-Lo mato, juro que lo mato ¿cómo se le ocurre? ¿Qué esperaba, presentarse en mi casa después de cuatro años y que no pasaría nada? Estúpido chino…-Era la quinceava vez que recorría el loft gritando calumnias contra su ex amante.-Me llama, interrumpiendo mi paz ¡Incluso las ganas de comprar se me han quitado! En estos casos solo puedo hacer una cosa…
Hora y media más tarde se encontraba en un tren camino de Gangwon, embutido en unos pantalones rosa y una camiseta de cuello ancho de color negro. Con las gafas de sol esperaba que ninguna antigua ELF le reconociese, no estaba de humor. Sacó su móvil de última generación y marcó el número de Kangin.
-Hyung, cuanto tiempo, me alegr…
-Mapache, pásame a Leeteuk
Se escuchó las quejas de Kangin al otro lado del teléfono, hasta que contestó el mayor.
-Heenim, que alegría…
-Hangeng está en Corea
Silencio. Escuchó como Leetuk suspiraba pesadamente.
-Ya lo sabía. Nos pidió que no te dijésemos nada, quería que fuese una sorpresa.
-¿¡SORPRESA!? A que llamas tú sorpresa, esto es más bien una emboscada. Para colmo, por la calle un niño me ha empujado y, ¿sabes lo que me ha dicho?
-¿Lo siento?
-¡NO!, me ha dicho “Perdon, ahjussi” ¿¿¿¿AHJUSSI???? Si apenas tengo 35 años.
-Chul, tienes 41 años…
-¡¡¡41 los tendrás tú!!! Tengo 35. Por favor, ¿ahjussi?-Leeteuk no podía contener la risa ante la indignación de su amigo-soy Kim Heechul, el ser más hermoso del universo. Yo todavía soy un hyung. Entre el niño maleducado y el chino bastardo me van a salir arrugas.
-Chulie, no te enfades, no es para tanto. Cuando llegues a Gangwon te recogeremos Kangin y yo de la estación.
-Teuk…gracias.
-No hay de que, pequeño, sabes que siempre tendrás a mamá pata contigo.
Ambos amigos se rieron: a pesar de la distancia conservaban una fuerte amistad y, cada vez que Heechul estaba mal iba a verles a Gangwon sin importar las horas de viaje.
-Creo que he perdido mis sentimientos.-se quejó Donghae dejando su taza de té en la mesa.
Eunhyuk se echó a reír estrepitosamente.
-¿Cómo puedes decir eso? Hae, lo único que necesitas es vivir nuevas experiencias que evoquen esos sentimientos “perdidos” Encerrándote en tu cuarto mirando el piano no vas a conseguir escribir una buena letra. Necesitas acción, necesitas salir…-“necesitas recuperar tu vida”, pensó.
-No tengo tiempo. En menos de tres semanas tengo que haber compuesto canciones para un disco y varias tracklist. Es agotador. Me paso las horas muertas frente al piano, pero no sé de qué escribir, te juro que ya no recuerdo como es querer a alguien.
-Vamos, piensa en la última vez que te acostaste con alguien-Donghae miró escandalizado hacia los lados por si su madre andaba cerca-¿cómo fue?
-No lo recuerdo…
-No mientas, pececito, eso no se olvida. A ver, hace cuanto fue ¿semanas?-el menor negó-¿meses?-volvió a negar-¿¿¿¿AÑOS????
-Shhh, deja de ser tan escandaloso. Si, años, hace años que no echo un buen polvo, ¿contento?
El mayor lo miraba con una mezcla de incredulidad y burla.
-Eres increíble, ¿y sigues vivo? Normal que estés así de, de…
Donghae lo miraba enfadado.
-Para ti es fácil decirlo, Mister “bailarín internacional” pero aquí en Mokpo y con la cantidad de trabajo que tengo es imposible salir a ligar. Y tampoco me apetece ¿Qué haría, traérmelo aquí con mi madre? Ahora mis prioridades son otras, ya no soy el mismo Donghae de SJ.
Eunhyuk se acercó y le rodeó los hombros con su brazo.
-Esta noche vamos a salir. Y, por favor, arréglate. Ponte una camisa blanca y unos vaqueros, sin corbata, eso sería demasiado formal. Y péinate. Y, de paso, tápate esas ojeras.
-Hyuk, esto es ridículo. Ahora mismo, por estar tomando té contigo estoy perdiendo horas de trabajo ¿y quieres que pierda más saliendo esta noche? Se me va a acumular el trabajo.
-Confía en mí, Hae, que te voy a dar una semana de aventuras que te va a dar para escribir canciones para tres CDs.
El menor puso los ojos en blanco pero sabía que cuando a su amigo le daba por algo, era imposible contradecirlo. Y salir un poco no le vendría mal.
Ryeowool y Yesung caminaban cogidos de la mano. A su edad poco le importaban las apariencias.
-Ahora estoy viviendo con Kyu y Sungmin. Es un poco coñazo porque, aunque intenten controlarse estando yo, no pueden reprimirse. Ya les conoces, son como conejos.
El menor se echó a reír: recordaba perfectamente la época de SJ cuando el KyuMin se metía en el baño común a la hora de ir a la agencia mientras el resto les esperaban impacientes en la furgoneta. No se cortaban si había alguien delante mientras ellos se metían mano.
-Yo vivo en un pequeño apartamento, no es muy grande pero tampoco necesito más.
Se quedaron en silencio; ambos estaban pensando en lo mismo pero ninguno se atrevía a preguntar, hasta que Yesung decidió dar el primer paso.
-¿Estás saliendo con alguien?
Al aludido se le encendieron las mejillas a pesar de ser un hombre adulto.
-No, bueno, ya sabes, no.
Yesung lo miró con las cejas arqueadas.
-Me estás ocultando algo, tienes a alguien-dijo simulando burla aunque en el fondo se moría de celos.
-No, bueno, no sé, solo hemos salido un par de veces y…
-Y te lo has tirado.
-Yeye, no sabía que volverías, yo…
-No importa, yo también he tenido mis aventuras-dijo intentando quitarle importancia-además, fue de mutuo acuerdo eso de darnos un tiempo. Era lo mejor. Tú aquí, yo de gira… hemos estado demasiado tiempo separados, es normal que hayamos encontrado a otras personas.
-No hay nada entre ese chico y yo, solo sexo. Para mí el único importante eres tú, y no voy a permitir que ni la distancia ni un polvo en el cuarto de baño de la SM me vuelva a separar de ti-sentenció el menor.
-Ryeo, he vuelto para estar contigo, no soportaba más estar sin ti, y el KyuMin me pone enfermo con sus interminables tandas de sexo diarias.
Ambos se rieron.
-Hacía mucho tiempo que no me sentía así de feliz, me siento como un quinceañero enamorado-comentó Ryeowook risueño.
-Entonces te reconquistaré cada día. Haré que este año separados no haya existido, voy a hacer que te vuelvas a enamorar de mí, Wookie.
Se abrazaron tiernamente, acabando en un apasionado beso. Había sido muy difícil para ambos tomar la decisión de separarse, pero su amor había podido. Los transeúntes se les quedaban mirando de mala manera; dos hombres de cuarenta besándose en medio de Seúl. Pero para ellos solo estaban sus labios sellando la promesa de amor que se acababan de declarar.
-Buenos días, amor.-Siwon besó los labios de su pareja que recién se acababa de despertar.-Te he traído el desayuno, me sentía culpable por haberte dejado sin fuerzas después de lo de anoche-sonrió coqueto.
-Apenas me puedo mover-ZhouMi hizo un puchero que derritió al coreano.
-Quería celebrar nuestro aniversario como Dios manda.
-Si Dios ha visto las cosas que me hiciste anoche, créeme que tienes una entrada VIP al infierno.
El mayor se inclinó para besar al chino que seguía tumbado en la cama.
-Vamos, tomate el café antes de que se enfríe. Y el zumo de naranja, o se irán las vitaminas.
-Sí, amo-bromeó ZhouMi llevándose una mano a la frente fingiendo ser un soldado.
Siwon se acercó a él con una mirada cargada de malicia.
-Vuelve a decirme “amo” con ese acento tan sexy y te juro que te dejo sin andar lo que queda de semana.
Salió de la habitación intentando relajarse ¿Cómo era que a pesar de llevar tanto tiempo juntos le seguía poniendo de ese modo? Cogió el guión del dorama que estaba grabando y comenzó a practicar para que no se le notase el acento coreano.
-Evil maknae…-lo llamó Sungmin con falsa inocencia. Salió de la habitación con un picardías de encaje negro y unos tacones rojos.
Kyuhyun lo miraba con la boca abierta.
-Bunnie, estás para comerte.
El mayor se acercó caminando seductoramente hacia su “presa”.
-Ahora que Yesung va a pasar unas semanas con Ryeo, no te vas a librar de mí con facilidad-dijo besando el cuello del menor.
-Hmmm, Minnie, te lo voy a hacer en el baño, en la cocina, en el sillón…
-En la cama de Yesung, que la pobre no sabe lo que es un buen meneo.
-Oh, Minnie, eres realmente malvado.-el aludido rió con suficiencia- déjame echar un vistazo debajo de ese conjunto tan sexy.
Empotró al mayor contra la mesa del salón y lo alzó para que sus cinturas quedasen a la misma altura. Se desprendió del picardías de Sungmin y se entregó a fondo en una sesión de sexo oral. El mayor gemía sin reparos mientras tiraba del pelo a su amante.
-Sigue asi, Kyu, hmmmmm, que bien lo haces maknae.
-No sabes cómo me pone que me sigas llamando “maknae”
-Hazme una evil mamada, maknae-dijo recalcando la última palabra.
Iban a aprovechar la ausencia de Yesung sin lugar a dudas.
Hangeng conducía su deportivo hacia Seúl. Se giró hacia su acompañante:
-Al fin vas a conocer a Heechul hyung. No parecía muy contento cuando hablé con él, pero será una rabieta suya. Seguro que te caerá bien, aunque tiene un carácter difícil. La verdad es que deseo nos de su bendición, quiero que te acepte, aunque creo que le costará.
Volvió su vista a la carretera: para él la aprobación de Heechul era crucial. Había viajado a Corea solo por él. Al fin había reunido el valor de contarle la verdad.
