¿Me amas?
Recuerda la primera vez que sus manos se tocaron, lo recuerda con nitidez, permitiendo que no solamente sea el roce de sus manos lo que le invade el pensamiento.
La primera sonrisa, la primera mirada… La primera vez de todo.
Sonríe, porque esa es definitivamente la primera vez que se da cuenta de que lo piensa con tanta insistencia; no es que no tuviera consciencia de ello, no es tonto para pensar que todo está pasando por un súbito arrebato. No, lo sabe desde la primera vez que sus manos se rozaron y se vieron a los ojos.
Un saludo, una formalidad, los nombres brotando de sus labios, un lugar, un camerino, una fecha, un debut.
Y al final están ellos.
Solamente ellos, con las sonrisas jugando en los labios y los ojos brillando de emoción. No saben cómo es que ha pasado, pero saben que están con la persona correcta aunque a penas y sepan sus nombres.
— ¿Quieres ir a comer?—la pregunta brota de los labios de Hongbin, se desliza lentamente hasta llegar a los oídos del mayor, quien acepta gustoso la invitación hasta que de repente se da cuenta de que la timidez terminará por ganarle y no puede creer que haya sido tan tonto como para decirle que sí.
Ni siquiera tuvo tiempo para pensarlo cuando sus labios ya habían pronunciado la afirmativa respuesta hacia la propuesta.
O al menos eso era lo que le había confesado luego el muchacho.
—Xiumin—lo llama con voz suave cuando lo ve pasar, el mayor eleva su vista, saludándolo con la sonrisa más radiante que tiene. Les ha tocado el regreso a los escenarios al mismo tiempo.
Otra vez.
Algunas ocasiones se ríen de su buena suerte y otras tantas piensan que lo hacen a propósito. Pero, ¿qué más da? Al final eso los hace verse más tiempo, aunque menos a la vez; eso implica ensayos, grabar videos hasta tarde, no verse por semanas y por otra parte están los roces espontáneos, ver al otro en el escenario, escucharlo, fortalecer lazos, hablar con todos, convivir con ellos, con esas personas que consideran su familia. Eso implica el reconocimiento, preparar el terreno para cuando la verdad se descubra.
Los ojos se cruzan y se sonríen porque no pueden ocultarlo más, la felicidad se les desborda por los poros, Leo y Ken lo han ido notado desde hace tiempo, pero han decidido callar, saben que todo va a darse a conocer a su tiempo, a pesar de no saber cuánto tiempo tendrá que pasar para que ambos hablen.
Los vocalistas de VIXX voltean a verse y se sonríen, asintiendo ante la premisa formada en su cabeza.
Pronto.
Más pronto de lo que imaginan.
Cuando ambos grupos han pasado y se encuentran en los camerinos preparándose para el final, o en las gradas viendo a los demás participantes, Hongbin y Xiumin desaparecen de la vista de todos. Se han puesto de acuerdo en el camerino anteriormente, con solo una palabra, una mirada y una sonrisa, tal como la primera vez que se conocieron.
Se encuentran en los baños de hombres y tan pronto como pisan la privacidad se abrazan cariñosamente, estrechándose con fuerza, como si hubieran pasado años separados, como si quisieran salvarse, como si hiciera falta reconocerse en ese terreno visitado anteriormente.
—Deberíamos decirlo— anima Hongbin, pero el mayor lo ve con una arruga formándose en su ceño, poco convencido.
—Hongbin-ah… No estoy muy seguro—murmura lentamente, pero las manos de éste buscan las otras con soltura, sabiendo el camino exacto a seguir, habiéndolo recorrido por lo menos un ciento de veces antes.
El menor roza sus labios con el otro, llevándolo a la ruina—, ¿me amas? —Pregunta susurrante sin abandonar su posición. El mayor se deshace entre los brazos del otro, atinando a besarle, contestando su pregunta con el corto beso, sellando una promesa de que pronto lo sabrán.
Salen juntos del lavabo, llevan una conversación amena, pasando como buenos amigos ante las miradas llenas de curiosidad de las personas que no conocen la historia tanto como los integrantes de sus respectivos grupos. Todos lo saben, tal vez no desde el primer momento, pero los sentimientos albergados por sus amigos eran muy difíciles de disimular; era como querer tapar una montaña de oro con una manta para bebé.
Imposible, claro está.
Así pues, después de percatarse de que están todos sus miembros en un solo lugar, deciden entrar tomados de las manos. Los chicos sonríen y Leo extiende su mano hacia Ken.
—Gané—dice divertido mientras el menor hace una mueca.
—No han dicho nada aún—murmura.
—Pero lo dirán, ve a Hongbin, se muere por dejar salir las palabras—a pesar de todo, Leo lo está disfrutando, tal vez es por la apuesta que hizo con Ken o tal vez porque nunca había visto a Hongbin tan feliz antes.
—Eh…—Masculla el menor y de los labios de Xiumin escapa una risita—, bueno… Verán…—Lanza un suspiro, el mayor presiona la mano que sostiene entre la suya, decidiendo aventurarse él ésta vez.
—Hongbin y yo estamos saliendo—. Sí, le sale con total naturalidad, como si estuviera hablando del clima y pronosticara lluvia—saliendo en plan de novios—corrobora, intentando que no quede ninguna duda de lo que está pasando entre ellos.
Sus compañeros sueltan risas cómplices y se ven entre ellos, levantándose para ir hasta la pareja.
— ¿Aún te quedan dudas de que gané? —Pregunta en voz baja Leo, el labio de Ken se levanta levemente y niega con la cabeza.
—Tú ganaste…
— ¿Cuándo se lo diremos, entonces?
—Luego—suelta una suave risa levantándose—ahora es su momento, no hay que arruinarlo.
La sala se llena de abrazos y felicitaciones.
—Debiste decirlo antes—le riñe el líder de VIXX a Hongbin.
—Pero hyung, estaba aterrado, si las palabras no salieron hoy, no habrían salido antes—murmura levemente antes de que Xiumin llegue hasta su lado y lo tome por la cintura, en una actitud protectora. Le sonríe al moreno, pero su mensaje es claro.
Él es mío, y cualquiera que se atreva a ponerle un dedo encima se las verá conmigo.
No lo dice, pero ahí está, flotando en el aire junto con las risas, la felicidad y el jaleo armado por la súbita noticia.
— ¿Me amas? —Pregunta ésta vez Xiumin cuando se han librado de los ojos de N.
El menor sonríe—con todo mi ser.