Un martes para cualquier estudiante empezaría con un poco más de ganas que el día anterior ya aunque no fuera viernes, al menos la semana iba avanzando. Kyungsoo no era cualquier estudiante ese día, sin embargo. Ayer, cuando se hubo recuperado un tanto y las lágrimas parecían haber cesado, sorbió por la nariz una última vez antes de encaminarse a casa. No estuvo consciente de cuánto tiempo permaneció en la puerta llorando, ni de las personas que se detuvieron un momento para mirarlo y luego marcharse, solo estaba tratando de calmar el dolor en su corazón. Él nunca había herido a Tao de esa manera. ¿Por qué lo haría? Lo único que deseaba era que pudiera estar a salvo sin nada que pudiera lastimarlo.
Pero la había cagado. En el trayecto en autobús, solo inclino la cabeza y se maldijo mil veces a si mismo por haber soltado todo su pasado. Se suponía que sería firme en su decisión. Y no lo fue. Al llegar a casa no se molestó en revisar si su madre había llegado, pues solamente fue directo a su habitación y se aventó sobre la cama sintiendo inmensas ganas de tomar una almohada para dormir el resto de la tarde.
Mientras estaba entre la línea entre la consciencia y el sueño, se preguntó si tal vez el decirle todo a Tao el mismo día que ocurrió hubiera cambiado algo. “No lo creo…” pensó, dijo e hizo lo mismo, no era mucha diferencia. No obstante, Tao lucia molesto por ello, entonces la diferencia aun siendo mínima podría haber cambiado algo.
Tirado en su cama, con lágrimas secas sobre las mejillas y los ojos hinchados, sabía que debería llamarlo. Olvido instantáneamente ese pensamiento porque tenía miedo. Tenía miedo de que Tao no contestara y tenía todavía más miedo de que no se le acercara jamás. Su mente le susurraba secamente que era un cobarde. Y antes de que pudiera llegar al mundo de los sueños, la imagen del imbécil de Kai apareció. Volvió a sentir como la furia envolvía todo su ser.
Estaba a punto de cerrar los ojos y dejar que Morfeo lo llevara lejos cuando tomo una decisión.
Por ello ahora se encontraba apretando los puños y caminando por los pasillos de la escuela, buscando a dicho moreno en cuanto piso los pisos de la escuela. Su decisión consistía en encarar al muchacho y bueno… ¿insultarlo un poco? No habría diferencia si lo hacía, pero sentía esas inmensas ganas de ir y gritarle a la cara que un hijo de puta mentiroso.
Así que girando en un pasillo, apretó más sus puños al verlo. Ante la atenta mirada de todos sobre él -ya que prácticamente estaba echando humo de las orejas-, se acercó a Kai cuando este estaba terminando de guardar unas cosas en su casillero y lo volteo bruscamente para después tomarlo de la muñeca, llevándolo al patio trasero.
En cuanto llegaron lo soltó rompiendo el contacto. Sentía que si lo tocaba sería más bien para soltarle un puñetazo y no tomarlo de la mano.
—Wow, en verdad eres fuerte. ¿Qué te ocurre?—pregunto, sobándose la mano y sonriéndole al pequeño delante suyo. Casi traga grueso cuando se percató de la mirada de muerte que le dirigía.
Kyungsoo respiro hondo porque este idiota todavía se atrevía a hacerse el desentendido.
—Eres un bastardo.
—¿Gracias?
—Ayer prometiste que no le dirías a nadie de nuestro pasado. Quizás debiste reconsiderar decirle a Kris que se mantuviera con la boca cerrada porque le dijo a Tao que sabía todo—le soltó o más bien gruño, conteniéndose de dar un paso y golpearlo en el pecho—. Ahora Tao esta jodidamente enfadado conmigo porque le dije que fui yo quien conto todo. ¿Cómo te atreviste a prometerme eso cuando ya habías ido a decirle a tu amigo? Me pregunto a cuantas personas más se los dijiste. Gracias, ya sabes, por no decirle a nadie.
Kai escuchaba atento todas las palabras que el chico de ojos grandes le soltaba con tono de burla en su voz. También lo herido que se oía. Se mordió la lengua por haber dejado ese detalle. Bueno si, le había dicho a Kris. Y no para hacer algo malo, sino se lo dijo porque él estaba interesado en el amigo pelinegro de Kyungsoo. Aparte, si Kris quisiera hacerle algo malo a Tao ya lo habría hecho. No era del tipo de persona que esperaba y planeaba cosas. Solo actuaba y listo. Sin embargo, sentía unas inmensas ganas de ir y hacerle una rabieta al rubio porque ahora Kyungsoo lo miraba esperando una respuesta.
Kyungsoo, viendo como no decía nada, rodo los ojos y camino queriendo marcharse rápido de ahí. Y justo cuando ya estaba a su lado, el moreno lo tomo del brazo devolviéndolo a su lugar, pero sin soltarlo. Él no se molestó en soltarse.
—Espera. Bien te lo diré, escucha…—inicio Kai, no queriendo que el chico se marchara enfadado con él—. Se lo dije a Kris porque está interesado en tu amigo. No le hará nada malo. Ya lo habría hecho si quisiera.
—Un momento…—dijo, intentando que su mente procesara lo que le había dicho y cuando lo hizo, se soltó de su agarre golpeándolo en el pecho—. ¿Estas jodiendome no? ¿Esta es otra de tus malditas bromas? Porque si lo es puedes irte a la mierda.
No le dio tiempo de contestar y se marchó justo antes de que la campana sonara, bufando fuertemente. De acuerdo, eso de que Kris estaba interesado en Tao sonaba estúpido. A lo mejor tuvo que haberse replanteado la idea de hablar con Kai. Entro en su salón, quedándose con la idea de que el moreno había dicho eso para zafarse de la situación.
En el patio trasero, Kai se llevó una mano al cabello, desordenándolo. Se fue de ahí, caminando lentamente a su primera clase, no importándole si llegaba tarde. En ese momento, solo era capaz de maldecir a Kris, mientras pensaba que en cualquier tiempo libre iría con él para reclamarme.
Tal vez lo golpearía primero, no lo sabía.
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Todo el mundo esperaba impaciente la llegada del timbre. Deseando que ese estruendoso sonido llenara sus oídos para poder marcharse a comer algo. Kris, al igual que toda la clase, esperaba y deseaba exactamente lo mismo. Solo que él no parecía un perro hambriento. La clase se había tornado extremadamente aburrida para su gusto por lo que simplemente dejo de prestar la poca atención que tan siquiera debía. A decir verdad, eso de que la clase era aburrida era una excusa ridícula. Todas las clases eran aburridas.
Y siendo precisos, era algo lo que no lo dejaba en paz. O más bien alguien. Un chico menor, alto, pelinegro, etc. Kris sentía todavía ese sentimiento de molestia que no lo dejaba en paz desde ayer. No estaba acostumbrado a aquello. Solamente, admitía que decirle a Tao que sabía todo había sido un error. Y estuvo seguro de que lo era cuando el chico lo miro con esos rasgados ojos llenos de puro miedo. Pero es que le enfadaba demasiado que el chico dijera que no sabía nada para hablar así de él. Así que antes de pensar lo que iba a decir, solo lo soltó y listo.
Es por ello que se sentía molesto. No se detuvo para pensar lo que iba a decir, solo lo soltó como un completo idiota. Y odiaba que Tao lo hubiera mirado con miedo. Aunque sabía que el pelinegro tenía una y mil razones para mirarlo de tal forma, no cambiaba el hecho de que no le gustara. Si él quisiera hacerle daño ya lo habría hecho. ¿Para qué planear si puedes solamente hacerlo rápidamente?
Ya era más que obvio que estaba interesado en Tao. Entonces ahora tendría que hacerse responsable. Una parte de él quería ir y hablar con el chico, pero la otra parte se abstenía ya que lo más seguro era que lo evadiera.
Si ya pensaba que el haberle dicho a Tao era un problema, nada lo preparo para que cuando saliera del salón justo cuando la campana había sonado, se encontraría con Kai mirándolo molesto. Soltó un sonoro suspiro, dándose una idea de lo que estaba a punto de pasar.
—¿Por qué lo hiciste?—interrogo el moreno, tomándolo del hombro y llevándolo a un lugar más privado. Exactamente, hacia unos casilleros del fondo del pasillo.
—¿Hacer qué?—contesto preguntando, pues tenía una idea más no estaba seguro.
—Decirle a Tao que sabias jodidamente todo, imbécil.
—Oh, eso…—mascullo, llevándose una mano a la nuca para sobarse incómodamente.
—Si eso. ¿Por qué se lo dijiste?
—Digamos que… ¿se me escapo?—confeso, sus labios curvándose hacia arriba al ver la cara enfadada del moreno.
—Pues debiste cerrar la boca.
—Hey, ¿por qué estás tan enojado?—Kris dio un paso y golpeo su hombro amistosamente.
—Porque le había prometido a Kyungsoo que no diría nada y al parecer lo convencí un poco. No estuve ni diez minutos hoy en la escuela cuando llego diciéndome que era un bastardo por habértelo dicho a ti.
—Está bien. Lo siento, ¿de acuerdo? Fue un error decirle a Tao, se me escapo.
—No basta con eso. Tendrás que hacer algo por mí.
—¿De qué carajo estás hablando?—cruzo sus brazos, preparado para cualquier estupidez que pensara Kai.
—Digamos que le dije a Kyungsoo que te dije todo porque estas interesado en Tao. Pensó que era una broma y se fue, ahora tendrás que ir y decirle que es cierto.
—No. Jodete. No lo hare—declaro de inmediato, considerando darse la vuelta y largarse.
—Tienes que hacerlo.
—No.
—Es tu culpa.
—Arréglalo tú. No quiero—finalizo, usando su tono autoritario.
Aunque sabía que al moreno le valía una mierda como le hablara.
—Oh está bien. De todas formas sabía que no podrías hacerlo. No tienes las pelotas—declaro, encogiéndose de hombros y haciendo una mueca.
Y ahí iba el chantaje. Kris no estaba dispuesto a soportarlo porque sí tenía las pelotas para hacerlo.
Entonces soltando un gruñido y mirándolo mal, contesto: —Eres un idiota. Lo hare.
—Genial, procura hacerlo rápido—demando, girando para marcharse devuelta.
—¡Espera! ¿Y que se supone que diga? ¿Sabes que probablemente me mande a la mierda no?
—Solo la verdad Kris, la verdad. Y si lo sé, pero vale la pena intentarlo—dijo antes de marcharse por el pasillo.
Kris no se contuvo de bufar.
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El humor de Kyungsoo no había mejorado mucho y apenas era miércoles. Ayer, mientras estaba en el almuerzo con Lay, se sorprendió un poco ya que Tao no apareció. Sin embargo, era de esperarse. Luego de unos momentos, Lay recibo un mensaje del chico diciendo que se quedaría hablando con un profesor. Kyungsoo sabía que era mentira, pero aun así sonrió y siguió comiendo. Trato de esfumar el nudo en su garganta porque lo que más temía estaba pasando.
Tao estaba alejándose. Y él no era capaz de evitarlo.
Lay no sabía absolutamente nada de lo que pasaba. Kyunsoo creía que si se enteraba solo traería más problemas.
Soltando un sonoro suspiro, entro en el colegio y se dirigió hasta su casillero. Ya ahí, se sacó su mochila de los hombros y la abrió, sacando algunos libros que no necesitaría para luego guardarlos y cerrar el casillero. Giro para marcharse a su salón, y no alcanzo a dar un paso cuando la figura de una persona detrás de él lo sorprendió tanto que pego un grito. La persona que ahora estaba delante de él soltó una risa que se extinguió casi tan rápido como apareció, volviendo a esa expresión neutral y escalofriante. Reconoció a esa persona como Kris y de verdad tuvo que tragar grueso. Realmente era intimidante la forma en cómo te miraba.
Kyungsoo no supo que hacer o decir, así que solo lo miro con esos grandes ojos suyos, interrogándole.
—Te preguntaras que hago aquí, ¿cierto?
—Tengo curiosidad—respondió, poniendo todo de sí para que su voz no sonara atropellada.
—¿Te suena Kai?
—Oh no—dijo rápidamente, no pudiendo evitar rodar los ojos. Ya sabía a qué iba todo esto—. Entonces dime, ¿Kai te hizo venir solo para que me dijeras que si estas interesado en Tao? Es ridículo. No esperes que te crea.
—La verdad me da igual si me crees o no—Kyungsoo observo como el rubio se cruzaba de brazos, desafiante.
—Entonces es una pena que hayas venido aquí para nada.
—No lo creo. Si no fuera cierto sí que lo seria, pero la verdad lo es. Si estoy interesado en tu amigo.
—¿Cómo puedes decir eso? Eres amigo del mismo chico que abuso de Tao.
—¿Sehun?—dijo, soltando el nombre con gran molestia que no fue capaz de ocultar, ni siquiera a Kyungsoo—. Escucha, él me importa una mierda. Me interesa tu amigo, pero no puedo hacer nada para que me creas. Es tu decisión. Y deberías reconsiderarla, porque lo que te digo es verdad. Nos vemos.
Kyungsoo se sintió instantáneamente abrumado. La decisión en la voz del rubio lo hacía querer temblar completamente. Casi podía decir que sonaba real. Pero aun había algo que no le gustaba para nada. Simplemente, confiar en él era algo difícil.
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Lay miraba atentamente a los dos chicos en la mesa. Existía una palabra que podía definir muy bien cómo se sentía el ambiente. Incomodo. Tenía que admitir que el día de ayer, martes, cuando la hora del almuerzo había llegado y solo Kyungsoo apareció, fue extraño. Y lo fue todavía más cuando recibió un mensaje Tao diciendo que no almorzaría con ellos. Esto era porque comúnmente el chico mandaba esos mensajes a Kyungsoo ya que Lay tendía a dejar su móvil en su mochila, por lo que no contestaba o miraba los mensajes tarde.
La situación estaba así. Llego junto con Kyungsoo, pidieron el almuerzo y procedieron a sentarse en la mesa, uno al lado del otro. Momentos después Tao se les unió, sentándose frente a ellos y dándole una pequeña sonrisa a él, no a Kyungsoo.
En seguida, una tención espantosamente horrible y palpable, se hizo presente. Estaba por hablar cuando se fijó en como Kyungsoo le dedicaba una mirada a Tao, y este levantaba la cabeza, mirándolo también y rápidamente bajaba la mirada. Sus cejas de fruncieron exageradamente. Nada de esto le daba buena espina.
Apoyo los codos en la mesa y decidió por fin abrir la boca.
—¿Quién va a decirme qué demonios pasa entre ustedes?—pregunto, sorprendiendo a ambos chicos. Ninguno se atrevió a levantar la vista ni a contestar, entonces insistió—. Están asustándome. Díganme que pasa. Merezco saberlo.
Espero aproximadamente un minuto, obteniendo el mismo resultado. Suspiro fuertemente, frustrado.
—¿Soo? Mírame, por favor. ¿Qué pasa?—se empeñó a insistir, decidiendo hacerlo individualmente. El nombrado levanto la cabeza, observándolo con sus grandes ojos llenos de lágrimas. Eso le saco el aire—. Dime, por favor.
La única respuesta que obtuvo fue un señalamiento. Kyungsoo señalo unas mesas a lo lejos. Así que velozmente se giró, buscando cualquier indicio. No miro por mucho tiempo ya que solo tuvo que girar unos milímetros a la derecha para darse una idea de que pasaba. En esa mesa estaban Kris y Kai.
Sintió el enojo crecer en su interior muy rápidamente.
—¿Qué hicieron?—cuestiono, alzando de más su tono de voz.
Y como lo esperaba, ninguno respondió. Se levantó de la mesa y empezó a caminar. Si no tenía repuestas, entonces el mismo las encontraría. Su idea original era ir con esos idiotas, pero mientras caminaba cambio de dirección. Pasó de largo esa mesa y se dirigió a otra más hacia el fondo. Cuando llego a donde sus pies y mente indicaban, los chicos en la mesa lo miraron. Baekhyun, Chanyeol, Chen y Suho.
No soporto más aquello por lo que solo miro al chico rubio, haciéndole una seña porque tenían que hablar. Ignoro la mirada interrogante de los chicos restantes en la mesa, rodando los ojos y saliendo de la cafetería No espero ni un minuto antes de que Suho saliera casi a la par con él.
—¿Qué pasa?
—Yo tendría que hacer esa pregunta. ¿Qué demonios está pasando?
—No comprendo que quieres decir Yixing. Explícate.
Lay lo juzgo con la mirada cerca de treinta segundos. Rindiéndose porque así no lograría nada.
—Mira, yo tampoco sé que pasa Junmyeon. Pero en mi mesa Kyungsoo y Tao se niegan a hablar y a mirarse el uno al otro. Trate de preguntarles y no respondieron. Solo hice que Kyungsoo me señalara algo, y ese algo eran Kris y Kai. ¿Qué están tramando?
—No lo sé. A decir verdad esos dos han estado algo extraños…—respondió, decepcionándose al ver como el castaño lo juzgaba—. No me crees, ¿verdad?
—Me cuesta creer en lo que dices hoy en día.
—Quizás si confiaras un poco más en mi…
—Olvídalo. Lo averiguare yo mismo, gracias—declaro, queriendo regresar a la cafetería, no obstante las manos del rubio lo mantuvieron en su lugar.
—Te ayudare.
—¿Cómo?
—Prácticamente soy el líder de todo esto. Organizare una reunión y hare que me digan que pasa. Lo descubriré, lo prometo.
—Quiero estar ahí entonces.
—Oh no. Tú no vas.
—¿Por qué no?
—Eso solo complicaría todo. Ya te dije, lo hare yo y te diré lo que descubra. Lo prometo.
Lay hizo una mueca. Las promesas de Suho todavía causaban que quisiera cerrarle la boca. Pero sin embargo, sabía que los chicos no dirían nada. Y hablar el mismo con Kai y Kris no estaba en sus planes. Se le acaban las opciones. Así que no viendo otra solución, acepto.
Asintió hacia el rubio, estando de acuerdo y haciéndoselo saber. Este solo sonrió un poco, diciéndole que lo esperara al final de clases para marcharse juntos, y después regreso a la cafetería.
Se mantuvo ahí. Aunque quedaban algunos minutos de almuerzo, no regreso.
Se quedó ahí aferrándose a la promesa de Suho.