La noche recién comenzaba y Luhan no estaba seguro de cómo quería que terminara, o si de verdad quería que terminara, sólo se encontraba seguro de que estar en ese preciso instante en los brazos del chico de piel canela era la mejor sensación que había tenido en toda su vida.
No le importaba no saber nada del chico, no recordar su nombre, ni mucho menos no saber ni en dónde se encontraban, no pudo poner atención a la direccióndel chico porque simplemente estaba muy ocupado observando esos labios que lo incitaban a comerlos a besos. Podría muy posiblemente estar a punto de ser secuestrado por el moreno y él sólo se dejaría hacer, total, el síndrome de Estocolmo podría aplicar muy bien a su extraña vida, sobre todo con un secuestrador así de guapo e irrestible.
Unos besos más tarde se encontraba debajo del sexy moreno sobre la suave cama en la habitación que, suponía, era la suya. No se detuvo a mirar la decoración, los pasillos, los muebles o cualquier otra cosa, sólo se mantuvo aferrado a el cuerpo ajeno sin dejar de morder, succionar y disfrutar de los labios ajenos, grabando en su memoria su sabor y textura.
Podía sentir cómo el calor se agolpaba dentro de su cuerpo, provocándole una inmensa necesidad de liberarse de toda la estorbosa ropa que se interponía entre el moreno y él, necesitaba más que esos enloquecedores besos que el otro le proporcionaba, quería más de él, lo quería todo.
Sus delicadas manos comenzaron a bajar por la espalda del chico que se encontraba encima suyo, deleitándose con su cuerpo tan bien formado, envidiando un poco la perfecta figura masculina que comenzaba a moverse suavemente contra su cuerpo creando oleadas de placer intenso y provocando que unos leves gemidos por parte de Luhan salieran sin permiso.
Al llegar a sus glúteos masajea sin reprimir sus impulsos, moviendo sus caderas sugestivamente apegando aún más el cuerpo ajeno al suyo, soltando profundos suspiros por la excitación que se hacía cada vez más presente.
Sus manos abandonaron un momento su tarea para proceder a avanzar hacia el cinturón del moreno, comenzando a quitarlo lentamente, tomando su tiempo para provocarlo.
Jamás había estado con alguien, pero era como si su cuerpo supiera exactamente qué hacer y en qué momento exacto hacerlo, comenzaba a tomar vida propia cada parte de él provocándole sensaciones inexplicables y fabulosas.
El pantalón del moreno comenzaba a deslizarse por sus muslos con la ayuda de Luhan, quien aun conservaba ese toque de lentitud excitante, sin despegar sus labios de los del otro.
Sus dedos se transportaron al interior de la camiseta del moreno, acariciando y recorriendo cada centímetro de su bien formado abdomen, no tenía prisa, quería grabar cada segundo de esta nueva experiencia en su mente, poder recordar después tan nítidamente cada minuto del encuentro.
"Sólo quitala quieres." Una sonrisa burlona se formó en sus labios al escuchar las palabras del chico encima suyo, sonaba más a súplica que a petición y eso lo hacía sentirse con poder, sin embargo, comenzó a quitarla lentamente hasta sacarla y lanzarla al suelo, donde seguramente se perdería junto con los pantalones. "Ahora, esto es un poco injusto." El moreno se separa lo suficiente para comenzar a desnudar a Luhan, quien ahora no se encontraba tan seguro de querer continuar, le avergonzaba mostrar su cuerpo frente a tan perfecto ejemplar, seguramente se reiría de él.
"Espera!" El moreno lo observa con un brillo sorprendente en los ojos, la camiseta había quedado desprendida de su cuerpo, por lo que Luhan cubría un poco su pecho con los brazos, lo cual no ayudaba en nada.
El moreno no tardó en bajar con delicadeza los brazos de Luhan colocándolos a ambos lados de su cuerpo, procediendo a repartir un camino de besos desde su frente, pasando por su nariz, labios, mejilla, cuello, clavícula, llegando finalmente hasta uno de sus pezones, sobre el cual pasa lentamente su lengua formando círculos alrededor mientras una mano pellizcaba cuidadosamente el otro.
Si había pasado por su mente salir corriendo y huir de la situación ahora sólo pensaba en cuanto deseaba que el moreno siguiera con lo que hacía, jamás imaginó que algo como eso se sintiera tan bien y pudiera provocarle más excitación de la ya causada, sentía que su miembro bien podría liberarse únicamente con esas caricias que la lengua del chico le proporcionaba.
Se encontraba sumergido en una atmósfera llena de gemidos -suyos- cuando sintió una mano rozar toda la extensión de su miembro con lentitud, aumentando el placer que ya sentía.
"Para, por favor..." Luhan estaba casi seguro de que no faltaba mucho para que llegara al climax con semejantes caricias, pero sus manos se encontraban muy ocupadas arrugando las sábanas con sus puños como para empujar con ellas al otro chico.
El moreno no tardó en hacerse camino dentro de los pantalones ajustados de Luhan, los cuales en algún momento fueron desabotonados y ahora su mano torturaba a su duro miembro sin detenerse ni un segundo, por el contrario, acelerando mientras sus labios se volvían a apoderar de los de Luhan, que no paraban de soltar fuertes gemidos aún siendo deborados por los del moreno.
Uno, dos, tres apretones más a su miembro y se vio liberado, arrojado sus fluidos que fueron a parar en la mano del moreno y seguramente sobre su ropa interior.
Mientras su garganta se reponía de un ultimo y muy sonoro gemido y su cuerpo aún continuaba temblando un poco por la sacudida del reciente orgasmo, el moreno aprovechó para deshacerse de las ultimas prendas de vestir en sus cuerpos, tomándose unos minutos para recorrer con la mirada el cuerpo de piel lechosa frente a él.
"Eres muy hermoso." Luhan no pudo responder ni una palabra cuando sus labios fueron nuevamente asaltados por un beso, esta vez uno lento y delicado.
"Tu eres perfecto." Sus mejillas se encendieron pintádose de un leve rojo ante su confesión y las palabras del moreno, él no consideraba que fuera algo hermoso, pero viniendo del extraño frente a él significaba mucho, aunque no supiera exactamente por qué.
Sus palabras fueron recompensadas con una hermosa sonrisa y un beso, durante el cual Luhan aprovechó para llevar sus brazos al cuello del moreno y pasar los dedos entre sus cabellos castaños, profundizándolo más al tiempo que sus piernas se posicionaban alrededor de su cintura para atraer su cuerpo lo maas cercano posible, rozando sus miembros y acelerando sus respiraciones, arrancando bajos gemidos de parte de ambos.
Sólo ese beso bastó para que el miembro de Luhan volviera a estar completamente erecto de nuevo y deseando ser liberado una vez más gracias al atractivo chico que se encontraba comiendo sus labios sin remordimiento alguno.
Sus caderas comenzaron a moverse de manera sugestiva contra el moreno quien no tardó wn llevar un dedo previamente ensalibado hacia la estrecha y virginal entrada del chico de piel lechosa, el cual no pudo evitar quejarse ante la intrusión.
"Tranquilo...relajate y disfrutalo...no te haré daño, lo prometo." Su respiración agitada apenas lo dejó terminar de hablar de manera entendible teniendo como respuesta un leve movimiento de cabeza en asentimiento, para luego besar los labios hinchados de Luhan.
Un segundo dedo entró arrancando un gemido bajo de la garganta de Luhan,comenzando a hacerlo ansiar más que unos dedos moviéndose en su interior.
Quería sentir al moreno envestirlo una y otra vez hasta desgarrarlo y hacerlo pedir por más, de verdad lo necesitaba. "Ya...estoy listo...sólo hazlo."
El chico retiró los dedos con una sonrisa de lado sumamente seductora, para continuar abriédose paso entre las piernas de Luhan, quien se mantenía con los ojos cerrados a la espera del probable dolor que sentiría al ser penetrado por semejante miembro.
Escucho un ruido y al abrir los ojos un poco asustado notó que se trataba de un preservativo, el cual se encontraba siendo colocado en la extensión del moreno. Pasó saliva y se preparó para el siguiente paso.
Sintió como se posicionaba entre sus piernas con su miembro comenzando a empujar en su entrada, provocando nervios de su parte y tensando todo su cuerpo.
"Si no te relajas te dolerá, dime si quieres que para pero procura no desearlo." Sus labios fueron cubiertos por los del chico de piel canela en un intento de distracción, la cual funcionó en parte, haciéndolo relajar sus músculos dándole paso al miembro que ahora entraba por su estrecho agujero lanzando una ola de placer por todo su cuerpo.
Ya no había temor ni nerviosismo en su sistema, ahora se encontraba disfrutando del momento, de cada vaivén de caderas, de los movimientos lentos pero acertivos del moreno y de las caricias proporcionadas a su miembro.
Pronto las estocadas aceleraron su velocidad dando paso a gemidos más roncos y constantes. Luhan mordía su labio inferior en un fallido intento de acallar sus gemidos mientras sus uñas se enterraba en la espalda de su amante, el cual aumentaba cada vez más la velocidad con que su pelvis se movía penetrándolo y su mano no dejaba de masturbarlo con la misma velocidad.
Una de las penetraciones dio en el punto exacto extrayendo un gemido aún más sonoro y provocando que Luhan se retorciera del placer. El moreno continuó dando en ese mismo punto hasta que el miembro de Luhan se liberó nuevamente, esta vez sobre su abdomen y causando que debido al orgasmo sus paredes se cerraran aún más contra el miembro del moreno, haciéndolo terminar segundos después de él y desplomándose al lado de su cuerpo.
"Ha sido un placer conocerte." Luhan no pudo evitar reir ante sus palabras, aunque no estaba en desacuerdo con Jongin -si, ya recordaba cual era su nombre- después de todo había logrado alejarse de la realidad un momento, y esperaba que se repitiera, incluso no dudaría en hacerlo esa misma noche