-¿Cómo fue que llegué a esto?- Me pregunto a mi mismo y acaricio su mejilla una vez más mientras continúo observando su rostro que ahora luce tan tranquilo a mi lado.
En verdad no se cómo fue que pasó pero esa persona frente a mi me robó más que el pensamiento y el sentido común, me robó el corazón, algo que mese atras hubiera provocado risas de mi parte (algo poco -nulamente- probable) por lo ridículo que me hubiera sonado, sin embargo él lo logró.
-3 mese antes-
Una vez más a la aburrida rutina de mi día a día; despertarse, ducharse, salir rumbo al edificio de las aulas y cruzarme con personas que me son completamente indiferentes, las cuales jamás he conocido o tratado, aunque seguramente todos me conocen a mi.
Nunca he sido sociable ni amigable a decir verdad, y jamás he tenido lo que todos llaman 'amigos'.
Siempre he preferido estar solo porque en realidad odio a las personas, su hipocresía, apatía y actitud en general (irónico sabiendo que pertenezco a la misma raza y que yo mismo soy así). Incluso los profesores lo saben y por eso mismo se limitan a hablar exclusivamente lo necesario, dejarme trabajos en equipos de un integrante y cosas de ese estilo.
Vivir en los dormitorios de la escuela fue una opción que se me presentó y no pude rechazar con tal de no ver a mis padres y escuchar sus constantes protestas por no ser más 'normal'; si bien tengo buenas notas no soy un 'ejemplo de persona', y por eso prefiero vivir con extraños que nunca se acercan a mi a vivir con el tipo de extraños denominados 'padres'.
Al llegar cada día al aula tomo asiento en el mismo lugar de siempre, en un rincón que nadie se atreve a tocar, sin embargo algo pasa hoy; parece haber una persona perdida o muy poco informada ocupando mi lugar
Todos me miran expectantes ante lo que podría hacerle, aunque nunca me he metido en problemas realmente, sólo basta con dirigir mi mirada a las personas y entienden perfectamente que algo están haciendo mal.
Luego de mirarlo un largo rato el pequeño intruso voltea a verme tras percatarse de las miradas de miedo del resto de los estudiantes.
-¿Pasa algo?- no luce preocupado ni mucho menos por mi actitud, por lo que me limito a bufar por su tonta pregunta.
Uno de los estudiantes -supongo que algún compañero de clase- se acerca a él y susurra algo en su oído, tal vez la respuesta a su pregunta.
-Oh ya veo- responde y yo espero a que se mueva y no tarda más de 20 segundos en tomar asiento en la banca frente a la mía.
Cuando finalmente tomo poseción de mi banca me doy cuenta de que la profesora ya se encontraba dentro del salón y luego de aclararse la garganta presenta a un nuevo alumno mientras yo me dedico a observar por la ventana cualquier cosa más interesante que una persona.
-Oye! No me pusiste atención...- su voz se dirige a mi sin duda por lo que volteo a verle no más de dos segundos y regreso mi atención a la ventana mirando las nubes.- Yah! Qué no tienes modales?
-Luhan podrías guardar silencio, intento dar la clase, ya te escuchamos ahora tu escucha.
Es la primera vez que me encuentro parcialmente de acuerdo con un profesor y es que de verdad interrumpía mi diversión con su irritante voz.
Las clases transcurrieron de lo más normal, gente tonteando sin aprender nada de la vida.
-Oye! Oye! Oh Sehun!- me dentengo repentinamente tras escuchar mi nombre, gran error ya que el intruso choca contra mi por no detenerse a tiempo al venir corriendo. Si piensa que por decir mi nombre yo hablaré con él esta más que equivocado, nadie lo ha logrado.
Al verlo tirado en el piso me doy por bien servido y continúo mi camino hacia mi dormitorio, demasiada intrusión por un día, incluso por el resto del año.