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INFILTRATE por MayLin

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Notas del capitulo:

Espero que les guste. 

Kyungsoo cruzo las puertas del colegio con un libro en sus manos. Esa mañana, le habían dejado una tarea de investigación y decidió que no estaba mal ir a la biblioteca y coger un libro. Camino unas cuantas cuadras preguntándose si Tao habría llegado bien a casa. Se suponía que Tao lo esperaría para que se fueran juntos, pero el abuelo del este lo llamo, diciéndole que llegara pronto a casa para asegurarse de que su abuela estuviera bien.


Llego a una zona transcurrida donde carteles brillantes de locales llamaron su atención. Se detuvo un momento, mirando hacia la otra calle ese nuevo café que habían abierto apenas hace unas semanas. “No estaría mal ir algún día” pensó y de repente la puerta del local estaba siendo abierta. Una linda jovencita salía de ella y detrás… “¿Chen?”. Ya se iba, pero entonces, Chen besaba a la joven y levantaba la vista, mirándolo fijamente. Rápidamente reacciono y se fue de ahí.


Justo cuando cruzaba una calle su teléfono sonó. Apresuro el paso hasta llegar a la banqueta, lo tomo y contesto sin mirar el identificador.


—¿Si?


—¡Kyungsoo!


Abrió los ojos, preocupado. Era Tao y se escuchaba agitado.


—¿Tao? ¿Qué pasa?


—Llegue a casa y mi abuela se sentía mal. Le di sus medicinas pero después solo le dio fiebre. No sé qué hacer Kyungsoo mi abuelo me dijo que la cuidara y yo…


Tao tranquilo, pasare a la farmacia y buscare algo para la fiebre. No te preocupes, iré rápido y después pasare a tu casa ¿sí?


—E-está bien.


Bien, entonces te veo.


—¿Kyungsoo?


—¿Si?


—M-muchas gracias.


—No te preocupes Tao, todo estará bien solo tiene algo de fiebre. Te veré pronto.


Kyungsoo suspiro y colgó. Por suerte, había una farmacia no demasiado lejos de donde se encontraba y apresurando el paso, se dirigió al lugar. Cuando llego pregunto a la señorita de la caja por una medicina que funcionara para bajar la fiebre, y esta le entrego una según “muy efectiva”. Se despidió amablemente de la joven y salió de ahí para dirigirse a casa de Tao.


Llego tambaleándose y golpeo la puerta con los nudillos. Tao abrió la puerta y lo recibió con un abrazo. Entro a la morada y el pelinegro lo guio hasta la habitación de la señora. Kyungsoo pudo comprobar que efectivamente tenía fiebre y a pesar de eso, ella lo recibió con una gran sonrisa. Le dieron las pastillas y después se fueron para dejarla descansar.


—Te veré mañana Tao. Trata de descansar tú también—dijo Kyungsoo, abriendo la puerta de la casa y saliendo.


—Lo hare. Siento haberte molestado, hubiera ido yo pero mi abuelo está más estricto de lo normal—le conto Tao, apenado.


—Solo está preocupado. Anda ve a descansar, yo iré a casa—se despidió, levantándose en puntillas para revolverle el cabello.


—Adiós, Soo~—respondió y cerró la puerta.


Kyungsoo retomo el camino a casa. Deseando poder llegar y tumbarse a dormir.


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El hombre estaciono su auto en la entrada de la casa. Abrió la puerta y salió de ahí dando un jadeo cansado. Entro a su casa notando como todo estaba en silencio. Fue a la cocina y sirvió un poco de agua en un vaso, acto seguido, camino a su habitación. Ahí, noto como su esposa dormía tiernamente, se acercó a ella para plantar un beso en su sien. Sin embargo, al hacerlo, noto como ella ardía prácticamente en fiebre.


—¡Huang Zitao ven aquí ahora mismo!


---


Tao movía los pies desesperadamente sobre el asiento del hospital. Estaba durmiendo cuando su abuelo lo llamo de un grito. Al parecer la fiebre de su abuela no había disminuido. Lagrimas se formaron en las orillas de sus ojos al recordar cómo había salido todo. Su abuelo gritándole que era su responsabilidad y que no podía cumplir simplemente una cosa. Le dijo que él le había dado unas pastillas, logrando solo enfurecerlo más. Y debido a su “irresponsabilidad” se encontraba en el hospital. Se hundió más sobre su asiento, su abuelo tenía razón, era un inútil.


“Si algo grave le pasa a tu abuela es tu culpa” su mente parecía no querer cooperar con su preocupación, seguía atormentándolo.


—Disculpa…—hablo una vez frente a él, levanto la vista encontrándose con un doctor.


Rápidamente seco sus pequeñas lágrimas y se puso de pie.


—¿Si?


—¿Sabes a donde fue el hombre que estaba aquí?


No lo sabía. Su abuelo de pronto se había ido.


—No, no lo sé. Pero si es respecto a la señora puede decírmelo a mí, es mi abuela.


El hombre dudo un poco, pero al ver al chico con ojos llorosos, accedió.


—Bueno, no tienes de que preocuparte tu abuela está bien. Controlamos su fiebre y lo más seguro es que salga mañana por la tarde, ya que quiero tenerla en observación.


—B-bien. Yo le di unas pastillas para la fiebre cree que… ¿eso haya provocado que aumentara?—pregunto nervioso.


—Oh no, no lo creo. Debido a su edad, las pastillas no fueron muy efectivas. No te preocupes—aseguro convencido.


—Muchas gracias.


—De que. Asegúrate de informar al señor.


Tao asintió y se tumbó en el asiento de nuevo. Gracias al cielo no había sido su culpa, no se lo podría perdonar. Paso una media hora cuando noto una presencia a su lado. Tao miro a su abuelo y se apresuró a llamarlo.


—A-abuelo…—le llamo, no obtuvo respuesta por su parte—El doctor estuvo aquí hace un momento…—su abuelo fijo su mirada en él, poniéndole ahora toda la atención posible—Dijo que la abuela estaba bien y que lo más seguro era que saliera mañana por la tarde porque quiere tenerla en observación—asintió—Yo también le pregunte por las pastillas que le di, no funcionaron debido a su edad.


El hombre cambio su expresión a una arrepentida, no debió haberle dicho aquellas palabras. Pero aun así, Tao pudo haber sido más cuidadoso con ella.


—Ese no es problema Tao. Pudiste haber sido más cuidadoso y llamarme. Siempre buscas hacer las cosas por ti mismo y aun así no lo haces bien. Ahora solo vete a casa, yo me quedare aquí.


Tao miro a su abuelo, viendo decepción y cansancio en sus pequeños ojos. Con toda su fuerza de voluntad, salió del hospital. Mientras caminaba, no lo aguanto más y por fin, todas las lágrimas retenidas salieron. Acallo un sollozo con sus manos y se detuvo para tomar aire.


Tao entonces supo que tenía razón. Era un inútil.


Respiro hondo una vez más y continúo caminando, esperando que el ruido de la ciudad acallara su llanto.


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Kyungsoo bostezo apenas puso un pie en el colegio. Somnoliento, arrastro los pies por el pasillo y en lo lejos, visualizo a Tao en su casillero. Llego hasta él y toco su hombro.


—Hey Tao com…—el pelinegro dio media vuelta, dejando a la vista sus marcadas ojeras y ojos rojos—¡¡¿Qué paso?!!—grito exaltado, provocando que Tao diera un respingo.


—T-tranquilo Soo, estoy bien—aseguro, sorbiendo por la nariz.


—¿Bien? Estas llorando, dime que pasa.


—¿Recuerdas que ayer le dimos pastillas a mi abuela para la fiebre?—Kyungsoo asintió—P-pues no funcionaron y tuvimos que llevarla al hospital…—el chico abrió los ojos, preocupado—¡No te preocupes! No funcionaron debido a su edad. Mi abuelo se enojó, dijo que no hacía nada bien. Creo que de verdad soy un inútil—soltó una risa irónica.


Kyungsoo cogió su brazo y lo llevo al final del pasillo.


—No eres un inútil Tao, te lo aseguro—subió sus manos hasta la cara del chico y limpio sus pequeñas lágrimas. Tao se abrazó a él, descansando su cabeza en la curvatura de su cuello.


Pasados los segundos, Kyungsoo sintió una presencia delante de él. Lo ignoro hasta que un carraspeo lo hizo separarse de Tao. Ahí estaba Kai, mirándolo con una ceja alzada.


—¿Interrumpo?—pregunto divertido.


—¿Qué quieres?—Kyungsoo se cruzó de brazos, desafiante.


Kai soltó una risita.


—De verdad, tienes que dejar de hablarme así. También agradecería que te movieras de mi casillero.


Kyungsoo fijo su vista en Kai, luego en el casillero detrás de él, devuelta en Kai y después en el casillero, para terminar mirando a Kai de nuevo. Su mente capto el mensaje, ruborizado tomo a Tao del brazo y se movió de ahí para caminar por el pasillo, escuchando como Kai se reía burlonamente.


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Tao pateo una piedra mientras que esperaba por Kyungsoo, ya que este había olvidado un libro en su casillero. Froto sus manos y las metió en los bolsillos de su chaqueta. Ciertamente, él no quería volver a casa, pero no tenía otra opción. Su abuelo no podía seguir pensando que era un inútil, entonces el haría lo mejor posible por no serlo. Luego de unos minutos la puerta del colegio fue abierta, Tao dio un paso al frente esperando ver a su amigo, pero detrás de ella salió Kris.


Kris lo miro por un instante antes de que caminara hacia el otro extremo y se recargarse en la barandilla. Un silencio totalmente incomodo se creó, haciendo que tanto Tao como Kris miraran hacia los lados, tratando de distraerse.


Tao se preguntó porque Kyungsoo tardaba tanto, solo iba por un libro y regresaba. Bueno, eso había dicho. Sin poder evitarlo, miro por su hombro, notando como Kris lo observaba fijamente.


—¿E-esperas por alguien?—pregunto, rascándose la nuca y frotando sus manos nuevamente.


—Si—contesto secamente.


Tao asintió.


Bastaron unos minutos para que Tao no soportara más el silencio y decidirá ir para buscar a Kyungsoo el mismo. Sin embargo, Kris avanzo primero que él y le bloqueo el paso.


 —Ugh—el rubio mostro una mueca—¿Siempre lloras eh?


Tao recordó esas palabras. Su estado de ánimo volviéndose melancólico.


—P-pero no estoy llorando…


—Tus ojos están hinchados—le señalo—En serio, tienes que dejar de hacerlo. No pues andar por ahí de llorón y dando lastima, es espantoso.


Tao estaba a punto de decir algo para defenderse, cuando Kyungsoo salió del colegio, cogiéndolo de un brazo y llevándoselo de ahí a tropezones.


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—¡No tardo!—grito Kyungsoo, adentrándose por segunda vez al colegio.


Había olvidado su libro para la investigación en su casillero. Maldiciéndose una y mil veces por haber sido tan descuidado, llego a su casillero y tomo su mochila para buscar la llave. Rápidamente la  encontró y la introdujo en la cerradura antes de que alguien picara sus costillas, haciéndolo dar un pequeño saltito. Cuando sus nervios se recobraron del susto, dio media vuelta, encontrándose con Kai y su no tan disimulada sonrisa traviesa.


—¿Qué quieres?—dijo con brusquedad.


—Tranquilo, solo te quería saludar.


—Bueno pues ya lo hiciste. Ahora vete.


Kai curvo sus la labios, recargándose en uno de los casillero de al lado para molestar un poquito más al chico bajito.


—¿Qué haces?—pregunto curioso, viendo como giraba la llave de su casillero y sacaba un libro.


—Olvide esto—agito el libro en el aire y lo guardo en su mochila—Tengo que irme. Tao me está esperando.


—¿Él te gusta?—soltó repentinamente.


—¿Tao? Claro que no, es como mi hermano menor.


—¿Hermano menor? ¿No sabe cuidarse solo o qué?


—¿Te importa? No sabes nada de él, deja de decir tonterías—pidió, comenzando a perder la poca paciencia que tenía.


—¿Ves? Sus padres también pueden cuidarlo sabes.


Sus padres murieron, imbécil.


—Oh.


—No sabes nada. Por favor deja de meterte en nuestras vidas ¿No es suficiente todavía?—le ataco, empujándolo por el pecho. Kai reacciono y lo tomo por el codo.


—No aprendes nada. Deja de hablarme así, cariño.


—¡S-suéltame!—Kyungsoo forcejeo hasta soltarse de su agarre y apresurando el paso se dirigió a la salida del colegio. Kai lo seguía por detrás—¡¿Qué quieres?!


—¿Ir a la salida?—dijo irónicamente—. Kris me está esperando haya afuera.


Kyungsoo recordó que Tao también lo esperaba. Sin más preámbulos, atravesó las puertas, fue hasta Tao y se lo llevo de ahí ante su turbada mirada.


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Lay estaba de pie en una esquina de la gran casa de Sehun. Cambio su peso a su pie izquierdo y resoplo enojado. Él no tenía que estar en ese lugar, sin embargo, Suho le había enviado un mensaje diciéndole que tenía que venir. No quería tener más discusiones y esa era la razón de que estuviera ahí. De todos modos, aunque Suho siguiera hablando con él, Lay no le respondería.


En un momento de la “reunión” Lay se dio cuenta de cómo Chen reía histéricamente con un Minseok diciéndole que guardara silencio. Al parecer había puesto ese video de Tao. Lay le dirigió una mirada a Chen, haciendo que este le guiñara un ojo y rodara los ojos. Aprovecho que nadie le prestaba atención, fue hasta la puerta y tomo la manija de la puerta, pero en ese momento Kai entraba acompañado de Kris.


“Mierda”


—¿A dónde vas?—cuestiono Kai, apoyándose en el marco de la puerta.


—Muévete.


—¿Para qué? ¿Para que vayas y le digas a tus amigos que hacemos aquí?


—¿Qué? No sé si te hayas dado cuenta idiota, pero ellos ni siquiera quieren verme—dijo, pasando por su lado y deteniéndose al sentir la mano de Kai en su hombro.


—Quiero que me digas toda la vida de esos dos—le ordeno.


Lay se soltó de su agarre y se dio media vuelta para encararlo.


—¿Por qué quieres saber? De todos modos no te interesa—soltó enojado y rápidamente salió de ahí.


Mientras caminaba hacia su apartamento, se mantuvo pensando. Por supuesto que Lay no le contaría nada, sabía que solo podían usar esa información en su contra. De por sí, ya bastantes problemas les había caudado a sus amigos.


Soltó un suspiro cansado, deseando poder llegar a “casa” y descansar. 

Notas finales:

¡Gracias por leer y por los reviews!

Nos vemos. 


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