Kris sabía que debía huir de ese lugar cuanto antes, tanto por el bien de su integridad emocional y su amistad.
-¿Adonde vas?- le interrumpió Luhan su camino percatándose que el más alto no podía tolerar la situación- Te veo en el departamento, ve con cuidado- se despidió suavemente soltando su agarre.
Estaban en un pub concurrido por los universitarios de esa área, se habían juntado un par de amigos y luego se unió más gente generándose algo más grande de lo que esperaba y dentro de toda la multitud y licor por el lugar, fue el último factor, que hizo colmar definitivamente su paciencia.
Chanyeol, dentro de su estado medio ebrio medio sobrio detuvo la algarabía para hacer un brindis por él y su novio Baekhyun, quienes justo ese día cumplían un año de relación, acompañado por con beso cariñoso y palabras torpes, más las felicitaciones de todos en la mesa, menos de él.
Era suficiente, él no tenía porqué lastimarse tanto.
Suspiró tratando de aguantar el frío mientras caminaba por las solitarias calles de la ciudad, a pesar que lucía calmado y sobrio, la verdad es que las copas se le estaban subiendo a la cabeza y por dentro era un mar descontrolado, angustiado por sus sentimientos lastimados una vez más. Lamentando su situación se recriminaba una y mil veces que esta era solo su culpa.
Solo a tí se te ocurre enamorarte del novio de tu mejor amigo. A ti se te ocurre posar los ojos en Byun Baekhyun.
Pero enamorarse no fue su único error. Gracias a él Chanyeol y Baekhyun cumplían un año de relación. De no ser porque los presentó, quizás otra sería la historia.
Al primero que conoció fue a Chanyeol, ambos altos y guapos, pensó que se llevaría bien con alguien tan apuesto como él y cuanta razón tuvo, la verdad es que nunca antes había encajado tanto con otra persona. Bromeaban todo el tiempo, y en esa época en que ambos estaban solteros, pues hacían y deshacían en los clubs nocturnos. Jugaban con sus conquistas, cambiaban sus nombres, apostaban e incluso se desafiaban.
Hasta que conoció a Baekhyun.
Fue un día de invierno. Congelado pasó por el costado de la universidad y le vió, él era un mesero de medio tiempo en el café de la esquina de la universidad, menudo, gracioso y con unas expresiones muy tiernas, con esos lentes falsos de marco ancho se veía más que adorable. Cuando le observaba de lejos, él realmente pensaba que por esa pequeña figura cambiaría sus costumbres nocturnas. Al principio solo tomaba café, luego pedía un pedazo de pastel, hasta que se atrevió a saludarle y notó que ese pequeño era tan hablador y ocurrente que apenas podía seguirle la conversación así que él solo se dejó llevar por su tono de voz dulce y su tierna sonrisa.
Para cuando pensó que estaba listo para dar el siguiente paso, apareció Chanyeol. Le interceptó en una de sus salidas de la Universidad, molestándolo con lo raro que estaba últimamente y que quería saber quién era la persona que lo estaba cambiando tanto. Por su puesto no le dijo de su enamoramiento y lo que hacía, solo mintió diciendo que estaba en un periódo de estrés que sobrepasaba con café y lectura.
Convencido, Chanyeol le dejó en paz pero aún así le acompañó hasta el café y para cuando apareció Baekhyun en su campo visual, no hubo argumento ilógico que se lo sacara de la cabeza.
-¿Lo haz visto?- preguntó insistente- ¡Es una preciosura!- comentó agitado tratando de buscarlo por el café.
-No exageres, no es gran cosa- mintió sabiendo que había perdido por completo su oportunidad.
-¿Le conoces cierto?, vi como se trataban. Presentámelo Kris, anda y te dejo usar la moto por una semana- en ese momento se negó rotundamente a su petición, pero al pasar las semanas el chico se había puesto tan insistente que accedió.
¿Por qué?
Porque Chanyeol comenzó a cambiar, ya no apostaba, ya no salía, ni jugaba y las conversaciones solo se centraban en "Baekhyun esto, Baekhyun lo otro...". Nunca le había visto así, tan centrado y preocupado por alguien que no fuera él. Por eso accedió, quizás... él no era la persona indicada para Baekhyun, quizás Chanyeol y esa menuda figura estaban destidas a conocerse gracias a él.
Y por un tiempo estuvo bien con eso. Cuando Chanyeol le pidió salir a Baekhyun, pudo ver otro tipo de sonrisa por parte del menor, unas tímidas e inocentes, nerviosas y coquetas, así que se trató de auto convencer que ese era el camino adecuado.
Aunque luego las cosas comenzaron a complicarse, ya no le agradaba la idea que estuvieran juntos, le hervía la sangre. Le asqueaba que Chanyeol posara sus labios en él y se lo tragase como si le succionara la vida, le dolía que Baekhyun llegara a él solo para preguntar por Chanyeol, y no soportaba escuchar como entre ambos se llamaban "cariño" o "amor".
Pero tuvo que guardarse todos esos pensamientos. Como buen amigo, solo calló e hizo como si nada pasaba. Sin embargo el dolor le estaba pasando la cuenta.
Ya no disfrutaba, ya no reía, ni bromeaba, se la pasaba ensimismado en sus libros de leyes y mirando hacia la nada. Ya ni siquiera salía en sus ratos libres. Se estaba apagando y sabía que si no salía de ese torbellino de dolor, nunca podría volver a hacer el mismo.
Para cuando comenzó a caer la nieve, su sangre ya se había enfriado. Era momento de volver a casa. Pensó drámaticamente.
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La mañana estaba fría y sabía que a causa de su caminata de anoche, había pescado una fiebre, lástima que hoy tenía revisión de su tesis y no podía faltar a la Universidad.
-Hey- saludó Luhan de un brinco, aliviado quizás de no encontrárselo bajo de un puente sin vida.
-¿No tienes clases a las 8?- preguntó evadiendo sus posibles preguntas emocionales.
-No, solo hasta los miércoles- parecía ser que su tono de voz le recordaba lo ausente que estaba de la realidad, porque al fijarse en el calendario pegado al refrigerador, notó que hoy era viernes.- Anoche, Chanyeol preguntó por ti...- y guardó silencio- Le dije que tuviste otra jaqueca y que el humo del cigarro te estaba mareando-
-Gracias- respondió como si nada sacando la leche del refrigerador.
Aunque en el fondo realmente agradecía que su primo le cuidara las espaldas, si bien Chanyeol es su otra mitad en lo que a diversión se refería, sin lugar a dudas Luhan era su cable a tierra y su más grande escudo.
-No puedes huir para siempre, Yifan- le recordó- No siempre tendré una excusa y tú no siempre podrás ocultarlo o tener el control...-
-¿Vamos a tener esta conversación a tan temprana mañana?- preguntó astiado.
-Solo te lo advierto, si no pones de tu parte, esto acabará mal...- comentó preocupado, porque sabía que todos sus sentimientos estaban llegando al límite, en estos momentos Kris era una olla a presión. Y una muy peligrosa.
Luhan, suspiró pesadamente dando por terminada la conversación, dejó su plato de arroz a medio comer en el fregadero y tomó su mochila.
-Me voy-
-¿No me disjiste, que no tenías clases?-
-Minseok, me pidió ayuda con una de sus maquetas- contestó desinteresadamente pero esta era la parte favorita de Kris, una en la cual podía sonreír a gusto y burlarse de su adorable primo.
-Oh, sé que no te costará cargarlo- dijo en doble sentido.
-Gracioso, que no se te olvide meter la leche en el refrigerador. Llorón- se vengó y antes de que Kris llegara a la puerta este se marchó con un risa casi enfermiza.
Malditos parientes, pensó.
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Para cuando llegó al campus, trataba de repasar la lista de defectos que posiblemente podría tener su tesis y cómo las resolvería si el maestro no se dignaba a ayudarle, tan pendiente estaba que no se fijó que alguien le seguía, hasta que la menuda figura se interpuso en su camino.
-Mierda, Baekhyun- maldijo al verlo tan de pronto y cerca a la vez.
-Buenos días se dice, mal educado- respondió molesto.
Ni se preocupó de responderle algo y continuó su marcha a la oficina del maestro. Baekhyun le siguió indignado y al notar que no se detendría, habló rápidamente.
-Luhan hyung, dijo que sufriste otra jaqueca anoche, ¿estas bien?-
-Si-
-¿Tomaste algo para el dolor?-
-Hmm-
-¿Desayunaste?-
Asintió
Baekhyun se detuvo lastimado por no tener la atención que buscaba y Kris se lamentó por sentir su dolor a tan solo pasos de él.
-Sacaré hora con un especialista- Aunque su jaqueca era un invención, supo que no tendría otra salida. Siempre caía ante su rostro acongojado, nunca podía ignorarle, por eso alejarse de él era lo que debía hacer para poder continuar.
-¿Lo prometes?- insistió
-Lo prometo-
-Bien, te veré en la hora del almuerzo, te reservaré un lugar, ¡Adiós!- se despidió desprendiendo esa energía vital, mientras esa hermosa sonrisa adornaba su rostro.
Para cuando Kris suspiró por segunda vez, supo que era hora de tomar cartas en el asunto.
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Después de salir de la oficina del maestro, sopresivamente con todas las dudas resueltas, notó que algo no andaba bien con su cuerpo y que la visión se le nublaba.
-Mierda- susurró al sentir la temperatura de sus mejillas... estaba ardiendo.
Carraspeó un poco y atravesó el campus para dirigirse a su hogar y dormir un poco.
-¡Kris!- y esa voz indiscutible le hizo detenerse, aunque por más que tratara de verse molesto, la fiebre no se lo permitía y no iba a negar que ver correr a Baekhyun a su dirección, le aceleraba aún más el pulso- ¿No vas a almorzar?-
-No, iré a mi departamento-
-Oh, ya veo...- respondió algo descompuesto por el rechazo.
-No me siento bien, es todo- le explicó y no pudo decir más porque el menor se había aproximado a él tomando sus mejillas para unir una de ellas con su frente.
-¡Estas hirviendo!- exclamó sorprendido pero más lo estaba Kris, al percatarse lo cerca que estuvo de él y que el calor que se posaba en sus mejillas, no era producto de su fiebre, si no de la escasa y hermosa cercanía que probó.
Cuando fue conciente de lo que había ocurrido, estaba siendo arrastrado por el menor entre las calles, en dirección a su departamento, el cual le hablaba de cosas de medicina y recetas de su abuela, de tips para bajar la fiebre y demás en su lengua rural.
Que adorable, pensó cálidamente y se dejó guiar.
Al llegar a su departamento y con una voz autoritaria, Baekhyun lo envió a su habitación para que se cambiara la ropa, entre risas y sin chistar le obedeció enternecido. Al parecer la fiebre le estaba haciendo más dócil y debía tener cuidado con eso.
Recostado y con la fiebre subiendo aún más, llegó Baekhyun con un bol con agua fría y un paño. Se sentó junto a él y huntó el paño en agua para luego posarlo en su frente, suspiró sonoramente al sentir el constrate de la temperatura.
-Debe ser agotador, estar en el último año- comentó sonriendo un poco.
-Algo-
-No deberías sobrexigirte tanto, serás un buen abogado, yo lo sé-
-¿Le dirás eso al Juez, si llego a equivocarme en algún juicio?- preguntó algo incómodo. Él no era de recibir los cumplidos a la primera, siempre se los tomaba con una cuota de sarcásmo.
-¡Claro, diré lo que sea necesario!- chilló convencido.
-¿Así, qué dirías?- interrogó juguetón.
-Pues, diría que te la pasaste estudiando sin dormir los últimos seis años, que eres la persona más meticuloca y acertiva que conozco, que eres un justiciero por naturaleza y un apasionado sin remedio y alguien quién sin importar lo humillante que sea, acepta sus errores pero aún así levanta su frente con firmeza- relató dejando a Kris en las nubes, ahora mismo no era la fiebre la que le hacía flotar y sentirse en el sub espacio, si no las hermosas y conmovedoras palabras de Baekhyun.
Cerró sus ojos por un momento, solo necesitaba un segundo para disfrutar y sentir como su corazón se hinchaba por tanta dicha para luego retomar su acostumbrada actitud fría e indiferente.
-¿Estás seguro que soy yo, el que tiene fiebre?- Bromeó.
-Idiota- susurró sonriendo quitando con rapidez el paño de su frente para volver a mojarlo- ¿Por qué eres así?- preguntó de pronto depositando el paño donde estaba- ¿Por qué no reconoces que eres el mejor en lo que haces y ya? ¿Por qué no aceptas los cumplidos de las personas que se preocupan por tí?- interrogó casi viéndose afectado por su actitud.
Kris solo pestañeó confundido por sus palabras, la verdad es que Baekhyun siempre le criticó esa parte de su forma de ser, nunca le gustó lo indendiente y frío que podía ser en ciertas situaciones.
-Es un mecanismo de defensa- respondió automáticamente- de esta forma, solo destruyo mis propias expectativas y no la de los demás- explicó dejando a Baekhyun aún más conmovido.
El silencio luego fue bastante incómodo, Baekhyun le miró por un par de segundos y dudaba si hablar o no, trató de realizar un par de muecas pero siempre terminaba suspirando de la frustración, Kris no dudó que algo le estaba inquietando al menor.
-¿Sucede algo...?- se atrevió a preguntar, logrando que Baekhyun saltara en su lugar.
-No... nada- respondió tratando de sonreír para evitar más preguntas y en sus cinco sentidos Kris le hubiese dejado tranquilo, pero no ahora.
-Eres un asco mintiendo, Baekhyun-
-Es un asco que me conozcas tan bien- respondió continuando con su papel de bromista pero la mirada seria de Kris le detuvo- Solo pensaba... que porqué la gente que me roda no puede ser como tú...-
Vio a Baekhyun suspirar sonoramente y evitar con todas sus fuerzas verse más afectado de lo que estaba, pero era cierto, le conocía tan bien, que estaba seguro que en un par de segundos se largaría a llorar.
-Siento que estoy rodeado de gente egoísta y mentirosa...- comenzó abrumado- Gente que piensa en sí misma y que espera que yo también piense en ellos, no tengo tiempo ni siquiera para detenerme a disfrutar de un día cualquiera, porque siento que el resto está esperando que yo les complazca y comprenda aún cuando sé que me mienten... y es agotador...-
Y su pequeño cuerpo se encorvó mientras temblaba por las lágrimas y sus sentimientos lástimados. Dentro de lo enfermo que estaba se incorporó sin pensarlo y le abrazó tan fuertemente que solo hizo que Baekhyun llorara con más fuerza.
El corazón le apretaba, bombeaba menos sangre y la respiración no le era suficiente. Porque todo lo que tenga que ver con Baekhyun le afectaba, sentía que su dolor se multiplicaba en su cuerpo y la rabia viajaba por sus venas, ¿quién en su sano juicio se atrevería a lastimar a alguien tan precioso y sincero?.
-Se que es mi culpa por permitirlo... pero hay veces que no lo puedo evitar- comentó alejándose un poco de su torso alzando su mirada cristalina y destrozando su alma al mismo tiempo- ¿Está mal sacrificarse por la persona que uno quiere para hacerle feliz?- preguntó.
No. Quizo decir al instante, porque era lo mismo que estaba haciendo con él. Sacrificaba sus ganas, su cariño hacia él, porque le veía feliz con Chanyeol y así debería ser.
-No, no lo es... pero hay un límite para todo- dijo sabiendo que esas palabras era para si mismo- No puedes aguantar tanto dolor, no es normal...- murmuró asimilando sus palabras.
Reaccionó a los segundos después, esa no era la respuesta que debía darle en esos momentos porque lo único que había conseguido era deprimirle más.
-Pero es normal tener esa carga en tus hombros- le habló más suavemente y alzó su rostro para recibirle con una sonrisa- No olvides que querer a alguien y renunciar a tus propias necesidades, es lo más noble que puedes hacer y desear la felicidad de la persona amada por sobre la tuya es un acto de verdadero amor, al menos... así lo veo yo- explicó limpiando las lágrimas que seguían cayendo por sus finas mejillas.
Baekhyun no dijo nada, solo hipaba de vez en cuando y Kris se derretía por la imagen, las ganas de besarle la punta de su roja nariz le adormecía los labios pero solo debía conformarce con un abrazo de amigo, de compañero y de paño de lágrima.
Lo último que dijo le había dejado una especie de calor en su cuerpo, claro que era doloroso ocultar sus sentimientos, morderse la lengua con cumplidos y halagos para Baekhyun pero al ver que Chanyeol lo hacía por él y ver esa preciosa sonrisa, lograba tener casi el mismo efecto adrenalínico, si hubiese sido él el dueño de esas palabras, y no debía olvidarlo, no debía evitar sentirlo.
Porque él estaba enamorado y no era correspondido pero al menos estaba a su lado como un simple amigo.
Continuará...