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Dulces Gemidos por Marifer y Frida

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Notas del fanfic:

  Si no te gusta el genero, no lo leas.

Notas del capitulo:

  Espero que les guste.

  Estaba en el momento indicado, echando los últimos ingredientes a la fórmula para crecer, cuando de repente los sonidos rítmicos y grabes de un “bajo” zumban por mis oídos. Me acerco a la ventana sabiendo que Marshall estaría ahí tocando su bajo en forma de hacha, y me quedo sorprendido ¡Él no está ahí! Solo escucho el sonido de ese dulce instrumento. Empiezo a creer que me estoy volviendo loco y que debo de extrañar a aquel pálido chico ya que no lo he visto en semanas.

  -¡Buu!- Exclama Marshall saltando de la ventana para asustarme.

  -¡Ahh!- Grito mientras retrocedo por el susto.- ¡Me asustas!

  -Esa era la idea, ¿Qué haces?- Marshall entra y revuelve el frasco en donde está la fórmula que hacia hace unos momentos.

  -¡No lo toques! No creo que te interese.- Le digo y después le arrebato de las manos el frasco y él se aleja un poco de mi flotando con su bajo en las manos.

   -La mera verdad, no, solo quería iniciar una conversación.- Marshall empieza a tocar de nuevo su bajo mientras flota por el aire, de pronto toca una canción que no tiene letra.

  -¿Tú la escribiste?- Le pregunto después de echarle unas gotas de zinc a la formula.

  -así es, la hice para ti, pero no sé qué letra ponerle así que vine para ver si me inspiro.- No volteo a verlo, solo sigo con la formula, Siento que se acerca a mí pero no me muevo.- Que aburrido ¿Cómo te diviertes?

  -Hago experimento y cuido de la dulce gente.- Marshall pone los pies en el suelo y se queda viendo como la sustancia del frasco burbujea.

  -¿Se supone que deba hacer eso?

  -No…- Respondo algo preocupado viendo como la formula fracasa, pero esto va mal, no deja de burbujear y ya está empezando a chorrear y a saltar.

  -¡Gumball cuidado!- Grita Marshall y me hace retroceder empujándome detrás de él antes de que una explosión nos lanza volando hasta topar con la puerta de la habitación.- Ah… Dulce Príncipe… ¿Estas bien?

  -Si… Tranquilo…- Volteo a ver a Marshall que esta frente a mí y noto que tiene una gran herida en la pierna.- ¡Marshall! Es… Estas herido…

  -No te preocupes, me recuperare.- Veo que intenta levantarse, pero con los vidrios enterrados en la pierna derecha y su herida no lo dejas.

  -Marshall…- Me levanto y le doy la mano para levantarlo.- Ven, vamos a la enfermería.

  Noto que Marshall se levanta a regañadientes, yo y entre otras enfermeras lo llevamos a la enfermería y lo dejamos sobre una camilla.

  -Dul… Dulce príncipe… ¿Estas bien?- Me pregunta mientras intenta alcanzar mi mejilla con su mano, yo la agarro y la coloco en ella.

  -Si… Estoy bien gracias a ti, tu solo descansa.- Marshall baja su mano hasta mi cuello y me jalo hasta llegar a sus labios.- Ma… Marshall… No, ahora no.

  -Vamos, antes de que comience a sufrir por todos los vidrios que me tengan que sacar todos los vidrios de la pierna y sufra por ello.

  Marshall empiezo a besar mis labios, pero al momento de separarnos alguien abrió la puerta.

  -¡Dulce Príncipe! ¡Donde estas!- Volteo a ver quién es y noto que es Fiona que viene corriendo preocupada.- Em… ¿Qué están haciendo?

  -¿Eh?- Al parecer sigo uy cerca de Marshall y no sé cómo explicarle esto a Fiona.- Yo… Emm… ¡Le tomo la temperatura!

  Le doy un pequeño beso a Marshall en la frente y logro notar un leve sonrojo en su cara, está muy caliente.

  -¡Marshall estas que ardes!- Le digo preocupado.

  -Lo se estoy bien sexy, no me lo tienes que decir de esa forma.- Me dice con orgullo y eso me molesta un poco, no puede ser que no lo tome en serio.

  -¡No me refiero a eso tonto!- Le digo poniendo mi mano en su frente.

  -¿Quieres que te ayude?- Pregunta Fiona mientras busco en un cajo algo que baje la temperatura de Marshall.

-Dale esto.- Le susurro.- Esto hará que se duerma.

  -Emm… Okey…- Fiona se acerca a Marshall muy tímidamente y le da la pastilla, el pensando que sería para bajar najar la fiebre, que realmente no tiene, se la toma y después de 5 minutos se queda profundamente dormido.

  -Perfecto, ¡Señorita Mantecado ya está listo!- Grito y la enfermera entra con una bandeja llena de pinzas, una aguja e hilo junto con una inyección de morfina.

  -¿Comenzamos?- Pregunta mientras le inyecto la morfina a Marshall.

  -Si.- Empezamos a sacar vidrios y me sorprendo de que no se haya desmayado de dolor antes, y el tan dolo pensar que esta así por mi culpa me molesta, no tenía que salvarme.- ¡Listo! Ya está.

  Termino la última puntada y doy por terminado esto.

  -Qué bueno, ya me empezaba a aburrir.- Dice Marshall y me asusta, no sabía que estaba despierto.

  -¿Des… Desde cuando estas despierto?

  -Desde el momento en que quitaste el tercer vidrio.- Empezó a flotar y noto una sonrisa de satisfacción en su cara.

  -¡Marshall baja! ¡Tienes que descansar!- Le grito pero él se queda sobre nosotros.

  -Obligame.- Dice Marshall de forma burlona y se recuesta en el aire.- Aunque… Si haces ya sabes que, tal vez pueda bajar…

  -¡QUE!- No puedo hacer lo que me esta ordenando.- ¡No frente a la enfermera Mantecado!

  -¿De… De qué hablan?- Me susurra la enfermera Mantecado y yo solo suspiro.

  A lo que Marshall se refiere es que me vista de un “gatito sexual” o cualquier otro disfraz estúpido e incensario y lo incite sexualmente, ¡Pero frente a la enfermera Mantecado no pienso hacer!

  -Bueno… Entonces sácala.- Marshall baja y se pone a flotar frente a mí, yo lo veo con algo de furia.

  -Uff… Señorita Mantecado se podría ir por favor.

  -Bueno…- Se va y yo me quedo viendo a Marshall, que me sonríe burlonamente.

  -No haré lo que me pides, pero dejare que me ordenes otra cosa.- Noto una mueca de decepción en su cara, se sienta en el aire y sonríe maliciosamente.

  -Bueno ¡Bésame!- Me quedo viéndolo un segundo, eso no es nada fuera de lo normal, nos besamos todo el tiempo.

  Me acerco a sus labios y le doy un pequeño beso de piquito, e alejo y el vuelve a hacer la misma expresión de decepción de hace un rato.

   -¿Nada mas eso? ¿Sin pasión?- Suspiro y cruza los brazos negatoriamente.- Parece que alguien necesita que le enseñen a besar.- Marshall se acercó a mis labios, rozando los míos con los suyos y empezó a cantar dulcemente antes de empezar a besarme de una forma muy apasionada.- Que dulces… Por eso me encantas.

  Marshall voló hasta la cama y se recostó en ella, tarareando la canción que cantaba hace unos segundos. Me acerco y el sonríe de una forma burlona.

  -¿Necesitas algo? ¿O acaso te quedaste con ganas de más?- Hago una mueca, pero es cierto, deseo sentir sus labios rozando los míos.- Jeje okey, ven acá.

  Me siento al lado de Marshall y salvajemente me jala sobre él, estamos tan cerca que puedo sentir su respiración en mi cuello, el calor que emana de su cuerpo es tan cálido aun tratándose de un vampiro como él. Marshall lame mi cuello y la recorre por mi cuerpo, al mismo tiempo me acaricia salvajemente.

  -Eres tan toucheable, tan lindo, tan tierno y tan inocente a la vez.- Marshall se acercó a mi boca y roza sus labios con los míos, haciéndome esperar su dulce y erótico beso.- Dilo de nuevo

  -¿Decir qué?

  -Que estoy que ardo.- Marshall me ve con una sonrisa tan deseosa.

  -¿Por qué quieres que diga eso?

  - Porque me excita tanto escuchar esas palabras de tu boca.

  -¡Marshall!- Le grito mientras me alejo un poco de él.

  -Hazlo si no me detengo aquí.- su voz se escuchaba de una forma chantaje ante y en su rostro tenía pintada una sonrisa seductora.

  -Uff… Marshall estas que ardes.- Marshall suelta una carcajada y se acerca a mí para besarme.

 

  -Lo sé, estoy bien sexy.- Marshall lame mi labio inferior haciendo que me ponga tan rojo como un tomate, siento el calor de mis mejilla que realmente me arde.- Ja que lindo.- Lame mi cuello incitándome.- Me dan tantas ganas de morder tu cuello y probar la cálida sangre que recorre tus venas, ¿Puedo?

  -Pero… No quiero ser un vampiro como tú que viola príncipes inocentes.

  -Vamos, así estaremos juntos para siempre.

  -Bueno…- Marshall no sabe que no tengo la edad que aparento, tal vez no sea mayor que él pero tampoco tan joven.

   -Olvídalo, ahora mismo deseo probar algo más…

   Marshall comenzó a penetrarme y luego empezó a darme pequeñas embestidas, poco a poco fue subiendo el ritmo haciéndome sacar varios gemidos que después detuve tapándome la boca.

  -No lo hagas… Deja que todos te escuchen.- Dijo maliciosamente quitando mi mano de mi boca.

  -Agh… ¡No!- Le dije mordiéndome el labio, pero era inútil, no podía parar de gritar de placer y dolor ya que Marshall nunca es tierno ni cuidadoso en esta clase de cosas.

  -Gumbal… Voy a terminar… ¿Puedo hacerlo dentro de ti?- Dijo Marshall entre jadeos y embestidas.

  -¿Por qué me preguntas si de todos modos piensas hacerlo…?

  -Eso lo tomare como: “Oh si Marshall, deseo que me llenes mis entrañas de ti”

  -No malinterpretes las… agh…- sentí como el semen cálido de Marshall recorría mis entrañas, era realmente caliente, yo me vine después de sentirlo.- Es tan… Uff…

  Marshall se dejó caer sobre mí, su respiración era rápida al igual que la mía, me miraba con una sonrisa de satisfacción y seductora a la vez, luego me abrazo fuertemente haciendo que soltara un suspiro.

  -Quiero dormir a tu lado… Quédate aquí por favor.- Dijo de una forma chiple.

  -No puedo… Tengo que cuidar de la dulce gente.- Marshall dio un salto alejándose de mi con una cara en la que era notable su enojo.

  -¡Pasas más tiempo con ellos que conmigo!- Marshall hizo un puchero, haciéndolo ver extremadamente adorable y no pude evitar abrazarlo para acercarlo más a mí.

  -Lo siento, adoro pasar cada momento que puedo contigo, pero ellos no pueden vivir sin mi.- Le susurre y pude notar como poco a poco su cuerpo se tranquilizaba.- Tu tan solo descansa, lo necesitas.

  -¿Te puedes quedar un rato conmigo?

  -Solo un rato…

  Marshall se quedó dormido después de que le haya dicho estas palabras, después de un rato yo tampoco pude evitarlo, estaba algo cansado y me en un profundo sueño.

 

  -¡Dulce príncipe! Despierte señor.- Escuchaba que alguien repetía estas palabras intentando despertarme, abrí los ojos lentamente, ya que se hacían muy pesados, y vi que era Mentita.

  -¿Qué sucede?- Me levante un poco, pero me di cuenta de que seguía desnudo así que solo me eche de nuevo en sima la sabana.- Y… ¿Marshall?

   -Señor… ¡Marshall ha escapado!

Notas finales:

  Espero que les haya gustado, despues subire el siguiente.


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