El sol era molesto por la mañana. Tanto así, que Kyungsoo se vio obligado a tener que levantarse. Con un bufido se levantó y prosiguió a cambiarse. En menos de quince minutos se encontraba bajando las escaleras, entro a la cocina encontrándose con el desayuno ya servido y con su madre, que tarareaba felizmente.
—Cariño—le saludo—. Come ya que se te hace tarde.
Kyungsoo asintió, devorando todo casi al instante. Bebió un sorbo de café y se puso a pensar en lo agobiante que sería la escuela. No era como si las materias se le complicaran, pero si era agobiante el comportamiento de Tao y las disculpas de Yixing. Sabía que Tao todavía se sentía mal y lo entendía porque él también lo estaba. Sin embargo, se le daba bien disimular. Era más fácil fingir una sonrisa y decirse “todo está bien” a sí mismo, que deprimirse todos los días del resto de su vida. Por otro lado estaba Yixing, primero les deja de hablar tres semanas y luego llega repentinamente a disculparse. Sinceramente no lo entendía, pero había llegado a la conclusión de que dejaría que hablara por si solo a tener que forzarlo.
La voz de su madre resonaba en su cabeza y aun así no dejaba de ver tal punto mientras bebía su café. No le estaba prestando atención.
—Entonces hoy yo… ¿Kyungsoo?—dijo, dándose cuenta de que su hijo ni siquiera la miraba—, ¡¿Kyungsoo?!
—¿Si?
—¿Estas escuchando?
—Eh, no, lo siento.
La mujer bufo, molesta.
—Te decía que hoy llegare tarde, dejare la comida preparada solo tienes que calentarla ¿está bien?
—Está bien—respondió, levantándose y dejando su plato en el fregadero—Bueno me voy yendo o se me hará más tarde—dio un beso en la mejilla de su madre y salió por el umbral de la puerta, escuchando como su madre le decía que tuviera cuidado.
Recorrió las mismas calles que todos los días, espero el autobús y cuando llego, tomo asiento a un lado de la ventana. No paso mucho tiempo hasta que llego a la escuela. Subió las pequeñas escaleras y levanto la vista. Ahí estaba Kai junto con Sehun, charlando justo en la entrada. Kyungsoo paro en seco y en ese momento, la vista del moreno se enfocó en él solo para quitarla rápidamente. Suspiro aliviado al darse cuenta de que no lo había visto. No obstante, la dicha no le duro mucho porque Kai regreso su vista hacia él, dándose cuenta de quién era el chico que se había quedado mirando hacia ellos.
Las comisuras del moreno de a poco se transformaron en una sonrisa coqueta, provocando que Kyungsoo bufara y rodara los ojos. Lo ignoro y paso por su lado para entrar al colegio. Una vez adentro, troto a su casillero, temiendo que Kai fuera hacia él. Ya ahí, no pudo evitar pensar que el moreno era un idiota. ¿Acaso se había olvidado de lo que hizo? ¿Por qué se atrevía a sonreírle así?
Sacudió su cabeza llevando lejos todas esas dudas. Mientras no se metiera con él, no tendría que importarle. Sin importar lo bonita que fuera su sonrisa.
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A buena hora Lay salía de su departamento. Cerraba la puerta cuando otra puerta siendo abierta y cerrada rápidamente se escuchó. Resoplo molesto, era Suho. Nadie en su sano juicio se levantaba a esa hora en un martes. Claro, aparte de él, Suho, estudiantes, bla bla bla.
Los pasos que antes eran lejanos, ahora se escuchaban más cerca, provocando escalofríos en Lay.
Si se lo pensaba bien, todavía no quería hablar con él. Durante esas tres largas semanas, Suho parecía haber olvidado todo porque aunque no le hablara, estaba ahí con una gran sonrisa, irritándolo. Sin embargo pensaba que así era mejor, porque temía que se le parara enfrente y se burlara ya que ahora, prácticamente, estaba solo. Y sinceramente ya estaba harto de discutir siempre. Hace tres semanas, lo odiaba, quería gritarle y decirle lo imbécil que era. Hoy ya no quería eso. Se había cansado de que siempre fuera lo mismo, siempre peleando.
—Yixing—le llamo a sus espaldas—Vamos, hoy te vendrás conmigo al colegio.
Y hace tres semanas esa “orden” hubiera terminado en un “vete a la mierda”.
Pero se había cansado y ya no sería más así. Se aseguraría de eso.
Con una sonrisa en los labios, le encaro. Viendo como Suho también sonreía, seguramente pensando que había accedido. Dio un paso, dos, tres, cuatro, cinco, pasó por su lado y no paro. No paro hasta estar lo suficientemente lejos.
Si Suho podía solo sonreírle sin mediar palabra, entonces Lay también.
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Minseok suspiro por milésima vez. Removiéndose en el colchón, tomo su celular que se encontraba en la mesita de noche. Tal y como lo espero, no tenía ningún mensaje, ni una llamada de Chen. Busco en sus contactos hasta dar con el susodicho, pulso el botón marcar y cerró los ojos esperando que le tomara la llamada.
No hubo respuesta y Minseok prosiguió a hundir su cabeza en la almohada.
Eran exactamente esos días en donde dejaba que las dudas le comieran la cabeza. Aunque la verdad no sabía ni porque lo hacía. Sabía que seguramente Chen estuviera por ahí con alguna chica, comiendo helado y charlando tranquilamente. Y carajo, hasta pensarlo le daba dolor de cabeza.
Se podría decir que lo que tenían era perfecto. Parecían pareja, salían a todos lados juntos, eran felices. Solo había un pequeño detalle.
No eran absolutamente nada.
Bastaba con que Minseok le mencionara la palabra relación para que Chen hiciera una mueca. Rendido, se levantó del colchón, dispuesto a pensar en otra cosa.
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Chen abrió la puerta para la preciosa chica delante de él. Tomo su mano y prosiguió a encaminarla hasta su auto y antes de que pudiera abrirle la puerta, esta paso su manos por su cuello. Con una sonrisa coqueta se acercó a ella, sus labios estaban rozando cuando su bolsillo derecho emitió una conocida tonada. Saco el aparato de su bolsillo, el nombre “Minseok” brillando en la pantalla. Dejando ese deje de culpa a un lado, volvió a guardar el aparato.
—¿No vas a contestar?—pregunto ella inocentemente.
—Tengo algo más importante que hacer ahora—dicho esto, junto sus labios con los ajenos.
Apenas fue unos segundos, solo unos segundos que pensó que era Minseok al que estaba besando en ese mismo instante. Sorprendido, se separó y en la calle del frente, justo ahí unos grandes ojos lo miraban. Kyungsoo estaba parado en la calle del frente con un libro en sus manos. Chen ajusto su vista pensando que tal vez se abría equivocado, pero el chico ya se había marchado. Encogiéndose de hombros, fue al asiento del piloto sin molestarse en abrir la puerta de la chica. Lo mismo pasó cuando la dejo en su casa, apenas bajo arranco el carro, dejando a la chica decepcionada.
Pero Chen no tenía tiempo de preocuparse por la decepcionada chica. En su mente solo estaba tal chico de mejillas grandes y sonrisa hermosa.
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Luhan y Sehun se encontraban tocando a la puerta de la casa de Minseok. Luhan, aburrido en su habitación, lo había llamado y se sorprendió al saber que este estaba un tanto deprimido por culpa de Chen, y como buen amigo se ofreció a ir hasta su casa y acompañarlo. Minseok obviamente se negó, diciéndole que no hacía falta. Y él lo acepto. Lo acepto hasta que Sehun llego a su hogar invitándole un café. Luhan prácticamente le había rogado a Sehun para que lo llevara con Minseok y después irían por el preciado café.
Y ahí estaban, esperando que alguien abriera la puerta.
—Te dijo que no hacía falta—dijo Sehun, exasperado.
—Eso ya lo sé. Pero un buen amigo como yo sabría que de verdad necesita apoyo.
Si. Luhan tuvo que decirle a Sehun a que se debía tanta insistencia en ir a la casa de un amigo a las 6:00 pm.
—Un buen amigo como tú, confiaría en sus palabras.
Luhan abrió la boca para replicar, siendo rápidamente callado por la puerta abriéndose.
—¡Xiumin!—saludo Luhan, atrapándolo en un abrazo apenas lo vio tras la puerta.
—¿Lu-Luhan? ¿Por qué estás aquí? Te dije que no era necesario.
—Lo sé. Solo quería asegurarme.
Minseok le dirigió una cálida sonrisa y su mirada capto a la persona parada junto a Luhan. Su sonrisa transformándose en una mueca. La verdad era que conociendo a Luhan, esperaba que viniera. Pero no con Sehun. Sabía que escucharía todo e iría a decírselo a Chen. Después de repetirle a Luhan que estaba bien, logro que este lo abrazara y se alejara de la puerta con Sehun, despidiéndose en el transcurso.
Minseok hizo una nota mental para llamar luego a Luhan.
Luhan hizo una nota mental de nunca ir a casa de Minseok con “chico frio y sin sentimientos”.
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—Me preocupa Minseok—confeso Luhan mientras se dirigía al auto de Sehun.
—Sufre porque quiere. No sé porque se lo toma tan a pecho. ¿Se divierten juntos no?
—Sehun. Cuando hay amor se supone que tienen que estar juntos, ¿si no entonces qué?
—Luhan, sabes que no están en la mejor posición para decir eso ¿cierto?—el nombrado rodo los ojos, empezando a molestarse—. De todos modos pensé que ya estabas enterado de que el amor de verdad me da igual.
—Sabes que lo sé. Pero eso no cambiara mi forma de pensar y de hecho…—ceso sus pasos—. El otro día que hablamos te burlaste de la situación sabiendo que yo no pienso igual.
—¿De qué hablas?
—Te burlaste de ese chico… ¿Tao? ¡Bueno, te burlaste de su ilusión de amor y todo eso!—sin darse cuenta, Luhan había empezado a mover sus manos y a subir su tono de voz.
—Ah, sí eso—Sehun se encogió de hombros, cabreando más a Luhan.
—Sí, eso. ¿Acaso te estas burlando de mí? Puede de que yo ya me haya resignado a tu actitud y no me entrometa en ello. Deberías estar agradecido. Te aguanto a ti con tu estúpida actitud de niño inmaduro.
Sehun soltó una risa.
—Que no se te olvide que estabas detrás de este “niño inmaduro”.
—¡Deja de jugar Sehun! ¡Esto no es un chiste, deja de buscar solo diversión!
—Creí que no te entrometías.
—¿Sabes qué? Creo que en verdad acabo de darme cuenta de lo imbécil que puedes llegar a ser.
—¿Sabes qué? En este momento puedo irme y buscar a alguien que solo quiera diversión.
—¿Qué esperas entonces? Has lo que quieras, iré con Minseok niño—le dio la espalda y comenzó a caminar.
—Estas siendo inmaduro Luhan—lo escucho decir.
—Como sea. Adiós—le respondió.