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El hijo de Harry Potter por Shindokun

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Notas del capitulo:

Aqui os dejo la continuación. Siento el titulo. No se me ocurrion ninguno mejor.

Plan de conquista

 

Hermione se quedó pensativa durante un rato. Lo que convenía ahora era trazar un plan para evitar que Harry descubriera la verdad, al menos de momento. Aunque había un inconveniente en todo aquello.

 

- Has dicho que no querías decirle a Harry que era tu padre. ¿Cómo querías que te ayudara? –preguntó Hermione.

- Si se lo iba a contar. –dijo Scorpius.- Pero cuando estuviéramos a solas. No quería montar un escándalo ante toda la clase.

- Claro. Necesitabas que Harry te ayudara pero cometiste un error grave sin darte cuenta.

- ¿A qué te refieres?

- Al decir enfrente de toda la clase que Harry era tu padre hiciste que Malfoy también lo oyera. –dijo Hermione

- ¿Y cuál es el problema?

- ¿No lo entiendes? Aunque consigamos que se enamoren, Harry y Malfoy no querrán estar juntos porque creerán que ellos dos no están destinados a estarlo. Porqué dos hombres no pueden engendrar a un hijo.

 

Scorpius se puso pálido al oír a Hermione. Había venido a hacer que sus padres estuvieran juntos de nuevo y lo que había conseguido es que estuvieran más lejos de estarlo que antes.

 

- Tranquilo. –dijo Hermione al verlo palidecer.- Aun no está todo perdido.

- ¿Crees que hay algún método para conseguir que mis padres estén juntos?

- Tenemos que conseguir que se enamoren el uno del otro y, cuando estemos seguros de que lo están, contarles la verdad. No es imposible pero va a complicar mucho las cosas.

- Aun así Harry y Malfoy siempre se han llevado fatal. ¿Crees que conseguiremos  que estén juntos? –preguntó Lupin

- Si se enamoraron una vez pueden volver a hacerlo. –dijo Hermione convencida.

- Mi padre me dijo que os contara algo que os podría ayudar. –dijo Scorpius.- Me dijo que estaba convencido de que, si no estaba junto a Harry, este curso se iba a sentir muy solo. Que seguiría usando sus hirientes insultos para alejar a todo el mundo de él porque no quería que nadie le compadeciera y se sentía muy culpable de no haber elegido el lado correcto durante la guerra. También me dijo que rechazaba constantemente a Harry en San Mugo a pesar de que él quería ayudarlo y le costó mucho abrirse.

- No sabía que se sentía así. –dijo Hermione.- Parecía el mismo Malfoy de siempre. Pero es cierto que casi todas las personas con las que estaba o no han vuelto o se encuentran en Azkaban.

- Hermione, -dijo Lupin.- tienes que conseguir como sea que Harry se dé cuenta de eso e intente acercarse a Malfoy aunque este le rechace. Si lo que dice Scorpius es verdad, esto no funcionara de ninguna otra manera.

- Pero no puedo hacer eso. Harry se acercara a él por pena y eso es justo lo que Malfoy no quiere.

- No tiene porque. –dijo Lupin convencido.- Hazle ver a Harry como se siente realmente Malfoy y estoy seguro de que le intentara ayudar y no creo que sea el tipo de persona que se acerque a ayudar a alguien por pena. Si logras que Harry crea realmente que Malfoy quería estar de nuestro lado y se arrepiente de todo lo que hizo estoy seguro que le perdonara e intentara acercarse a él aunque este le rechace constantemente. Se parece demasiado a James y estoy convencido que es lo que él haría.

- No sé si funcionara pero de momento es el único plan que tenemos. –dijo Hermione.- Pero hay algo muy importante. Pase lo que pase, bajo ninguna circunstancia, dejéis que Ron se entere de todo esto. Le conozco e intentara convencer a Harry de que esto es un astuto plan del lord oscuro para que se enamore del enemigo y poder tenerlo controlado.

- ¿Crees tú eso? –preguntó Scorpius desconfiado.

- Por supuesto que no. Confió plenamente en ti. Más ahora que nos has contado toda la verdad. Pero ya has visto lo poco que se fía Ron de ti. –dijo Hermione y enseguida vio la cara de alivio de Scorpius.- Pero de momento será mejor que mantengas el  glamour activo y abandones temporalmente el nombre de Scorpius y el apellido Malfoy. Y ahí es donde entras tu Lunático.

- ¿Yo?

- Sí. Harry ha usado el mapa del merodeador durante todos los años desde tercero. Si lo usa este año vera el verdadero nombre de Scorpius. ¿Hay alguna manera de hacer que su nombre aparezca diferente?

- Hay un problema en eso. Este mapa al principio era un mapa de Hogwarts normal y corriente que yo mismo me encargué de dibujar. Fueron James y Sirius quienes idearon la manera de encantarlo para que mostrara a todas las personas.

- ¿Crees que Sirius podría arreglarlo? –preguntó Hermione esperanzada.

- Es posible. ¿Pero cómo hacemos para enviárselo sin que Harry se entere de que le falta?

- No creo que lo vaya a usar de momento pero en cuanto lo haga supondrá que se lo ha dejado en casa y le pedirá a Sirius que se lo envié. Espero que tenga tiempo suficiente de modificarlo.

- Es un plan arriesgado pero es el único que tenemos. –dijo Lupin.- Yo me encargo de enviarle el mapa a Sirius y contárselo todo por carta. Ahora será mejor que regreses junto a Harry antes de que empiece a sospechar que pasa algo raro.

 

Scorpius se volvió a poner el glamour y salió junto a Hermione de la sala donde se encontraban para dirigirse juntos hacía el gran comedor.

 

- Scorpius, se supone que llevo un rato intentando convencerte de que Ron no ha dicho lo de antes con mala intención así que será mejor que finjas perdonarle. –pidió Hermione.

- Para empezar Hermione, no me llames así. Y, por otro lado, si lo dijo con mala intención y soy incapaz de perdonarle hasta que él no me pida perdón. No quiero que mi padre se ponga de su lado y empiece a desconfiar de mí.

- Has sacado la tozuderia de Harry y el orgullo de Malfoy. Es imposible convencerte de nada.

 

Scorpius sonrió ante el comentario. No era la primera vez que se lo decían. Su padre le había dicho que esa actitud le traería problemas en el futuro como a él se los había traído en el pasado. Pero no podía evitar ser así. Desde pequeño había tenido que soportar innumerables insultos dirigidos a sus padres por ser dos hombres. Tras pasar por eso se prometió que cuando creciera sería un alumno ejemplar y les callaría la boca a todos. Nadie se iba a volver a meter con su familia. Eso le convirtió en una persona testaruda y orgullosa y también en alguien algo solitario.

Al llegar al Gran Comedor se sentaron de nuevo junto a Harry y Ron. Decidió que lo mejor sería no decir nada durante la comida y los chicos respetaron su silencio. Tras la comida solo quedaban dos clases, que serían las dos primeras a las que acudiría desde que había llegado. Al llegar a la primera pudo ver como todos le observaban y cuchicheaban a sus espaldas. Se limitó a sentarse en una esquina ausente.

Al terminar las clases se dirigió a la casa de Griffindor de inmediato y, sin decir nada a los presentes, se fue a su cuarto. Allí reviso la ropa que McGonagall le había dado. Había un par de pantalones y 3 camisas. También había un uniforme. Todo de segunda mano aunque eso no le importaba. Pero no había ningún pijama. Scorpius suspiró. Tendría que conformarse con eso hasta que pudiera ir a Hosmade y comprarse algo con el poco dinero que había traído con él. Supuso que su padre también le prestaría algo.

Agotado de todo el día se tumbó en la primera cama que encontró y suspiró. Sus padres eran muy diferentes a como los conocía. Al menos Draco, porqué a Harry casi no le recordaba. Ellos parecían odiarse mutuamente y no estaba seguro de que el plan de Hermione fuera funcionar. Draco le advirtió de lo que se encontraría al llegar pero no quiso creerlo. ¿Cómo dos personas que perecían tan distantes iban a acabar juntas? Por primera vez empezó a temer que iba a desaparecer.

De repente notó un peso sobre el estómago y abrió los ojos sobresaltado. Se encontró con un pijama de seda de color verde oscuro con una serpiente plateada estampada en la espalda.

 

- Te has tumbado en mi cama chico del futuro.

 

Scorpius levantó la vista y se encontró con un alumno de Griffindor de su misma edad. Tenía el pelo corto de color rojo oscuro y unos ojos verdes. Debía medir 1’70.

 

- Perdona. No me he fijado en la cama que elegía. –dijo mientras se levantaba y dejaba el pijama sobre la colcha.

- El pijama es para ti. He visto que no tenías ninguno en ese montón de ropa que estabas mirando. –dijo el pelirrojo mientras observaba como Scorpius lo miraba inseguro.- ¿O es que te molesta que sea un pijama de Slytherin? Compre uno acorde a cada casa porque no sabía en qué casa me iba a tocar pero supongo que no es el pijama adecuado para el gran hijo de Harry Potter.

- Es perfecto, muchas gracias. –dijo Scorpius cogiéndolo.

 

Observo la habitación en la que se encontraba con detenimiento por primera vez. En la habitación había cuatro literas. Su cama era la que se encontraba encima de la del pelirrojo ya que allí era donde había encontrado su ropa que previamente se había encargado un duende domestico de colocar. Subió arriba de inmediato y se empezó a sacar la capa y la camisa cuando vio asomarse al chico.

 

- Pensaba que el hijo del salvador del reino mágico tendría mejor educación.

 

Scorpius notó que aquel chico parecía hablar de su padre con cierto despreció. No le gusto en absoluto.

 

- Mi padre me ha educado de maravilla. –dijo Scorpius de inmediato

- ¿De verdad? Porqué te acabo de hacer un favor y ni siquiera me has dicho tu nombre.

- Perdona. A veces pierdo mis modales cuando alguien habla con despreció de mi padre.

 

Scorpius se giró de nuevo sin dignarse a contestar la pregunta. Estaba dudando si aceptar el pijama o devolvérselo cuando oyó que el chico se reía a su espalda. Se giró sorprendido al oírlo.

 

- Jajajaja. Perdona, no puedo evitar tener cierta envidia a las atenciones que recibe tu padre de todo el mundo. Pensaba que no se me notaba tanto cuando hablaba de él. Y perdona por la broma con lo del pijama. Quería ver como reaccionabas al darte un pijama de la casa enemiga a la que perteneces. ¿Me perdonas chico del futuro? –suplicó el pelirrojo.

 

Scorpius se le quedó mirando fijamente. Realmente parecía una persona sincera e iba a necesitar a alguien conocido en el pasado a parte de sus padres.

 

- De acuerdo, pero deja de llamarme así. Me llamo Sc… James. –se corrigió Scorpius a tiempo.

- Me caes bien ScJames. –dijo el pelirrojo

- Solo James.

- De acuerdo. Yo me llamo Blake. Encantado de conocerte. Que pases una buena noche chico del futuro.

 

Scorpius acabo de ponerse el pijama y se fue a dormir. El cansancio del viaje hizo que entrara de inmediato en un profundo sueño.

A la mañana siguiente notó como alguien le movía con delicadeza para despertarle. Se despedazo y vio que Blake ya estaba vestido.

 

- Despiértate dormilón. Vístete rápido o no te dará tiempo a desayunar.

 

Scorpius se puso de pie inmediato y se disponía a vestirse cuando oyó una risa detrás de él. Al girarse vio a Blake riéndose mientras le observaba.

 

- ¿De qué te ríes? –preguntó extrañado.

- Al final va a resultar que el pijama no te iba bien después de todo.

 

El chico se observó a sí mismo y comprendió porque se estaba riendo tanto. El pantalón del pijama y la parte de arriba le iban grandes. Le sobraba un palmo de tela en los brazos y las piernas. Él solo media 1’60 así que era 10 cm más bajo que Blake. El pelirrojo se le acercó y le revolvió el pelo.

 

- Eres un enano. –dijo Blake aún entre risas.

- No me trates como a un niño. –dijo Scorpius apartando la mano de Blake de su cabeza.- Que sea bajo no te da derecho a hacerlo.

- Vaya humor te gastas por la mañana chico del futuro. Solo era una pequeña broma.

- Y deja de llamarme así. Me llamo James.

- De acuerdo. No más bromas matutinas. Te espero en el Gran Comedor.

 

James se vistió de inmediato y se arregló el pelo ante el espejo. Tras hacer la cama se dirigió hacía el Gran Comedor. Pero en medio del trayecto vio a su padre en un pasillo junto a una chica pelirroja. Sin saber muy bien porque lo hacía decidió esconderse tras una armadura cercana para espiarlos.

 

- Gracias por venir Harry. –dijo Ginny.- Necesitaba hablar contigo.

- ¿De qué se trata Ginny? –preguntó Harry aun sabiendo la respuesta.

- Sabes perfectamente de que quiero hablarte. Cuando fuiste a por los horrocruxes me dijiste que querías cortar conmigo para protegerme. Pero ahora todo ha acabado.

- En realidad no se ha acabado. Voldemort sigue vivo en algún lugar.

- ¿Qué sigue vivo? ¿Por qué dices eso?

- ¿Sabes lo de mi hijo verdad? Él ha venido a aprender magia aquí porque en el futuro Hogwarts se ha vuelto un lugar tenebroso. Pretende cursar en Hogwarts y volver con los conocimientos necesarios para vencerle.

- Pero eso es absurdo. –dijo Ginny.- ¿Cómo va a seguir vivo Voldemort?

- Se ve que intercambio la parte del alma que tenía en su cuerpo por el alma de algún mortifago huyendo así una vez más de la muerte.

- Eso es horrible. –dijo Ginny palideciendo.- ¿Es 100% segura esa información?

- Confío plenamente en las palabras de mi hijo. Así que debemos pensar en una estrategia.

 

Harry dio por terminada la conversación e intento escabullirse hacia el Gran Comedor cuando notó que Ginny le cogía del brazo.

 

- Harry, ¿acaso ya no me quieres? –preguntó Ginny directamente para evitar rodeos.

- Yo…

 

Harry llevaba un tiempo con los sentimientos confusos. No sabía que sentía por Ginny. No sabía si aún la amaba.

 

- Ginny no sé lo que siento por ti en estos momentos. –confesó Harry al fin.- Antaño creí que estaba enamorado de ti pero ahora ya no lo sé.

- Harry, ¿todo esto es porque sabes quién es la madre de James?

- Claro que no. No sé quién es la madre.

- Entonces, ¿cómo sabes que no soy yo? Por favor Harry, dame otra oportunidad para enamorarte.

 

Él chico se quedó un rato pensativo. Quizás tenía razón. Podría ser la madre de James o quizás no. No tenía ni idea. Solo sabía que había sido feliz junto a ella cuando habían sido novios.

 

- De acuerdo. Te daré una segunda oportunidad.

 

Harry se acercó a Ginny y la besó tiernamente en los labios. De repente tuvo la sensación de que algo no estaba bien pero de inmediato meneó la cabeza para quitarse esas estúpidas ideas de la cabeza.

Más atrás James observaba la escena sin podérselo creer. Cuando Harry unió los labios con los de la chica pelirroja empezó a encontrarse mal de repente. Un mareo intenso lo invadió y la última cosa que pensó antes de caer desmayado al suelo fue que quizás era demasiado tarde para él y su hermano y que iba a dejar de existir para siempre.

Notas finales:

Espero que os haya gustado. Nos vemos en el proximo.


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