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Ordinary Day por Kang Ji Hye

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Notas del fanfic:

Grupo: EXO.

 

Shippings: HunHan, KaiSoo, Kray, BaekYeol, XiuHan, ChenMin; hay mención de parejas heterosexuales (SeStal).

 

Advertencias: Lenguaje vulgar ocasional, lemon (situaciones sexuales).

 

Inspirado en "Flower Boy Next Door".

Notas del capitulo:

¡Vengo con mi primer fanfic de larga duración!


Me amenazaron de muerte si no publicaba éste a la de ya... de verdad e_e


Lo pensé después de ver "Flower Boy Next Door" y quedarme pensando en EXO compulsivamente(?). Este fic es el resultado de una de muchas alucinaciones, ¡espero lo sigan y lo disfruten! ♥

CAPÍTULO 1

 

Había despertado como lo hacía en cada invierno: tenía puesta su playera favorita, el suéter que su madre le dio unas Navidades atrás y un abrigo extra, eso sin contar las sábanas dobles que tenía encima. La alarma de su celular no paró de sonar hasta que reunió toda la voluntad de su cuerpo para presionar la pantalla y quitar ese ruido. Unos segundos después maldecía la hora en la que se hizo friolento; por ello odiaba los tiempos invernales en Seúl. Sus calcetines son perezosamente removidos sólo con sus pies, sin importar dónde cayeran en realidad. No tuvo que pasar mucho tiempo para que la puerta de su habitación sonara, dejando entrar a un intruso que se abalanzaría hacia el dueño del cuarto.

 

—Hola, bello durmiente —el día se le arruina desde que escucha esa voz burlona innecesariamente cerca de su oído—. Tienes que despertar; Jongin ya hizo el desayuno, tenemos que ir ahora.

 

—No… — susurró algo molesto.

 

Precioso, precioso… —ahora la voz era una horrenda pero exacta imitación de Gollum, aunado a un ligero toqueteo tratando de provocarle cosquillas—. Mi señor, tiene que levantarse…

 

—¡Carajo, ya entendí, Chanyeol! ¡Ahora cállate y quítate de encima! —gruñó exasperado, haciendo volar las sábanas de la cama; el alto huyó a tiempo para evitar un golpe inminente.

 

—¡Vamos, vamos, Sehun! —salió gritando como un loco de aquella habitación.

 

El castaño sentía cómo los diminutos rayos de Sol traspasaban su ventana para invadir su muerto y monocromo cuarto; desde hace mucho que le daba igual si esos espectros de calor estaban o no. Desde que perdió a Jung Soojung todo le era indiferente.

 

*

 

—Sehun, tenemos que terminar esto.

 

—¿Qué?

 

Estaban tomados de la mano, eso nunca lo olvidaría. Ni siquiera después de esa rotunda declaración él pudo soltarse.

 

—Estoy aburrida de ti —apuntó directamente la joven—. Hacemos lo mismo todos los días: me estoy cansando de esta tonta rutina.

 

El agarre de Sehun se modificó para tomar ambas manos y tener a Soojung de frente, sus ojos mostraban su preocupación.

 

—Pero, ¿por qué?

 

—Llevamos casi cuatro años juntos y lo más emocionante que hemos hecho fue ir al parque de diversiones hace tres años —ella se soltó y lo enfrentó con la mirada—. ¿Entiendes lo que eso significa? Al menos para mí.

 

—Soojung…

 

—Basta, Sehun. Búscate a alguien que esté dispuesta a morir de aburrimiento contigo, yo ya no te aguanto.

 

La chica simplemente dio media vuelta y se marchó dejando a sus espaldas a un Sehun totalmente destruido.

 

*

 

A partir de ese momento, Oh Sehun no había salido de su apartamento bajo ninguna circunstancia. Gracias a sus compañeros de cuarto, Jongin y Chanyeol, no tenía que salir ni a comprar la despensa; trabajaba por internet, por lo que no suponía un problema a su reclusión. ¿Por qué lo hacía? Jongin una vez le hizo esa pregunta, la respuesta que obtuvo fue que la vida de su amigo simplemente no tenía objetivo sin Soojung, y si ella no lo amaba, no había razón para explorar el mundo. «Absurdo» fue lo que el moreno no dijo y se ha estado guardando por esos dos años en los que el menor se martirizaba al encerrarse en su propio hogar; total: nadie puede vivir mucho tiempo sin salir. ¿O sí?

 

—Buenos días, Sehun —saludó Jongin mientras preparaba café.

 

—Buenos días —el interpelado respondió de manera vaga.

 

—En un momento te serviré tu café.

 

Chanyeol estaba entretenido buscando un buen canal matutino en la TV y parecía no despegar la vista ni un poco, pero un chasquido proveniente de su amigo moreno le llamó la atención; éste le señaló con la cabeza el cuerpo del menor de los tres que iba… ¿hacia la puerta? Mentalmente se estaba comunicando con Jongin, preguntándole si era verdad que luego de varios meses de intentarlo, Sehun estaba dirigiéndose al exterior del departamento. Ambos chicos se quedaron estáticos, esperando al siguiente movimiento del zombie que tenían por amigo; entonces se oyó cómo se abría la puerta. ¿En realidad lo estaba haciendo? ¿Oh Sehun acaso iba a--?

 

—Saben que tienen que pasarme el periódico a primera hora en la mañana —un portazo hizo que las esperanzas de los atentos chicos se fueran abajo. El inexpresivo muchacho sostenía el impreso en su mano derecha.

 

—Falsa alarma —susurró Jongin, sirviendo la bebida matutina de sus compañeros de piso en sus tazas.

 

—¿Por qué no me sorprende? —desanimado, Chanyeol apagó la televisión y se dirigió al comedor.

 

No era la primera vez que sucedía. Chanyeol y Jongin dejaban de vez en cuando el periódico afuera de su departamento adrede, esperando a que un milagro sucediera y Sehun saliera por completo de sus propios límites. Pero lo que pasaba era lo mismo que esa mañana: el frío chico solamente abriría un poco la puerta para recoger el diario y cerrar de inmediato. Perdido entre las noticias, Sehun no notaba que la decepción abrumaba a sus compañeros, quienes pronto terminarían su desayuno y se irían a sus respectivas habitaciones para arreglarse; ese día tendrían una cita doble, Jongin con Kyungsoo, Chanyeol con Baekhyun. ¿Y Sehun? Él se conformaba con estar pegado a su laptop traduciendo los escritos que su jefe le mandaba en línea y ese día definitivamente no sería la excepción.

 

—Ya nos vamos, Sehun —anunció Jongin mientras se ponía su abrigo para salir y cuidaba que su peinado siguiera perfecto—. La comida y la cena están en el refrigerador, aunque no creo que regresemos tan tarde.

 

—Habla por ti —Chanyeol soltó una pícara y sugerente risa.

 

—Pervertido, deja descansar a Baekhyun —el moreno lo reprimió entre risas y lo empujó afuera del departamento—. Si necesitas algo, llámanos; ¡nos vemos!

 

—¡Que les vaya bien! —gritó el castaño desde la sala en tanto encendía su computadora personal.

 

—¡Nos vemos, Sehun! —alcanzó a decir Chanyeol.

 

Luego de que Jongin cerrara la puerta, un silencio asesino invadió el departamento. Sehun inmediatamente abrió su bandeja de entrada, buscando algún indicio de nuevos encargos, pero lo único que halló fue un spam de una supuesta tienda de fármacos el cual borró sin dudarlo. Después dirigió el cursor a su carpeta de Documentos para ver un archivo pendiente que tenía y debía entregar en dos semanas más; llevaba menos de la mitad del libro, pero al menos tendría todo el tiempo del mundo para acabarlo. El libro era de un hombre chino que quería esparcir sus conocimientos sobre el significado de los sueños a nivel internacional, Corea no estaba exenta de ello y a Sehun le tocaba hacer la transcripción.

 

Conforme pasaban las horas, el hostil castaño iba aprendiendo que soñar con beber champán significaba que se estaba satisfecho con la vida, mientras que soñar con un bisturí auguraba el momento de tomar medidas drásticas en una situación indeterminada. Eso también le gustaba en parte de su trabajo, el hecho de aprender nuevas cosas entre sus traducciones.

 

Recordaba mucho la vez que le encargaron redactar el libro de «La Gramática del Amor» de Rocío Carmona de español a coreano, que era de sus primeros pedidos; le había gustado tanto que, el día que salió a la venta, él mismo fue a buscar un ejemplar a su biblioteca habitual. Ahí fue donde conoció a Soojung. Ella estaba en la misma área que Sehun y sin darse cuenta, ambos estaban buscando el mismo libro; rozaron sus manos en un intento por tomar la misma obra, lo que los alarmó y los colocó en una situación incómoda en la que ninguno quería tomar el libro antes; «una batalla de cortesía» la había clasificado Chanyeol cuando Sehun les contó a sus amigos. Pronto, los dos se reencontraron en el mismo lugar y decidieron frecuentarse; un par de meses después ya estaban saliendo como una pareja oficial. Pero ya no importaba más: Soojung lo había dejado.

 

En medio de su traducción, Sehun tuvo un ataque de regresión y le entraron unas ganas enormes de llorar; se levantó de su lugar de trabajo para ir a la cocina y tomar un vaso de agua para relajarse. De repente el calor lo sofocaba y decidió quitarse el abrigo extra del que había olvidado deshacerse cuando acabó su desayuno; respiró hondo y pudo tranquilizarse un poco. Algo parecido le pasaba a diario. Ya ni le molestaba eso.

 

Para las dos de la tarde, había avanzado casi hasta la mitad del libro y quiso distraerse un poco jugando con una pelota, aventándola hacia una pared. Dejó a un lado la laptop y avanzó por su departamento botándola como si se tratase de un jugador de baloncesto; no obstante, hubo un estruendoso ruido que lo desconcentró. Un motor de camión indudablemente. Era increíble que el efecto alcanzara incluso el quinto y último piso sin dificultad alguna, haciéndolo parecer que estaba en el piso de abajo. ¿Y ahora quién carajo se estaba mudando? Tenía que ser alguien pobre para contratar un servicio tan pobre de traslado. Sehun quiso ignorar el ruido jugando aún con su pelota y empezó a lanzarla contra un mueble contiguo a la ventana de su habitación a una distancia considerable, probando su habilidad en los brazos y sus reflejos; cuando todo se calmó, comenzó a caminar de nuevo como basquetbolista profesional.

 

Dentro de un rato el estómago del chico rugió y con ganas, entonces se sentó en el comedor tranquilamente, sacó un enorme tazón de jjajangmyun y también tomó un plato individual para servirse. Sehun prefería comer así: solo, sin nadie con quién compartir o dividir su ración de comida, muy a pesar de sus amistades con Jongin y Chanyeol; quizás sería muy injusto para ellos, pero así era él.

 

Un chirrido ensordecedor de metal contra asfalto lo sacó de su quicio, soltó un bramido en señal de enojo y tomó la pelota con la que había estado jugando antes de sentarse a comer. El castaño agarró con fuerza el juguete y, sin pensarlo previamente, alzó su mano para arrojarlo a su habitación; la pelota rebotó en el suelo y subió lo suficiente para pegar de lleno en el pecho de un peluche de Pororo, que era el último regalo que Soojung le había dado mientras era su novia aun; ése pingüino de felpa era lo que Sehun más atesoraba de su pasado con ella, ahora el muñeco estaba cayendo por la ventana abierta que estaba justo detrás de él. Alarmado, abrió los ojos enormemente y corrió de prisa a ver dónde había caído. Si bien no tenía ni un minuto de todo el desastre que había provocado él mismo, el chico ahora  veía cómo un joven de cabellera cobriza recogía el peluche, confundido y sobándose la cabeza; no tardó mucho en voltear e interceptar a Sehun con la mirada, lo que hizo que dicho muchacho tuviera un ataque de pánico y se metiera a su apartamento.

 

—Mierda, mierda —susurraba el alterado chico para sí—. Soojung… ¡AH! ¿Y ahora qué hago?

 

Se revolvió el cabello con ambas manos: quería recuperar a su Pororo, pero eso implicaba salir de la comodidad de su departamento y enfrentarse a las “consecuencias” de ello. Tenía miedo. ¿Y si Soojung se enteraba y acababa con la mínima oportunidad que tenía de regresar con ella? Sehun estaba alucinando ya con eso, simplemente no llegaba a una conclusión concreta o concisa. Abrumado en su propio mundo, escuchó cómo sonaba la puerta. Estaba muerto.

 

—¿Hola? ¿Hay alguien ahí? —una voz suave y armoniosa llamó del otro lado de la entrada; Sehun comenzó a sentir el subidón de adrenalina a través de sus frenéticos latidos y el sudor de sus manos—. Creo que de aquí fue que se cayó un muñeco de peluche, vengo a entregarlo; ¿sí fue de aquí?

 

Sin duda, el castaño no tenía ni ganas de abrir desde hacía dos años, pero ya era hora de afrontar las consecuencias de sus impulsos de desesperación. Lentamente, avanzó hacia la puerta, todavía usando su pijama y con el pelo hecho un asco; sintió un gran estremecimiento al tocar la perilla de la puerta, aunque igual la giró. Por dentro estaba hecho un manojo de nervios y no sabía qué esperar de la persona que estaba a punto de conocer.

 

—¿S-sí? —dijo tímidamente Sehun.

 

Lo que vio a continuación lo impactó.

 

Un muchacho de pinta más allá de juvenil, de cabellos color cobre, con piel entre pálida y rosada, una sonrisa blanquísima, delgado, de ropas casuales y de buen gusto que sostenía al muñeco de peluche a un lado de su cuerpo apareció frente a él.

 

Sehun no pudo ni hablar cuando lo observó por completo. Era simplemente hermoso.

 

—Soy Xi Luhan, estoy en medio de mi mudanza hacia aquí —se presentó cordialmente mientras estiraba a Pororo ante la vista de su nuevo y perplejo conocido—. Creo que esto te pertenece.

Notas finales:

Denle mucho amor o muchos tomatazos, el caso es que le den algo xD


Espero traer pronto la actualización de éste fanfic y mi BaekYeol próximamente ♥


¡BESOS!


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