Rivaille despertó como si no pasara nada, inicio su ritual de limpieza pero…
Le faltaba algo y en definitiva no era algo que cubriera su desnudes que más bien era lo que le hacía falta, miro detenidamente el cuerpo inerte que dormía plácidamente en su cama.
-mmm… Gruño... Eren, pronuncio lentamente y en reacción miro el reloj.
-Erwin ¡Ándate carajo!
Erwin le dedico una mirada y lo jalo de nuevo a la cama, besando su cuello y sujetándolo de la cintura.
-Levi Chan un poco más.
-Pero mira que desorden, y parece que Eren no ha llegado (gruño significativamente)
-Ok, me largo (vistiéndose rápidamente) ¡me saludas a el Perro!
Así pasaron las horas, estaba pensando como recompensar a Eren y en especial por que no llegaba a casa, por ello se tragó su pudiente orgullo y marco al móvil de su mocoso:
*Beep* *Beep* *Beep*
Hola soy Eren deja tu mensaje por el momento no estoy disponible.
-Estúpido mocoso por que no has llegado. Tsk... Como tú quieras has lo que se te de la maldita gana.
Luego de ello se dedicó a ordenar su desorden de borrachera, y al fin noto que las cosas de su mocoso ya no estaban, su cepillo tan infantil no estaba en su lugar, y como no notar que no estaban ahí sus pertenencias si la mayoría de objetos eran par, para Levi era estúpido, pero para Eren era romántico y divertido, su alegría inundaba la casa y llenaba d color sus monótona vida, le daba un tinte importante, pero si era importante ¿Por qué lo engañaba? ¿Por qué lastimaba a un ser que solo deseaba su amor y lo aceptaba tal cual era? Era aquel chiquillo que le ayudo con su trastorno compulsivo de limpieza. Que estaba haciendo con ese pobre niño que solo buscaba amor y que encontraba solo reproches y aun así le decía cuanto lo amaba.
-Lo mejor sería dejar en paz a Eren, volverá cuando él quiera, ya se le pasara el berrinche (pensó para sí mismo)
Eren se encontraba en la habitación tratando de despertar, pero una pesadez inundaba su ser, le resultaba completamente inútil intentar despertar, claro si no fuera por sus “cariñosos amigos” que por sus actividades románticas (ósea sexo salvaje) que no le dejaron estar inerte en sus pensamientos, y para su desgracia Armin llego a despertarle:
-He’ Eren ¿Hoy no es tu primer día de trabajo en tu nueva oficina?
Fue como un balde de agua fría.
-¡Carajo Armin! ¿Qué hora es?
-Pues 7:30
-Hay gracias a Dios falta media hora.
-Corre te prepare una ducha.
-Gracias Armin eres un amor, pero tus actividades románticas no me dejaron dormir.
-Lo siento mucho Eren (Si no fuera por sus ojos azules sería un tomate con patas)
Eren corrió a ponerse su traje y corbata que gracias a mama Armin estaba magníficamente planchado y bien presentable, lo obligo a desayunar algo y claro papa Jean Lo llevo a su primer día de clases claro nos in antes asquear a Eren con su beso de melosa despedida. El rubio estaba en otra área e iría más tarde para entregar su proyecto y encontrarse con Jean.
-Escucha Eren sé que no será fácil encontrarte con él, se fuerte, ¡animo niñato!
-Si Papa Jean (Dijo entre risitas)
Salió del auto teniendo en cuenta que vería la cara que por el momento será mejor no ver para no llorar, estaba temblando por dentro, tenía que ser fuerte no solo por él, sino también por sus amigos que lo apoyaban y esperaban verle tan fresco y decidido como antes, así como decidió conocer un nuevo amor.
Al llegar a la oficina de Erwin lo primero que pudo ver no le dio muchos ánimos
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-Levi miro al pobre niño destrozarse en segundos, pero noto que Eren lloro ni monto una escena y abrió bien los ojos y sus palabras fueron:
-E...E…E Eren.
Eren con la poca dignidad que le quedaba:
-Disculpen por la interrupción vuelvo en otro momento.
-Oh claro Hanji mi secretaria te dará la información que necesites.
Rivaille se bajó de las piernas de Erwin y tomo el brazo de Eren
-¡He! mocoso bastardo me puedes decir donde mierda te metiste.
-En ningún lugar que le interese señor.
-No me vengas con estupideces, no te voy a rogar solo eres un mocoso y sabes que yo sé que volverás. (Lo jala hacia él)
-¡Suélteme! Ahora ya le importa que pase con mi vida, en una relación enfermiza en la que solo le importa usted. Sabe que me he decidido y ¡me enamorare de nuevo!
-Tú por favor no me hagas reír ¡por Dios! Nunca me odiaras!
-Lo siento pero todo lo que me enamoro de ti Termine odiándolo. Duele aquí en mi pecho pero ni muerto regreso.
Y así salió directo al despacho de la secretaria. Al llegar noto a una eufórica mujer que al parecer había observado la discusión, lo recibió cortésmente. Eren pensó que sería inmediatamente interrogado pero no recibió pregunta alguna lo cual lo tranquilizo.
-Buenos Días Dulce Novato.
-Buenos Dias.
-Te asignaron como secretario de ….