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Cadeau. por Killer Queen

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Notas del fanfic:

- Cadeau = Regalo en francés.

- 14 de Marzo = White Day en Corea.

- Lo que esta en cursiva son pensamientos de Ji Yong.

- Las parejas mención son del programa WIN.

NamSong: Taehyun x Minho.

Double B: B.I x Bobby.

- Es un fic basado en el pasado, así que por eso es Team A y Team B.

Notas del capitulo:

¡Hola queridas, cuanto tiempo! Disculpen la demora y la desaparecida, pero bueno, ya estoy de vuelta, espero estén muy bien.

La inspiración de este shot vino a raíz de un fan art de BD, y sobre los hechos GTOP de hace un año para ser exactos. (Ya se darán cuenta de lo que hablo.)

Sólo queda decir que no hubiera sido posible sin la ayuda de mi PG (El Hard va para ti), y de Jenny que es el G de mi TOP, así que va dedicado para ustedes, las amo. ♥

Lean las notas finales, pueden encontrar algo de su agrado.

Sin más que decir, disfruten.

White Day; Bombones por todos lados, chicos corriendo de un lugar a otro, y un sonriente Ji Yong caminaba tranquilo por las concurridas calles de Seúl, a diferencia de todos esos caballeros, él se había anticipado a la fecha, ¿Por qué? Porque simplemente aquel hombre era demasiado especial como para dejarlo hasta el último momento. Suspiro, sintiendo ese enorme palpitar, su corazón lo sabía, ese pequeño detalle le volvería loco, sí, porque más que un detalle, era la magnitud de este. Al caminar lentamente podía oler el estrés, el temor, inclusive el despecho, pero esos sentimientos hace demasiado tiempo que no los experimentaba, si de algo estaba seguro era del inmenso amor que el mayor y él compartían, único en su especie

¿Te gustará tanto como a mi hacerlo para ti? – Soltó casi como un susurro, ese gesto realizado sólo para su pareja necesitaba ser único, y él al amarlo tanto, lo había hecho especial.  - ¿O pensarás que es una más de mis locuras? – Rió bajo para si mismo, sabía lo que el mayor pensaba de él y sus acciones, cada una más demente que la anterior, pero eso era lo que aquel rapero de voz rasposa tanto amaba de él, su forma de ser tan poco ordinaria.

¿Habrás preparado alguna otra sorpresa para mi? – Observo el cielo perdido, podía imaginar que ninguno de los magníficos detalles de su amado tenían comparación, ni siquiera este, que expresaba un amor puro y verdadero. - ¿Por qué siempre eres tan lindo conmigo? Debí de ser demasiado bueno en otra vida, para tener a alguien como tu a mi lado.  – Sonrió inconscientemente, sea cual sea que haya sido el camino que tomó en aquella vida, daba gracias a los miles de dioses por haberle guiado por el camino correcto y actualmente tener a la persona indicada a su costado.

Tengo que regresarte un poco de todo lo que tu has hecho para mi.. – La fría brisa golpeó su rostro, permitiendo que sus rubios cabellos dejaran ver esas finas facciones tan delicadas, aquella brisa gélida también descubrió sus pómulos carmesí, esos recuerdos tan dulces habían causado una tierna reacción en su semblante, pintando sus mejillas de tonos cálidos no muy típicos con ese tipo de climas. 

Desde los inicios de su historia, ese travieso joven le había dado un toque tan exquisito a su vida, su profunda mirada seguía reflejando aquel rastro de amor inigualable que le dio a conocer a una temprana edad, pero ahora, era un amor aún más intenso, más profundo, inclusive más apasionado.

 

Flashback.

 

Por favor, cuida de mi corazón. – Decía hincado en el frío suelo, levantando ambas manos hacia la dirección de su compañero, a pesar de ser el mayor de ambos su actitud infantil dejaba boquiabierto a Ji Yong,  ¿Cómo podía hacer ese tipo de propuestas delante de todos?

Hyung, la gente.. Nos esta observado.. – Soltó entre risueño e incrédulo, esas bromas del mayor le hacían sentir un inmenso calor en el pecho, acaso eso era lo que los mayores denominaban..

¿Amor?

 

Fin del Flashback.

 

Recordaba alegremente esa primera vez que le ofreció su corazón sin pensarlo dos veces, desde pequeño siempre fue tan desenfrenado e inocente a la hora de aquel puro sentimiento. Después, el tiempo pasó, y de los juegos, los sentimientos se aclararon, hasta el punto que el mayor cortejaba fieramente al de cabellos castaños, pequeños detalles, que hacían completamente la diferencia.

 

Flashback.

 

¿Sabes? Me recordó mucho a ti. – Aún vistiendo su desaliñado uniforme, dijo aquel inexperto caballero ofreciéndole una hermosa orquídea. 

¿Una orquídea? ¿¡P-Para mi!? – No pudo evitar sonrojarse, esa fue la primera del enorme campo de bellas flores que recibiría de su parte. 

Sí, para ti.. – Dijo con una sonrisa jovial, demostrando sus verdaderas intenciones. 

Pero.. ¿Por qué te recordó a mi? – Soltó aún sonrojado, acomodando tranquilamente sus gafas, mientras tomaba dulcemente aquella exótica flor de tonos llamativos entre sus dedos. 

Es bella y única en su especie.. – Acercándose suavemente al otro, observando su mirada perdida en aquel increíble detalle. – Excéntrica y vistosa, tan parecida a ti.. 

A través de aquella esplendorosa flor, contempló aquellos ojos ajenos, tan oscuros como la noche, pero llenos de fervor y emoción al verle sonreír, el era diferente, lo observaba del modo que cualquier chico quería ser mirado..

Sí, claro que era amor..

 

Fin del Flashback.

 

15,230 flores, eran las que había recibido de su amante, y desde ese entonces aquellos negros luceros velaban por el cada noche, sonrió aún más dichoso que antes, ¿Cómo pudo llegar a dudarlo? Claro, era amor del bueno.

Y finalmente, ¿Cómo olvidarlo? Aquella increíble coincidencia de terminar en el mismo grupo, Seung Hyun lo sabía, Ji Yong tenía grandes planes para el futuro, y su voz barítono daba la oportunidad de seguir sus pasos, así que, ¿Por qué no? Podría aprovechar y cuidar de él para siempre sí terminaban con las mismas metas. 

Ese pensamiento le llevó a otro; La primera vez que tiñó su cabellera, al principio no le tomó importancia, para el menor era un paso más en ser Idol, pero se sorprendió cuando el mayor de todos quiso acompañarlo, parecía algo demasiado importante para él, que le tomara tanta importancia hizo pensar al de cabellos rubiales, ¿Acaso perdería el interés sí cambiara su imagen?

Ji Yong tan ingenuo, no sabía que terminaría los días a su lado, no importaba que locura hiciera, que camino decidiera tomar, o sí mandaba todo al carajo, Seung Hyun seguiría a su lado, no importaba el tiempo, ni lo que se dejara detrás, eran simples almas gemelas.

 

Flashback.

 

Hermosa melena.. - murmuro casi para sí.

Ji Yong sonrió satisfecho, el temor que sintió anteriormente desapareció, amaba los cumplidos, y más sí venían de alguien tan especial como el mayor. 

Se vería mejor en mi almohada.. - Dijo agachando sus profundos ojos, el menor no tuvo más que voltear dudoso, no entendía la proposición que su caballero le estaba haciendo. 

Despeinada, mientras hacemos el amor.. - Finalmente soltó sincero, a medida que decía cada palabra iba tomando confianza, alzando la vista poco a poco, y ahí estaba, la mirada tierna y risueña que cargaba Seung Hyun, algo juguetona, con un ligero toque de sensualidad.

El menor sonrió nervioso, su cara era un hermoso poema, no era la primera vez que se sonrojaba por tan directas declaraciones de su chico, sí no que, en ese mismo instante se había percatado de las facetas del mayor, podía ser cualquier clase de chico, pero su aura infantil e inocente que tanto amaba seguía allí, intacta. 

Sintió un ligero rose en un par de mechones, y segundos después, la cabeza de su hyung perfectamente acomodada en uno de los rincones de su cuello, un leve suspiro invadió los labios del mayor, era el momento perfecto.

 

Fin de Flashback. 

 

Tan absorto estaba en sus pensamientos que no supo como ni cuando, pero sus pies lo condujeron a su disquera, este día estaba cargado de positivismo, no sabía sí era el olor a malvaviscos o ver las nuevas caras de la misma compartiendo regalos y sonrisas cómplices, de un lado podía ver a sus dongsaengs compartiendo tiernamente chocolates, el mayor de ambos tomaba delicadamente la cálida mano del menor, un leve rose y un par de rosados pómulos salieron a flote, que al verle pasar, trataban de disimular de la mejor manera sus acciones. 

¡Buen día Ji Yong hyung! – Soltó en unísono la primera pareja con la que se topó, haciendo una marcada reverencia. Sí no estaba equivocado, era el rapero de voz tan parecida a la de su pareja, y el vocalista principal del Team A, sonrió de lado alzando su barbilla en aprobación, le causaba gracia la manera en la que trataban de ocultar lo que sus ojos delataban.

 

Tan parecidos a nosotros..

 

Siguió su camino aún con su característica sonrisa intacta, subió un par de escalones y se encontró a los más pequeños, a la pareja de raperos del Team B, haciéndose ruidosas bromas y dedicándose hermosas sonrisas.. Tan típicas de los enamorados.

Se detuvo un poco más y pudo observar como el menor de ambos le pedía atención sólo para él, arrebatándole su celular de las manos, el otro le sonreía plácidamente, al parecer disfrutaba ese hermoso gesto que demostraba adoración.

 

Y así seguimos siendo..

 

 Su perlada dentadura se asomó por el borde de sus labios, contemplando atento la maravillosa escena, se perdió en sus roses, sus muecas y en el repentino abrazo que el mayor le dio al de tono parecido al de él, pensaba que estaba en las nubes, podía sentir el mismo ese contacto, y lo sintió, sus brazos tan cálidos rodeando su cintura, su cabeza perfectamente acomodada en aquel rincón de su cuello exclusivo de él y su olor tan peculiar y masculino le golpeó, invadiendo por completo sus fosas nasales llegando a lo más profundo de su ser; Era él.

Hola amor. – Susurró en su oído, erizando por completo la blanquecina piel de su cuello, su voz tan profunda y calmada indicaba devoción, algo que cualquier persona podía percibir.

Seung Hyun. – Se dejó hacer, recostándose en el pecho de su pareja, este lo sostenía más fuerte, apegándolo más a si.

¿Cómo estás? ¿Ya has comido? – Dijo olfateando su rubia melena, cerró los ojos delicadamente, perdiéndose en el adictivo olor de su chico, olores exóticos y varoniles que le volvían demente. 

Estoy.. Bien.. – Logró decir entre murmullos, los felinos labios de su compañero se habían apoderado de su dulce piel, dándole tiernos besos que le impidieron continuar su platica.

Una ligera carcajada salió de los labios del mayor, dejando un poco confundido a Ji Yong, volteó dudoso y observó como su pareja sonreía tiernamente ante la escena que anteriormente el blondo contemplaba.

Seung Hyun no pudo evitar comentar..

 

- Son tan..

- Tiernos..

- Tan..

- Parecidos a..

- Nosotros.

 

Rieron en unísono al completar la frase juntos, estaban tan perfectamente conectados que parte de su vida diaria era complementar no sólo las frases, si no también los pensamientos del otro. 

Dejemos a los niños divertirse.  – Observó a Ji Yong, que veía detenidamente cada facción de su cara, hasta que topó con sus profundos ojos, se acercaron lentamente para rozar de la manera más ligera posible sus narices, para que finalmente Seung Hyun depositara un casto beso en la punta de la del menor. 

Vámonos de aquí. – Dijo el menor, mientras seguían su camino aún abrazados, el rubio conducía los pasos, hasta que llegaron al estudio principal, allí el líder se separó, moviendo desordenes invisibles de un lugar a otro.

No me digas que trabajarás hoy.. – Soltó el de voz ronca un poco disgustado. – Ji, no me digas que.. 

No, no lo he olvidado amor. – Rió un poco elevando una de sus manos a su boca, cubriéndola tiernamente. – Sólo he venido por un par de cosas, y después soy todo tuyo.

Pensé que ya lo eras. – Se acerco sigilosamente al otro, buscando sus traviesas manos sin éxito, al parecer el menor no quería que las tomara.

Lo soy, y siempre será así. – Un sonoro beso selló su pacto, dejando un poco aturdido al mayor, sus mofletes se inflaron tiernamente, sólo con Ji Yong demostraba su lado más puro.

Promételo. – Buscaba nuevamente sus delgados labios, sus enormes manos recorrían el cuerpo de su chico, pero no de una forma lujuriosa, no, estaba rastreando el campo, rebuscando las cálidas palmas de su pareja.

¡Oye! Sí tu eres el rompecorazones aquí. – Dijo mostrando su radiante dentadura, conduciendo sus bien torneados brazos por los hombros del otro mientras enredaba delicadamente sus dedos en su suave melena oscura.

Afortunadamente para ti, tu eres el único para mi. - Soltó triunfante, dedicándole su sonrisa más seductora,  Ji Yong se mofó de su comentario, soltándolo lentamente, mientras le sacaba la lengua divertido.

Que modesto es usted Mr.Choi. –  Dijo sarcástico, mientras le daba la espalda, aún una risilla burlona salía de sus labios.

Tu no te quedas atrás guapo. – Articulo rápidamente, mientras le daba una ligera palmada en su diminuto trasero. – Avísame cuando termines amor. – Y después de eso, escuchó como la puerta del estudio se abría para finalmente dejarlo sólo.

Volteó aturdido aún buscándolo con la mirada, y al no encontrarlo una sonora carcajada invadió sus finos labios, dejándose caer de una en el cómodo sillón del estudio.

¡Es un imbécil! – Logró articular sorprendido, la falta de aire a causa de su estruendosa risotada le había robado el oxígeno. – Mi imbécil. – Soltó triunfante, adoraba hacer énfasis en que era suyo, y de nadie más.

Finalmente se estiró un poco, recargando sus codos en el amplio escritorio del lugar, de uno de los costados de este, tomó su celular, que rezaba un total de 50 mensajes y 25 llamadas perdidas de su mejor amigo, rió aún más fuerte, ¿Cómo pudo olvidarlo? Este era el primer 14 de Marzo que su camarada pasaba en compañía, pero no era con cualquier persona no, era con el maknae del grupo, como el mismo moreno denominaba de manera tierna: Riri. 

Abrió curioso el primer mensaje, una sonrisa maliciosa se mostro lentamente en su rostro, a cambio de la reciente pareja de vocalistas, Seung Hyun y él llevaban un par de años juntos, su relación había dejado las penas atrás, y estos mismos habían animado notoriamente al de mohicano a expresar abiertamente sus sentimientos y confesárselos al menor, dando en el lugar exacto; Su corazón.

Taeyang:

Estoy nervioso bro.. Muy nervioso, no sé que hacer.

Las sonoras carcajadas retumbaban en el lugar, abriendo lentamente cada mensaje y perdiéndose en sus contenidos.

Taeyang:

¿Crees que le guste? Sé que es algo tarde para querer cambiar el regalo.. Pero estoy ansioso.

Un notorio mohín se formo en su rostro, el mismo había ayudado al bailarín a escoger el regalo perfecto así que, ¿Por qué dudaba? Seguro que con lo intenso que era Seung Ri iba a querer casarse en ese mismo instante.

Taeyang:

Bro, voy a morir..

Rezaba un nuevo mensaje, en este una imagen venía adjunta, se podría apreciar el salón principal de practicas de la YG perfectamente adornado, globos multicolor pintaban el techo, de sus listones negros colgaban miles de cartas y notas; Sorpresas, hechos y detalles de su primer año juntos.

Segundos después de este, un último mensaje, y una sonrisa se dibujo en sus labios, sentía felicidad al poder contemplar aquel detalle, tendría que felicitar al maknae personalmente, había hecho un increíble trabajo.

Taeyang:

I’m speechless..

Una nueva imagen y al lado del aparato de sonido una pequeña caja que contenía un delicioso manjar, seguramente hecho por las mismas manos del ojeroso chico, en este una nota, que recitaba:

 

Your love is magical, that's how I feel, but in your presence I am lost for words, words like, "I love you".

-Ri.

 

Aplausos resonaron en el estudio, al igual que a su camarada, lo había dejado sin palabras, estaba seguro que incluso el mismísimo Young Bae había soltado un par de lagrimas de felicidad inmensa, estaba emocionado, dichoso, contento, observó la hora despreocupado y finalmente se percató que era el momento indicado, debía ir a buscar a su chico, después con detenimiento interrogaría a la pareja de vocalistas.

Caminó por los pasillos abandonados, sus manos descansaban tranquilamente en sus bolsillos, sus facciones reflejaban serenidad, se sentía pleno, feliz, tanto que no había notado la soledad que reinaba en aquel lugar, al parecer todos habían desaparecido, algo captó rápidamente su atención y de un momento a otro sonrió satisfecho; Lo había encontrado.

Su negra melena reposaba tranquila en su frente, un ceño ligeramente fruncido expresaba concentración pura, recorrió un poco más allá y observó sus ojos perdidos, captando lentamente imágenes multicolor en diferentes ángulos, sus mangas recogidas desordenadamente exponiendo su blanquecina piel como porcelana.

Amaba a ese Seung Hyun, el que dejaba atrás las poses, el que abandonaba su papel de gran rapero, el que dejaba su fría imagen para ser la verdadera persona que era, esa que sólo Ji Yong conocía y que amaba con locura, ese hombre infantil que se obsesionaba tan vertiginosamente con cualquier cosa, sus movimientos torpes que sin intensiones resultaban sexys a la vista de los demás, sus oscuras y enormes pupilas curiosas que demostraban la inocencia que había en su ser; Tan pura, al contraste de la enorme fiera que resultaba ser en la cama, Seung Hyun, su Seung Hyun era un estuche lleno de sorpresas.

Una ronca risotada resonó en el salón para sacar al menor de su trance, y lo vio, esa hermosa sonrisa que su pareja poseía, sus cabellos aún despeinados le daban ese toque de ternura perfecto, su mirada oscura le observaba directamente, reflejando amor puro; Le adoraba.

Un característico color melocotón invadió su rostro, no podía ocultarlo, colocó ambas palmas en sus mejillas, las sintió arder y estaba seguro de algo, su semblante había cambiado y la sonrisa de su chico se debía a la tierna reacción que este mismo había provocado.

¿Nos vamos? - Dijo el mayor, ladeando un poco la cabeza, su sonrisa seguía intacta, Ji Yong sentía morir, le encantaba de todas las maneras posibles.

Claro.. - Sonrió un poco, tomando entre sus delgados dedos su dorada melena desaliñada.

Observo cada paso de su pareja, cuando comenzó tomando su varonil abrigo azulado, el papel en el que anteriormente estaba completamente concentrado terminó en uno de los bolsillos de este, alzó la vista y este levanto la cabeza, tirando detrás de si sus rebeldes cabellos.

Ji Yong elevó una de sus manos hacía su chico como era costumbre, esperando a que lo tomara, y cálidamente se acercó, entrelazando sus dedos sin prestar demasiada atención, lentamente le acarició, perdiéndose en su contacto, recorriendo cada uno de sus finos dedos, desde el pulgar hasta el meñique, pudo sentir sus fríos anillos al contraste de su cálida piel nívea, finalmente se dedicaron una sonrisa juguetona, caminando tranquilamente hacia la salida de la empresa, aquella que estaba escondida de las miradas de los demás.

El frío hálito los golpeó de lleno, las nebulosas formaban estrellas deslumbrantes, luciérnagas volaban emocionadas contemplando la romántica atmosfera, y la luna, ese bello astro pedía ser proclamada a gritos, nunca había visto una escena tan espectacular.

Encontrándose un tanto aturdido supuso que gran parte de la perfecta vista se debía a su compañía, volteó rápidamente a observarlo, pero antes de poder perderse en él, una gélida brisa le sacudió, haciéndolo temblar al instante.

Rápidamente el mayor de ambos situó su gabán índiga en los hombros del otro, el blondo se retorció de placer al sentir el cálido abrigo que está le brindaba, soltó un leve gemido inaudible, volteando fugaz a reclamar tan obvia acción, pero le fue imposible, una notoria sonrisa apareció en su rostro al ver que su chico corría dichoso al lago que se encontraba cerca, este le volteaba a ver coquetamente, emitiendo leves sonrisas y dedicándole besos a la distancia, para finalmente elevar su mentón en dirección al lugar.

Sus juguetones pies siguieron el camino que anteriormente el otro había dejado, persiguiéndolo entre las penumbras y las extrañas iluminaciones que de vez en cuando aparecían.

El área contaba con un par de enamorados compartiendo cariño en la privacidad que el sitio les brindaba, sus acciones hablaban por sí solas, no temían al que dirán siendo protegidos por las tinieblas que reinaban.

Sin darse cuenta embullo sus dedos con la diestra del mayor, pudo sentir un leve fogaje al contacto con su piel, un firme apretón de manos y lo sintió, como los largos dedos del mayor recorrían su blanquecina piel, sus profundas iris posaban tranquilamente en sus entrelazados dedos, levantó un poco su mirada y al instante esos felinos labios le dedicaron una tenue sonrisa, aquel gesto privado, la que le daba seguridad, esa que sólo le dedicaba a él; Estaba deslumbrante. 

Se fijaron lentamente en la costa de la zona, las olas recitaban hermosas melodías directas de sirenas, el aire era más puro en esa parte de la ciudad, sin embargo la combinación de perfumes exóticos y varoniles estaban en el ambiente, sin olvidar esa pequeña pizca de nicotina que sus atuendos desprendían.

Pequeños leños un poco desgastados adornaban la zona, el musgo llegaba a las orillas de la pura madera, sin retirar sus dedos entrelazados, se dirigió hasta uno de los troncos más alejados de las demás parejas, sentándose al instante en el, arrastrando en el acto al más pequeño.

¿Puedes olerlo? - La voz ronca resonó en el lugar, el agua vibró al instante.

¿Qué cosa? - Giró rápidamente a seguirle el paso, colocándose a su costado permaneciendo de pie, y lo contempló, su rostro expresaba serenidad, sus ojos eran tan parecidos a la marea en la oscuridad.

El olor a libertad. - La escasa iluminación permitió ver su amable sonrisa fija en él, sus cabellos oscuros semejaban notas musicales traviesas que bailaban al ritmo del viento.

Sí.. – Musitó tranquilo. – Es tan relajante, como otro mundo.. – Soltó mientras un leve suspiro se apoderaba de sus rosados labios, cerrando sus parpados al instante, la brisa golpeaba directo a su semblante, podía sentirlo de entre sus dedos, era como sí pudiera tomar entre estos el aire que corría en aquel lugar. 

Su angosta cintura sintió un fuerte apretón, acorralándolo entre el pecho de su pareja, el mentón del mayor reposaba tranquilo en sus marcados abdominales escondidos tras un ropaje simple, le observaba con fervor.

Escapemos juntos. – Más que una propuesta, parecía una suplica, el blondo se convulsionó al escuchar la ronca voz de su amante, tan suave.

¿A dónde? – Sus dedos se apoderaron de la cabellera ajena, enroscándose cuidadosamente en cada mechón. 

A otro mundo. – Sus pupilas eran ardiente fuego, que ascendía hasta lo más profundo de su alma.

Contigo.. – Se inclinó, rosando su mentolado hálito en las fosas nasales del mayor, sus dedos tiraron un poco de los desaliñados cabellos de su pareja, dándole acceso directo a su cavidad bucal. – A donde sea. – Plantó un suave beso en los felinos labios de su chico, su cuerpo se estremeció al sentir ese suave contacto.

Dos fuertes brazos le rodearon posesivamente, presionándolo consigo mismo, ambos labios se abrieron en conjunto, dejando que sus deseos fueran expuestos mediante las húmedas caricias de ambas sinhueso, rozándose con ansias. El antojo de sentir el ardiente tacto que la otra proporcionaba, saliva corría entre las comisuras de sus labios, trazando un camino aperitivo hasta sus cuellos. 

Un par de minutos y el oxigeno comenzó a escasear entre sus cuerpos, gimoteos casi imperceptibles sacudieron la alejada zona, al percibir los delgados labios del pelinegro recorriendo su garganta, marcando como suyo cada rincón de este.

Ojos entrecerrados, origen del placer que recorría sus venas.

Mechones estirándose entre sus dedos, fuente de deseo puro.

Y finalmente..

Seung.. – El nombre del ser amado entre un suspiro entrecortado, a raíz de la pasión.

Fue el detonante perfecto, para que el mayor perdiera los estribos.

Un crujido feroz marcó el inicio de todo, el suelo húmedo subía lentamente de temperatura, manos recorrían sus costados, roces nada sutiles entre sus entre piernas, besos que venían desde su cuello hasta el más puro rincón de su pecho, la vehemencia se apoderaba del sitio.

Sus ojos pesaban, las enormes manos de su pareja lo tomaban despreocupadamente, sus caricias expresaban pasión, recorriendo desde sus bien torneados biceps hasta el borde de su pantalón, mordió su labio inferior con deseo, podía sentir como su miembro comenzaba a palpitar entre sus pantalones.

Leves roces por encima del sencillo tejido se hicieron presentes, podía sentir como la sangre se le subía lentamente, haciéndolo sentir débil, el pelinegro estaba completamente perdido en la piel nívea de su pareja, dejando notorias marcas purpuras en toda la extensión de su cuello, el rastro de saliva que anteriormente habían creado, ahora era adornado por mordeduras rojizas, y sin perder un segundo más, le tomó, el enorme bulto ahora notorio pedía ser atendido a gritos.

AHÑN.. – Un gemido sumamente audible estalló en el lugar, el silencio reino después de tan increíbles vocales.

Mnfh Jajaja.. – Una sutil carcajada detuvo su paso, dejando un poco de lado sus acciones, se mantuvo en la misma posición, mientras jugaba entretenidamente con el zipper del otro, la única barrera que le impedía la entrada a las puertas del cielo.

Seung.. – Dijo tomándolo fuertemente de los hombros, ahora importaba poco sí alguien lo había escuchado, mordió una vez más su labio, un sabor parecido al metal invadió sus papilas gustativas, estaba sangrando, pero ahora era lo que menos importaba, no podía entender como su chico podía ser tan jodidamente sexy. 

Me gusta.. Me gusta cuando gimes.- Olfateaba detenidamente su dulce piel, le encantaba la fragancia que el pequeño desprendía. 

Apretó fuertemente sus parpados, ladeando al instante un poco su rostro dejándole libre acceso a cada esquina de su cuello. Un fuerte apretón, y el adolorido miembro del blondo se sentía arder, el cálido tacto que la palma de su amado le daba era increíblemente placentero.

Ahh Seung.. – Recargó su cabellera en el húmedo suelo, el abrigo impedía que su ardiente tez sintiera el frío que reinaba.

Si continuas así, no podré contenerme.. – Soltó tomando de arriba abajo el miembro completamente erecto de su pareja.

Ahñ ahh.. – Alzó un poco su vista, la poca iluminación permitió que observara detenidamente como el pelinegro se relamía la comisura de los labios, mientras un poco de sudor desprendía de su frente, sus pupilas perdidas en aquel trozo que tanto le encantaba.

Sabía que era algo incorrecto cometer dicho acto en un lugar tan público, pero, deseoso por más contacto, elevó un poco sus caderas, anhelaba más caricias. 

Una corriente eléctrica recorrió su cuerpo, de un momento a otro el mayor había bajado más de la mitad de sus pantalones, llevándose con estos sus llamativos calzoncillos, se sentó suavemente para contemplar como su pareja tomaba su miembro entre sus dedos, tomando sus testículos cuidadosamente, bajando y subiendo rápidamente la velocidad con la que le masturbaba, era el maldito cielo.

Brisa cálida recorrió entre sus piernas, el rostro del pelinegro se situó cerca de su pelvis, analizando atento el rosado falo de su chico, un tamaño increíblemente bueno, un sabor sumamente exquisito y unas ganas interminables que se demostraban manteniéndose eternamente despierto entre sus manos.

No soportó más la tortura de sólo tenerlo entre sus garras, lentamente saco su lengua, recorriendo pausadamente cada ángulo expuesto.

Ahh.. AHH.. -  Tomó sus suaves cabellos entre sus dedos, conduciendo la cabeza ajena a aquellos rincones donde más placer sentía, suspiros se hacían presentes cada que experimentaba una lamida más, le excitaba de tal manera conducir el placer que podía sentir, le gustaba tomar el control de vez en cuando.

Su chico no dejo ni una pequeña parte de piel sin ser recorrida, succionando desde la punta hasta los testículos del menor, saliva corría del miembro lleno de venas despiertas, las fosas nasales del pelinegro expulsaban un suave aire, que erizaba completamente cada parte de su anatomía.

Un escalofrío recorre su columna vertebral, el arrebato de sentimientos se hizo presente, creando que la parte más bestial del mayor saliera expuesta, arrebatando de un sólo tirón la camisa de rayas de su pareja, dejando a la vista su abdomen esculpido a mano, los tatuajes que adornaban su cálida piel, tan hermosa, y sus rosados pezones, que comenzaban a despertar por la baja temperatura del área. 

Seung.. Es- Espera.. – No podía evitarlo, sus jadeos demostraban todo el deseo que su cuerpo experimentaba. Sus palmas recorrían la formada espalda del mayor, mientras besos llenos de pasión se hacían cada vez más presentes. A Ji Yong le gustaba besar a Seung Hyun, así, por el resto de su vida.

¿Uhm? – Su estomago revoloteaba instantáneamente, amaba sentir el cálido tacto que su chico le proporcionaba. 

No.. No podemos.. – Un mordisco se hace presente en uno de sus lóbulos, nada fuerte, pero sí lleno de delirio inimaginable, ladeando su rostro aún más. – Ha- Hacer e- esto aquí.. – Suelta difícilmente, sus labios podían emitir esas palabras vacías, pero su figura demostraba completamente algo distinto. 

Seung Hyun sonríe en sus labios, manteniendo sus parpados cerrados, mueve suavemente su boca, empezando un casto beso, mucho más puro que los anteriores, las manos de Ji Yong se sienten frágiles en su lomo, ese tipo de besos eran su debilidad, pero termina demasiado pronto, con Seung Hyun alejándose con una sonrisa satisfactoria.

Sé que lo deseas.. – Acerca su fría erección aún envuelta en su vestimenta a la cálida piel expuesta del otro, el menor deja salir un pequeño jadeo. – Incluso, más que yo. – Simula una ligera estoncada, Ji Yong se arquea al instante, con sus ojos aún medio cerrados  y su cerebro aún deteriorado. 

Y finalmente, la poca cordura que quedaba en la mente del líder desaparece, sentir tan de cerca a su pareja le volvía completamente demente, el calor que invade su cuerpo no soporta más y por último explota, dejándose llevar por mero deseo, comenzando a desgarrar de un sólo tirón la ropa que cubría el cuerpo de su chico.

 

¡Que les den! 

 

Ji..  – Trata de sostener delicadamente ambas manos de su pareja, pero el menor hace caso omiso continuando con su travesía, botones vuelan por el lugar, un sólo tirón y los había sacado todos, dejando completamente al descubierto el perfecto pecho del pelinegro, jodidamente sexy.

Calla. – Ojos color moca se apoderan de su desnudo torso, un travieso dedo recorre desde su marcada manzana hasta los bien formados abdominales que sobre salían delicadamente, jodidamente perfecto.

Yong.. – Nota en su mirada aquel brillo peculiar, aquel que había visto varias veces en sus rasgados ojos, sus parpados pesan de deseo puro, cerrándolos lentamente, esperando perderse para siempre en ese fino contacto. 

¡Calla! – Besos se hacen presentes en toda la extensión de su cuello, dedica sensuales mordidas a cada rincón de este, lengüetazos y más majestuosidades se apoderan de su tersa tez, adueñándose de interminables suspiros y placenteros gemidos, esa era; la melodía más exitosa según Ji Yong.

Piernas nívea rodean la estrecha cintura del mayor, apegándolo más a sí, el erecto falo aún cubierto del pelinegro hace contacto por primera vez en la noche con el rosado orificio del más joven, un sonoro gemido en unísono se hace presente, algo les decía que no sería la primera vez que ambos se encontrarían. 

¡Quítatelos! – Desesperación se contemplaba en sus pupilas, ese especial brillo que había en ellas aparece nuevamente, ese que siempre emergía a la hora de hacer el amor con aquel hombre, su hombre.

Seung Hyun sonríe, y observa como las manos de Ji Yong tiemblan al tratar de desabrochar sus ajustados pantaloncillos, sinónimo de ansia pura, tardando un par de minutos pero finalmente lo logra, sonríe satisfecho, alzando ambos brazos en señal de victoria, el pelinegro ríe por lo bajo, contemplando los rosados pómulos ajenos por la situación tan placentera que ambos experimentaban.

Un apretón y un temblor en la parte baja lo hace retorcerse de placer, ahora era Ji Yong el que sonreía pero no era aquella tierna sonrisa que le demostraba los días de primavera después de una ducha juntos, ni aquella que emitía cada vez que trataba de enfadarse con él sin motivo alguno, y al final salía de la manera más hermosa posible, dejándolo completamente atónito.

Una palabra llega a su mente rápidamente: Malicia. En su estado más puro, la agitación continua al observar el siguiente espectáculo; se relame la comisura de los labios ansioso ante su atenta mirada, una gota de sudor cae directamente en el fino rostro de su pequeño, aquel lunar marcado en lápiz se corre al instante y deja en su lugar un feroz gemido lleno de excitación.

¡AHHH AH AH! – Ronco rugido nada típico del blondo sale de su fina garganta, le encantaba sentir los fluidos de su pareja, todo tipo de fluidos.

Nuevamente aprieta aquel enorme falo entre sus dedos, humedad entre sus calzoncillos y sus delgadas manos indicaban que estaba logrando su cometido, acaricia desde la punta hasta sus suaves testículos, la piel del pelinegro reacciona ante tantas descargas eléctricas, puede sentir toda aquella excitación recorriendo sus venas.

Estoy muy duro.. – Murmura directamente en el oído ajeno, Seung Hyun cierra los ojos y muerde sus menudos labios lleno de ansiedad, era la gloria.

Y.. – Hace una pausa, tomando solamente la punta entre su pulgar y el índice. – Al parecer tu también.. – Suelta melosamente, dando ligeros besos desde una de sus mejillas, bajando hasta su masculina mandíbula.

Hagamos un trato.. – Dice simple, su otra mano se ocupa de recorrer aquella espalda ancha, mientras pasa la punta de su lengua en cada marcado hueso de su cuello. – Prometo gemir mucho.. – El pelinegro abre sus pesados parpados lentamente, un brillo de curiosidad hay en ellos pero aún se encuentra completamente perdido en aquel rose tan placentero. – Sí tu prometes.. Partirme en dos.

Carmesí adorna sus mejillas, Ji Yong lo había sonrojado al instante, una risilla nerviosa aparece, volviendo loco al menor de ambos, jodidamente adorable.

No soporta más y saca de una aquel enorme pedazo y lo recorre rápidamente de arriba abajo, sin permitirle a su pareja perder aquel tono cálido en sus mejillas, se pierde lentamente en el sexo ajeno, un par de venas comienzan a amenazar el horizonte, por el amor de dios, como le encantaba aquel órgano tan viril, y finalmente, un gemido directo de una película porno retumba en sus tímpanos, se muerde el labio inferior con ganas de arrancarlo de una buena vez, ansioso toma su miembro e inicia un delicioso vaivén, rosándolos desenfrenadamente haciendo que el mayor reaccione al instante, abre sus parpados y sus iris demuestran deseo puro, Ji Yong gime de sorpresa, sabía lo que le esperaba, había despertado a la fiera.

Toma el control entre sus garras, rozando nuevamente sus sexualidades, de la manera más deliciosa, gemidos seguidos salen de la boca de su pequeño, formando una seductora sonrisa en sus felinos labios, su líder se percata de esto, puede sentir la pesada mirada de su pareja traspasando su alma. 

Eres.. Hermoso. – Y del desenfrenado movimiento, su miembro toma un diferente rumbo rozando por segunda vez en la noche con su sensible entrada

Ji Yong siente el mayor placer de su vida, él lo sabía, cada momento donde la pasión los conducía a este preciso instante era un acto neto de amor puro.

Cualquier criatura podría ver su aura y quedaría admirado de todo lo que sus acciones demostraban, estrellas contemplaban maravilladas aquella escena, donde dos cuerpos más que tocarse se fusionaban, el anterior frío no era nada en comparación con la calidez que emergía de cada rincón de su cuerpo, suaves caricias directas del alma se hicieron presentes entre sus muslos desnudos, erizándolos por completo, los delgados dedos del pelinegro recorrían su blanquecina piel formando figuras irreconocibles.

Se siente débil entre sus brazos, ese hombre le causaba miles de sensaciones y al mismo tiempo eternamente tan distintas, sus labios tiemblan, y una risilla nerviosa sale de entre sus dientes, Seung Hyun lo observa detenidamente, su mirada llena de cariño se pierde en su perlada sonrisa, reaccionando al instante en sus felinos labios. Porque sí Ji Yong sonreía, su mundo estaba completo, sí reía, podía sentir como su corazón danzaba alegremente al compás de tan armonioso sonido, incluso sí lloraba, se llenaba de fuerza para hacer de este mundo uno mejor donde su pequeño pudiera habitar tranquilamente, una y mil cosas podía hacer por su amado, porque lo que ambos compartían superaba de manera monumental el terreno carnal.

Suposiciones y cuentos paganos decían que eran, pero Seung Hyun estaba seguro que Ji Yong había sido suyo en otra vida, incluso en anteriores a esa, como almas gemelas eternamente destinadas a encontrarse, aún en diferentes épocas, años e inclusive.. Mundos.

Todas las cosas que me gustan, tienen tu rostro. –  Una ronca voz resuena en el lugar, una sonrisa, y despampanante luz lunar se refleja en su mirada, ojos bañados en amor, palabras dulces directas al corazón. 

Un jadeo, aire falta en sus pulmones, el blondo sonríe, su corazón se acelera al instante.

Finos dedos recorren sus costados, remarcando aquel famoso tatuaje , se detiene en cada detalle, rozando delicadamente letra por letra. Un jadeo más y Ji Yong se siente morir, su piel se encontraba más sensible que nunca.

Besos húmedos adornan el trapecio del menor, llegando lentamente hasta su pecho, y lo escucha, como el corazón del más joven se acelera con cada contacto.

Apoya su mentón en la cabeza del otro, olor a rosas desprende su despeinado cabello rubio, disfrutando esa fragancia tan adictiva. 

Este soy yo amándote.. – Besa su rostro deteniéndose en cada pequeño detalle, Ji Yong cierra sus parpados al instante, sintiendo sus cálidos labios encima de ellos. El menor no puede contenerse más, su sonrisa aparece radiantemente, busca el mismo contacto, queriendo causar aquella bella reacción única para él, y lo logra; una tierna risilla se hace presente en el lugar. – Este eres tu amándome..

Estos somos nosotros, amándonos. – Pupilas negruzcas absorben su alma, fuego interno invade ambos cuerpos, ojos marrones le observan con amor, sí las miradas hablaran..

Ji Yong sonríe, la sonrisa más despampanante se hace presente, aquella exclusiva para su chico, Seung Hyun incapaz de mantenerle la vista sonríe por lo bajo, no se sentía digno de contemplar aquel espectáculo digno de dioses.

Porque te amo..  – Voz ronca se apodera de la zona, alzando su profunda mirada, el aire en los pulmones de su pequeño escasea y antes de que el rubio pudiera reaccionar siente una ligera embestida nada dolorosa, cierra los ojos al por fin sentir aquel tacto, era el jodido cielo.

Por.. Que nos amamos.. – Deja caer su rostro exhausto entre el trapecio del menor, disfrutando cada segundo de la ligera estoncada, melenas mezcladas con sudor se combinan, y lentamente comienza a abrirse paso en sus adentros, se sorprende al no escuchar queja alguna, volteando dudoso hacia la dirección del otro, y se sorprende; lagrimas descienden por las mejillas del blondo, sus parpados aún cerrados le preocupan, besos y pequeñas lamidas tranquilizadoras se hacen presentes, pero Ji Yong reacciona rápido, sonriéndole cálidamente, demostrándole que no siente molestia alguna, al contrario, comenzaba  a sentirse completo.

Porque.. Nos amamos.. – Repite el líder entre jadeos, jalando entre sus dedos oscuros mechones, elevando el rostro ajeno a su altura, una sonrisa y después de eso, todo es negro, gemidos y demás solemnes sonidos se hacen presentes, embestidas lentas se volvían desenfrenadas, sudor corriendo por la madera, piernas elevadas al cielo, un manjar de posiciones y deseos carnales expuestos a la luz de la Luna, el llamado paraíso en la tierra.

Los minutos pasan y el cansancio comienza a salir a flote, fuertes manos sostenían el ahora débil cuerpo de Ji Yong, su frente recargada en el pecho de su chico demostraba agotamiento pero, sus uñas clavadas en el torso ajeno demostraban que estaba apunto de llegar al clímax.

Un par de embestidas más y llega directo a su punto dulce, gimotean en unísono, Seung Hyun sabía perfectamente como llegar a aquel sitio, todo ese tiempo sólo había torturado al más chico.

Ah.. No.. No puedo más.. – Eleva su rostro pidiendo misericordia, sus iris color chocolate seguían nubladas por el placer que experimentaba, se correría pronto.

E.. Espera un poco más.. – Besa su frente, sólo quería disfrutar un poco más aquel acto, el no se encontraba tan distinto a Ji Yong, sus brazos tiemblan, se siente débil ante tal arrebato de energía, su miembro palpita en el interior de su pareja, el más joven se contrae en el acto, perfectas manos toman los erectos pezones del blondo, se retuerce por milésima vez en la noche cambiando de posición.

Frente recargada en las frías tablas, ojos cerrados esperando lo mejor, Seung Hyun se vuelve demente al contemplar su rosada entrada palpitante, una estoncada directa, y la espalda del más joven se arquea, sus rubios cabellos ahora eran tirados delicadamente por su chico, la excitación le recorría sobre la piel. 

Va.. ¡VAMOS! – Ordena Ji Yong, sacando su actitud de cabecilla, sus labios sangran entre sus dientes, ya se podía imaginar aquel blanquecino líquido invadiendo su interior.

Co.. Como usted ordene mi querido líder. – Besa uno de sus hombros, llegando a lo más profundo del pequeño ser, tomando suavemente su frente con una de sus manos, mientras la otra atiende el adolorido falo de Ji Yong, que pedía correrse a gritos desde hace un par de horas.

Ah Ahh ¡AHHH! – Gemidos que van desde lo más bajo hasta la más alta nota invaden el lugar, y el tan esperado orgasmo llega, al Ji Yong apretar su entrada en la embestida más brutal de la noche, el mayor se corre dentro de él y él, en su cálida mano.

Energía nula y se deja caer de lleno entre el suelo y el abrigo que les cubría, Seung Hyun lo toma antes del impacto, colocándolo suavemente sobre la prenda. El más joven mantiene sus parpados cerrados, disfrutando del post orgasmo, mientras el aroma a tabaco se hace presente en el lugar, el olor familiar había llegado rápidamente a sus fosas nasales ya que ambos compartían el mismo gusto por tan famosa marca de tabacos, observa de reojo y sus pupilas captan rápidamente al pelinegro, con un cigarrillo entre sus dedos, aún desnudo, contemplando los primeros rayos que se divisan en el horizonte, cierra los ojos al percatarse que este volteaba lentamente a admirarlo. 

Aquellos destellos cómplices iluminan su fino cuerpo, dándole esa aura de semidios con sus torneados músculos y la tinta permanente adornando cada tejido, porque esos tatuajes le volvían demente, le encantaba cada uno que se encontraba en la tersa tez de su pequeño, recorre cada uno con la mirada, y sonríe, al observar su respiración calmarse y su angelical rostro, Ji Yong llegaba de una manera sorprendente a ambos extremos, su actitud arrogante y fría digna de cualquier estrella de Hip Hop se complementaba con su lado más puro y risueño, ese hombre era todo un caso.

Sus manos.. Dios, ese paraíso en la tierra, eran perfectas, se pierde al instante en sus delgados dedos, como le encantaban, podría besarlos todas las noches, por el resto de su vida, podría contemplarlos, por toda la eternidad o sólo un ligero roce de aquellos finos dedos sería lo suficiente para dar un paso más en este mundo.

Un momento y sus pupilas se expanden de manera insólita, observa algo que su perdida mente no había captado; se sorprende, él era tan eternamente cuidadoso con su pequeño, cada corte, cada tinte, incluso cada accesorio nuevo no pasaba desapercibido ante su mirada, algo que Ji Yong amaba, ya que a menudo lo llenaba de cumplidos.

Toma cuidadosamente su mano, separando lentamente cada dedo, sus ojos se abren aún más, miles de preguntas llegan a su cabeza como aire frío. ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Por.. 

Y antes de que termine de cuestionarse, el más joven abre sus parpados tranquilo, sus ojos demuestran aquel brillo que horas antes había contemplado en ellos; era amor.

Así que, por fin te has dado cuenta. – Sonríe dulcemente, podía verlo, el rostro de Seung Hyun era una enorme interrogante.

¿C..Cuándo lo hiciste? ¿Por qué..? – Soltó sorprendido, el cigarrillo entre sus dedos estaba apunto de agotarse, Ji Yong lo observa y lo toma cuidadosamente, dándole una última calada.

Era una sorpresa.. – Dijo aún risueño exhalando el humo entre sus labios, su tez desnuda sentía ligeros calambres por el frío clima. – Obsérvalos bien. – Le sonríe, dirigiendo su mirada al horizonte como anteriormente lo había hecho su pareja.

Seung Hyun toma de nuevo sus dedos y su mirada curiosa hace reír al rubio, le encantaba la manera en la que era tan sencillo descifrarlo. – ¿Qué significan? - Soltó dudoso, su tierno ceño fruncido hace que el más joven ría fuerte, el mayor no lo entiende, acercándose rápidamente al cuerpo aún desnudo de Ji Yong, este abre los dedos completamente, exponiendo su tatuaje ante la atenta mirada de su chico.

Este.. – Separa su dedo índice. – Es por el dinero. – Soltó un tanto arrogante, nada extraño de Ji Yong, se sabía un genio para los negocios. – Ya que, es con el que doy ordenes. 

Este.. - Dijo mostrándole su dedo medio. - Es por la fama y por la familia, con este puedo mandar todo al carajo, ya que, no hay nada que me importé más que mi familia.

Seung Hyun lo miraba curioso, de Ji Yong se podía esperar todo, pero su aura de líder desaparece, al sonreírle nuevamente de esa manera despampanante, el mayor siente que deja de inhalar oxigeno, sonriendo bobamente ante la atenta mirada de su pequeño. 

Pero vamos.. Estos dos no tienen importancia en comparación con este. – Muestra su último tatuaje, pintado en su dedo anular, apegándose en el acto al pegajoso cuerpo de su pareja, no quería dar el mensaje equivocado, ya que estos dos tatuajes ya mencionados, eran un simple complemento para el verdaderamente importante.

¿Y qué significa ese? – Ladea su cabeza curioso, Ji Yong apaga la colilla del tabaco con el borde de la madera, tomando aire entre sus pulmones, estaba expectante ante la reacción del pelinegro.

Bueno, este.. – Una voz cálida sale entre su garganta, tomando delicadamente la mano de su pareja, haciéndolo recorrer el borde de su tatuaje, ojos moca se apegan a esa ligera acción, Seung Hyun siente una corriente eléctrica en su espina dorsal al sentir la suave tez de su pequeño manchada en tinta. – Es por ti. – Le sonríe, alzando al instante sus pupilas, buscando y rebuscando el significado de las múltiples expresiones de su chico al escuchar tan dichosas palabras, toma valor y continua, quería sacar todo lo que su corazón guardó al marcar su cuerpo por aquel hombre. – Un  compromiso de amor, por y para ti.. – Ji Yong se acerca a su rostro, aves cantan al sentir los templados rayos cada vez más cercanos del astro rey, haciendo aún más perfecta la escena.

Ji.. – Dice aturdido, sus ojos se ven cristalinos al reflejo con la luz solar, pronto explotaría.

Cuenta la leyenda que, este dedo, tiene la vena amoris. – Lo interrumpe una vez más, quería dejar claro el por qué del tatuaje, un suspiro sale entrecortado, recargándose lentamente en el hombro del mayor, suelta un casto beso en su mandíbula, demostrando devoción. – Vena que esta conectada directamente al corazón.

Brazos le rodean posesivamente, olfatea con adoración su rubia melena, lágrimas invaden sus ojos, felicidad cae sobre sus mejillas, ahora más nunca podría soltar la mano ajena, jamás creyó posible amar tanto a ese hombre, pero ahora lo sabía, estaba completamente equivocado, amar.. Era demasiado poco comparado con el sentimiento que le devoraba el pecho.

Ji Yong.. – Su ronca voz se escucha distinta, un sentimiento inexplicable se transmite en ella. – Te amo.. De verdad, lo hago.. – Bellas palabras bañadas en amor se hacen presentes, llegando rápidamente hasta lo más profundo de su ser, impregnándose en aquel órgano vital, haciéndolo palpitar con fuerza, este, era el mejor momento de su vida.

Yo.. Yo también te amo Seung Hyun.. – Y un casto beso se hace presente en su suave mano, haciéndolo temblar al instante, el menor sonríe dichoso, su pecho acelerado le indica una sola cosa, su amor por aquel hombre era extraordinario, traspasando la barrera de lo infinito, se lanza entre sus brazos, compartiendo lagrimas de alegría, besos y demás caricias se hacen presentes, todo, por un magnífico hecho marcado para siempre en la piel, porque sin Choi, no había Kwon, y sin ellos, no habría verdadero significado de amor.

De este cariño entran demasiados detalles como para mantenerlos reunidos en un solo hecho, es sólo una de las pruebas de aquel puro sentimiento que esta pareja de enamorados compartía, tan singular e inmutable.

No eran chocolates, pero por lejos, era el mejor regalo para aquel magnífico día; White day, marcado en la piel.

Notas finales:

Y bueno, espero les haya gustado, estoy pensando en hacer la contraparte de este fic, que sería el BaeRi, ¿Les gustaría? Las palabras en inglés son de una canción de Michael Jackson – Speechless, hace tiempo la subió Bae a su twitter. ¿Qué más? ¡Ah sí! Es el primer fic del año, con lo que se marca el inicio de la publicada de fics y actualizaciones.

Soy un desastre, así que aún no sé cual actualizar primero, ¿Cuál les gustaría? Déjenme sus respuestas en los rw, y también se les agradecería comentarios del oneshot.

Con amor para ustedes, que tengan un lindo día. ♥


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