Aquella noche bañada con una luna llena la cual brillaba como el propio solo. La noche la cómplice de nuestra historia, la única testigo de todo lo que paso y de los verdaderos sentimientos de los gemelos…. ¿Prohibidos? Decían las estrellas, Amor puro decía la luna resplandeciendo en la ventana
- ¿KwangMin puedo dormir contigo?.- un niño pequeño con su pijama de ositos rosaditos estaba al filo de la cama de su hermano gemelo.
- ¡YoungMin! ese monstruo de nuevo se metió en tus sueños.- el menor de los gemelos JO se hizo a un lado para dejar entrar a su hermano.
- Si me da mucho miedo KwangMin. Promete que jamás vas a dejar que ese monstruo me coma.- el menor subió a lado de su hermano y lo abrazo.
- Nunca YoungMin siempre te protegeré.- el menor de los hermanos beso la frente del mayor después se abrazaron y así quedaron dormidos en un mundo donde solo existían los dos, un mundo donde cada uno era el reflejo del otro.
Los gemelos JO desde niños fueron muy unidos y siempre durmieron juntos en la cama del menor porque siempre a YoungMin le perseguía monstruo en sus sueños. Todas las noches la luna era testigo de cómo aquellos pequeños se abrazaban con infinito amor. Siempre a la media noche YoungMin e iba a la cama de su gemelo. Tenía esa necesidad de sentir el cuerpo del otro a lado suyo.
- YoungMin sabes que algún día ya no vas a poder dormir conmigo.- el menor de los gemelos hablo mientras le acariciaba el cabello a su hermano y afuera sonaba el golpear del viento contra su ventana
- lo sé, pero me gusta dormir contigo KwangMin.- el mayor se acurruco en el pecho de su hermano, sintiendo como sus dos corazones se coordinaba en un solo latido.
Aquella noche KwangMin empezó a sentir algo distinto a un cariño de hermano, era algo más algo que le decía que lo debía tener entre sus brazos. Pero el aún era pequeño y no entendía que eso era amor. Los únicos testigos del amor del menor hacia el mayor era la luna la cual pareciera que le aconsejara ya que siempre brillaba como el sol.
Los pequeños seguían creciendo y siempre estaban juntos, nada les separaba. Las estrellas seguían su camino a casa mientras entre ellas hablaban sobre aquel sentimiento de los gemelos y la luna siempre fiel a ellos.
En aquella casa inmensa donde se podían perder diez mil soldados, corrían de un lado a otro los gemelos jugando sus juegos que solamente ellos entenderían. Entre rizas y algunos llantos por alguna caída siempre terminaban cogidos de las manos, algo que se hizo costumbre en ellos. En ese palacio cada día se respiraba un ambiente mengue cuando los gemelos estaban pero si no se encontraban todo era silencio.
-¡KwangMin creo que estoy enfermo!.- el mayor se aferró a los brazos de sus hermano.
- ¿Porque lo dices YoungMin?.- el mayor lo miraba fijamente a los ojos de su hermano.
- Porque mi corazón late muy rápido en ciertos momentos.- el menor le sonrió mientras los rayos de la luna entraba por la ventana y lo bañaba dándole una imagen angelical.
- ¿Cuándo?.- el menor noto como su hermano bajaba la mirada y se daba la vuelta tomando sus brazos y haciendo que lo abrazara. No respondió ya que no sabía cómo decirle que eso solo le pasaba con su hermano.
En la escuela YoungMin sabía pasar tiempo con su hermano pero a veces no lo hacía ya que observaba como se le acercaban las niñas y aunque le daban ganas de jalarlas por sus trenzas no lo hacía porque su hermano lo veía feliz.
- ¿Hyung te ves extraño que tienes?.- KwangMin abrazo fuertemente a su hyung ya que parecía que estaba triste.
- ¿KwangMin nunca me vas a abandonar verdad?.- el mayor se aferró a los brazos de su gemelo mientras soltaba lagrimas silenciosas, le lastimaba mucho su corazón pensar en que su héroe lo dejara.
- ¿estas llorando YoungMin?.- KwangMin lo abrazo más fuerte.
- No pero tu promete que nunca me vas a dejar.- lloro más fuerte.
- Te lo prometo pero ya no llores, no me gusta verte llorar.- lo viro y beso su frente.
- Ya no llorare si tú ya no le hablas a Yoora.- se acercó hasta el cuello de su hermano y así se durmió. ¿Ese fue el principio del final? O ¿El final para un nuevo comienzo?.......
Los años pasaron y los gemelitos crecieron, ya iban al primer año de secundaria pero casi nada había cambiado ellos seguían cuidándose mutuamente y en las noches dormías juntos.
YoungMin había llegado a casa después de esperar por su hermano pero KwangMin había preferido ir a comer con sus amigos y entre ellos estaba Nana. La rubia que moría por su hermano. Subió a su cuarto se sacó el uniforme y se puso su pijama. Estaba triste porque su hermano no estaba con él. ¿Por qué sentía un dolor hueco en su corazón? ¿Por qué el pensar en el sonriendo a Nana lo mataba? ¿Deberían dejar de dormir juntos?....... Eso será lo mejor
KwangMin llego ya tarde y solo comió algo que le preparo su madre y subió a su cuarto. Cuando llego prendió la luz y observo como YoungMin dormía en su cama eso le sorprendió. Se acercó a la ventana y observo la luna, parecía triste desde hace tiempo atrás amaba a su hermano, siempre lo cuidaba y lo consentía pero ahora que paso el tiempo se dio cuenta que su amor no era fraternal sino uno prohibido. Y al verlo en su cama se dio cuenta de que ese sentimiento ¿Estaba mal?
Camino hacia el espejo en su cuarto y vio su reflejo, en el vio a YoungMin sonriendo. ¿Él era su reflejo? o ¿el reflejo era él? Pero de una u otra manera se necesitaban. Se cambió y se acostó en su cama, se puso a pensar en que haría con lo que sentía no estaba bien pero que más podía hacer. Mientras pensaba esperaba a que su hermano se cambiara a su cama ya que no había noche que no duerman juntos pero eso nunca pasó. Su hermano en todos sus años que vivían juntos durmió en su propia cama. Se sentía extraño al no abrazarlo, al no poder oler su aroma, su cuerpo le exigía a YoungMin
Al despertar KwangMin bajo primero a desayunar y se topó con su madre.
- ¡Buenos días umma!.- hablo mientras se sentaba
- ¡Buenos días!.- sonrió y le paso el jugo con una tostada
- ¿Umma sabes porque YoungMin esta extraño?.- dio un mordisco a su tostada
- No lo sé mi vida ayer llego así y ni siquiera merendó.- su madre camino y puso de nuevo otro vaso de jugo y otra tostada
- No te preocupes hablare con el.- se acabó la tostada y tomo su mochila
- Es verdad, se me olvidaba. KwangMin ya es hora que cada uno tenga su cuarto.- el gemelo freno sus paso y miro a su madre. Ella le estaba diciendo que debía dejar ir a su otra mitad…….
Ese día los dos gemelos se fueron separados y por lo mismo regresaron separados. Su madre le había dicho a KwangMin que ya tenía listo su cuarto y que en esta semana se tenía que cambiar. Aunque a KwangMin le doliera hacerlo era lo correcto. ¿Verdad? Dejar a su hermano que siga con su vida, que se enamore, que sea feliz sin el a su lado.- rodo una lagrima por su ojo
Llego la hora de dormir y los dos gemelos se acostaron en sus respectivas camas. YoungMin de nuevo iba a dormir en su cama cuando sintió un peso en la misma y se giró topándose con los ojos de su hermano.
- YoungMin tuve una pesadilla.- el menor de los gemelos rodeo con sus manos la cintura de su hyung.
- ¿Ese monstruo no te deja dormir?.- YoungMin susurro
- ¿Si, puedo dormir contigo?.- KwangMin giro lentamente a su hermano hasta hacer que la espalda del estuviera cerca de su pecho. Queria sentir por utlima vez ese calor que le llenaba todos sus sentidos, las respiraciones de su hermano y sus corazones latir en un mismo compas.
- ¿KwangMin nunca me vas a dejar verdad?.- hablo meintras se queda dormido.
-¡Jamas!.- susurro KwangMin y giro a su hermano; vio su rostro y se acercó lentamente hasta rozar los labios suyos con los de su gemelo. Siempre este beso te seguirá a todas partes y con el mi corazon
Dos días pasaron desde aquel momento y los padres de los gemelos habían salido de viaje dejándolos solos y en nuevos cuartos.
- ¡KwangMin tú me prometiste que nunca me dejarías!.- YoungMin hablaba entre lágrimas
- No te dejare jamás solo….. no podemos dormir juntos.- el menor también sufría al ver llorar a su ángel
- ¡Mientes ya no estarás conmigo! Yo quiero dormir contigo.- se recostó en su cama y se puso a llorar. KwangMin se acercó y lo hizo a un lado, metió a su hermano en las cobijas y el entro a lado suyo.
- Vamos a dormir, te acompañare hasta que duermas.- susurro muy cerca de su gemelo.
- Pero de todas maneras me vas a dejar.- YoungMin se giró y KwangMin lo abrazo.
- Nunca te dejare.- acaricio su cabello y se quedaron en silencio como queriendo evitar lo inevitable. Después de una hora el mayor de los gemelos se quedó dormido. Al verlo así KwangMin se acercó a él y dejo un casto beso en los labios prohibidos de su hermano. Gracias mi pequeño ángel por ser mi felicidad pero es hora que tu busques la tuya. Se levantó con cuidado y camino a la puerta.
- No te vayas. Tú eres mi felicidad- miro atrás y su hermano estaba llorando.
- Me tengo que ir.- tomo su mejilla y la acaricio quitando las huellas de lágrimas que bajaban.
- No me dejes……. Te amo KwangMin.-….. susurro y en ese momento YoungMin se aferró a sus brazos mientras KwangMin salió y cerró la puerta desplomándose fuera de la misma
- ….Yo también te amo YoungMin….- susurro y unas lágrimas rodaron sus mejillas.
¿Ese fue el principio del final? O ¿El final para un nuevo comienzo?.......