—¡Minnie! —gritó Hyung Jun con una gran sonrisa al ver llegar a su mejor amigo; corrió con entusiasmo hacia él con los brazos abiertos, tratando de darle un fuerte abrazo.
—Hola, Jun.…—Jung MIn se limitó a esbozar una sonrisa fingida, evadiendo con fastidio al menor.
—¿Huh?, ¿paso algo? —Cuestionó Hyung Jun muy preocupado, el olor a alcohol llegó a su olfato, frunciendo el entrecejo y entendiendo ahora la actitud extraña de su amigo.
—¿Qué me debería de pasar? —El pelinegro simplemente le restó importancia, mientras se tiraba en el cómodo sofá del departamento que compartía con Hyung Jun.
—Uhm, está bien, ya no te molestaré más... —Murmuró Jun, cabizbajo, yendo, sin ningún ánimo en dirección a la cocina. —Solo iré por un vaso de agua a la cocina y después te dejaré solo para que puedas estar sin ninguna molestia. —Volvió a murmurar reprimiendo las lágrimas que amenazaban con salir en cualquier momento de sus ya vidriosos ojos; lanzó un suspiro al vacío, siguiendo su camino y pasando de junto al mueble en que se encontraba JungMin. —¿quieres algo de la coci... —no pudo siquiera terminar la frase al verse interrumpido por un grito Jung Min, quien en ese momento se levantaba y se acercaba a él con paso decidido, ahora más que indiferencia, la furia se podía notar en sus ojos.
—¡¿Cómo fue que pudiste?! —interrogó, sujetándolo fuertemente del brazo a la vez que lo arrinconaba contra la pared de pequeña sala de estar.
—¿Y-yo? —Jun cuestionó aturdido por tan repentino acto. —Yo no he hecho nada… Minnie ¿de qué hablas? —volvió a cuestionar con cierto nerviosismo, estaba muy confundido, mientras trataba de liberar su brazo, únicamente consiguiendo que el mayor lo apretara aún más, causandole dolor. Podía sentir lo furioso que estaba, y lo peor es que no tenía la mínima idea del por qué.
—¡Contesta! —Demandó Jung Min a el menor, con el mismo tono de voz, aunque ahora un pequeña lágrima resbalaba por su mejilla, y Jun no tardó en notarlo, quedando aún más preocupado y asustado por el estado en el que el mayor se encontraba; no le gustaba el que estuviera tan mal al parecer en lo que se refería emocionalmente, y mucho menos en ese estado tan crítico de ebriedad; muy a duras penas y podía estar de pie por su propia cuenta. —¿Es que acaso ya no me quieres? —Min soltó del brazo a Jun, apoyándose en la pared y dejando al descubierto lo que parecía ser para el menor ¿desilusión?
—Minnie...¿De qué hablas? —Jun acarició de manera gentil la mejilla de Jung Min, tratando de comprender lo que decía su amigo y de no empeorar la situación. —Yo... yo si te… Te-te quiero. —Musitó en una lucha interna consigo mismo, tratando de controlar sus sentimientos, con tan solo esas palabras su pulso se había logrado agitar, sintiéndose un tonto; pero lo que no sabía era que él no era el único en esa habitación que se había logrado sentir así con tan solo un par de palabras. Hizo un intento por calmar sus propios sentimientos, al igual que a su amigo, sujetándolo por los hombros, y mirándolo a los ojos, mientras hablaba con la mayor sinceridad posible. Suponía que ese arranque dramático de Jung Min era a causa de su estado de ebriedad, así que en una lucha interna, trató de no darle demasiada importancia a sus palabras y acciones, no quería entusiasmarse, ni hacerse ideas falsas.
—Pero… Tú…—Min se quedó a medias recordando lo que había visto horas atrás.
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