Death Mask había ido a visitar a su amigo Afrodita, tenía un asunto que lo tenía inquieto y necesitaba un consejo crudo, como los sabía dar el hermoso caballero de piscis.
-Me gusta Aioros – y encendió un cigarrillo.
-¿Y qué piensas hacer al respecto? – y también encendió uno.
-Decírselo.
-¿Y crees que te acepte?
-Lo intentaré.
Lo que no notó fue que a Afrodita se le hizo añicos el corazón al escuchar aquello.
-Pues prepárate, porque no creo que al señorito perfecto del santuario le vaya a gustar un rufián como tú – y soltó el humo de su cigarrillo en una carcajada.
-Pues veremos – y tiro su cigarrillo al piso y terminó de apagarlo con su pie.
Lo que ninguno de los dos se dio cuenta es que Milo casualmente iba pasando por la casa de piscis, de regreso de un encargo de Shion.
Y era cierto, el griego era un chismoso de primera y obviamente iría corriendo a contárselo a su mejor compinche, Aioria.
Iba corriendo en descenso cuando de pronto sintió en la casa del arquero el cosmos del dueño y dos más: el león y la virgen, esos dos últimamente se traían algo, pero ¿Quién era él para criticar? Total, él y Camus también habían tenido sus asuntos.
-Vaya, genial que los encuentro chicos.
-¿Que te pasa Milo? – dijo Shaka poniendo pausa a la película que los tres veían.
-¡Es un chismesote! Y está relacionado contigo Aioros.
-¡¿Conmigo?!
-¡¿Con mi hermano?! ¡Habla ya!
-Pues hay alguien que te pretende y si lo que escuché chismear a Mü y a Shaka el otro día, creo que Dita se pegará un tiro.
Todos se quedaron sorprendidos, bueno en realidad no todos, sólo Shaka, rojo como un tomate por dejarlo en evidencia de ser demasiado comunicativo y Aioria quién ya había escuchado rumores sobre que a Dita le gustaba cierto italiano engreído.
Aioros se sonrió así mismo, si el cangrejo quería jugar, no le sería nada fácil.
Al día siguiente, a eso de las cinco de la tarde se presentó el italiano en la casa de sagitario, con una botella del mejor vino de su nación que guardaba en su cava privada.
I knew you were
You were gonna come to me
And here you are
But you better choose carefully
‘Cause I, I’m capable of anything
Of anything and everything
-Vaya, Ángelo, de verdad me sorprende tu visita – saludó al castaño de mano fingiendo.
-Pues, si, ya ves, sólo que no tenía con quién tomarme una copa y pensé que…
-Vamos, pasa, siéntete como en tu casa – y fue a la cocina para traer una tabla de quesos.
-Pues todo está listo, así que – al momento servía dos copas – brindemos.
-¿Por qué?
-Por nosotros.
Y una botella de vino después…
-Buueno Aioros – decía enderezándose – Tú me gustas, y mucho.
-¿De veras? – fingió sorprenderse – Cielos Ángelo, no me lo esperaba… - y es que el castaño no estaba tan ebrio como su compañero.
-Pues – se sentó de nuevo, para quedar muy cerca del castaño – es la verdad…
Y no se lo esperaba, pero el castaño tomó su mandíbula y le dio tremendo beso que hasta la borrachera se le cortó.
Pero el italiano se asustó, lejos había quedado aquella actitud arrogante y déspota que lo caracterizaba, y es que bien podría tener la sangre lo suficientemente fría como para poder matar niños, pero tratándose de su corazón, era tan frágil y tímido… y es que desde niño, Aioros siempre le fue muy atractivo, aunque, ¿para quién no era atractivo aquel hermoso adolescente de cuerpo de atlético, ojos ultramar y mirada profunda? Y ahora que era un hombre a sus veintiocho años, era aún más irresistible.
Y salió huyendo sin siquiera despedirse.
Make me your Aphrodite
Make me your one and only
But don’t make me your enemy, your enemy, your enemy
Aunque al arquero no le hubiese importado mucho, pues se divirtió bastante viendo la reacción del italiano, no pudo evitar sentirse con cierto derecho sobre él.
Lo triste del caso era que desde aquel día en el templo de sagitario, Death Mask se había vuelto más evasivo.
Aioros siempre se topaba al italiano casualmente a solas, ya fuese en el coliseo, en las escaleras, o inclusive en el templo de Athena cuando uno u otro subía a buscar a Shion, pero no había respuesta por parte del italiano mas que un violento sonrojo y una escapada con la cabeza baja, hasta que en cierta ocasión…
-Ángelo – el castaño había seguido al cangrejo hasta su templo y entro tras de él.
-Aioros, yo…
-Ángelo ¿qué jodidos pretendes? Vas a mi casa, pretendes emborracharme como adolescente en preparatoria, me besas ¿y sales huyendo?
-Pues yo no te bes…
-No es el punto quién beso a quién, no vi que te quejaras.
-Lo que pasa es que no sé que me pasa, me cohíbes.
-Pues entonces ten más pelotas, porque si piensas andar por la vida provocando gente y no te aplicas a las consecuencias te quedarás solo.
El italiano frunció el ceño al escuchar tan triste pero cruda verdad. Bingo, Aioros había dado en el clavo y lo sabía.
Días después de lo ocurrido, Aioros subía las escaleras hacia su casa, cuando en el cuarto templo fue interceptado por Death Mask quien se ocultaba tras una columna y fue víctima de un beso robado.
So you wanna play with magic?
Boy, you should know what you're falling for
Baby do you dare to do this?
Cause I’m coming at you like a dark horse
-Así que te besó ¿eh? - y le dio un trago a su cerveza – vaya hermanito, si que eran ciertos los chismes de Milo.
-Así es – y dio un sorbo a su cerveza – aunque no te había dicho lo que pasó con anterioridad porque sé que le irás a contar a Milo en cuanto puedas.
-Oh vamos hermano, todos sabemos que aquí el único comunicativo es Milo.
-Sí, así como Mü lo es pero de igual forma de todo se entera Shaka.
-Buen punto – y comenzó a comer una tapa que les habían ofrecido en el bar del pueblo - aunque siento honestos, no creas que no se escuchan los rumores ya, y es que Dita no la ha pasado nada bien.
-Me tiene sin cuidado lo que piense – y Aioros tomó una tapa – total, todos sabemos que Afrodita intentó coquetear con Aldebarán aún sabiendo que ya veía a Mü con ojos de amor.
-Mira quién acaba de llegar – y el león señaló Death Mask, quien entraba acompañado de Shura.
-Vayamos al ataque – y se levantó de su asiento - ¿Te despacho a Shura o te pago una ronda después?
-Te cubro las espaldas.
Y se miraron en un gesto de complicidad.
El de cáncer y el de capricornio se sentaron en la barra y ordenaron dos whiskys, pero apenas se los sirvieron se vieron interrumpidos por el castaño quien amable saludaba.
-Muchachos – y se posicionó en medio de los dos amigos, poniendo en cada hombro una de sus manos – no esperaba verlos por acá.
-Nosotros tampoco – fue la agria respuesta de Shura.
-Bueno – Aioros sonrió sarcástico – Ahí está Aioria por si quieres ir a saludarlo, que tengo que hablar de algo con Ángelo.
Shura volteó a ver a su amigo y como sabía que esto era importante para el italiano, tomó de golpe su trago y se levantó de la barra, mirando al león quien disimuladamente se levantó y se fue al observar que Shura había sido mandado por un tubo.
-Ángelo…
-Aioros yo… Pues sí, te besé porque quise.
-¿Por qué quisiste? O ¿Por venganza?
-No, lo hice porque quise y porque no pienso renunciar más a tus besos – y se levantó, se giró y tomó a Aioros de la mandíbula, de la misma forma en que lo hizo el castaño, y de igual manera le plantó tremendo beso.
-Prepárate Ángelo – decía recobrando el aire - porque ya abriste la caja de pandora, y te voy a ganar.
Pero la respuesta del de cáncer fue otro beso igual de intenso.
Are you ready for a perfect storm?
Cause once you’re mine, there’s no going back
En el templo de capricornio…
-¿De verdad piensas ir tan enserio con él?
-Si Shura, estoy convencido.
-Pues le ha resultado bastante bien la brujería a Aioros.
-Buena es campeón – y el español extendió su mano al sueco para chocarlas.
-No creo que tengan derecho de expresarse así de alguien que está a mi lado.
-¿Ya lo está? – preguntó sarcástico Afrodita.
-Vas que vuelas campeón – y Shura encendió su cigarrillo y luego el de Dita.
-Pues ya ven que sí – y apagó su cigarrillo con molestia – y les prohíbo volver a hablar así de Aioros. Nos vemos después.
-Va muy cabreado – dijo Shura volteando a ver a Dita.
-Es lo que se merece – ni siquiera contestó la mirada del español.
-Dita yo se lo que sientes… pero si no es un capricho, esto podría ser en serio y yo…
-¿Y tú qué? Si todos bien sabemos que ves a Aioros y se te revienta el corazón.
Ambos hombres se miraron mutuamente y solo extendieron sus brazos en señal de disculpa y renovación de su amistad.
El de cáncer subió la interminable escalinata y llegó al templo del centauro, cuyo dueño ya lo esperaba con vino, música suave y un par de velas que Aioria le consiguió con Shaka.
Se miraron en silencio y unieron sus labios sin decir palabra alguna, sólo se escuchaba el ruido de aquellos besos suaves a momentos y salvajes a otros.
Mark my words
This love will make you levitate
Like a bird without a cage
But down to earth
If you choose to walk away, don’t walk away
Las ropas fueron cayendo una a una: las camisetas, las botas, hasta sólo quedar ropa interior.
Fueron directo a la recamara de Aioros y comenzó de nuevo el ritual que toda pareja apasionada realiza:
Las caricias sin control en el cuerpo desnudo del otro, sus entrepiernas se frotaban, lo cual les causaba a ambos un enorme placer.
En un movimiento rápido, Aioros logró recostar al canceriano en el colchón, abriendo sus piernas sutilmente mientras lo besaba para prepararlo para lo que era inminente.
Veinte minutos de juego previo y tres dedos después, Aioros se encontró en la entrada de Death Mask, quién asintió con mucho ánimo en aquellos profundos zafiros.
Si el cancerino tenía la habilidad de visitar el yomotsu, podría jurar que llegó hasta los campos elíseos en los brazos de Aioros, y es que ambos hombres tenían ya buena experiencia en aquello, y al juntarse, fue terriblemente placentero para ambos.
It’s in the palm of your hand now baby
It’s a yes or no, no maybe
So just be sure before you give it all to me
Al despertar sobre el pecho del castaño, Death Mask pensó en todo aquello que había pasado en las últimas tres semanas: como se animo a declarársele al arquero, los besos robados, los comentarios malintencionados de sus amigos, bueno, no malintencionados, pero él ya sospechaba sobre los sentimientos del de piscis y del de capricornio.
Pensó en que si se enredaba (más) con Aioros, tendría que convivir no sólo siempre con él, sino con su fastidioso hermano, el raro de Shaka, el chismoso de Milo y por consecuencia al creído de Camus.
Pensó en la forma en que reaccionarían sus amigos, y que no sería nada fácil para ellos aceptar aquello, aunque podrían terminar por acostumbrarse.
Lo pensó detenidamente hasta que sintió como el castaño soltaba su espalda y levantaba los brazos para estirarse.
-Buenos días – le saludó el arquero, pero esta vez, con ojos llenos de amor.
-Buenos días – le contestó el otro ruborizado - ¿Te importa que me quede?
-¿Para siempre? – y lo besó tiernamente en los labios.
-Para siempre – y selló su palabra con un beso lleno de amor.