Capítulo 13 – Arreglos
Daehyun y Youngjae quedaron solos.
Youngjae – Entonces… ¿Me quieres?
Daehyun – Sí, tanto que no puedo imaginármelo.
Youngjae abrió los ojos como dos platos.
Daehyun - ¿Por qué no lo intentamos?
Youngjae (bajando la cabeza) – Está bien, intentémoslo.
Daehyun sonrió y lo besó en los labios, un beso tierno, apenas rozándose.
Del lado del BangZelo
Yongguk – Le he contado a mis padres… Bueno, en realidad se enteraron por Namjoo.
Zelo paró de caminar de pronto y lo miró con los ojos muy abiertos.
Zelo - ¿Qué ocurrió?
Yongguk – Les grité y me fui, después no sé qué pensaron.
Zelo – Espero que nada malo.
Yongguk tan sólo pudo asentir y tomarlo de la mano para seguir caminando.
Yongguk – Vamos a mi casa, mis padres ya se han ido al trabajo.
Zelo – De acuerdo – Dijo sonriendo
En casa de Yongguk
Yongguk - ¿Te quedas a dormir aquí?
Zelo – No puedo, no tengo mis cosas para mañana.
Yongguk – Podemos faltar – Dijo con un aura seductora
Zelo – Pero… ¿Y mis padres?
Yongguk sonrió ante la inocencia de Zelo y le acarició las mejillas con el pulgar.
Yongguk – Dame tu celular, les inventaré una excusa.
Zelo dudó un poco, pero luego se separó y le dio su celular.
Zelo – Iré para arriba.
Yongguk asintió mientras iniciaba la llamada. Zelo fue hacia arriba y se recostó en la amplia cama de Yongguk mirando al techo, esperándolo.
No pasó mucho tiempo hasta que Yongguk abrió la puerta, entrando al dormitorio para luego cerrarla con seguro.
Yongguk – Le he dicho que te sentías mal y que iba a cuidarte.
Zelo le sonrió con ternura, Yongguk dejó el celular de Zelo en la mesita de luz y se posicionó encima de él en la cama, con ambas piernas al lado de su cadera, en cuatro patas encima del más alto.
Zelo se sonrojó y se mordió los labios como modo de seducirlo. Funcionó, pues Yongguk se acomodó entre sus piernas para besarlo con intensidad, transmitiéndole muchos sentimientos y deseos a partir de dicho beso.
Yongguk (separándose) – Y ahora, ¿qué sigue, Zelo? – Preguntó con morbo y picardía
Zelo tiró a Yongguk en la cama y se posicionó encima de él, sentándose a horcajadas sobre su erecto pene, siseando de placer al sentir ese gran pedazo de carne rozando contra su erección.
Yongguk - ¿Te gusta lo que sientes?
Zelo empezó a mover las caderas para generar un roce y así potenciar el placer de ambos en esa postura.
Zelo – Me encanta… Yo-Yongguk, ha-hazme tu-tuyo – Dijo con la respiración entrecortada debido a sus movimientos y el roce
Yongguk tiró a Zelo en la cama y lo desnudó por completo, Zelo hizo lo mismo con Yongguk, Zelo se posicionó entre las piernas del mayor, contemplando con hambre su pene, empezando a masturbarlo mientras lo miraba con mucho deseo.
Yongguk – Quiero sentir tu boca, Zelo – Ese tono dejaba claro que no admitiría un “no” como respuesta
Zelo empezó lamiendo el miembro del mayor tímidamente, pequeñas y cortas lamidas eran repartidas por la extensión, Yongguk sonrió por la ternura que lo asaltó al ver la timidez repentina de Zelo y bajó su mano para acariciarle la cabeza a modo de incitación. Zelo comenzó a abandonar su timidez mientras chupaba la punta del pene de Yongguk.
De un momento para el otro, Zelo se lo metió lentamente en la boca, ocasionando que un gemido grave y alto saliera de la garganta del más bajo, incitándolo a seguir cometiendo ese delicioso acto.
De un momento para el otro, Yongguk tiró de la cabeza de Zelo para sacarle su miembro de la boca, y mirándolo a los ojos con ternura le dijo:
Yongguk – Lo estabas haciendo muy bien, pero no quiero correrme, al menos no ahora.
Zelo sonrió, Yongguk lo posicionó como perrito y bajó a lamer el cuello de Zelo.
Zelo – Métela.
Yongguk - ¿Estás seguro? – Dijo para asegurarse que el menor no estaba en un arranque de pasión del que pudiera salir lastimado
Zelo – Sí.
Yongguk empezó a meterla lentamente, mirando como sorprendentemente el menor se adaptó muy rápido al tamaño de su pene, ocasionando que un gemido de placer saliera de la boca de ambos. Yongguk empezó a embestirlo con fuerza debido a la excitación.
Yongguk – Estás jodidamente estrecho – Pronunció dificultosamente entre gemidos
En ese momento tocó el punto sensible del menor.
Zelo – Ahhh, ahí ahí – Pronunció Zelo
El mayor siguió dándole en ese lugar mientras bajaba su mano para masturbarle, Zelo llegó al orgasmo en muy poco tiempo, esparciendo su esencia en la mano de Yongguk y apretando sus paredes internas. Yongguk se corrió al sentir la deliciosa estrechez del menor.
Cuando Yongguk salió del menor, Zelo se tumbó en la cama, de igual manera lo hizo Yongguk.
Yongguk – Por más experiencia que tenga, nunca he sentido tanto placer como contigo.
Zelo lo miró y le sonrió.
Zelo (con inocencia) – Será porque me amas.
Yongguk sonrió ante las palabras del menor y lo volvió a besar con pasión, haciendo que Zelo se excitara de nuevo… Y él también.
Lo hicieron al menos tres veces seguidas en distintas posturas, sin contar que lo hicieron en la bañera mientras se bañaban.
Después de darse el baño, se fueron a dormir, Zelo tenía puestos sus bóxers, un sweater color arcoiris y un pantalón deportivo negro que Yongguk le había dado para dormir, a pesar de que Zelo era más alto, las prendas de Yongguk le quedaban muy grandes, a lo que el mayor sentía ternura. Ambos chicos se quedaron finalmente dormidos.
Despertaron con el sonido de la puerta de la casa abriéndose, era medianoche y los padres de Yongguk habían vuelto del trabajo.
Zelo - ¿Qué le vas a decir a tus padres?
Yongguk – Nada, simplemente serás mi rehén, permanecerás aquí encerrado para que mis padres no te vean, no quiero que se vayan hacia ti.
Zelo asintió. Yongguk bajó las escaleras, encontrándose con sus padres.
Padre – Te permitiremos estar con el niño mientras que no pise ésta casa.
Yongguk asintió y fue a buscar el ramen que sus padres le habían dejado como cena y lo calentó en el microondas, colocó dos vasos de agua en la bandeja y subió al dormitorio con Zelo, una vez dejó la bandeja en la cama, cerró la puerta con seguro.
Zelo - ¿Te han dicho algo? – Dijo para luego empezar a comer
Yongguk – Me han dicho que me permitirán tener una relación contigo mientras que no pises ésta casa – Lo miró con tristeza