La última carta
Jueves, 20 de octubre, Viena, Austria.
Querida Zina:
Lamento no escribirte desde hace tiempo. Luego de cruzar el océano hasta América no dispuse de ningún momento para hablarte. Te agradezco a ti y a Crystal por la información que me brindaron a través de las cartas con Misha. No sé qué habría pasado si no llegaba a tiempo.
Aún no sé si mi decisión fue la mejor. Pero es lo que hice. Y no me arrepiento. Va a ser difícil. Hay muchas cosas que enfrentar. Mientras estemos juntos creo que todo será posible.
Con Jess estamos cuidando de su hermana menor en la ciudad. Te manda saludos. ¿Sabes algo? Tenías razón. Está trabajando de veterinario. Se le da bien estar entre los animales. Será mejor que no lea esto o va a enfadarse.
Voy a tardar en conseguir el papeleo para conseguir la nacionalidad americana. Por mucho que me pese tendré que aceptar la ayuda de Lyod. Es un bastardo… pero cuidó bien de Misha. Tuve que darle la mano para saludarlo ayer en la tarde. Si hubieras visto esa escena podrías morir en paz, hermana.
Ya le hablé a Misha sobre papá y mamá. No se lo ha tomado muy bien, pero se recuperará pronto. Sé que querías comunicárselo en persona. Lamento que no hayas podido ir al funeral de mamá. Hablé con Antoine y los restos de papá intentará llevarlos a Austria. Al menos tú podrás sepultarlo.
Apenas consiga la nacionalidad volveré a las viejas andadas. No estoy lo suficientemente viejo como para abandonar mi trabajo de profesor. Misha intentará conseguirme empleo en las universidades donde él está dando clases.
Espero que en algún momento podamos reencontrarnos contigo, hermana. No debes olvidar presentarnos a Crystal, y a las niñas que tiene a cargo. Van a ser como nuestras sobrinas también. Vamos, una foto de vez en cuando no matará a nadie.
Con respecto a tu pregunta de la carta anterior… Realmente no sabía qué responder. Estaba confundido. Tantos años lejos de Jess hizo que creyera que tal vez esos sentimientos que alguna vez experimenté eran inmaduros, malintencionados, que él merecía a alguien mejor. Pero cuando vi sus ojos otra vez supe que nada de lo que pensara, que me hiciera dudar o temer, nada de eso podría ser superior al amor que siento por él. Lo siento, no me culpes si me he puesto más romántico que de costumbre.
Esta será mi última carta, Zina. La próxima vez quiero verte de frente. Con cariño,
Alexandr Ivanov.
Guardó la carta en el sobre y la dejó entre sus papeles. Mañana a primera hora la dejaría en el correo. Sintió el rose cálido de un par de brazos rodeando su espalda. Cuando se volteó se encontró con aquellos ojos azules que tanto idolatraba.
Ya no debía inclinarse para besarlo. Lo tomó con ambas manos de las mejillas y acarició sus narices muy despacio. El aroma dulce que escapaba de su boca lo embelesaba.
Era un lenguaje mudo que sólo ellos dos comprendían. Uno que podía unir los horizontes más lejanos. Sonrió en sus labios, despacio, queriendo guardar cada segundo en el resquicio de su memoria.
—Sasha…—se aferró a su antebrazo. Por un momento recordó al niño que alguna vez había sido—Por favor, no vuelvas a irte.
El hombre se aferró a su nuca y le acarició la barbilla.
—No me irías ni siquiera si así me lo pidieras.
Jess sonrió. No era cuestión de creer o no en sus palabras, de albergar alguna tenaz ilusión de poseerlo y que se esfumara en el aire. Era una seguridad absoluta, ya que al fin y al cabo, por más distanciados que fueran sus caminos, por más erráticos que se tornaran sus pasos, a ellos dos siempre los uniría la misma luna.
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español