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INFILTRATE por MayLin

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Notas del capitulo:

¡Hola!
¿Me tarde mucho? ¿Si? ¿No? Lo siento:(

Espero que les guste~

Lay sentía una carga sobre sus hombros. Era lunes, y habían pasado tres semanas de su  “pelea” con Kyungsoo y Tao. Sabía que tenía decírselos, si no, explotaría. No podía ver a los chicos sin sentirse la peor persona del mundo, o si es que cruzaban miradas, rápidamente la apartaba. Solo algo lo reconfortaba, y era que la banda de Suho no se había metido con ellos otra vez.


Suspiro pesadamente y se dirigió a la entrada del colegio. Fue hasta su casillero y ahí, unos cuantos metros después, se encontraban Kyungsoo y Tao charlando tranquilamente. Quiso ir, contarles todo, pedirles perdón, que le dieran otra oportunidad… pero sus piernas parecían dispuestas a no dar ni un solo paso.


Lay también sabía que se había equivocado, tuvo que habérselos dicho desde un principio, pero solo quería olvidar todo su horrible pasado, enterrarlo muy en el fondo, que no quedara nada de lo que alguna vez fue. Sin embargo, tenía que llegar Suho y quitarle todo aquello que le hacía extremadamente feliz. Kyungsoo y Tao eran como esa familia que nunca tuvo y que tal vez, nunca tendría. Y no podía dejar las cosas así y seguir huyendo como lo hizo tres semanas atrás. Se preparó mentalmente y contaba con que los chicos tan siquiera se quedarían a escucharlo.


Con lo que no contaba era que cuando llegara hasta ellos, se quedaría parado como estúpido y sin habla. Tao lo miro con tristeza y se fue por el pasillo.


Bien hecho Yixing.


Kyungsoo parecía dispuesto a marcharse, y cuando estaba a punto de dar un paso, la mano de Lay lo tomo por el codo inconscientemente.


—¿Qué quieres?


—Quiero explicarme…—dijo Lay, sorprendiéndose al hablar firmemente y no balbuceando.


—¡Adelante! Quiero escucharte solo si dices la verdad—se mofo, haciendo énfasis en la última palabra.


—Suho…—Lay hizo una mueca, tratando de encontrar las palabras correctas.


—¿Suho que?


—Él dijo que si intervenía o les decía algo, les iría peor y les contaría mí… secreto.


Kyungsoo chasqueo la lengua, y se soltó bruscamente del agarre que hasta ese momento Lay no había desecho.


—¿Yixing es que acaso no lo ves? Se supone que somos tus amigos. Simplemente tenías que decirnos, tal vez lo habríamos podido solucionar o algo. Los amigos de verdad están para ayudarte y no se guardan secretos…—sus ojos se aguadaron, mientras que su voz se volvía más pastosa—Yo no te juzgaría, ni quería obligarte a que me contaras, solo quería ayudarte.


Porque de haberlo sabido lo hubiera hecho sin duda. Ahora míralo tú mismo, podríamos habernos ahorrado todo esto—derramo una lágrima, dio media vuelta y se fue.


Se fue sin haber escuchado lo que Lay le había respondido.


“Ustedes son los primeros amigos de verdad que he tenido, tenía miedo de cometer un error que me hiciera perderlos, pero ahora lo arruine todo por mis estúpidos sentimientos… yo mismo cause esto”.


Muy tarde.


`•.¸¸.•´¯`•.¸¸.•´¯`•.¸¸.•´¯`•.¸¸.•´


Tao no estaba enojado, ni odiaba a Yixing. Lo que pasaba es que se sentía triste. Triste porque este no fue capaz de advertirles o algo. Sin embargo, la actitud del castaño con Sehun tuvo que haberle dado alguna pista. Pero claro, en esos momentos Tao estaba dentro de una burbuja que no se dio cuenta de nada. Cuando lo vio llegar hacia ellos, algo en su corazón le dijo que le explicaría, que se disculparía… y la verdad era que su corazón siempre le daba malas jugadas. Por eso cuando solo obtuvo silencio de su parte, se marchó.


Y ahora se encontraba caminando, sin un lugar como destino.


De pronto, en una de las esquinas del pasillo, un castaño se hizo visible para los ojos del pelinegro. Mientras guardaba libros en su casillero, Tao se encontró preguntándose qué seria si hubiera conocido a Sehun de otra forma. Él quería al Sehun tierno, atento y amable, no al Sehun frio, irrespetuoso e indiferente. Entonces decidió que se quedaría con la primera opción y así  le recordaría. Recordaría así al chico que lo enamoro.


Demasiado inmerso en sus pensamientos, no se percató de cuando topo contra alguien y cayó al suelo, hasta que tal rubio chasqueo los dedos frente a su rostro.


Levanto la vista y… mierda mierda mierda.


—¿Qué no te fijas por dónde vas?—dijo Kris, sacudiéndose las ropas.


Tao intento disculparse, pero la risa de Sehun resonó en sus oídos. Fijo su vista en él, viendo como negaba con la cabeza, aun riendo, y se iba. Y es cuando Tao se dio cuenta de que solo sería eso para Sehun. Un chiste, una broma, una miseria.


Entonces empezó a pensar que tal vez, se debería quedar con la segunda opción.


—Lo siento—firmemente y sin quebrar su voz, Tao le contesto.


Kris lo miro, en el suelo, con esa mirada de cachorro perdido, indefenso. Movió firmemente  su cabeza en negación y sorprendentemente, dirigió una mano al chico. Queriendo ayudarlo a que tan siquiera se levantara del suelo.


Tao lo miro anonadado. Temió que solo fuera una broma y que cuando tomara su mano y se comenzara a levantar, este lo soltaría haciéndolo caer de nuevo. Pero aun así, la tomo. Y como tuvo un presentimiento, no lo dejo caer, si no que estaba ahí mirándolo, examinándolo.


—Gracias—le agradeció, mostrándole una linda sonrisa y soltando su mano lentamente.


—¿Por qué jamás te defiendes? ¿Te gusta que los demás te pasen siempre por encima?—pregunto repentinamente, haciendo que Tao lo mirara titubeantemente. La duda lo estaba matando.


—Porque…—comenzó, se paró firmemente y continuo—Yo sé que la gente puede cambiar. Aunque sea difícil y lleve tiempo se puede, solo si uno realmente lo quiere.


Kris agacho la mirada y el recuerdo de su madre paso por su mente.


—Que estúpido—le escupió, mirándolo con desprecio para luego marcharse.


Tao suspiro y solo se limitó a dar media vuelta e irse a su salón.


-Flash back-


Un golpe en seco le hace despertar. Abrió los ojos, encontrándose con la oscuridad de su habitación. Se levantó con algo de dificultad y camino hacia la puerta. Tenía miedo, miedo porque sabía lo que estaba pasando allí afuera. Planeaba volver a dormir, soñar solo un poco más, pero un estruendo proveniente de la sala de estar le hace reunir todo el valor que nunca tendría y salir.


Se acercó a las barandas de la escalera y miro aquella escena que se quedaría en su mente para siempre. Yifan tenía solo diez años y cualquiera pensaría que no entendía lo que estaba viendo, hasta su propia madre. Pero se equivocaban, Yifan sabía que su madre era golpeada por su padre casi todos los días. ¿Por qué? Ni siquiera él lo entendía.


Su corazón se estrujo cuando vio a su madre siendo abofeteada. Yifan solo quería salir y defenderla, decirle a su padre que parara y que les dejara en paz. Pero no podía. No podía por qué tenía miedo. Lo sentía atravesándole los huesos.


La puerta principal siendo cerrada y el lloriqueo de su madre lo hicieron levantar la mirada que en algún momento había agachado. Bajo por las escaleras silenciosamente, se acercó a su madre y ella pareció darse cuenta porque se levantó rápidamente, secándose las lágrimas como si nada hubiera ocurrido.


—M-mamá… ¿e-estas b-bien?


No importaba cuantas veces Yifan le preguntara si estaba bien, su madre siempre le respondería lo mismo.


—Claro que si cariño. Tu padre solo está algo estresado ¿sí? Van a servir la mesa así que ve a lavarte las manos—le dijo, dándole esa sonrisa que solo reflejaba tristeza.


Y antes de que su madre saliera por el pasillo, Yifan tomo su mano, y le pregunto algo que nunca se había atrevido.


—¿Por qué no lo dejas mamá?


—Porque yo sé que puede cambiar. Solo tiene que intentarlo.


Yifan no le creyó. Le estaba mintiendo, la gente nunca cambiaba.


Nunca lo hacía.


-Fin flash back-


`•.¸¸.•´¯`•.¸¸.•´¯`•.¸¸.•´¯`•.¸¸.•´


Sehun guardaba unos libros en su casillero mientras que frente a él, un torpe Panda caía al suelo por topar con Kris. Pero que decir, si también el rubio venia distraído. Soltó una pequeña carcajada y negó con la cabeza por qué ese chico de verdad no se daba cuenta de lo tonto que podría ser.


Entonces Sehun recordó todo lo que había pasado. Ya eran más de dos semanas desde lo ocurrido y sin embargo, cada vez que se cruzaba en su camino o lo miraba de lejos, podía notar su expresión triste, ida, destruida.


Y para Sehun dos semanas era el tiempo suficiente para que Tao lo hubiera olvidado todo y siguiera adelante con su vida. Pero no, seguía ahí con la misma expresión haciéndolo sentir solo un poquito culpable. 


“¿Culpable?” se preguntó a sí mismo entrando al salón de clases. Ahora estaba pensado pura mierda. El solamente había cumplido su parte del plan y es más, hasta le había hecho un favor siendo el primero. Porque estaba seguro de que nadie se metería con el Panda si este seguía siendo igual de ingenuo e idiota.


Aunque la verdad era que no conocía para nada a Tao. Y no tenía ningún derecho de llamarle así. Pero claro que nunca lo admitiría, era demasiado orgulloso para eso.


Una profesora entro en el aula, avisándoles que el profesor no llegaría debido a un inconveniente. Y Sehun decidió ir por un café a la cafetería. Ya lo tenía en sus manos cuando una voz le llamo, sorprendiéndolo y haciéndolo derramar un poquito de café hirviendo en sus manos. Bufo, tomando una servilleta y dirigiéndose hasta un castaño sonriente.


—¡Sehun!—le saludo por segunda vez Luhan.


Sehun le respondió al saludo con un simple levantamiento de cabeza y Luhan no pudo evitar pensar que era demasiado frio. Charlaron por un rato, y en un momento, Tao junto con Kyungsoo pasaron por la puerta de cafetería demasiado inmersos en su conversación para darse cuenta de que ellos estaban ahí.


Y Luhan no pudo evitar preguntar:


—¿Y qué paso con ese chico? ¿Tao?—pregunto intentando sonar desinteresado.


—Pues nada, se supone que ya le dimos la lección. ¿Quieres saber lo gracioso de todo esto?


Luhan asintió, queriendo saber.


—Ese chico quería que su primera vez fuera especial. ¿Qué estúpido no? Hubieras estado allí cuando se dio cuenta de todo, lloro como una patética niñita.


El castaño sonrió falsamente. Luhan también hubiera querido que su primera vez fuera especial, pero no, fue de todo menos “especial”.


—¿Y tú les has dicho algo?


—Pues solo le restregamos en su cara lo que había pasado. Lo mejor fue el video, su amigo ese, el bajito, parecía que iba a explotar.


—¿Y no crees que Tao se haya sentido… mal?


—La verdad no sé. Y ¿sabes? Ni siquiera me importa, así que no empieces con tus cursilerías—dijo, levantándose y dando por finalizado su conversación.


Luhan lo vio cruzar la cafetería y salir por la puerta justo en el momento que la campana sonó.


Suspiro rendido. Sehun seguía siendo el mismo idiota de siempre.


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Baekhyun se dejó caer sobre el sofá de su casa apenas entro por la puerta. Estaba cansado de que fuera lo mismo todos los malditos días. Siempre siguiendo a Chanyeol, y este mandándolo a la mierda. Lo había invitado a tomar un café, un maldito café. Pero obvio, Chanyeol siempre le acariciaría el cabello diciéndole “sabes que no se puede, son las reglas”.


Y ahí estaba, rendido. Arrepintiéndose de haber aceptado aquel estúpido juego.


-Flash back-


Ninguno sabía en qué momento la ropa había desaparecido, solo sabían que ambos lo disfrutaron. Porque ambos sentían una gran atracción por el otro. Solo pura atracción sexual.


—Escucha…—la voz grave y agitada de Chanyeol resonó por toda la habitación—. Ambos sabemos que nos ha gustado. Podemos seguir haciendo esto,  pero solo será eso. No puede haber sentimientos, ni citas, ni etiquetas entre nosotros. ¿Qué dices?


Baekhyun lo miro con la boca abierta, era un descarado. ¿Qué ahora sería como su puta personal? Y bueno… pensándolo bien no estaba tan mal.


Le había gustado, por no decir fascinado. No habría sentimientos, ni citas, ni etiquetas. ¿Entonces que había de malo? No era como si se fuera a enamorar del estúpido de Chanyeol.


Pffffffffffffff.


Baekhyun asintió, aceptando su propuesta.


Chanyeol sonrió, volviéndolo a tomar entre sus brazos.


-Fin flash back-


Claro que Baekhyun no pensó en las consecuencias. Porque si, si le gustaba Chanyeol. Si, se había enamorado de ese gigante imbécil. ¿Cómo? Quizás fue su sonrisa, su risa, su actitud bla bla bla.


A lo mejor  fue cuando le hablaba al oído y el corazón se le salía del pecho. Quizás cuando tomaba sus manos y jugaba con ellas. Tal vez fue lo bien que se amoldaban sus labios con los suyos. También ese asdfghjkl que sentía en el estómago cuando se miraban.


Baekhyun pasó las manos por su perfecta cabellera. ¿Por qué había aceptado ese estúpido juego?


Tenía que encontrar una forma de acabar con su jueguito sexual.


Por mucho que le gustase.


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Tao cerró la puerta detrás de él, dando un paso y viendo como su abuelo le dirigía una mirada y no un hola. Supuso que seguiría enfadado por haber ido a parar al hospital. Si su relación no estaba del todo bien, pues ahora estaba peor.


—¡Tao! ¡Cariño ven aquí!—la tierna voz de su abuela lo hiso reaccionar y se dirigió al patio trasero sin ni siquiera pensarlo, sabía que ella estaría ahí.


—Hola abuela…—le saludo, adentrándose y dejando su mochila por un lado.


—¿Cómo te fue hoy?—dijo, sirviéndole té en una de sus finas tazas.


Mmm…—lo pensó un poco antes de responder—Bien—mintió.


Su abuela lo miro resignada. Desde que llego a casa noto el cambio de comportamiento de Tao. Lo sabía porque años viviendo con él no le fallaban. Nunca le pregunto, permitiendo que el chico le contara abiertamente y no porque ella le estuviera presionando. Sin embargo, ya eran días así, y ella quería saber que era lo que le pasaba a su pequeño.


—Tao, cariño… ¿todo anda bien?


Tao la miro directamente a los ojos, observando como reflejaban angustia y preocupación. Ya estaba al tanto de que su abuela había notado recién su cambio, pero según él, trataba de hacerlo lo menos notorio posible. Sabía que no le serviría de nada porque no era nada bueno ocultando sus emociones. Tampoco podía llegar y contarle sobre Sehun, no se arriesgaría a causarle un infarto a su abuela.


Se sentía triste. Triste porque todas las noches las palabras de Sehun le comían la cabeza. “Fuiste un idiota al creerte esa mierda de que te amaba, nadie llegara a amarte si sigues siendo igual de patético”, y sin querer ya había comenzado a creerlas.


—Claro que sí. Solo estoy un poco cansado por la escuela y esas cosas.


Su abuela podía jurar, que esa era la sonrisa más falsa que le había visto. Pero si Tao le decía que no pasaba nada, entonces no pasaba nada. Tenía que confiar en él.


—Está bien—le alcanzo una mejilla con su mano, acariciándola—Recuerda que siempre puedes confiar en mi ¿sí?


Tao asintió, conmovido por su tacto.


—¿Y qué paso con ese chico? ¿Sehun?


—N-nada. De hecho ya no nos habla más, así que no somos amigos—era la verdad, un tanto disfrazada.


—Vaya…


—Aja…—se levantó rápidamente antes de que su abuela le hiciera más preguntas—. Tengo tarea que hacer abuela. Subiré a mi cuarto.


Salió por la puerta escuchando como su abuela le decía “No olvides bajar a cenar”. 


Se lanzó sobre su cama, rogando al cielo que por tan siquiera una noche, su mente no lo atormentara. Cerró sus ojos, repitiendo la escena que había vivido en los pasillos esa mañana. Y sin darse cuenta, sonrió, perdiéndose entre sueños.

Notas finales:

Gracias por leer.


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