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¿Mentirías conmigo? (HunHan) por Salvatore

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Tenía catorce años cuando conoció a JongIn, él estaba justo detrás de él conversando o más bien gritando con otro grupo de jóvenes. En ese momento estaban en la fila de espera para la inspección que sería realizada por la Comisión enviada por Ciudad Federal, ese era su gran día, en el cual su destino iba a ser escrito y a LuHan se le hacía imposible mantener los nervios bajo control, aunque tratara no podría porque el escándalo formado detrás de él era difícil de ignorar.

Su segundo encuentro fue una semana después, donde por alguna razón LuHan no quitó los ojos del susodicho cuando esté paso por su lado. Los siguientes cruces ocurrieron en los siguientes días, donde simplemente se trataba de ocasiones furtivas en las cuales LuHan se dedicaba a mirar JongIn; ‘ahora ya sabía su nombre’, cuando creía que este no lo miraba. LuHan no podía estar más errado; si pensaba que su pequeño acto de observación pasaba por desapercibido.

Fue JongIn quien se le acercó cuando intercambiaron palabras por primera vez, pero fue LuHan quien se encargó de que los dos no se separaran a partir de ese momento.

A JongIn le tomó menos de una semana acercarse a LuHan, lo cual era una buena racha, mientras que a LuHan le tomó menos de veinticuatro horas confiar en el otro, lo cual fue un record descomunal.

Durante los meses que duró el proceso de selección, LuHan era consciente del abismo de distancia entre su personalidad y la de JongIn, mientras él era callado, reservado, conservador y sumamente apegado a las reglas de comportamiento, JongIn era una colisión brutal de altos y bajos, jamás existió un punto medio en él, o era todo o simplemente era nada, y casi siempre resulto ser todo.

JongIn fue ese cofre del tesoro que LuHan logró encontrar sin necesidad de usar un mapa, fue ese alguien a quién le confió los retasos de su vida y todo aquello que anhelaba aspirar desde lo más real hasta lo más utópico, fue ese alguien que hizo que sus paredes cedieran y se mostrara tal y como es en realidad, para LuHan sencillamente JongIn era una persona especial y el tiempo que pasaban juntos no hacía más que afianzar sus lazos.

Cuando el proceso de selección llegó a su fin; para fortuna o desgracia; ambos fueron echados al mismo hoyo, y la estación catorce de Exons de Tercera categoría se convirtió en el hogar de ambos.

JongIn fue el primero en partir hacia lo que sería su nueva residencia, dos semanas después LuHan fue trasladado, cuando llegó un ExoSecurity se encargó de llevarlo hacia el área de la estación en donde él habitaría, la cual resultó ser nada más y nada menos que el área de cubículos individuales, pertenecer a la tercera categoría no es el sueño de nadie, pero LuHan agradecía que al menos podría tener su propio espacio privado.

Su itinerario como ExoDonor no fue nada del otro mundo, básicamente sus actividades se basaban en conservar su salud, comer sanamente, realizar actividades deportivas, recibir educación básica; y del resto estar confinado en su habitación. Esas eran las ordenes que debía acatar.

No supo nada de JongIn, durante dos meses y medio, literalmente, porque básicamente todo el mundo en la estación sabía quién era Kim JongIn. La poca información que LuHan lograba recabar de su amigo, que ahora no sabía si podía seguir llamándolo así, provenía de rumores que se decían por los pasillos de la estación. El JongIn que describían no se parecía en nada al que él conocía y Luhan se encontró dudando con mucha frecuencia que tan real había sido JongIn con él, y no pudo evitar sentirse traicionado porque después de todo JongIn fue la primera persona con la que LuHan se abrió honestamente, y JongIn parece haber sólo desechado a LuHan en la primera oportunidad que tuvo. Paso de ser Jongin la persona especial a ser JongIn el ExoDonor popular que logró vincularse ‘y que aún seguía siendo especial’.
LuHan reconoce que su amigo es naturalmente un imán para todo aquello que lo rodea, así que no le extraño aunque si le dolió, que JongIn lograra abrirse paso por sí solo a la jerarquía muy bien impuesta por las estaciones; los vinculados y los no vinculados, y estando LuHan en una categoría y JongIn en otra, fue imposible volver a acercarse a él, su máximo contacto se redujo sólo a un ápice de miradas mal disimuladas lanzadas por los corredores que con el pasar de las semanas disminuían cada vez más en frecuencia.

LuHan meramente se resignó a que estaba solo de nuevo.

El tiempo transcurrió pero su vida no dejó de ser menos implacable sobretodo porque LuHan ya cargaba sobre sus hombros el peso de una segunda carta de asignación como ExoDonor selecto para donación, su operación estaba a sólo escasos cuatro días y la angustia se lo estaba tragando de a poco.

La muerte de su vecino de estación, quien falleció en quirófano, no aplacó ni un poco sus ansias sino que por el contrario lo dejo en el borde la histeria. Y después del entierro, LuHan no sabe si fue su necesidad de hablar con alguien o fue algo más pero allí estaba él; de pie a las afueras del refugio común en busca de Kim JongIn.

- KyungSoo murió - fue lo que alcanzó a decir LuHan antes de que su voz se quebrara.

- Y yo no quiero morir -, fue la siguiente sentencia y sus lágrimas empezaron a caer unas tras las otras.

JongIn no sabía exactamente cómo reaccionar, después de todo LuHan ya no era nada que debiera concernirle. No es cómo si él le debiera algo que lo obligara a ayudarle de alguna manera, y aunque habían compartido un tiempo juntos durante la selección; no es como si ellos fueran realmente amigos, más sin embargo JongIn se limitó a decirle a LuHan que volviera a su cubículo a descansar que él le buscaría una cita con alguien que estaba dispuesto a vincularse con Exones.

LuHan se quedó mirando consternado cómo JongIn daba la media vuelta y entraba de nuevo al refugio común.
Después de todo él sólo necesitaba unas palabras de aliento y quizás un abrazo reconfortante para estar bien, no necesitaba una estúpida cita agendada para vincularse con alguien que no conocía, LuHan no necesitaba otra cosa por la cual preocuparse.

A sólo día y medio de su operación. LuHan estaba acostado en su cubículo cuando llamaron a su puerta. Por primera vez en años Kim JongIn le hacía el honor de visitarlo, aunque sólo fuera para concretar detalles de su encuentro programado con un federal. JongIn ni siquiera saludo, entró con seguridad al interior de su pequeña residencia, y aunque miraba con desinterés LuHan podía decir que JongIn estaba detallando todo a su alrededor.

JongIn no midió en reparó cuando empezó a explicarle a LuHan todo lo que debía a hacer en pro de conseguir la aprobación del Federal para así obtener la tan afamada vinculación que lo libraría de otra donación.

Básicamente las reglas se basaban en comportase como una marioneta que debía de moverse al gusto de su titiritero, había cantidad de cosas perversas que los federales le encantaban que los Exones hicieran, cómo si su poder les diera el derecho de pasar por encima del resto, LuHan nunca se había sentido tan aturdido antes; y no era por los actos que presuntamente tenía que realizar si alguna vez en su vida quería vincularse, porque ya había escuchado el conjunto de proezas desmoralizantes que habían experimentado algunos de sus compañeros para conseguir un contrato de vinculación. No, el abrumo de LuHan provenía de que era JognIn, su JongIn; quien está sentado frente a él contándole todas esas cosas que él consideraba cómo indignantes, con una naturalidad impresionante cómo si fuera algo de lo más común, de lo más obvio. Cómo algo que definitivamente JongIn ha hecho un montón de veces y allí la razón por la que Kim JongIn siempre ha estado vinculado.

- El sexo se te hace fácil, si te imaginas que la persona con la que lo haces es alguien a quién deseas -, la voz de JongIn suena segura y sus ojos buscan en LuHan alguna pizca de aceptación pero sólo se encuentra con un ceño fruncido y la línea tensa de sus labios junto con esa mirada turbada que le ha estado dando desde que empezó a decirle lo que tendría que hacer en la cita. JongIn no puede entender qué es lo que a LuHan se le hace tan difícil, después de todo dar tu cuerpo por un contrato de vinculación no están diferente como donarlo, con la diferencia de que con el primero tus partes y tus órganos permanecen intactos. - Vamos LuHan -, JongIn alegó ya disgustado por el pesimismo y la negación del otro, JongIn no podía creer que se hubiera molestado en arreglar todo esto para que a LuHan le importara una mierda, - Somos de tercera categoría; estamos condenados a ser el último eslabón de la cadena alimenticia, y a tí ya empezaron a devorarte y terminaran acabando contigo sino haces algo al respecto -.

En eso JongIn tenía razón, una vez que eres seleccionado para donar la primera vez, si la donación en un éxito como fue el caso de LuHan, sólo es cuestión de tiempo para que empiecen a llegar asignaciones de donación una detrás de las otras. Tal vez él debería de empezar a hacer algo al respecto antes de que sea demasiado tarde. Pero la idea de regalarse a otra persona le es bastante inquietante y si no fuera porque es JongIn, su JongIn el que está aquí con él, hablándole después de tantos años, y preocupándose por él como en los tiempos de la selección. Si no fuera porqué es él, ya hubiera descartado la idea hace rato, pero ahora la está considerando, la toma en cuenta y se lo piensa porque es JongIn quien se lo pide, es JongIn quien le dice que es por su propio bien, es JongIn quien lo quiere sano y entero; y finalmente LuHan comienza a darle un poco de cabida a la idea de estar con otra persona y es allí cuando en su mente suena la alarma roja, y LuHan sabe que no puede hacerlo, pero no le dice nada al otro.

Para alegría y alivio de LuHan; JongIn se ha quedado a pasar la noche, le ha dado a LuHan sus últimas indicaciones y le ha aclarado la mayoría de las dudas, las cuales en su mayoría absurdas pero JongIn ya está cansado como para hacer la acotación.

Está tirado sobre una manta en el suelo, mientras LuHan está acostado en la base acolchada, sus ojos ya están pesados pero las preguntas de LuHan siguen bombardeándolo evitando que se quede dormido.

- ¿Qué se supone que haga, sino sé cómo hacerlo? -, lanza otra réplica por enésima vez y JongIn está comenzando a fastidiarse porque LuHan está empeñado en no dejarlo dormir y el reloj ya está rozando la medianoche. - Esta bien LuHan, el cliente quiere a alguien que no haya hecho nada -. Sentencia JongIn y espera que no haya más preguntas.

- Es que no entiendes -. La voz suena mucho más cercana y JongIn abre los ojos para encontrarse a LuHan mirándolo desde arriba, de alguna forma el aspecto de LuHan hace que Jongin se incorpore de su cama improvisada para mirar fijamente a su compañero - ¿Qué es lo que exactamente te preocupa? -, JongIn espera finalmente apaciguar la ansiedad de LuHan para entregarse al mundo de Morfeo de una vez y por todas.

- Es no sé… - titubea LuHan y JongIn se desespera y se sienta en la cama del otro para aclararle por centésima vez su incertidumbre.

- Nunca has estado con alguien LuHan, ya lo sé -; empieza JongIn exhalando el aire pero con voz calmada.

- Y te he dicho que está bien, porque es así cómo lo prefiere…-.

- No entiendes JongIn -, interrumpe LuHan. - No es que nunca haya hecho algo, es que no se hacer nada, y mi preocupación es si no le gusta, tú dijiste que sólo si yo hacía las cosas bien y a él le gustaba se vincularía conmigo, pero yo sé que no sé hace nada bien porque no tengo idea de cómo hacer alguna de esas cosas.

- No sé hacer absolutamente nada - termina de decir LuHan contrariado.

JongIn sentado sobre el borde de su cama comprende el lloriqueo que ha tenido el otro durante las últimas horas, y ahora que entiende, él también se preocupa porque LuHan tiene razón en el punto de que si al federal no le gusta; el trato simplemente no va. Y al fin al cabo él no puede permitir que LuHan haga el ridículo porque después de todo LuHan va recomendado por él y si LuHan no hace las cosas bien, su reputación se verá afectada, y él no puede darse el lujo de cometer ese traspié porque bastante que le ha costado hacerse un nombre dentro de la estación.

- Sabes besar -, pregunta JongIn; y LuHan quién ha estado cabizbajo encuentra su mirada y niega tímidamente.

- Supongo que tendré que enseñarte a hacer algo, para que no legues en blanco mañana -.


Y a pesar de que ya han pasado dos horas es JongIn ahora el que se niega a dejar que LuHan cierre sus ojos, sin importar cuan agotados se encuentren ambos. Su mano vuelve abrirse paso hacia la cadera de la persona que se encuentra suspirando pesadamente contra la piel de su pecho intentando recuperar el aliento que le ha sido robado, apenas JongIn llega al sitio deseado, su mano envuelve ambas erecciones haciendo de nuevo el camino de ascenso y descenso que hace que LuHan se retuerza, y que ambos cuerpos dancen el uno con el otro con un mismo objetivo, no es después de dos orgasmos más, labios rojos y dañados por el excesivo uso, sudor y capas de rizos blancos dispersos en sus vientres que ambos pasan a la inconsciencia.

A la mañana siguiente JongIn no está y la reunión del día siguiente jamás se lleva a cabo.

Y cómo si esa noche no hubiera existido su relación con JongIn no cambió ni un ápice, LuHan le había dado a JongIn otra parte importante de él, y al igual que en el pasado este desapareció sin más.



Veía como a sus dedos les costaban un poco recibir las órdenes de su cerebro, su prótesis en contraposición con su mano real era más lenta de lo esperado y le costaría muchísima práctica ponerla a la par de su verdadera extremidad. El tiempo transcurre y nada ha cambiado excepto que ahora la gente piensa que LuHan es el traste de la estación algo así cómo la puta de los putos. Porque después de aquella noche con JongIn las historias que corren son bastantes absurdas, sobretodo porque involucran a LuHan con un raudal de personas a las que él ni siquiera conoce. Pero no sé molesta en aclarar nada, no se molesta en hacer que JongIn aclare nada porque después de todo a estas alturas de su vida a LuHan ha dejado de importarle una cierta cantidad de cosas.

No es cuando llega la tercera carta que LuHan se pone en sobre aviso, y se traga todo su orgullo y dignidad y va nuevamente en busca de JongIn.

De ninguna manera va a entregar su corazón a la Federación.

LuHan no está nervioso, esta vez LuHan tiene la determinación que antes no tenía, además JongIn le ha asegurado que nadie aparte de él lo tocaría esta noche. Cuando llegan al sitio; el pub tiene el ambiente que LuHan se imaginó, el aire cargado de humo, el fuerte olor a nicotina mezclado con alcohol, las luces revoloteando por todo el lugar y la música retumbando en sus oídos. El trato era simple, o eso pensaba LuHan, quien se imagina que tal vez tendría que hacer cosas más guarras de lo esperado, pero el federal solo quería mirar sexo, buen sexo y con sólo eso accedería a dar un contrato de vinculación por dos meses a LuHan, el cual aceptó porque dos meses era un tiempo más que prudente para descartarlo como donador para el temible trasplante de corazón para el cual fue solicitado. No es que dejar que alguien le mirara mientras tenía intimida con otra persona no le pareciera desmoralizante, pero LuHan se había mentalizado lo suficiente, si estaba asustado y una parte de él avergonzado pero no se podía permitir un solo segundo de dignidad, él necesitaba esto.


Varias copas de alcohol y una que otra pastilla ingerida han hecho de LuHan un mar de estropajos, no es muy razonable con respecto a lo que acontece a su alrededor , vagamente es consciente de que ha sido despojado de su ropa debido al frío que lo corroe, pero no puede centrarse por todos los vítores que escucha de fondo y la risas provenientes de rincones que no sabe identificar, a pesar del caos de su mente, está muy seguro de que hay más de dos manos sobre su cuerpo, mucho más de dos manos, pero no le importa porque es JongIn quien está justo frente a él tomando cada sorbo de su boca, y mientras JogIn este allí el resto no importa.

El resto de los recuerdo de esa noche fue un suvenir, LuHan sabe siniestramente que fue lo que ocurrió, sabe que el sexo fue real, el dolor en su espalda baja se lo confirma y el semen seco que entre sus piernas encontró al día siguiente es más que una prueba.

Pero eso no duele, no duele nada en lo absoluto, porque era lo que LuHan quería, lo que verdaderamente duele cómo si lo estuvieran desgarrado lentamente desde adentro es saber que al final nada resultó como se lo habían prometido porque al fin y al cabo su trato jamás había sido su trato, fue el de JongIn, el contrato de vinculación en juego jamás fue su contrato, jamás fue para él. Era para JongIn. La persona a la cual había decidido volverle a ceder su confianza. Le había engañado y traicionado; a LuHan sólo le quedo una dignidad pisoteada, el orgullo mal herido y rosetas púrpuras marcadas en la piel.

JongIn lo había utilizado a su propia conveniencia, y LuHan no iba a quedarse para ver cómo el resto se regodeaba de su miseria, para ver cómo sus iguales lo veían como un niño al que es fácil arrebatarle un dulce. Cualquiera que sea su destino LuHan está más que dispuesto a enfrentarlo, siempre y cuando logré salir pronto de su estación.


Sin importar que su corazón fuera el precio a pagar.




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No es hasta que siente un roce bordeando sus hombros, cuando se percata que Kai ha pasado su brazo por encima de su hombro, tensando su cuerpo al instante como si mil cuerdas estuvieran tirando de cada parte de él en diferentes direcciones. Vuelve a escuchar esa voz que le dice 'calma' y realmente quiere obedecerla porque uno de las promesas que si hizo a si mismo fue no permitir que Kim JongIn se atreviera a volver a burlarse de él, y es exactamente lo que está tratando de hacer al mantenerse lo más calmado posible. Sabe que mostrar algún indicio de nerviosismo seria darle a JongIn el placer que tanto se niega a brindarle.

- Si hay alguien al nunca me imaginaba volver a ver por aquí es a ti LuHan -. Es lo primero que dice y el simple hecho de escuchar su voz lo hace sentir sucio y usado.

- Pero aunque estoy sorprendido; es agradable verte -, continúa cómo si la indiferencia de LuHan no le afectara en lo más mínimo. JongIn reluce esa sonrisa tan característica de él, y LuHan no sabe si llorar , reír o simplemente partirle la cara. Pero las peleas era otra acción que estaba prohibida en el club, y él sabía de muy buena fuente, que los guardias no titubean para sacar del pub, a quien quebrante el orden.

No se atreve a decir nada, sigue en silencio mirando al frente y sabe que Kai le está observando, quizás si ocasiona algún tipo de disturbio los guardias lo saquen de allí, y en menos de un respiro estará a una distancia saludable de Kim JongIn, pero eso significaría tener que enfrentarse a Sehun después, y el sólo hecho de pensarlo, lo retiene.

- ¿Cómo está todo? Kai lanza la primera pregunta que aunque aparentemente es inocente conlleva a muchas cosas, tal vez pueda evadirlo y salirse con la suya; el arte de la evasión es algo que ha estado practicando muy a menudo con cada conversación sostenida con Tao y Suho, pero al ver de perfil como la mano libre Kai se posa al frente de su pecho y su dedo índice toca el lugar donde se supone que tiene que estar su corazón. LuHan sabe a qué se refiere con el 'Cómo está todo' y eso no es algo que pueda evadir con un simple 'no es tú problema'. Porque por más que conozca a Kim JongIn su cinismo y su descaro siempre será algo que nunca dejará de sorprenderlo, sin importar que ya haya pasado el tiempo.

LuHan se mantiene silente, sin intención alguna de pronunciar ni tan siquiera una sílaba, y a JongIn la actitud de su ex compañero de estación parece divertirle.

- ¿!Quién lo diría!? Me aplicas la ley del hielo – dice entretenido. - Eso no es propio de ti. Tú siempre eras uno de los más educados de nuestra estación -. Luhan no permite que las palabras lo perturben y sigue ignorando inmensamente a su interlocutor, pero Kim JongIn nunca se da por vencido e insiste con LuHan, quien observa cómo Kai mueve su mano desde su pecho hacia su muñeca y la toma sin permiso alguno, LuHan quiere apartarla pero ya es tarde cuando lo intenta. JongIn aferra su agarre y tira fuertemente de su brazo, desconcertando a LuHan por la fuerza innecesariamente aplicada. Esta dispuesto esta vez a replicar pero JongIn logra hablar primero.

- O es quizás que ahora que estas en una bonita y cómoda estación, tus modales han cambiado un poco -, El ExoDonor es consciente de la mirada de JongIn fijada en la banda blanca que lo identifica como un Exon de primera categoría, y ante esto LuHan no puede evitar posar su mirada en la mano que ahora sostiene la suya, la oscuridad del lugar no permite divisar el contraste entre su piel y la de Kai, pero distingue muy bien la banda de color gris en la muñeca de su ex compañero de estación y una pizca de placer se esparce por su ser y un pensamiento pretencioso se cuela en su mente diciéndole que Kai se merece cada fibra de color gris que compone esa pulsera, Kai merece esa posición como nadie en este mundo.

JongIn parece ajeno a su entorno mientras continua con su monologo.

- Debes de tener ahora muchos compañeros muy similares a ti. Así de bien comportados y eso, he escuchado que los Exons de primera categoría son muy juiciosos -. LuHan lo escuchaba en aparente calma, más sin embargo no se ha permitido ni por un segundo relajarse un poco, al contrario cada palabra aumenta más la tensión de su cuerpo.

- De primera categoría, mi amigo LuHan en un Exon de primera categoría -, el comentario fue en voz alta pero JongIn parecía estárselo diciendo a él mismo; y LuHan no podía estar más en desacuerdo con eso, porque Kai no es amigo de nadie.

JongIn no es tonto y conoce a LuHan lo suficiente como para saber que su ex compañero de estación no abriría la boca ni siquiera para propiciarle las maldiciones que se merece, así que es directo con lo que en realidad quiere saber, no es cómo sino quisiera saber de él, como ha estado, si tiene amigos, si le va bien, como está de salud, cómo se ha estado adaptando al implante pero sabe que LuHan demasiado orgulloso como para doblegarse a responder sus interrogantes, en cambio va directo al grano.

- ¿Qué haces aquí LuHan ? El tono es serio y LuHan por un instante quiere voltear a ver a JongIn a los ojos pero pronto divisa a Sehun y nunca había estado tan feliz de ver al Federal en su vida. Se sienta justo al frente de él, y LuHan quiere saltarle encima y no está hablando en forma literal, LuHan honestamente quiere brincar encima de Sehun abrazarle pedirle que no lo deje más nunca solo en la vida o por lo menos hasta que salgan del pub. pero se da cuenta de que Sehun más que mirarlo a él o a JongIn mira hacia el agarre que ambos aun sostienen y LuHan inmediatamente tira de su mano, pero Kai es más perspicaz y se acerca más a LuHan haciendo más estrecho el agarre sobre sus hombros.

- Buenas noches Sehun, ¿pasándola bien? -, La voz de JongIn vuelve a ser alegre y divertida pero la mirada de Sehun tiene todo lo opuesto a diversión y alegría. - Si, ya sabes lo de siempre -; le responde en tono monótono. Y las palabras fluyen de forma densa ya que una invisible pero palpable tensión comienza crecer y el ambiente a pesar de la música movida y las risas y gritos de fondo se ha vuelto sombrío, y el aparador de LuHan no está ayudando en nada, el ExoDonor solo quiere tomar a Sehun de la mano y salir de allí lo mas rápido posible.

- ¿No sabía que se conocían? -. Pregunta Sehun apuntado ligeramente con su cabeza hacia LuHan, y esté quien está muriendo de a poquito, quiere de verdad lanzarse sobre Sehun y llevarlo muy lejos de allí, muy lejos de Kai, porque intuye perfectamente hacia dónde va ir dirigida la conversación y es algo que no puede permitir, LuHan no puede arriesgarse a que la nueva vida que tanto había anhelado y la que tanto le ha costado mantener esté a punto de ser derrumbada. Se opone rotundamente a que su presente se reúna con su pasado, pero su historia parece ensimismada en querer colarse nuevamente a su presente, y la idea le causa escalofríos pero lo que más le hiela la sangre es que su peor pesadilla está ocurriendo justo delante de él, justamente delante de las dos personas que tienen el poder de sepultarlo.

- ¿A quién a LuHan? -, pregunta inocente Kai mirando al pálido Exon que yace junto a él, ‘te conozco demasiado bien’, piensa JongIn para luego volver a mirar a Sehun y esbozar una sonrisa.

- Nos acabamos de presentar, aunque creo que lo he hecho enojar -. Dice picando con sus dedos las mejillas de LuHan, como si fuera un acto adorable entre hermano mayor y menor, por su parte LuHan siente las gotas de sudor deslizarse por la piel de su cuello y bota el aire que no sabía que estaba reteniendo.

- ¿Tú lo conoces? Preguntó Kai tan suspicaz cómo un zorro.

- Vino conmigo – asevera Sehun y JongIn ensancha más su sonrisa y por un instante LuHan ve el final tan claro; que tan sólo quiere ponerse a llorar.

- Oh ya veo -, es lo único que dice JongIn. - Entonces esto es tuyo -, hace un ademan hacia LuHan, apartándose sólo centímetros de él y reacomodándose en su asiento.

- ¿Te quedaras a pasar la noche? – se dirige a Sehun tranquilamente cambiando de tema; cómo si nada estuviera ocurriendo, pero si ocurre.

- No, sólo vine por asuntos administrativos -. LuHan no pierde de vista la forma en que se miran Sehun y JongIn, y traga en seco mientras el desespero le corroe.

- De hecho ya nos vamos -, dice Sehun, y fue todo lo que le hacía falta escuchar a LuHan para levantarse de su asiento y hacerse pasó a la salida sin siquiera comprobar si Sehun venía detrás de él o no.


El camino de vuelta fue silencioso más no tranquilo. - ¿De dónde lo conoces? -, fue la única pregunta que Sehun lanzó.

- De la estación, fue mi compañero -. LuHan está exhausto emocionalmente y no tiene energía ni ánimo para evasiones, su propio estrés lo deja debilitado hasta el punto donde solo quiere colapsar y no abrir más los ojos y para su suerte el interrogatorio de SeHun termino allí.

El carro se aparca en el edificio donde habita Sehun, y LuHan se pregunta si Sehun primero vendría a buscar algo para luego llevarlo a él a su estación, pero no lo dice en voz alta.

– Baja – le ordena Sehun, y ambos van en silencio mientras van subiendo por el edificio.

Una vez que llegan es Sehun quien rompe a hablar – Dormirás aquí, acomódate en una de las habitaciones vacía de la planta -.

- Yo dormiré arriba -, replica antes que LuHan pueda preguntar. - Si tienes hambre puedes pedir lo que quieras a través del buzón de voz, que administración lo carga a mi cuenta -, Sehun hace camino hacia el piso de arriba sin mirar atrás.

Luhan está sentado en el sofá asimilando todo lo ocurrido el día de hoy. No sabe si dar gracias o maldecir su suerte porque se siente muy confundido al respecto de los hechos. Ha tenido tantas horas y días con una ansiedad y una angustia que se permite pedir lo realmente quiere para comer, lo que es igual a pedir nada de lo en verdad puede comer, pero no le importa. LuHan ha pedido pizza, gaseosa, postre de chocolate, helado de crema suiza y pasteles de atún para comer en la madrugada y el vaso de la medida más grande que hay de cafélate frío. Se autoriza y se concede a sí mismo una segunda ronda de pedido; salmón en rodajas con salsa alcántara, camarones gratinados, cazuela de mar, mejillones al vapor, total al fin y al cabo él nunca ha tenido la oportunidad de probar la comida mediterránea hasta ahora. Y además todo eso lo cargaran en la cuenta de Sehun, y LuHan no siente ningún remordimiento cuando el monto de la cuenta se refleja en la pantalla electrónica. Después de todo oportunidades como esta no se le presentan todo el tiempo.
Notas finales: La verdad es que la excusa por mi abandono es demasiado larga, pero bueno mil disculpas por casi un año ausente. Para aquellos lectores que seguían la historia desde el año pasado, y a los nuevos bueno nada, un besito para ustedes. XD

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