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There Is A Light (Kaisoo) por SugarCherryWaves

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Notas del capitulo:

¡Hola! Éste es el primer fanfic yaoi que escribo y también el primer angst, espero que sea de su agrado. 

Éste fanfic se basa en la canción de "The Smiths - There is a light that never goes out". Para entender algunas partes, recomiendo escucharla mientras leen. Y más aún recomiendo leer la letra en español.

Aquí dejo el link de la canción.

https://www.youtube.com/watch?v=ym5V-PQAiuw 

03 de Marzo del 2014.

La portada del periódico local no mostraba nada más que un trágico accidente automovilístico. Era típico. Las personas eran tan frías que nunca se detuvieron a leer con detenimiento sobre la noticia, tampoco les importaba ni les afectaba a su vivir cotidiano. Algunas se detenían, sí, a comprar el periódico. Había gente que si se interesaba sobre los acontecimientos que ocurrían en su humilde ciudad, pueblo, localidad o como quisieran llamarle. Era un pueblo de no más de mil personas.

Un hombre compró el periódico y se detuvo a leer la portada, le echó una ojeada a la fotografía a color que mostraba un Nissan v16 aplastado en un camión de carga pesada, de esos grandes e intimidantes. Siguió ojeando el periódico hasta que se encontró con la sección de deportes y se quedó leyendo sobre el triunfo de la selección de fútbol nacional.

Una señora de unos cincuenta años compró el periódico un quiosco más allá, a unas tres cuadras. Quedó horrorizada por el estado en que había quedado el pequeño auto. El accidente había ocurrido el día anterior, al anochecer. A esa hora en que pasaban su telenovela favorita y su marido llegaba de trabajar todos los días. Se recuperó del impacto inicial y siguió la página, saltándose el informe completo de la noticia por su propio bien mental. Se decía a sí misma que mientras menos tragedias conociera, su mente estaría más tranquila y menos paranoica – o menos consciente – de los peligros diarios que asechan a los mortales y que te tocan vivir según la suerte de la olla.

 

15 de Abril del 2012

El muchacho pelirrojo que había entrado hace una media hora antes, acompañado de un moreno alto salían ahora felices de la automotora de autos usados. Ahora montaban su nueva adquisición. Un Nissan v16 en perfectas condiciones, no era muy grande, ni muy pequeño. Era perfecto para los dos.

-     ¡Al fin lo conseguimos! – Dijo el pelirrojo de piel nívea a su acompañante en el asiento de piloto.

-     Nos ha costado, pero aquí está. – Le respondió el moreno con una sonrisa.

-     No sabes cuan feliz soy… – Susurró con una sonrisa.

-     ¿Tanto querías el auto? – Preguntó el moreno divertido por la cara del pelirrojo.

-     No, no. No seas idiota, sabes a lo que me refiero – Respondió con una sonrisa, mirando hacia el moreno que tenía una sonrisa en la cara mientras conducía. – Soy feliz porque hemos conseguido esto juntos.

-     Yo también soy feliz, Kyungsoo. – Respondió el moreno tomando la mano del otro. – Siempre quise conducir tomándote la mano.

-     Eso es muy cursi – Rio Kyungsoo. – Te quiero Jongin. – Dijo finalmente dedicándole una sonrisa.

-     Yo también te quiero. – Detuvo el auto en un semáforo en rojo y se acercó hacia el pelirrojo dándole un sonoro beso en la frente descubierta. – Te amo. – Le revolvió el cabello con su mano libre.

-     Y-yo también te amo – El más bajo se hundió en su asiento con las orejas rojas de la vergüenza. A pesar de estar viviendo juntos por un año, aún no se acostumbraba a las demostraciones de cariño repentinas de Jongin.

-     Eres tan tierno – Rio el moreno y aceleró cuando el semáforo estuvo en verde.

Kyungsoo dirigió una mirada a sus manos entrelazadas y sonrió. Sonrió con su sonrisa más sincera y con su corazón latiendo fuertemente. No podía amar más a ese hombre, simplemente lo amaba con todas sus fuerzas y era capaz de dar la vida por él.

 

22 de Diciembre del 2012

Faltaban tres días para navidad y todo era caos. Tanto como en el pequeño pueblo como en la casa de Kyungsoo y Jongin. Esa navidad recibirían a la familia de Kyungsoo por primera vez desde que estaban juntos. La familia Do se había opuesto duramente a la relación de ambos, no aceptaban que su hijo fuese homosexual y que estuviera viviendo con un hombre. Pero ya habían pasado cerca de un año y medio desde la pelea y familia necesitaba una tregua, la señora Do extrañaba a su hijo mayor. Extrañaba escucharlo cantar y hablar sobre política, extrañaba esos arrebatos de frustración y quejas sobre el sistema.

-    Tranquilo, todo saldrá bien. – Intentó calmarlo Jongin.

-    No lo sé… No quiero que se lleven una mala impresión de nosotros… – Kyungsoo cayó sentado en el sillón de cuero negro de la sala.

-    No lo harán – Jongin se sentó a su lado y pasó un brazo por sus hombros para atraerlo hacia sí.

-    ¿Cómo puedes estar tan seguro? – Kyungsoo apoyó su cabeza en el hombro del moreno y soltó un sonoro suspiro cansado.

-    Porque tienen a un fabuloso hijo que lleva ordenando la casa desde que recibió la llamada de su madre hace una semana. Vamos Kyung, todo saldrá bien. – Acercó su nariz a la cabeza del contrario y la refregó por los cabellos, tratando de absorber el olor de su novio y retenerlo para siempre en sus fosas nasales.

-    Sí… todo saldrá bien – Repitió más para sí mismo.

Se quedaron acostados en el sillón por un largo rato, dándose besos suaves y llenos de cariño. Lo que más adoraba Kyungsoo de su novio era el poder de relajarlo y de darle paz infinita con tal solo ser rodeado por esos fuertes brazos. Sentía ese calor apoderarse de su pecho, ese cálido sentimiento de ser abrazado por la persona que amas y que te ama. Ese sentimiento tan exquisito. Cada vez que intentaba decirle a Jongin cuanto lo amaba, no era capaz de retener la lágrima traicionera que se escapaba por sus mejillas. Es que el sentimiento era abrumador. Lo rebalsaba y cada día era peor. Se sentía completo.

 

18 de Agosto del 2009

Kyungsoo conoció a Jongin de casualidad en una cafetería.

 

19 de Agosto del 2009

Volvieron a encontrarse en la misma cafetería. Ésta vez, Kyungsoo tuvo el cuidado necesario para no derramar el café en las piernas de su cliente.

 

20 de Agosto del 2009

Jongin había vuelto a la cafetería en la que trabajaba Kyungsoo. Y ya no era casualidad.

 

01 de Septiembre del 2009

Jongin esperó al término del turno de Kyungsoo y lo acompañó a casa. Ese día intercambiaron sus números celulares y desde entonces, todos los días había un mensaje de “Buenas noches” en el buzón de entrada de Kyungsoo. Ese día también, Kyungsoo asustó a su madre y a su hermano por los gritos que pegó después de recibir el primer mensaje de Jongin.

 

25 de Diciembre del 2009

Jongin invitó a Kyungsoo a apreciar el baile de navidad que había preparado junto a su grupo de danza. Era una noche fría y Kyungsoo había olvidado su bufanda, aun así fue directo a la plaza en donde se realizaría el espectáculo y se sentó en primera fila. Observó al chico moreno con ojos atentos y un fuego se acumuló en su pecho, era una sensación extraña que le provocaba ganas de llorar. La canción que interpretaba Jongin era sobre regalos, felicidad y renos con narices rojas. Pero Kyungsoo tenía un nudo en la garganta, esa noche tenía que decirlo.

Cuando el baile terminó, Kyungsoo se paró de su asiento y aplaudió con todas sus fuerzas. Jongin había estado fantástico y no le quitó la vista de encima en ningún momento a Kyungsoo.

Ambos se miraban intensamente, como si nadie más estuviera allí.

 

Ambos se encontraban frente a un gran árbol navideño, tomados de las manos, con sus caras rojísimas por el frío y por el calor, a la vez, que subía por su cuerpo.

-    Tengo algo que decirte… – Rompió el silencio el más bajo de los dos. Mirándo a Jongin a los ojos con el brillo peculiar del árbol navideño que se reflejaba en sus pupilas.

-    Espera un poco, Hyung – Lo interrumpió Jongin quitándose la bufanda color crema que llevaba. – Tienes la cara toda roja por el frío, no sé en qué estabas pensando como para dejar tu bufanda en casa un día tan helado. – Envolvió a Kyungsoo con ella, tapándole la boca y la nariz, dejando apenas sus ojos a la vista.

-    Pero…

-    Pero nada, no puedo permitir que el hombre que amo pesque un resfriado y yo no hacer nada al respecto.

Kyungsoo abrió sus ojos de sobremanera y no pudo articular ni una sola palabra. ¿Había escuchado bien?

-    ¿Q-qué? – Balbuceó el más bajo.

-    He dicho que no puedo permitir que el hombre al que amo se enferme.

-    Tú… yo… ¿qué? – Balbuceó nuevamente, con sus ojos aún abiertos.

-    Tonto. He dicho que te amo. – Jongin sonrió ante la tierna imagen de Kyungsoo avergonzado y sin habla. Se agachó y besó su frente. – Te amo, Hyung.

El moreno se agachó y con su mano derecha bajó la bufanda que cubría la boca de Kyungsoo. Juntó sus labios y sellaron el primero beso de muchos que compartirían.

-    Yo también te amo – Dijo Kyungsoo hipando, no puedo evitar entrar en llanto.

-    No llores, Hyung. Yo estoy aquí. – Se acercó al mayor y lo abrazó protectoramente. Cubriendo su cabeza con una de sus manos y colocando la otra en la cintura del más bajo, para atraerlo hacia sí. Esa noche nevó fuertemente y cubrió a la ciudad de blanco, de un blanco puro que, por desgracia o no, esos dos no pudieron apreciar desde el departamento del menor.

 

08 de Julio del 2010

Una palma se estampó contra la mejilla de Kyungsoo, quien estaba pálido por la reacción de sus padres. Su madre lloraba en un rincón preguntándose “¿Qué he hecho mal?”. Su padre o mejor dicho, padrastro. Estaba frente a él, con la mano hinchada y rojiza por el golpe que le había propinado en toda la cara. Tenía los ojos inyectados por la furia y sus dientes fuertemente apretados, amenazando con lijárselos entre sí por el rechinar colérico que hacía en su boca.

-     ¡Te vas de ésta casa! ¡No queremos un maricón viviendo entre nosotros! – Dictaminó el hombre dándole la espalda a su hijastro que estaba descolocado en medio del comedor.

-     Papá… ¿Qué estás diciendo? – Preguntó nervioso, con los ojos abiertos y sorprendidos, sosteniéndose la mejilla adolorida.

-     ¡No me llames papá! ¡No soy tu padre! – Se dio la vuelta encarando al muchacho. – ¡Yo no soy padre de ningún maricón sopla pollas!

El hombre volteó nuevamente acercándose a la mujer que lloraba en una esquina, afirmada en una pared de la sala. La tomó del brazo y la ayudó a incorporarse. La mujer abrió los ojos lentamente, miró a su hijo estupefacto en medio de la sala y no fue capaz de sostenerle la mirada. No fue capaz de darle una sonrisa y decirle que estaba bien, no fue capaz de sostenerlo cuando estaba cayendo y no fue capaz de detener el odio que sentía hacia sí misma por haber criado a un “pervertido”, como ella solía llamarles a los homosexuales.

-     Mamá… – Musitó Kyungsoo al borde de las lágrimas. – Mamá… no me hagas esto, mamá. Mamá. Mamá. ¡Mamá, no dejes que me eche de la casa! ¡No me dejes solo, mamá! – Los sollozos amargos se retenían en su garganta y formaban una pelota que era incapaz de tragar, tenía que tirarla fuera.

La señora Do subió su vista hacia su hijo destrozado, nuevamente fue incapaz de sostenerle la mirada a su hijo mayor y la desvió, desvió su mirada, dándole la espalda a su hijo y todo lo que significó criarlo, quererlo y verle la cara de nuevo en ésta vida.

-     Vete… – Sentenció. Dura y estricta, como siempre había sido. – Vete y no vuelvas.

 

Kyungsoo abandonó la casa tan pronto como su cuerpo débil y destrozado se lo permitieron. Al salir de la casa chocó con el hombro de su hermano menor, no le dirigió ni un vistazo y corrió. No le importó nada, no le importaba nada en esos momentos, simplemente quería llegar a un lugar donde siempre sería bienvenido y acogido. Corrió al lugar donde esos brazos fuertes y amables lo esperaban y lo consolarían, le diría que todo estaba bien y que él se encargaría de repararlo, de reanimar su corazón.

 

27 de Septiembre del 2013

Ese día había sido una larga jornada para Kyungsoo, trabajaba en una pastelería desde las ocho de la mañana hasta las seis de la tarde, pero trabajó horas extras hasta las diez. Se dirigía a su departamento, ese que compartía con Jongin desde hace dos años y un poco más. Pasó por una tienda de comida china para comprar la cena, ya era muy tarde como para cocinar y además tenía hambre. Se dirigió a su departamento lo más rápido que pudo para que la comida no se enfriara.

Cuando ya estuvo en el calor del hogar, dejó la comida en la cocina y buscó a Jongin, no estaba en el sillón como de costumbre, viendo la televisión. Fue hasta la habitación con una sonrisa, quizás Jongin se había cansado de esperarlo y estaba durmiendo una siesta.

Se paró fuera de la habitación, escuchó un murmullo dentro de ella, Jongin normalmente hablaba dormido, pensó y entró.

 

25 de Diciembre del 2012

Tocaron el timbre del departamento. Kyungsoo ya no se podía el estómago de los nervios, vería a su familia, aquella que le había dado la espalda debido a sus preferencias sexuales y sin embargo perdonó y abrió las puertas de su departamento, para amarlos de nuevo.

Su madre estaba más delgada a como la recordaba y su padre tenía el pelo más blanco. Y más arrugas. Ambos habían envejecido tanto en tan poco tiempo. Se notaba en el cabello tinturado de su madre y en las ojeras que no lo habían pasado bien ese tiempo y que desde el fondo de su corazón se arrepentían. Pero no podían hacer otra cosa, con lo tradicionalista que era la familia, tener un homosexual en ella era como un insulto y una patada en la boca.

Kyungsoo corrió hacia su madre y la estrechó en sus brazos, luchó por retener esa lágrima traicionera que amenazaba con escaparse de sus orbes.

-     Te extrañé, mamá. – La mujer se largó a llorar un buen rato en los brazos de su hijo, suplicando que la perdonara, que se había equivocado y que lo extrañó tanto que pensaba que iba a morir.

Cuando Kyungsoo se paró frente a su padrastro le saludó con un apretón de manos, se notaba que el hombre no quería estar ahí, pero qué otra cosa podía hacer. Su mujer le había rogado por meses para visitar a su hijo.

-     ¡Sehun! – Kyungsoo miró sorprendido a su hermano que entraba por la puerta, cabizbajo. Parecía sorprendido.

-     Sehun… – Balbuceó Jongin detrás, mirando sorprendido al menor que entraba por la puerta.

-     Jongin… – Respondió el otro desde la puerta, con sus ojos abiertos.

-     ¿Ustedes se conocen? – Preguntó Kyungsoo extrañado. Mirando a ambos inquisitivamente.

-     Sí… – Respondió el moreno detrás de él – Solíamos ir al mismo grupo de danza, ya sabes, el que te conté antes. No es nada, sólo me sorprendió que fuera tu hermano, nunca me lo presentaste. – Sonrió el moreno y tomó de los hombros a Kyungsoo. – ¿Cierto? – Se dirigió a Sehun.

-     Claro… éramos compañeros de danza solamente – Balbuceó Sehun aún sorprendido.

-     ¡Oh, cierto! – Habló Kyungsoo – Olvidé presentarlos, mamá, papá. Él es Jongin, el hombre que amo. – Miró son una sonrisa a su novio y a sus padres, esperando una respuesta.

-     Mucho gusto, señor, señora. Mi nombre es Kim Jongin y les aseguro que su hijo está en perfectas manos, lo amo con todo mi corazón y cuidaré de él.

 

28 de Septiembre del 2013

-     ¡Te odio! ¡Eres un puto asqueroso! ¡Cabrón!

 

02 de Enero del 2014

-     ¿Qué le haces al auto, Kyungsoo? – Preguntó su padre al verlo con el capó abierto y metido dentro, hurgando en el motor de la máquina.

-     Ésta cosa está un poco vieja – Rio mientras le largaba una patada a la rueda delantera y se limpiaba las manos llenas de grasa del motor con un trapo sucio.

-     ¿Quieres que te ayude a repararlo? – Se acercó su padre mientras se arremangaba la camisa.

-     ¡No! – Lo detuvo – Está bien, papá. Puedo hacerlo yo sólo, no te preocupes. No quiero que te ensucies las manos.

-     ¿Seguro?

-     Sí, seguro. Ve, mamá te está esperando dentro.

-     Está bien. – Se dirigió hacia la puerta de la casa. Cuando estaba por entrar se giró hacia Kyungsoo. – ¿Has visto a tu hermano? No lo veo desde ayer por la noche.

-     ¿A Sehun? – Preguntó sorprendido – No, no lo he visto. Pero debe estar con sus amigos, ya sabes. Le gusta salir por las noches.

-     Quizás deba cortarle las alas a esa libertad que de pronto se dio a sí mismo. – Murmuró el padre de Kyungsoo antes de entrar a la casa.

A pesar de lo que había hecho en el pasado, de insultarlo y echarlo de la casa, Kyungsoo lo aprecia mucho. Se casó con su madre cuando él apenas tenía dos años y lo considera su verdadero padre. Claro, que él es sólo padre de Sehun, pero Kyungsoo le agradece por haberlo criado y enseñado todo lo que sabe. Y agradece más aún que haya olvidado esa hostilidad hacia él y que ya no lo trate como basura.

 

14 de Octubre del 2013

-     Kyungsoo… Ya han pasado dos semanas, por favor, deja de llorar – Baekhyun, el amigo de la infancia de Kyungsoo, lo consolaba, dándole palmaditas en la espalda.

Se encontraban en la casa de los padres del bajo, hace dos semanas había corrido todo el camino hasta allí. Su madre lo recibió con un grito de sorpresa, había llegado hecho un mar de lágrimas y tierra. En el trayecto desde la casa de Jongin hasta la de sus padres se había caído un par de veces por no poderse el peso de su propio cuerpo.

Cuando estuvo dentro de casa se desmoronó y lloró toda la noche en los brazos de su madre, quien ya se hacía una idea de lo que había ocurrido.

-     No puedo, Baekhyun. No puedo dejar de llorar si tengo que verle la cara todos los días mientras desayuno por las mañanas y me mira con esos ojos de lástima, como si lo que descubrí esa noche hubiera pasado muchas otras noches mientras yo no estaba en casa. – Sollozaba y sorbía los mocos que se le caían de la nariz. – Lo peor de todo es que no hay ni una pisca de culpabilidad en sus ojos. Como si el que tuviera que disculparse soy yo…

-     Kyungsoo… – Baekhyun abrazó a su amigo mientras controlaba sus propias lágrimas, lo que le sucedía a su mejor amigo era como una broma de mal gusto.

-     Yo quiero morir…

 

27 de Septiembre del 2013

Abrió la puerta de la habitación esperando encontrarse con su novio dormido sobre la cama. Pero lo que encontró no se lo esperaba para nada. En su cama había una masa deforme que podría describirse como dos cuerpos demasiado juntos. Demasiado pegados y pegajosos, sin ropa. La cabellera de su novio tapaba su rostro sudoroso, pero el colorido cabello de su hermano estaba tirado hacia atrás, dejando a la vista su rostro demasiado colorado.

A Kyungsoo se le secó la garganta, no puedo reaccionar y se quedó ahí, parado viendo aquella escena más tiempo del que hubiera querido en realidad. Simplemente no podía moverse, sentía que si intentaba correr como su mente se lo ordenaba, caería al suelo y nunca más podría levantarse.

Los hombres en la cama no notaron la presencia del más bajo porque estaban demasiado concentrados en la ola de placer que experimentaban. No fue hasta que un fuerte sollozo escapó de la garganta de Kyungsoo que ambos miraron hacia su dirección, espantados.

Jongin fue el primero en colocarse de pie y correr hacia su novio, sin embargo la ropa interior que llevaba por los tobillos hizo que tropezara y cayera al suelo, sobre la ropa del hombre en su cama.

-    Kyungsoo… yo… no… – Balbuceó mirando a su novio desde el suelo.

Kyungsoo salió corriendo de la habitación y de su casa para ir directo a la casa de sus padres, el único lugar al que podía volver ya que aquel departamento ya no era su hogar. Nunca más.

 

14 de Febrero del 2010

-     Te quiero mucho Jongin. Feliz San Valentín.

Ambos se encontraban sentados en el sofá de cuero negro que tenían en la sala. En la mesita de centro había un pastel blanco con adornos rosa y frutillas en forma de corazón.

-     ¿Lo hiciste tú? – Preguntó Jongin sorprendido. Abriendo la boca a la vez que Kyungsoo acercaba una frutilla a sus labios.

-     ¡Claro que lo hice yo! Sabes que no sería capaz de comprarte un pastel de regalo…

-     Muchas gracias, me encanta. – Jongin abrazó al más bajo enterrando su cabeza en el hueco de su cuello. – Te quiero.

Kyungsoo se dejó abrazar y correspondió el abrazo. Una canción comenzó a sonar en la radio que hasta ese momento tenían prendida a un volumen bajísimo.

-     Take me out tonight. Where there's music and there's people and they're young and alive… – Comenzó a cantar Kyungsoo con una voz suave en el oído de Jongin.

-     Esa es una canción muy triste Kyungsoo. No me gusta. – Replicó Jongin.

-     ¿Por qué? A mí me gusta mucho.

-     No lo sé, me genera una tremenda pena. Es como si un nudo se formara en mi garganta cada vez que la escucho desde que descubrí lo que decía la letra.

-     Es una maravillosa letra.

-     Cualquier cosa que hable sobre la muerte, no atrae mi atención.

-     ¡Pero habla de una muerte maravillosa! La mejor de las muertes a mi parecer, no podría vivir sin ti a mi lado…

-     Yo tampoco podría vivir sin ti…

-     And if a double-decker bus, crashes into us. To die by your side Is such a heavenly way to die… – Continuó cantando el más bajo, pegado al oído del moreno.

-     Te amo – Susurró Jongin. Y apretó el abrazo.

-     Yo también te amo. Jongin, tú eres mi luz que siempre está ahí… – Kyungsoo levantó la cabeza del moreno y selló un casto beso en sus labios.

Después de aquel beso se sumaron más besos, luego otros un poco más subidos de tono y otros. Luego se fueron desperdigando por todo sus cuerpos. 

 

02 de Marzo del 2014

Kyungsoo conducía con su celular en la mano, eran las seis de la tarde y todavía había luz natural. Hacía frío afuera y el auto tenía el aire acondicionada averiado, estaba envuelto en tres sudaderas grandes y un abrigo encima.

-    Baekhyun, tranquilo… Estoy bien – Lo calmó el más bajo.

-    Está bien… has lo que quieras, pero no me vengas a llorar a mí después, que no pienso abrirte la puerta. – El chico al otro lado del teléfono parecía cabreado, pero resignado, al fin y al cabo no podía detener a su amigo.

-    No te preocupes, estaré bien. Fue mi decisión pedirle a Jongin hablar el día de hoy.

-    Por favor, no te hagas más daño del que ya te hicieron… Todavía puedes cancelar… por favor, no vayas… Tengo un mal presentimiento. Kyungsoo ¿Me estás escuchando?

-    Sí, te escucho. Ya estoy llegando, Baek. Nos vemos más tarde.

-    Kyung… – El más bajo cortó el teléfono y estacionó el auto frente a un local pequeño con letras doradas grandes en la parte de arriba. Era la escuela de danza donde Jongin hacía clases desde hace un año.

Esperó fuera durante cinco minutos y la puerta del copiloto se abrió, dejando entrar a un moreno con abrigo y bufanda. El conductor encendió el motor y aceleró la marcha. Ninguno de los dos se atrevió a decir palabra.

-    ¿Cómo has estado, Jongin? – Preguntó el más bajo con la vista pegada en la carretera, el moreno le dirigió una mirada de sorpresa.

-    Bien… ¿Y tú? – Preguntó cabizbajo.

-    Bien.

Un silencio sepulcral se coló dentro del auto viejo. Lo único que se escuchaba era el sonido del motor y de los demás autos pasar a su lado.

-    ¿De qué querías hablar? – Jongin iba con la cabeza pegada a la fría ventana, siguiendo con los ojos los árboles que desaparecían a su lado.

-    Simplemente quería hablar. Ya sabes, hace más de seis meses que no hablamos… Desde que ocurrió aquello. – Jongin lo miró boquiabierto, le sorprendía que fuera él el que sacara primero el tema.

-    Kyungsoo yo…

-    Sé que estuvieron saliendo antes de que salieras conmigo. – Lo interrumpió. – Sehun me lo contó. Es mi hermano, sabes… Tuve que verle la cara todos los días después de eso… No fue especialmente agradable la sensación que querer partirle la cara a tu hermano pequeño todos los días…

-    Lo siento… – Jongin no era capaz de verlo a la cara, se sentía asqueroso y sucio.

-    No tienes que disculparte… Ahora comprendí que el mal tercio era yo… – Seguía con mirada clavada en la carretera.

-    ¿¡Qué!? ¡No! Tú no eras el mal tercio, te equivocas… yo…

-    No importa – Lo cortó nuevamente – Espero que estés haciendo feliz a mi hermano, Kim Jongin. O te cortaré la cara. – Rio suave y le dirigió una mirada a Jongin.

El más alto se estremeció, quería echarse a llorar y patalear. Era injusto. Era injusto que Kyungsoo haya sufrido tanto por un error que él cometió, injusto que ahora esté frente a él sonriéndole y dedicándole suerte con su hermano. Había roto todo los buenos recuerdos de la persona que conducía a su lado, lo había roto en miles de pedazos y sin embargo le sonreía. Con esa carita suya que se aniñaba con la curvatura en sus labios.

No soportó más y dejó escapar el gemido que se atoraba en su garganta. Una lágrima se desbordó por su mejilla.

-    Hey. No llores… – Kyungsoo acercó su mano hasta la mejilla del moreno y limpió la lágrima. – No me gusta verte llorar.

-    Pero te hice mucho daño… Perdóname. Kyungsoo, perdóname por favor. Lo siento tanto…

-    Tranquilo… – Golpeó su espalda suavemente para consolarlo.

De pronto el auto dio una violenta sacudida. Ambos jóvenes saltaron en sus asientos y se miraron atónitos. Kyungsoo presionó el acelerador, pero el auto no respondió y sólo se escuchó el sonido del motor intentando arrancar.

-    ¡Maldita chatarra! – Kyungsoo salió del auto para ver qué había ocurrido con su máquina.

 

02 de Marzo del 2014 (Media Noche)

Una mujer gritaba sin consuelo en la sala de urgencias. El hombre que la acompañaba retenía sus lágrimas mientras sujetaba a la mujer de la cintura. El joven a su lado estaba tirado en el piso, sin poder moverse ni articular una palabra. Tenía el aire retenido en sus pulmones y los gritos de la mujer retumbaban en sus oídos como si estuviera bajo el agua, distorsionados y guturales.

 

02 de Marzo del 2014

-    Ya está. – Kyungsoo subió al auto poniéndolo en marcha.

-    ¿Qué ha pasado?

-    Ha estado fallando así desde hace unos meses, sabes que cuando lo compramos tenía sus buenos años encima… Tendré que comprar uno nuevo… – Suspiró el más bajo.

-    Ha pasado tiempo desde que lo compramos… Me ha parecido una eternidad…

-    Han sido dos largos años…

-    Cambiaste el color de tu cabello.

-    El rojo me tenía aburrido. Mucho trabajo, debía teñirlo cada cierto tiempo… Una molestia. El castaño es más fácil. – Se pasó la mano por el cabello. – ¿Te gusta? – El moreno lo miró sorprendido, no sabía qué decir. Ciertamente le gustaba, pero no encontraba pertinente responderle aquello. Kyungsoo notó la confusión del moreno y rio. – Estaba bromeando, no tienes que responder a eso.

-    Me gusta.

-    ¿Qué?

-    Me gusta como te queda ese color – Respondió serio, mirando fijamente al chico frente suyo.

-    … Ah… Sí… – La cara del más bajo se desfiguró completamente. Miró la radio a su lado y la encendió. No necesitaba escuchar los halagos del moreno, no lo necesitaba, por su bien mental y emocional.

 

Como si el destino les jugara una mala pasada, una canción conocida para ambos comenzó a sonar dentro del auto. Sumergiéndolos a ambos dentro de una nube de recuerdos indeseada.

“Te amo”

“Te amo”

“Te amo”

“Te amo”

Tantas palabras de amor se habían dedicado mutuamente que ahora al más bajo le parecía una tontería. ¿Desde cuándo sus “te amo” eran simplemente una forma de redimir sus infidelidades? ¿Cuántas veces lo había hecho con Sehun mientras él hacía horas extras en la pastelería? Se cuestionó internamente, dolido.

-    Take me out tonight… – Comenzó a cantar el más bajo mientras un sabor amargo le inundaba la boca.

-    Kyungsoo no… por favor, no lo hagas… – Jongin acercó su mano a la de Kyungsoo para tranquilizarlo. Sabía que todo eso de ser fuerte había sido una fachada, el más bajo no era tan fuerte y nunca lo perdonaría tan rápido. – Note hagas más daño, por favor…

-    Because I want to see people and I want to see life… – El auto comenzó a acelerar y en las manos de Kyungsoo comenzaron a notarse los nudillos blancos debajo de su piel.

-    Kyungsoo… Baja la velocidad.

-    Driving in your car…

El auto aceleró su marcha aún más. Bordeaba los ciento diez kilómetros por hora. Y la cara de Kyungsoo no relajaba a Jongin, conocía esa cara y no le agradaba.

-    ¿¡Qué haces!? – Jongin se aferró a su asiento mirando alarmado el camino delante de él. Kyungsoo mantenía el acelerador presionado y no le dirigió ni una sola mirada a su acompañante.

-    Oh, please don't drop me home. Because it's not my home, it's their home, and I'm welcome no more…

Kyungsoo estaba sumergido en un trance dentro de sus recuerdos. Y sus lágrimas no dejaban de caer.

-    ¡Nos vas a matar! ¡Detente!

El auto ya pasaba los ciento treinta y no había intensiones de parte de Kyungsoo de bajar la velocidad. Jongin enterró sus uñas en la mano del más bajo, pero éste no respondía.

-    And if a double-decker bus crashes into us. To die by your side is such a heavenly way to die. And if a ten-ton truck kills the both of us. To die by your side. Well, the pleasure - the privilege is mine…

Kyungsoo dirigió una hermosa sonrisa al moreno al lado suyo, quien le miraba con terror y lágrimas en sus ojos. El auto iba a ciento cincuenta y subiendo. Al frente suyo se podía ver un gran camión acercarse a gran velocidad – en realidad eran ellos los que se acercaban al camión.

-    Jongin, tú eres mi luz que siempre está ahí.

El impacto se produjo casi de inmediato.

Kyungsoo había presionado el freno repetidas veces, por puro acto reflejo, él sabía que no funcionaba y que no iba a responder.

 

10 de Enero del 2012

-   Te amo Jongin.

 

29 de Mayo del 2011

-   Te amo Jongin. Gracias por amarme.

 

13 de Julio del 2013

-   Te amo Jongin.

 

14 de Febrero del 2010

-     ¡Pero habla de una muerte maravillosa! La mejor de las muertes a mi parecer, no podría vivir sin ti a mi lado…

-     Yo tampoco podría vivir sin ti…

-     And if a double-decker bus, crashes into us. To die by your side Is such a heavenly way to die… – Continuó cantando el más bajo, pegado al oído del moreno.

-     Te amo – Susurró Jongin. Y apretó el abrazo.

-     Yo también te amo. Jongin, tú eres mi luz que siempre está ahí… – Kyungsoo levantó la cabeza del moreno y selló un casto beso en sus labios.

 

03 de Marzo del 2014

Un hombre adulto se encontraba en las bancas de un parque del pequeño pueblo. Tenía el periódico en sus manos y leía atentamente como acostumbraba hacerlo todos los días. La portada del periódico era otra tragedia, como muchas que ocurrían. Un accidente automovilístico. No hubo sobrevivientes. El Nissan v16 quedó estampado contra el camión, los muchachos iban a exceso de velocidad.

-   Apuesto que iban alcoholizados. – Susurró el hombre y pasó la página.

 

Notas finales:

Cualquier error gramatical, ortográfico o lo que sea, corre por mi cuenta (:

Espero con ansias sus rw!!


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