, los que atienden y toman el dinero son los mismos que cocinan y te entregan el cambio con manos grasientas—asentí comprendiendo y busqué en mi bolsillo.

-Yo pago…pero acepta el dinero tú, yo me bañé antes de ir.

-¡Yo también!

-Sí, pero tú eres plebe, estás acostumbrado a estas cosas—señalé a la joven que esperaba nuestro pedido, una cola bastante larga estaba detrás nuestro; Lay tanteó mi hombro para llamarme la atención.

-Yo quiero agua y Jongdae quiere JjangJjangmyeon.

-P…pero no pensaba comprarle a uste… - Un codazo fuerte logró callarme, Luhan me fulminó con la mirada mientras sacaba más plata y miraba a la chica del puesto—.Y también una bandeja de Jjanjjangmyeon con dos botellas de agua—agregué.

Quince minutos después, luchábamos con el público mientras intentábamos armarnos un lugar entre el gentío para acampar: la zona en sí era un parque con árboles, mesas y bancos de cemento como cualquier plaza interactiva. El problema era la cantidad de gente que había, la zona de acampado estaba infestada y dos carpas no entrarían a menos que hiciéramos una gran ronda los cuatro tomados de la mano y con las cosas en el medio.

-Déjenmelo a mí—sonrió Jongdae, inspirando hondo. Supusimos que empezaría a gritar o a pedir que se corrieran…pero comenzó a las patadas y a los empujones, ganándose más de un insulto y amagos de golpe; Yixing en un momento lo abrazó por detrás para frenarlo y nos indició con el mentón que comenzásemos a armar todo.

Habremos empezado a las diez y cuarto. Terminamos doce y media.

-¿¡No era que sabías armar una estúpida carpa!?—grité sobre la música, agazapado y con unas rodillas golpeando constantemente contra mi espalda encorvada.

-¡No sé armarla con tacos y botas pisando los vientos laterales!—bramó, sacudiéndose de encima los brazos y los codos—¡Diablos, levanta eso!—enderecé el último soporte (o palo, como se llamase) y la carpa tomó forma. Rápidamente nos olvidamos de nuestros compañeros y nos abalanzamos dentro, cerrando “la puerta” y abriendo el cierre de un pequeño cuadrado en el techo que servía como una patética ventana—. Listo, ahora no saldremos de aquí hasta mañana—lo miré sorprendido, reímos al mismo tiempo.

-¿No quieres salir a ver las bandas?—me rasqué la cabeza, aplasté un mosquito en mi muñeca con la otra palma.

-No conozco a estas y me alcanza con escucharlas…tengo algo más interesante para ver—murmuró, mirándome a los ojos.

Tragué saliva, escuchando el retumbar de los graves coincidiendo con los latidos de mi corazón.

-Así que siempre venías con Minseok—tartamudeé, incapaz de pensar. Me golpeé mentalmente sin notar que Luhan me tomaba del mentón con cuidado, asintiendo.

-Pero no hablemos de Minseok…él no está y tampoco quiero que esté.

Fue gateando sobre mí hasta sentarse en mi regazo, suspirando contra mi boca y volándome los sesos mientras rascaba lentamente mi nuca: de alguna manera sabía dónde tocar, dónde apretar y cómo hacerlo.

-Sehun… ¿Ya has tenido relaciones con alguien?—farfulló mordiéndose el labio y bajando sus manos de mis hombros a las muñecas, terminando en los costados de mis piernas

¿Y ahora…qué le digo?

Sus piernas presionaron contra mi cadera, sentí mi entrepierna tensarse violentamente al notar que su trasero encajaba a la perfección.

No quiero perder el control…

…¿Qué rayos hago?

 

 

 

 

Notas finales:

¿Y, valió la pena esperar tanto? :D

PD: Quizás no se enteraron...capítulo dos de 

3063 (Don't Try To Change Me)~

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