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Ordinary Day por Kang Ji Hye

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Notas del capitulo:

¡HOLA! Hoy vine a tiempo .w.

En este capítulo hay una sorpresa y una trampa, veremos si identifican cuál es cuál; igual lo sabrán en notas finales xD

¡Capítulo dedicado a Pink Tape porque la amo! ♥

CAPÍTULO 11

 

El resto del día transcurrió en paz, excepto en la cabeza de Minseok, quien se estaba esforzando por no pensar en la forma en la que Sehun miraba a Luhan de vez en cuando; ¿qué acaso el traductor no sabía qué era la discreción? ¿Qué no estaba consciente de cómo lo veía? ¿O quizás ya estaba alucinando todo eso? Xiumin de verdad no quería perder la oportunidad de ayudar al castaño y convertirse en su amigo, pero tampoco era su mayor anhelo hacer que el chico pudiera resultarle atractivo con confianza y cosas por el estilo a su compañero de piso. No obstante, basándose en el comportamiento hostil que habían tenido en la mañana cuando llegaron, no podía ser muy probable aunque lo estuviese mirando en cualquier manera que Minseok creyera.

 

«Está bien», pensó, «si él aún no se ha dado cuenta, todavía tengo una chance».

 

Por su parte, Sehun se mantenía ajeno a cualquier pensamiento o recelo que mostrara el mayor de todos, pero también estaba hecho un lío con su cabeza: seguía bombardeándolo de imágenes constantes de Luhan, de cómo habían pasado su día en el parque de diversiones en específico. Su blanca sonrisa parecía resplandecer cada instante que habían pasado juntos, sus ojos castaños asemejaban a unas brillantes luces en la mitad de la oscuridad, su calidez se desprendía de cada toque que tenían… ¡Y ahí estaba de nuevo! Ese cosquilleo que tanto tenía molestando al castaño, ese que se repetía en su estómago y le daba ganas de vomitar; ¿por qué persistía en aparecer una y otra vez? Jongin cocinaba bien, Chanyeol sabía poco pero lo hacía bien y él mismo estaba consciente que no era bueno que entrara a la cocina. La comida no era, definitivamente no estaba enfermo, la ropa no podía provocarle tanto escozor… ¿Qué demonios le estaba pasando?

 

Al llegar la noche, Luhan y Minseok se marcharon juntos a su edificio, mientras que Baekhyun decidió que sería mejor idea encerrarse en el cuarto de Chanyeol un rato con su novio mientras Sehun y Jongin divagaban en el departamento; en cuanto empezaron a escucharse ruidos de aquella habitación, el moreno decidió que era suficiente soportar para él.

 

—¡Basta, no me quedaré ni un segundo más aquí! —profirió, prácticamente saltando de su lugar en el sofá—. Iré a dar una vuelta en lo que esos dos terminan.

 

—¡Hyung, no puedes dejarme solo! —el interior de Sehun se comprimió cuando vio que Jongin no lo había escuchado y seguía preparando su huida—. J-Jongin… iré c-contigo.

 

A diferencia del primer reclamo, Jongin escuchó claramente la súplica del menor, así que se quedó petrificado delante de la puerta en tanto su compañero buscaba algo para taparse la delgada ropa que tenía; cuando regresó Sehun, el moreno continuaba en su mismo lugar con su misma pose, por lo que lo obligó a hacerse a un lado no sin antes recordarle que llevara las llaves consigo. Después de esa orden, Jongin tomó su llavero y salió rápidamente. Y sí, no era una alucinación: Oh Sehun estaba afuera, en el pasillo, esperándolo.

 

—¿A dónde vamos ahora? —murmuró el chico.

 

—No sé —respondió el castaño—. Pensaremos algo en el camino.

 

—¿Y si vamos un bar?

 

—Suena bien mientras esté lejos de aquí.

 

Del elevador al estacionamiento Jongin pudo haber soltado un grito fuerte, duradero e inquebrantable, pero se contuvo para no asustar a su acompañante y decidiera volver al apartamento a pesar de lo que sucedía con al amorosa pareja ahí dentro. Subieron al auto y recorrieron en silencio todo el trayecto hasta el centro de Seúl, luego Sehun nada más pudo formular la pregunta que a dónde se dirigían, lo cual Jongin se dedicó a mantenerlo como una sorpresa.

 

—Ya llegamos —luego de caminar un par de cuadras tras haber estacionado su automóvil, el moreno señaló un pequeño local—. Anda, entra.

 

Sehun se cruzó de brazos y entró después de respirar profundamente y soltar un vaho al aire libre; Jongin pasó justo detrás de él. El lugar estaba tranquilo y no había más que murmullos de gente que platicaba en plena tranquilidad o carcajadas eventuales que ciertos borrachos daban cada cierto tiempo. Ambos jóvenes eligieron una mesa algo apartada del resto de la clientela, una chica fue a tomarles la orden rápidamente en tanto coqueteaba con ellos y al pasar unos minutos, los chicos ya estaban disfrutando unas buenas cervezas frías. Jongin seguía incrédulo de tener de acompañante a Sehun; el simple hecho que hubiera salido voluntariamente le era impresionante, pero por estar inmerso en esos pensamientos, no se dio cuenta que estaba mirando fijamente a su amigo y que éste ya lo había notado.

 

—¿Puedes dejar de verme así, por favor? —el moreno se sobresaltó—. Es incómodo.

 

—P-p-perdón.

 

Los dos no supieron hacer otra cosa más que esconderse en sus propios tragos.

 

—Sé lo que estás pensando, hyung —volvió a hablar Sehun— y no, no estoy loco. Yo sólo salí porque no quería oír las obscenidades de Chanyeol hyung.

 

—Pudiste haberte quedado encerrado en tu cuarto como siempre lo haces —el chico inclinó su cuerpo sobre la mesa que se interponía entre ambos y recargó sus codos en ella—; aun así, saliste.

 

El castaño apartó su rostro en tanto una sonrisa ladina se estaba formando en los labios de Jongin, dio un sorbo más a su botella de cerveza antes de que su compañero estallara en carcajadas, atrayendo la atención de unos pocos clientes que estaban cerca de ellos.

 

—¿Puedes callarte? Nos están observando… —murmuró al sentir cómo se sonrojaba.

 

—Saliste porque querías hacerlo, ¿cierto? No lo niegues más, Sehun.

 

—Que te calles, Jongin.

 

—Finalmente saliste de tu cueva, hombre —lo felicitó—. Tenemos que celebrar esto.

 

—Ya cálmate, Kim Jongin —amenazó el menor.

 

—Está bien, está bien… —dijo el otro, intentando relajar el ánimo de su amigo—. ¿Luhan te está ayudando mucho?

 

De la nada, Sehun sintió cómo su corazón le daba un brinco tremendo y le sacaba todo el aire del pecho, eso sin mencionar la agitación que comenzó a sentir recorriéndole las venas; todo por haber escuchado el nombre del dibujante chino.

 

—Ni lo menciones —señaló con su dedo a su amigo—. Yo odio a Luhan hyung, ha hecho todo lo posible para sacar lo peor de mí y todo es tu culpa, Jongin.

 

—¿Mi culpa? ¿Por qué? —renegó.

 

—Tú le diste la bienvenida en nuestro departamento en primer lugar.

 

—Oh no, no me vengas con eso —acusó el moreno, imitando la pose delatora de su compañero—. Yo lo conocí porque cierta persona dejó caer su muñeco por la ventana y atrajo a Luhan al edificio.

 

Sehun quiso replicar a eso, pero la verdad se sintió engatusado con lo que dijo su compañero, porque eso era precisamente lo que había sucedido: Luhan había sido conducido al apartamento por su propia culpa, el recordatorio de Pororo cayendo por la ventana no se iba de su mente y ver a cierto cervatillo prácticamente todos los días no ayudaba en nada.

 

—Te odio, Jongin.

 

—Lo dices porque sabes que tengo razón —declaró el interpelado, volviendo a relajar su postura y tomando más a su cerveza—. Sabes que estás cambiando porque estás conociendo a gente nueva, al fin estás abriéndote desde ese incidente; lo único que te pido, como amigo de la mitad de tu vida, es que no dejes ir esta oportunidad. Te lo ruego.

 

El menor resopló y se echó en el respaldo de su silla.

 

—Está bien —aceptó—; pero si no funciona todo este plan tuyo, me dejarás vivir mi vida como yo quiera y Chanyeol no tiene por qué inmiscuirse también.

 

—Trato.

 

Como los buenos amigos que son, chocaron los envases de alcohol que tenían y brindaron un rato más con cuidado de no pasarse de más de dos botellas, ya que tenían que volver en automóvil y no querían tener más problemas. No tardaron mucho en encontrar un tema de conversación, que en realidad giraba en torno a la vida laboral de Jongin en su oficina; empezaron a reír por las anécdotas que tanto había esperado a contarle a su ermitaño amigo, como la vez que uno de sus compañeros usó las lámparas de su cubículo como paletas de descargas eléctricas en otro de los trabajadores, siendo descubiertos por su jefe a los pocos minutos.

 

—¿Y no los despidieron? —preguntó Sehun, totalmente centrado en la historia.

 

—De milagro, no —el oficinista jugaba con la botella semi vacía que reposaba entre sus manos—. Lo dejó ir porque tenía planeado algo para ellos: lo repetirían enfrente del CEO de la empresa.

 

—¡Mientes!

 

—¡Lo juro! Fue muy divertido verlos todos avergonzados cuando hicieron lo mismo frente al CEO y el resto de los empleados —agregó justo antes de ir perdiendo de a poco la sonrisa que tenía pintada en el rostro, tomando un aire de seriedad; entonces miró fijo a su amigo y se decidió a hablar—. Sehun, a decir verdad, tengo algo más interesante por contarte aún; necesito tu opinión más sincera y que prometas que no te escandalizarás ni nada por el estilo, ¿está bien?

 

—Sí, hyung, dime —el rostro del castaño también se volvió taciturno.

 

—Llevo pensando en esto mucho tiempo y… quiero que me des tu opinión como amigo —el moreno respiró y tragó saliva con tanta fuerza que parecía estar asfixiándose con sus propias acciones; Sehun se acercó, interesado en lo que le iría a confesar—. Yo… pienso pedirle matrimonio a Kyungsoo.

 

Aquella frase le cayó pesada al menor.

 

—¿Es en serio? —Jongin frunció ligeramente el ceño—. ¿Estás listo para dar ese paso con Kyungsoo hyung?

 

—Lo estoy —respondió con un tono defensivo.

 

—Recuerdo cómo eras en la secundaria, eligiendo a tus parejas al azar y te aburrías fácilmente de ellas.

 

—Es diferente con Kyungsoo —subió su volumen sin llegar a los gritos aún, además de sonrojarse un poco.

 

—¿Diferente?

 

—Sí, lo es, por completo —el moreno no pudo reprimir una ligera sonrisa—. Lo conozco desde hace seis años, nos hicimos tan cercanos en tan poco tiempo que es increíble, luego cuando le confesé lo que sentía, ¡Dios! Fue el mejor día de mi vida cuando me dijo que sentía lo mismo; sólo así supe que realmente deseaba estar a su lado en tanto estuviéramos vivos… quizá después de eso si es posible…

 

—¡Hyung, deja de decir eso! ¿Desde cuándo eres tan cursi y sentimental? Es vergonzoso estar sentado contigo y escuchar todas esas cosas —el castaño hizo cara de asqueado y movió las manos como si quisiese ahuyentar una mosca—. Bien; apruebo a Kyungsoo como tu esposo, pero ve a decirle todas esas cursilerías a él, no a mí.

 

—¿Desde cuándo apruebas con quién me voy a casar? ¿Quién eres? ¿Mi madre? —levantó el puño, intimando al menor.

 

—¿Ves eso? —mientras Sehun se encogía en su asiento, señaló la mano cerrada de su acompañante—. No quiero que cambie; quiero que sigas siendo el mismo Jongin que conozco, que no dejes de ser mi amigo o me abandones con Chanyeol hyung… sabes que él me da miedo.

 

La voz se le fue en la última frase y Jongin resultó ser conmovido por lo que había dicho su amigo, por lo que fue bajando su brazo amenazante poco a poco sin apartar su cristalizada mirada del otro; tenía ganas de llorar por dos cosas: uno, porque Sehun lo creyera capaz de dejarlo atrás; y dos, porque había conseguido escuchar los verdaderos sentimientos de su mejor amigo en muchos años. Una lágrima traicionera se le escapó e intentó limpiarla rápido para que el menor no se diera cuenta, pero aun así lo vio.

 

—Claro que no lo haré —habló Jongin después de haber eliminado su lágrima—: ¿recuerdas que Chanyeol dijo que era mi fan cuando entramos a preparatoria y nosotros ni lo conocíamos? No dejaré que te apoderes de mi único fan.

 

—¿Y tú crees que lo quiero? Te estoy diciendo que simplemente no te atrevas a dejarnos, eres el que mejor cocina de los tres —explicó Sehun con afán de molestarlo—; además, Chanyeol hyung necesita alguien que lo siga en sus idioteces y no seré yo.

 

—¡Un brindis por nuestras interminables estupideces! —declaró Jongin levantando su cerveza.

 

—No —contestó—. Un brindis por tu nueva vida con Do Kyungsoo, sin olvidar a tus idiotas favoritos.

 

—¡Salud por eso!

 

Chocaron sus envases por última vez antes de acabarse lo que les quedaba de su tercera botella, pagar su cuenta y subirse en el auto de Jongin para volver a su departamento. Habían pasado cuatro horas desde que habían salido de casa, así que esperaban que, si bien Baekhyun no se hubiera ido, al menos estuviera en silencio el apartamento de nuevo. Fue un alivio cuando encontraron a Chanyeol tumbado en la mesa del comedor con un plato de cereal a medio terminar; los chicos entraron de puntitas y decidieron dejar que su hyung se despertara cuando se cayera de la silla donde estaba postrado. Sehun se adentró a su cuarto, se cambió la ropa por su pijama y se recostó sobre sus sábanas. En un momento que oscilaba entre el ocio y el sueño, escribió con sus dedos algo sobre sus cobijas.

 

«Amor».

 

Luego de oír a Jongin hablar sobre Kyungsoo de esa manera tan cursi, le hizo desear poder hablar así de alguien en algún punto de su vida. Probablemente se había sentido de ese modo con Soojung en algún punto de su relación, pero ahora no lo recordaba.

 

Después de dos años, Oh Sehun quería sentirse enamorado una vez más.

Notas finales:

¿Vieron venir el KaiSoo? ¿No? Yo tampoco, se me ocurrió de buenas a primeras en una noche de insomnio uwu

La escena que le cuenta Jongin a Sehun sobre la oficina, por si no lo notaron, es parte del MV de Super Junior M de Swing cuando Ryeowook está jugando con Siwon con las lámparas ㅋㅋㅋㅋㅋ

Igual, en la historia del KaiSoo, lo que dice Luhan es una mezcla de Anterograde Tomorrow, Summer 21, Arbitrage y metí un poco de 10080... Lo sé, estoy traumada xD

Y sí: el BaekYeol tuvieron noche hardcore mientras Sehun y Jongin estaban fuera sgdkjsgglk -digo, por si quedaban dudas...-

Si saben cuál era la trampa, coméntenla en los reviews, además de decirme qué les gustó y que no y así owo

¡Nos leemos pronto! ♥


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