Las señales llegan a mi corazón.
Cap.1 Un escritor.
Mi nombre es Akihiko Usami, tengo 18 años de edad estoy cursando la universidad de Tokio, especialidad en literatura, soy de los mejores tengo que decir, pero no es solo lo que hago también soy escritor hasta ahora he sacado algunas Novelas pero según mi *amigo* y persona que me hizo sacarlas a la luz, un día cuando estaba revisando de mas Mis cosas, se puso a leer algunas cosas que había escribido en mi cuaderno, por así decirlo y lo digo con sarcasmo , se ha vendido muy bien incluso han sido elogiados por varios escritores de renombre.
En mi apariencia no me quejo soy de piel pálida, cabello plateado un poco extraño lo saque de mi madre, ojos color violeta que también vienen de mi progenitora, de mi padre no tengo nada, ni lo quiero tener, pero eso no es el punto.
Muchos pensaran que por ser una persona *perfecta* como dicen muchos no me falta, nada pero se equivocan, aunque tengo una buena escuela, una casa en un buen lugar de la ciudad y muchas cosas más me falta lo más importante, el cariño y amor de alguien, jamás he sentido ese tipo de afecto hacia otra persona, incluso he experimentado pero nada a salido bien con cuestiones románticas.
En mis escritos me dejo llevar por lo que veo aunque también se quejan que me falta, algo incluso yo lo sé, no me lo tienen que decir, a mis 14 años deje a mi familia ya que yo quería algo diferente para mí que tener que vivir todo el día en una empresa que no me llama la atención, desde entonces vivo solo en una casa.
No me quejo, tengo dinero para salir a comer y pasear a donde yo quiera, claro tengo que admitir que no soy bueno en unas cosas pero eso no es relevante ahora, suspiro cansadamente, mientras miro por la ventana, en este tiempo lo único que quiero es dormir y no salir de mi casa.
Aunque también tengo la manía de comprar muchas cosas lo que causa que tenga más espacio en mi casa, que puedo decir todo me emociona, pero incluso si lo digo no es como si lo dejara ver tanto con los demás, suspiro.
Me encuentro en la escuela, el maestro habla cosas que no me interesan, soy del tipo de persona que no tiene que apuntar nada, con solo escucharlo puedo aprenderlo, en muchos sentidos mi vida es aburrida siento que falta algo, pero la pregunta que siempre me hago ante esta cuestión es, encontrare lo que me falta.
Ni yo mismo lo sé pero bueno, por fin suena la campana de salida, hoy iré a una librería para tomar algo con que distraerme y porque no pasar a comer a algún lugar, ya que no se cocinar y lo único que tengo en mi casa es comida congelada no me quejo cuando estoy escribiendo ya que no tengo tiempo para cocinar.
Con ese pensamiento me dirijo hacia la salida pero lamentablemente para mi unas chicas me rodean, tratando de llamar mi atención, suspiro un poco frustrado que pasaría si les dijera que el Famoso escritor Usami Akihiko es gay, creo que ya no me tratarían como ahora, pero se me prohibió decir eso, por mi reputación.
Justo cuando estaba a punto de decirles algo, escucho la voz de mi amigo de la infancia…
- Akihiko otra vez estas causando alboroto, apúrate. – Dijo a lo lejos con su seño fruncido.
- Perdón me tengo que ir –con una sonrisa me despedí de las chicas que me acorralaban, hasta que pude alcanzar al joven.- Gracias Hiroki.
- No lo digas, no entiendo que ven las chicas en ti. –suspiro frustrado.
- Yo tampoco –dije un tanto cansado por el acoso, lo mire- A dónde vas…
- A mi casa mi padre esta de un genio del diablo –con una mueca de dolor.
- Hahahaha Hiroki parece que no eres tan diferente –riéndome me gane una mirada de coraje.
- Cállate, todavía que te salvo dices Idioteces!! –grito alterado.
- Lo siento –dije un tanto burlón.
- Idiota, mejor acompáñame a mi casa y hacemos la tarea juntos –Dijo con un leve sonrojo.
- Está bien –tenia que agradecerle, además el tenia un buena colección de libros, no estaría mal echar un vistazo primero en su casa.
Caminamos platicando un buen rato de las cosas que teníamos pendientes, claro nos habíamos quedado en diferentes clases aun cuando teníamos la misma carrera, eso fue algo extraño, mi amigo es castaño, con la mirada café, su piel es clara y la manera de reconocerlo es con el seño fruncido que siempre se carga.
Este no se lleva bien con su familia ya que no le gusta que le digan lo que tiene que hacer, eso incluye a sus padres, el fue mi primer amigo verdadero cuando llegue aquí a Japón del tiempo en que viví en Inglaterra, me divertí mucho en ese tiempo cuando leíamos o jugábamos después de la escuela.
Mire al cielo se había nublado sin darme cuenta, amenazaba con mojar completamente a cualquier despistado que no se apresurara o no trajera un paraguas, Hiroki casi me arrastra para no mojarse ya que se le hace pesado tener que enfermarse.
Cuando llegamos a su casa sus padres me recibieron con una sonrisa era muy querido por ellos, lo cual molestaba a mi castaño amigo, eso a mí me causaba gracia, molestarlo es divertido, cuando por fin acabo la gracia subimos a su cuarto a comparar notas, claro las mías eran mejores, causando más grima a Hiroki, después de un rato ya estábamos tomando algo.
- Tu último libro fue algo extraño pero muy interesante –dijo de pronto.
- Me alegro. –dijo sorbiendo el té con una leve sonrisa.
- Cuando te gradúes seguirás escribiendo? –con la mirada baja.
- Sí, creo que es lo mejor que sé hacer. –Un tanto extrañado por su comportamiento.
- Bien no quiero tener que preocuparme por un tonto que no sabe hacer nada, solo escribir –bufo de manera cómica.
- Lo siento por ser un bueno para nada.-declare un tanto molesto.
- Hey Akihiko puedo preguntarte algo… -un tanto miedoso por generar la pregunta.
- Adelante. –lo mire.
- Bueno… Yo… quería saber si tu… -en eso un rayo cayó fuertemente del cielo, causando que se asustara un poco.
Ya nadie dijo, nada cuando todo paro decidí irme a mi casa no quería molestar más, mucho menos atrasarme en mi trabajo, seguro mi editora me sacaría de cualquier lado para que terminara mi siguiente libro, el cual justo ahora lo tengo estancado, me despedí amablemente.
Camine despacio, pensando en cómo demonios iba a seguir el libro, me habían pedido una historia de amor, pero un amor tan meloso que daba un tanto de diabetes, de seguro el que leyera eso moriría de eso, otra vez miro al cielo, el cual se va despejando poco a poco, por alguna razón me gusta este tipo de vista, es un tanto deprimente pero si lo ves mejor….
Te das cuenta que así es una vida, siempre va llover sobre ti, pero en algún momento parara y se despejara mostrando algo bello y claro, sonrei, seguro estaba inspirado en este momento lástima que esto no me ayuda con mis problemas ahora estancados, metí mis manos a mis bolsillos – “Debería comprarme un auto”- lo había pensando pero no tengo el tiempo para hacerlo, estaba tan distraído que no note que alguien venia hacia mi todo empapada.
Muy tarde fue cuando algún idiota choco, conmigo mojándome completamente, encima me tiro para terminar empapándome la espalda y otras parte que no debo mencionar, lo mire enojado pero solo pude ver dos orbes esmeraldas asustadas, apenas y confusas al mismo tiempo, me causo un vuelco en el corazón.
Cuando estaba por decirle algo, el chico se levanto rápidamente para salir corriendo como alma que lo lleva el diablo, me reí, solo pude ver su figura desaparecer por la calle, cuando me di cuenta que ni siquiera se disculpo, - Maldito mocoso- pensé, me levante ahora con enfado.
Ya mejor tome un taxi no quería enfermarme por el descuido de un torpe, cuando llegue por fin a mi casa, me cambie solo por unos pantalones deportivos, dejando mi pecho descubierto, no me molestaba ya que vivía solo, fui a mi estudio donde me senté en mi enfrente de mi escritorio, abrí el archivo actual de la historia de amor pero después de unos minutos nada se me venía a la cabeza.
Frustrado eche mi cabeza hacia atrás de mi asiento mirando al techo, cerré los ojos entonces la visión de esas orbes esmeraldas puras, la figura del muchacho alejarse me dieron una idea, abrí un nuevo archivo y comencé a escribir no se cuanto tiempo me llevo o cuanto estuve ahí que ya cuando por fin le estaba dando los toques finales recibí una llamada, conteste.
- Jodido Akihiko donde estas –una vos con toque de enojo me gritaba.
- Hiroki que quieres, estoy escribiendo –dije cansado.
- Me estás diciendo que todo este tiempo te la has pasado escribiendo un libro –me grito ya mas irritado.
- Solo llevo unas horas no deberías enojarte tanto –mientras me rascaba la cabeza con mi mano libre.
- Idiota –grito- Llevas encerrado más de 4 días.
- Que…. –sorprendido mire al reloj de mi pared, efectivamente cuando comencé a escribir era otro día, suspire.- Lo siento.
- Está bien le pedí a un tipo de tu salón los apuntes, al menos para que los leas y los aprendas –resignado.
- Gracias. –sonrei de medio lado, por el gesto.
- De que… voy para allá.
Me di un baño, comí algo ligero, mientras bebía un poco de alcohol camine hacia la ventana, tenía una buena zona ya que podía ver el cielo y la ciudad, desde mi penhouse, sonrei ya era de noche, a lo lejos podía ver el parque centrar las hojas de los arboles caían majestuosamente previniendo que el otoño terminaba para que comenzara el crudo invierno, una ráfaga de viento me indico que ya empieza a helar, decidí meterme.
Justo cuando estaba por entrar escuche que alguien abría la puerta estrepitosamente con un grito que me deja casi sordo supe de quien se trataba.
- Sensei!! –una mujer entro rápidamente.
- Aikawa no grites, no estoy sordo –dije un tanto molesto e indiferente.
- Lo siento, pero ya tienes el manuscrito –me pregunto sarandiandome.
- Eh –Diablos se me olvido, lo que ella me había pedido por escribir otra cosa, estoy muerto, pensé- Yo…
- No me diga que no lo hizo porque si no…. –sus ojos mostraban una amenaza increíble, haciéndome temblar un poco.
- Se me olvido –dije sincero.
- QUE!!!!! –grito, seguro se escucho hasta otro país.
- Me puse a hacer otras cosas –dije serio mientras prendía un cigarrillo.
- Debe estar en broma, verdad –histérica- Sabia que eso lo tengo que entregar mañana, Isaka-san quiere ver que tanto ha hecho con lo que le pidió –casi llorando- Sensei usted me odia –llorando- Quiere que me despidan, que tenga que vivir en la calle tal vez tendré que pedir limosna para vivir y…
- …………… -le di una calada a mi cigarro mientras la veía en su fantasía, sabía que ahora estaba en un mejor lugar, tal vez.
- Sensei, dígame que esta bromeando o que tiene cámaras escondidas –me sacudía una y otra vez, ya estaba mareado.
- Aikawa te dije que te calmes –soltándome- No lo hice y lo digo enserio.
- ……………… -pude ver como un rayo le caía y se empezaba a desvanecer-
- Pero hice algo mucho mejor…. –sonrei cuando dejaba de desaparecer, poniéndome atención.
- A que se refiere –con la ceja levantada, un tanto dudosa.
- Bien hace unos días me paso algo extraño, de ahí se me vino una idea para mi nueva obra.
- Déjeme verla –ya resignada, le pase mi escrito.
Mire al techo mientras ella leía el prologo, se que le gustara no por nada soy escritor, además esa historia se me vino al verlo alejarse y no decir nada, pude leer su mirada en ese momento, sabiendo que quería disculparse pero algo se lo impedía, sonrei, si esa sería una buena historia.
- Como se llamara… -dijo interesada, mientras seguía leyendo.
- Sekaichi Hatsukoi.
Continuara….