Len soltó un fuerte jadeo, miro a todos lados confundido. ¿Qué había pasado?
-¿Dónde estoy?- comenzó palmar el suelo con las manos. El suelo estaba mojado, no muy bien cuidado, con algunas grietas.
Cuando sus ojos se fueron acostumbrado a la oscuridad puedo distinguir donde estaba. Una habitación. Busco la puerta y la encontró, era de metal. Intento abrirla, pero estaba cerrada con llave.
-¡Alguien, ayuda!- grito Len, comenzando a golpear la puerta. Lo último que recordaba es que había ido al baño, después de bailar con kaito. Después de eso, nada.- ¿Hola?
-Si sabes que nadie te escucha, ¿no?- pregunto alguien desde afuera de esa sucia habitación.- Len.
-¿Quién…Quién?- Len intento caminar hasta la puerta, pero sus piernas fallaron. Cayó al suelo soltando un jadeo.
-Deberías quedarte en un lugar, no te muevas.- La persona que se encontraba afuera rio un poco.- la droga que te dará un poco de mareo, pero luego pasara.
Len se echó al suelo y abrazo sus piernas, ocultando su rostro entre ellas. Comenzó a derramar lágrimas, mientras pensaba en la razón por la cual estaba encerrado.
-No llores.- escucho un golpe en la puerta, lo cual lo asusto.- tu rostro es más bello con una sonrisa, así que por favor no llores.
-¡La belleza es innecesaria!- grito derramando más lágrimas.
-La belleza es más que necesaria.- escucho como aquel sujeto se iba.- es lo que te mantiene con vida. Imagínate si fueras feo, horrible, asqueroso… nadie te querría. Ni siquiera tus amiguitos esos, Gakupo y Kaito.
-Es mentira, ellos me aman por como soy.- grito mientras derramaba más lágrimas.
-¿Quieres probarlo?- el sonido de un látigo se hizo presente fuera de la habitación.
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-¿Dónde?- grito Gakupo mirando mal a Kaito.- ¡Dime donde!
-Ya te dije que no lo sé…- Kaito hablaba mirando al suelo.- el me engaño… me dijo que Len regresaría en poco rato. Nunca lo hizo. Luego amanecí aquí.
-¿Cómo que te engaño?- Gakupo cada vez se enojaba más.
-Es algo injusto, el no—
-¡el engañarnos el uno al otro es una regla!- Gakupo lo tomo de la camisa.- ¿Crees que Kiyoteru es alguien de fiar? ¡Eres un tonto! ¡No sabes nada!
-¡Deja ya de gritarme!- Kaito lo empujo.- ¡Acepto que fue mi culpa! Yo me responsabilizare.
-¿Cómo harás eso?- bufo Gakupo.
-No lo sé aun.- kaito miro a otro lado.- pero lo hare. Yo deje que lo secuestraras, ahora me tengo que hacer cargo.
-Supongo que tienes razón.- suspiro.- Te acompañare.
-¿lo dices enserio?- lo miro impresionado.
-Tendré que esparcir un terrón de deseo, por esta sucia y fea humanidad.- escucharon la puerta.
-¡VENGAN AQUÍ MALDITOS!- se aproximaron asustados.
-¿Rin?- pregunto kaito abriendo un poco la puerta.
-¿¡DONDE ESTA MI HERMANO!?- pateo la puerta mandando a kaito a otro lado.
-Rin, tranquilízate por favor.- Gakupo la sostuvo por los hombros.
-¡Dime… dime donde está Len!- Luka, quien había entrado de improviso, tomo a Gakupo y lo golpeo contra la pared.
-Las dos, tranquilícense un poco.- Gakupo tomo fuertemente la mano de la mujer.- nos tenemos que disculpar por algo.
-¿Qué paso?- Rin se acercó.
-Lo siento, pero perdimos a Len.- Gakupo cerró los ojos esperando un golpe.
-¿Cómo puedes pedir una disculpa con aquella cara?- Luka lo soltó.- sobretodo una disculpa por perder a mi hijo ¿si quiera sabes cuánto vale un hijo para una madre? ¡Más que tu vida, más que su vida, más que mi vida! ¿Sabes otra cosa? Siento que me confundí gravemente al dejar a mi hijo contigo ¿Qué es exactamente el para ti? ¿Otro muñeco más, alguien a quien puedes engañar fácilmente?
-Mama…- rin la miro un poco sorprendida.
-Si no encuentran a mi hijo…- los ojos de luka se llenaron de lágrimas.
-Tranquila.- rin la tomo de los hombros.- lo van a encontrar.- miro mal a Gakupo y a kaito.- Lo tienen que encontrar.
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-¡Basta ya!- grito Len, mientras estallaba en llanto.- ¡Deja de decir esas cosas!
-Ellos no te aman.- volvió a repetir.
-¡Tú no sabes nada de Kaito y Gakupo!- grito lo más fuerte que pudo, dejando salir más lágrimas.
-¿Yo no sé nada?- la persona tras la puerta rio.- Mi querido Len, tu eres el que no sabe nada ¡Por que no recuerdas nada!
El comenzó a reír fuertemente, su risa abarcaba toda la oscura habitación, lo cual obligo a Len a taparse los oídos.
-¡Solo déjame! Yo sé que ellos me aman, que ellos me…
-Mi corazón siempre termina abandonado y sin amor.- repitió el otro, haciendo que Len abriera los ojos.- eso lo dijiste tú.
-No puede ser verdad…
-Len, no te hagas el tonto. Tú sabes que ellos en verdad solo te utilizan, tú sabes que no eres más que un pedazo de carne con el que pueden jugar. – volvió a reír.
-Deja de decir esas cosas, por favor.- Len miro al sucio suelo bajo sus manos.
-Tú deseaste su muerte…
-Eso si es mentira, eso es una gran mentira.
-Si los matara, ¿me sentiría mejor?- imito su voz.- claro, eso nadie lo sabía. Fue un pensamiento inconsciente, ¿no?
-Yo nunca eh deseado matar a nadie.- susurro.
-Ahora pero ¿antes?
-No lo sé, ¡te dije que olvide todo! ¡Todo!- reunió fuerzas y se levantó, camino hacia la puerta y se apoyó en las rejas de la ventanilla- ¡por favor, déjame salir, déjame salir!
Vio claramente esa blanca y afilada sonrisa, acompañada de unos ojos cafés.
-Primero, destruiré todo de ti.- se acercó un poco más.- te hare rogar por morir, te hare sufrir y llorar tanto que tus lagrimas se secaran. Mi querido Len, te llevare al borde de la locura. Y todo aquí, en la habitación número 13943