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-Silencio, el ángel está llorando la pérdida de su sueño- por Dandere

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Notas del fanfic:

Hola, este es mi primer Fics que publico con este genero. Pero mosca, no es el primero que cree. Ahora, solo espero que lo reciban con amor y cariño dejando muchos reviews y apoyandome. Equis, naranja, que si quiere me sigas leyendo. Sugerencias para escribir...¿? no sé, se valen...

 

Los invito a leer mis otros fics de Narutos si desean, tambien dejen reviews, estoy escasa de ellos :D ...eeeeeennn FIN. 

Ah, se me olvida..es un oneshot, por favor no pidan continuacion. 

 

La falta, el temor, la tristeza, la perdida, de todos ellos huyo cuando estaba contigo. Por qué te amé, te amo, y te amare. Pero solo puedo dejarte mi recuerdo. Por qué mi corazón te lo otorgue en el primer instante de haberte conocido.

Mírame ahora, sin alma, sin cuerpo, sin tristeza o alegría, sin sentir dolor o amor. Sin poder reconocer lo caliente a lo frio, creciendo en la humedad como mi llanto o la lluvia escondida.

Mi corazón ahogándose pasa por aquel túnel oscuro, y como el naufragio fui muriendo entre la lentitud de tus lágrimas.

Solo dejándote aquel aspecto elegíaco que escuche segundos a tu lado.

Ay mi amor, ¿Me amas? ¿Alguna vez lo hiciste? Porque yo si te amé, entre alegrías  y suspiros adorándote, quede en un sueño de susurro, ante tus pensamientos. Porque sin contarlo al mundo, tú eras mi sueño amor.

Mi sueño perdido.

 

 

Había llegado la noche en la ciudad, y en todos lados se escuchaban las cornetas de los carros y algunas que otras ambulancias. Se podía observar a las personas corriendo de un lado a otro. Yo solo intentaba llegar a la plaza más cercana, lentamente. Para sentarme en uno de esos bancos de madera y poder soltar todas las lágrimas que trataba de ocultar.

Había dejado la moto lejos de mi alcance y  no tenía cabeza para pensar en cómo llegar al apartamento. Mientras en la calles habían periodistas y medios de la comunicación por todos lados tratando de relatar los hechos.

 

Pero las cosas pasan por algo, aunque sean injustas ya aunque en ocasiones esas cosas que pasan, al mismo tiempo destruyen sueños, esos sueños que uno planea desde que ve las oportunidades.

 

Mi nombre es Ryuzaki Lawtiet, tengo veintitrés años. Mi sueño, o mi vida estaba hecha con Yagami Light, un hombre de veintiséis años, de 1.96 cm de alto, de ojos y cabellos marrón café, le gustaba el mocachino claro y las patatas; era abogado, uno de los mejores en aquellas calles tan corruptas. Era el hombre perfecto para alguien como yo, que apenas le faltaban dos años para terminar la universidad y graduarse de detective... Pero la vida se lo había llevado.

 

No aguante más y las lágrimas se soltaron como si nunca hubiese llorado en mi vida. Y  mientras observaba el firmamento, aclaraba mis pensamientos. Muchos, que pasaron a mi lado, me miraron con lastima, otros preguntaban si me encontraba mal y así. Cuando varias horas pasaron y estaba cansado de las miradas de las personas o las preguntas decidí volver y recordar cada uno de los momentos pasados.

Me fui caminando, lentamente mientras observaba la poca ciudad, indagando en mis pensamientos más profundos. Tome el camino rápido para llegar al apartamento al cual compartía con Yagami; algo pequeño pero cómodo, de una habitación, un baño y una corta sala. Pintado de varias tonalidades de marrón. Tenía una cocina amplia compartida con el comedor, y a su lado tenía una pequeña puerta que nos llevaba al cuarto de estudio.

Prendí el televisor y llego como un golpe en seco la directa noticia actual. Una bonita reportera hablaba en tono pausado, con su chaleco negro y camisa rosada, muy elegante. Con voz aguada un poco tormentosa, pero con un rostro bastante simpático. Mientras en su fondo se veía un gran choque, bomberos intentando apagar el fuego y gente corriendo a los alrededores.

 

“Hace momentos ocurrió en las afueras del edificio ****** un accidente de tránsito, dejando a dos heridos y un muerto. Entre ellos se encuentran varios de los familiares. Se reportan que la causa del accidente se produjo por problemas de alcoholismo y frenos dañados. En momentos los mantendremos más informados de los acontecimientos del...”

 

Había aclarado la reportera, en la cual seguía hablando. Pero mis oídos eran sordos y por lo tanto no desearon una continuación. No pude evitarlo más, me apuñalaban las palabras sin razón. No me sentía triste, menos feliz. Simplemente sentado en el sofá con rostro pálido siguieron  saliendo mis lágrimas.

“Por mi culpa, habían pasado las cosas. Gracias a mí, él había salido a la calle. Era afirmativo, seguramente para ese bar de mala muerte y no habían podido impedirle la salida.

 

“Murió por mi culpa, y solamente por mi culpa.”

 

Era devastador, y deseaba que el cielo también llorara conmigo, pero era demasiado pedir. Ahora mi sueño se había acabado. Como es posible haberle fallado. Le había prometido ser su ángel guardián, y mi papel se vio obligado a renunciar.

Me mantenía de rodillas, llorando la muerte de Tomas desconsoladamente. Porque como había dicho antes el, condenadamente, el era mi único sueño. El único que había creado en mi imaginación.

Él era mi todo...

El... y solamente él.

El sabor salado de aquellas lágrimas y ese dolor en el pecho que no se curaba. Dolor que no sabría bien explicar, era como si estuvieras a punto de ahogarte.

Apenas había pasados pocas horas y yo seguía hay, entre mis rodillas sin moverme. Con el repique del celular y el sonido del televisor encendido.

Las lágrimas ya se habían secado y el peso de mi cuerpo me obligo a acostarme en el piso alfombrado. Uno que traía un montón de recuerdos.

Aquellas noches donde nos quedábamos sin sueño, unas donde inventamos varias maneras de dormirnos. Muchas de ellas eran llenadas de caricias. A la final siempre se terminaba durmiendo el, y yo me quedaba despierto protestando y admirándolo.

El decía que yo era su ángel.  Siempre dándole gracias a dios por haberme dejado escapar. Y ahora que no está, me doy cuenta de que el verdadero ángel era el, y uno muy egoísta al haberme dejado solo, sin protección o quizás sin sueño. Porque se lo llevo todo.

–             ¡Oh dios!, porque te lo llevaste sin por lo menos dejarme despedirme.- Sin amenos volver a rozar aquellos labios rosados, o por lo menos sentir otra caricia del. - Te lo llevaste y lo último que le dije no fue un te amo.-

 

¡Devuélvemelo! ¡Por piedad!

 

Déjame decirle cuanto lo amo y cuanto lo amare, déjame aclararle lo fascinante que era su presencia y lo insoportable que eran los momentos cuando no estaba el. Te lo pido, llévame a mí y devuélvelo a él, o por lo menos llévame con él.

Cada segundo se volvía un ruego más y sin darme cuenta la noche se había pasado, el teléfono había dejado de sonar y el televisor seguía hablando de algo que no era necesario. Un nuevo día había llegado, con un sol escandaloso y perfecto para los días alegres. Como mostrando una nueva oportunidad, una que no llegaría.

Aunque tenía que pararme y arreglarme para ir al instituto como el estudiante disciplinado que era, no lograba ni siquiera pararme para llamar e informar que faltaría. No lograba por lo menos llegar hasta la cama, porque me espantaba de solo pensar dormir solo, tenía miedo de que al verla y no encontrarlo a él, decaería nuevamente en el estado anterior.

Me acurruque en posición fetal en el suelo alfombrado y no intente otro movimiento por el resto de la mañana. Tenía designado seguir lamentando su muerte mientras recordaba cada momento, segundo y minuto de su vida junto a mí, o de lo poco que aproveche de su muerte.

Como vi cuando salía de aquel bar borracho, mientras se montaba en el carro y arrancaba sin ninguna seguridad. Le seguí, montando en la moto. Como atropello a aquellas personas y como exploto el coche donde el venia. Todo, había grabado todo el momento en mi cerebro el cual no me dejaba en paz.

–             Light...- suspire para dejarle ir, en voz ronca y inaudible.

–             ¿Por qué me dejaste?- resonó la otra voz a mi espalda, el sonido común de las llaves al ser avenadas a la mesa decorativa.

–             ¿Light?- le vi, su rostro lleno de lágrimas. Su mirada ida, su sangre pasando por su cráneo al rostro. Su traje elegante color marrón, sus cabellos alborotados y aquella botella de alcohol.

 

No me lo creía, ¿Era él? Corrí atosigado a su resguardo, a sus manos, para tocar su espalda, su delicado cabello. Pero no pude lograr aquello. Ese Light que intentaba tocar me desvanecía.

Como si yo no existiera...como si yo...

 

–             Te Odio, me dejaste solo.-Grito enfurecido aventando la botella a un lado del. Entre ellos la televisión sonaba con un volumen bajo, pero entendible. Volviendo a reportar el suceso del accidente ya confirmado y comprobado los cuerpos.

 

“En momentos nos acaban de dar la entrega de los datos del muerto encontrado cerca del edificio ****, -Su voz era entrecortada mientras aclaraba- en el accidente automovilístico del día anterior. - La misma reportera de la noche, esta vez con una camisa de color verde, una falda de empresaria y el chaleco de mujer, tomaba el micrófono con una seguridad moldeada por experiencia.- De veintitrés años, estudiante de la universidad ****-Empezaron a dar los datos mientras Yagami se lanzaba al lado del televisor y a mí me salían las lágrimas que pensé se habían secado- Identificado como... Ryuuzaki Lawtiet...-Mi nombre, simplemente dijo mi nombre y mi existencia, la poca que quedaba se extinguió, sin sentir nada, ni alegría o tristeza, solo el vació...la insignificante soledad.”

 

FIN :D

Notas finales:

Soy una rata rastrera por matarle... *^* llora por su propios pensamientos.

Equis, sigue bajando y dale a comentarios. Se acepta cualquier pregunta y, este fic esta hecho en especial para una Besha y hermosha amiga, darwytes o Tycana :D Hola, si pasas por aqui :3 hehehe

 


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