La épica historia de Taemin y su novio rentado
-¡Keeeeeeey!- grité sin parar de correr por los pasillos de la escuela. Los compañeros me miraban extrañados pero igual se quitaban de mi camino. Tengo que llegar rápido a su salón de clases y encerrarme.
-¡Minnie! ¡No corras!- fruncí el ceño sintiendo miedo a la vez que mis piernas intentaban ir más rápido.
-¡Va con Key! ¡Lleguemos primero!-
-¡Buaaa!- grité frustrado girando en un pasillo para dirigirme en camino recto hacia el salón de Key. Vi el espeluznante vestido blanco que llevaba Kristal pasar a mi lado, presioné mis ojos, asustado.
Un vestido más pasó a mi lado, este era de color amarillo tenue que podría ser cualquier compañera más, pero el suéter blanco me decía que era ella, Luna.
Choqué contra la puerta del aula de Química, en donde estaba Key según el horario de hoy. Mis manos temblaron y mis pies pateaban la puerta porque no la podía abrir.
-Querido, se acabó.- la fragancia a cítricos de Sulli llegó a mi nariz, estrellé mi cabeza contra la condenada puerta, rendido. Tomó mis hombros para girarme, ¡claro que opuse resistencia! Pero con las otras dos me logró girar.
-No me hagan daño.- susurré temiendo por mis labios, mis santos y pulcros labios.
-Claro que no, Jojo, al contrario.- fruncí el entrecejo con miedo y al borde del llanto. Nunca me ha gustado pasar a un lado de ellas tres porque siempre termino en una carrera por mi integridad personal hacia Key.
-Kristal, por favor, déjame en paz.- la miré a los ojos esperando que sintiera mi miedo y así dejarme libre, pero no fue así.
–Ya te hemos cazado Jojo, no podemos darnos el lujo de perderte de nuevo.- negó lentamente mientras lo decía, además de llevar su mano derecha hacia mi hombro; la miré cuidadosamente, analizando cualquier cosa que pueda hacerme y las posibles escapatorias, pero a mi derecha está Luna y a la izquierda Sulli. La última vez que intenté salir por debajo, terminaron pisando mi pantalón impidiendo que lo hiciera.
-Por qué.- susurré mirándolas.
-Porque te amamos, Taemin.- chillaron emocionadas, entonces supe que sería un momento justo para irme, pero no pude ni despegar mi cuerpo de la puerta Kristal me azotó contra la misma. –Hoy sales conmigo, mañana con Sulli y pasado con Luna, después repetiremos y repetiremos.- negué pero ella no paraba de hablar.
-No somos celosas entre las tres, estamos de acuerdo con compartirte entre nosotras.- miré a Sulli que sonreí pero detrás de ella vi un rayo caer y la música tétrica llegó a mis oídos.
-¡Algún día podremos salir los cuatro!- gritó Luna emocionada.
-No puedo.- contesté por inercia. Ellas tres me miraron clavando sus ojos en mi rostro.
-¿Por qué no?- su tono de voz cambió de ser uno agradable de niña linda a ser un tono agresivo.
Bueno, en primera porque es contra mi voluntad, en segundo porque salir por las tarde es dejar de tener un promedio de nueve, el diez sólo es inalcanzable para algunas personas como yo, y tercero porque ellas me dan miedo.
-Estoy saliendo con alguien.- Key tendrá que ayudarme con esto, él puede citarme con otra persona y todo seremos felices. Pero mi plan era tan bueno que parecía irreal, más por las risas que salieron de sus pintadas bocas.
-¡Por favor!- chilló Sulli. –¿Con quién podrías salir? ¿Con Naeun? Desde que ella se mudó no has salido con nadie más.- desvié la mirada molesto, no me gusta que saquen el tema de Naeun a flote, más cuando no saben qué fue lo que exactamente pasó.
-No es con ella, es con alguien más.- una chica de cabello castaño, largo, de lindas y delgadas manos. O eso le pediré a Key.
-No te creemos.- habló por todas, Sulli.
-Tendrás que hacerlo, ¡es más! más tarde saldremos juntos, les puedo regalar entradas de primera fila para que nos miren y de una vez me dejen en paz.- afirmé tan seguro de mí mismo que deseo intensamente que Key sí conozca a una chica que sea agradable para mí y que ella acepte salir conmigo, sólo por un día, con eso será suficiente.
-Queremos verlo.- me contestó Luna, de nuevo, hablando por todas.
-Si verdaderamente tienes a alguien más muéstranos, Lee Taemin, a las seis en ese café de moda.- por fin me soltó Kristal. –Estaremos ahí para ver a tu cita pero si no llegas o llegas solo una de nosotras te estará esperando.- me retó con la mirada pero le correspondí el gesto.
-Vámonos chicas, tenemos que ponernos guapas para nuestra cita de las seis.- habló Sulli mirándome.
-¿Usaremos vestido?- preguntó Luna mientras las veía alejarse por el pasillo. Suspiré aliviado y cerré los ojos mientras pegaba mi cabeza contra la puerta del salón de Key.
Sin embargo la paz me duró menos de un segundo pues la fragancia escandalosa dulce de Luna se mezcló con la cítrica y la de vainilla de Kristal y Sulli, pero no solo las fragancias se mesclaron para llegar a mí, sino que también sus brillos labiales en mi cara.
Sus besos tronaron en mis oídos cada que se despegaban de mi cara, sentía que el oxigeno se me iba porque entre sus fragancias y los besos comenzaron a ahogarme, hasta que caí sentado en el suelo.
-Ahora sí, Jojo, nos vemos~- me mandó un beso al aire Kristal para volverse a perder en los pasillos.
-Por qué.- susurré rendido y al borde de la histeria. Me levanté del suelo y busqué algún papel en mis bolsillos para limpiarme la cara, pero no encontré nada. Lo mejor es que regrese a mi casillero o ir a un baño para lavarme.
Pero antes me giré para abrir la puerta del laboratorio de Química, estaba totalmente vacío y apagado, sin rastros de que se haya usado. Suspiré rendido y cerré de nuevo. Tomé camino hacia mi casillero cuidando de no encontrarme de nuevo con ellas.
Después de tener las últimas cuatro horas de clases salimos hacia nuestras casas, pero tendría que ir de nuevo a mi casillero por un par de libros que me servirán para la tarea, en uno de los bebederos encontré a Key, no estaba bebiendo por supuesto, sino que estaba recargado en él mientras se arreglaba el flequillo.
Los dos salimos rumbo a nuestras casas, somos vecinos así que siempre tomamos el camino juntos.
-Tengo un problema.- le dije a Key mientras pateaba una piedrita del camino, él me miró esperando a que se lo contara. –¿Recuerdas a la Pandilla Elefante?- él se detuvo pero seguí caminando.
-¿Te metiste con ellas?- no todos, pero sí la mayoría en la escuela saben que ellas tres quieren conmigo y que usan métodos rudos para estar conmigo. Cuando Naeun estudiaba aquí, ellas varias veces le tiraron la bandeja en la que desayunaba junto a mí, o los libros de cuando caminábamos juntos por el pasillo, incluso le quitaron el asiento en el autobús porque se sentaba cerca de mí.
-No fue intencional.- me defendí restándole importancia.
-¿Te lastimaron?- caminó hasta estar a mi lado poniendo una mano sobre mi hombro e hizo que me detuviera. –Te he dicho que evites ir a su piso.-
-¿Crees que soy feliz siendo intimidado por ellas?- pregunté ofendido. No quiero que crea que yo soy quién las busca.
-¿Qué te hicieron?- me preguntó preocupado, creo.
-Dijeron que hoy saldría con una de ellas, mañana con otra y luego la otra y luego lo repetiríamos. No son celosas entre ellas, así que lo veían bien. Pero les dije que yo ya tenía una cita y que saldríamos hoy. Entonces ellas no creyeron y dijeron que la llevara al café de moda a las seis, si no iba o iba solo ellas serían mis novias.- terminé por patear la piedrita más fuerte, por eso rebotó y cayó dentro de un desagüe. –¿Me puedes conseguir una cita?- lo miré suplicante, él conoce a muchas chicas espero que entre todas ellas haya una soltera, agradable que quiera salir conmigo sólo por hoy.
-Qué hiciste qué.- me miró sorprendido esto me fastidió un poco.
-¿Conoces a alguna chica linda, de cabello castaño y largo con manos lindas que me presentes para las seis de la tarde?- repetí lo último y en lo que necesito su ayuda.
-Conozco a varias chicas pero esto que hiciste va más allá. Les preguntaré pero no te aseguro nada, es más, ni siquiera estoy seguro si tienen disponibles sus tardes como para salir contigo. Tendrás que decirles la verdad.- negué mientras caminaba más rápido.
-No puedo, si lo hago ellas me comerán vivo, una el martes, otra el miércoles y la ultima el jueves, no quedará nada de mí para el fin de semana.- vi que ya venía caminando la chica que le gusta a Key, así que lo miré esperando que su lado lógico lo abandonara y empezara a babear.
-Buen día chicos.- nos saludó Eunji mientras se abría paso entre nosotros, miré a mi amigo pero su rostro no cambió ni nada.
-¿No te gustaba?- le pregunté mientras miraba a Eunji girar en una esquina y perderse.
-Gustaba, ya no.- le restó importancia.
-Tú cambias de chica como de calcetines.- dije riéndome.
-Pero no niegas que mis calcetines son los más bonitos.- Oh bueno, eso sí, todas las chicas en las que se fija son realmente atractivas. –Te presentaré a alguien, lo veraz, pero no te garantizo que salgan a las 6 de la tarde.- llegamos a mi casa, la suya es la del lado derecho.
-Bien, gracias de todos modos. Si ellas aceptan que tengo una relación con alguien me dejaran en paz y podré ser feliz.- le dije mientras miraba la puerta de mi casa.
-Te meterás en un lío si la persona que sale contigo para las 6, te gusta.- intentó sonar serio pero terminé riendo de su idea.
-Una pareja no dejará que saque mi nueve de promedio, lo que menos necesito son distracciones si quiero mantenerme.- dije serio, no por nada le he negado algunas salidas a otras chicas, además claro, que la partida de Naeun me tiene aun afectado.
-Cómo quieras, te llamaré cuando tenga tu cita. Nos vemos.- asentí y ambos caminamos hacia nuestras respectivas puertas, cuando estuve ya dentro de mi casa vi a mi papá con el delantal rosa, secando algunos platos.
-Ya llegué.- dije dejando mi mochila en la sala de estar para sentarme sobre uno de los sofás.
-Bienvenido.- dijo mirándome. –Tu amigo Jonghyun vino a buscarte, dijo que le marcaras cuando llegaras.- asentí mientras sacaba mi celular y buscaba su número.
-Gracias, ahora mismo le marco.- dije mientras esperaba que tomara mi llamada.
-La comida ya está hecha, cuando termines esa llamada vienes a comer.- asentí porque ya me contestó.
Le conté mi problema con la Padilla Elefante y además que necesitaba una chica para las seis de la tarde, como estaba en la sala de estar, mi papá me regañó cuando me escuchó decir eso, dijo que las mujeres no eran objetos que pudiera tener, lo que llevó a Jonghyun a la plática del nuevo sitio web.
Uno en el que se rentan parejas.
Según me dijo, es como un sitio de citas online, sólo que las personas con quienes entablaría conversación son de mi ciudad, yo puedo ver sus perfiles para estar seguro de a quién quiero rentar.
“Es como vender abrazos” así que después de comer y de tener la hora familiar junto con mi papá, subí a mi habitación para hacer mi tarea y de paso, revisar ese sitio web.
Se me hizo realmente entretenido porque pude conocer a algunas personas no físicamente, pero sí leí sobre sus pasatiempos, sus virtudes y lo que les molesta, además de que todos tienen una agradable foto en el perfil.
Estuve buscando a una chica de cabello castaño y largo, las manos pueden ser para otra ocasión porque no se les veía. Estaré muy desesperado para solicitar ese servicio pero si Key dijo que no era seguro que consiguiera alguien para mí, tendré que arriesgarme.
Justo encontré a una chica que cumplía con ese patrón de cabello, incluso su perfil decía que era una persona cien por ciento agradable, vi que la podría rentar por día, un día me costaría cerca de 100 won, pero eso sí, sin sexo de por medio.
Solo necesito llevarla al café y que me vean con ella, luego no la veré nunca más.
Di clic en rentar y se abrió un formulario, lo estaba llenando cuando el celular hizo interferencia con el ordenador así que me apresuré a tomarlo para contestar la llamada.
-Amigo me debes la vida.- era Jonghyun.
-Estaba revisando el sitio de rentas, me gusto una chica en especial creo que la voy a rentar.- eso último tuve que susurrarlo para que mi papá no me escuchara.
-A eso me refiero, tú relájate, ya aparte tu cita, de cabello largo y castaño. Es de aquí de Seúl así que le di tu dirección para que pasara a tu casa y se conozcan más, para las seis de la tarde harán una buena actuación de pareja que la Pandilla Elefante no lo podrá creer.- sonreí satisfecho por eso. Entonces regresé al ordenador y cerré la página.
-¿Cómo es ella?- pregunté sonriendo. –Además, ¿debo de estar molesto contigo? Le diste mi dirección a un desconocido.- si mi papá se entera nos mudaríamos sin pensarlo dos veces.
-No es un desconocido total, leí su perfil.- iba a golpearme la frente pero me detuve cuando dijo que lo conocía físicamente. Jonghyun siempre ha tenido un buen ojo para las chicas.
-Entonces es seguro.- quise darlo por sentado.
-Completamente, créeme, él hará que te sientas en confianza muy rápido.- dijo totalmente confiado de, espera.
-¿Dijiste él?- pregunté con miedo.
-Cabello castaño y largo.- negué efusivamente.
-¿Dijiste él? ¿Es un hombre?-
-La Pandilla Elefante no sabrá quién te sacó del mercado.- seguía parloteando mientras yo apenas podía pasar saliva.
-¿Es un hombre?-