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Ordinary Day por Kang Ji Hye

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Notas del capitulo:

Estuve desaparecida, lo sé, les pido una disculpa por eso :'c

Tuve una baja emocional y enterarme del BaekYeon no me ayudó mucho en realidad (que a mi punto de vista es una mala pasada de la SM), luego me dio por volver a leer Anterograde Tomorrow... no sé, estoy rara(?) xD

En fin, si termino el próximo capítulo a tiempo, hoy hay doble actualización :3

Por cierto... ¡HUNHAN IS BACK!

CAPÍTULO 13


—¡Hoy vamos a una estética! —dijo alegremente.


—Disculpa, pero —interrumpió—: ¿“vamos”? ¿Estética? ¿Para qué?


—Sí, tú y yo vamos a una estética —el menor se cruzó de brazos y lo miró despectivamente—. No me hagas repetir la historia de las pastillas.


—Sí, claro, en cuanto te vayas por ellas, tendré a la policía aquí antes que vuelvas —el castaño tenía una mirada altanera, esperando haber ganado la discusión; lo que no se esperaba era que el mayor se había preparado para la ocasión y sacó del bolsillo de su chaleco aquel infame frasco—. Bien, vámonos.


Con miedo de ser sedado contra su voluntad de nuevo, Sehun se puso lo más presentable que pudo para salir con Luhan; ésta vez a una estética, lo que provocó que en la cabeza del traductor sólo cupiera una pregunta: ¿por qué demonios quería ir a una estética? El cabello de Luhan se veía realmente sedoso y bien cuidado, además no estaba lo suficientemente largo como para que lo cortaran. Ambos caminaron hasta un barrio cercano a su complejo departamental, en el cual había una estética abierta, vacía y acogedora; el chico ciervo invitó al otro a pasar aunque fuese a regañadientes. Una jovencita amable que estaba en sus 20 los mandó a sentar, a Luhan en espera y a Sehun como un cliente listo para atender; otra chica preparó unos utensilios apenas los vieron entrar. De lo que el menor no se percató es que su acompañante le dedicaba miradas de cómplice a quien los recibió.


—Sehunnie… —susurró el ciervo en tanto se acercaba al cuerpo del interpelado, tomándolo por los hombros— si no te resistes, no pasará nada malo.


—¿Pero qué…?


Sin saberlo, las jóvenes estilistas tenían en sus delantales un par de correas para atar al ermitaño chico a la silla mientras Luhan intentaba retenerlo en su lugar. Obviamente Sehun puso más fuerza de la requerida, pero no supuso un problema para las cómplices, que a final de cuentas lo dejaron amarrado del pecho y los tobillos.


—¡Hoy te vamos a dejar muy guapo, Sehun! Para eso quería venir a la estética: tienes el cabello hecho un asco y además se nota que no te lo has arreglado en muchísimo tiempo —criticó el mayor—. ¡Es hora de un cambio!


—¡No me importa si tengo una madriguera de ratas en el cabello! —gritó el menor, tratando de liberarse son éxito de las correas—. ¡Yo lo quiero así!


—Eso es un gran no-no; si vas a salir más seguido, será mejor que te demos una remodelación de pies a cabeza —Luhan miró a las estilistas a su lado y les sonrió—. Confío en ustedes y su trabajo; por favor, déjenlo irreconocible.


Viendo que no tenía más opción que callar, Sehun se miró al espejo que tenía en frente y vio que efectivamente parecía que había tenido una trifulca con su almohada y cepillo en la mañana. Las dos chicas le pusieron una tela para proteger su ropa y lo movieron con todo y silla al lavabo, donde primero le pusieron shampoo con esencia a frutas para después tallarlo furiosamente, lo que no era muy placentero considerado que las uñas que tenían eran más bien garras; luego lo secaron con toallas y secadora simultáneamente. Una de ellas se marchó a la parte de atrás de la tienda, en tanto que su compañera le cortaba con manos hábiles el cabello a Sehun, dándole más forma y cuerpo que antes; Luhan vigilaba el trabajo de la chica, desviando su mirada de una revista que supuestamente leía. Luego de unos minutos regresó la joven que faltaba, le susurró algo a la que terminaba de moldear el nuevo peinado de Sehun para después arrastrar la silla del castaño al lavabo de nuevo. Ambas chicas se pusieron unos guantes y volvieron a mojarle la cabeza a Sehun, quien finalmente optó por dormirse en tanto ellas le hacían cosas en la cabellera.


Mala idea.


—Sehun… Sehun… —lo llamó Luhan, palpándole el rostro para despertarlo—. Mírate en el espejo, quedaste muy bien.


El aún somnoliento chico levantó la vista y vio una imagen llena de colores en la parte de arriba frente a él; su consciente no reaccionó hasta que vio que lo que tenía ante sus recién abiertos ojos era en realidad un espejo y, lo que estaba colorido, era su cabello.


—¿Qué…? ¿Qué es…? P-pero… yo… —tartamudeó, sintiendo cómo el aire de sus pulmones se desvanecía en intervalos cortos y desesperados de tiempo—. ¡Luhan, ¿qué mierdas me pasó en la cabeza?!


—No te pasó nada, es una imitación de tinte: no es permanente, así que no te alarmes —lo tranquilizó el chico, apoyando una mano sobre el hombro del contrario—. Buscaremos otro cambio hasta que te guste uno; aunque, personalmente, opino que quedaste muy bien así.


—No me jodas, Luhan, ¡que me cambien el color!


—Muy bien —el ciervo caminó hacia su lugar de espera—. Ya saben qué hacer.


Las estilistas entonces volvieron a ver a su presa atada, lo arrastraron nuevamente al grifo para bajarle todo el arco iris de su cabello y comenzaron a aplicarle otro tinte falso que ya tenían listo. Sehun estaba realmente incómodo e intentaba zafarse cada cierto tiempo, pero el agarre de las correas era muy fuerte, así que eventualmente se rindió; además, las chicas terminaron en menos de 20 minutos pintando juntas. El traductor no estaba preparado.


—¿Verde? —preguntó despectivamente.


—Te ves bien, pero… —Luhan lo miró fijamente— creo que existen mejores colores.


—¿Deberíamos regresarlo a castaño? —se atrevió a hablar una de las estilistas.


—No, sólo intenten con lo que tengan, por favor.


La sonrisa que les dedicó Luhan fue suficiente para que ambas empleadas se quedaran embobadas en él, regresando de su mundo de fantasía cuando recordaron que tenían una misión que cumplir para el encantador dibujante; de inmediato fueron a enjuagarle el cabello a Sehun, que empezaba a pensar que se quedaría calvo apenas saliera de la estética. El mismo procedimiento de hace unos minutos se repitió, incluso los fallidos tratos de escapar del más joven.


—¿Rosa? —se volteó a ver a su mayor—. ¿Es una broma?


—Te ves lindo también, pero no me convence.


Las chicas comenzaron entonces a quitarle el tinte al molesto chico, cambiándolo rápidamente. Sehun empezaba a acostumbrarse a ser manipulado a la voluntad del mayor.


—Me gusta este.


Luhan lo vio seriamente a través del espejo.


—No es cierto, no te gusta —el menor lo vio como si fuera un niño—. No, Sehun, no: rojo no.


—¿Por qué? —dijo a punto de hacer un berrinche.


—Te ves fosforescente, muy llamativo —Luhan lo golpeó en la nuca—. Otro.


El maltratado y abusado cabello de Sehun fue cambiado una vez más, con las empleadas cerca de desfallecer, cuya única manera de alegrarlas y motivarlas eran la sonrisa y la paga que el mayor les daría apenas terminaran su misión.


—Bien, gris… Creo que este va más conmigo —explicó sarcásticamente el traductor, a pesar de percibir algo de realidad en sus palabras.


—No, no… —Luhan tenía su mirada en trance en el reflejo de Sehun, como si estuviera buscando algo—. Casi, es casi ese color, lo sé. Por favor intenten con algo más claro que eso.


—¿Me quieres dejar albino?


—No tan claro, idiota.


—¿A quién llamas idiota? —respondió en defensa el menor.


—A ti, así que ahora cállate y deja que te pinten el cabello, ¿quieres?


Sin tener nada más que replicar debido a la actitud que tomó el ciervo, el atado muchacho no tuvo de otra más que atenerse a las órdenes del mayor; mientras, las exhaustas muchachas tomaron el único tinte que considerarían cumpliría las expectativas de su riguroso cliente, con la esperanza de que quedara satisfecho y las dejara descansar aunque fuese cinco minutos. De nueva cuenta, el cabello de Sehun fue enjuagado del tinte de prueba hasta dejarlo totalmente limpio, luego sintió cómo era maltratado de nuevo con cepillos de aplicación y manos que aparentaban ser de expertas; si Luhan no aceptaba el estilo que estaban probando en ese momento, iba a lanzar a la calle al ciervo y pedirles a las estilistas que lo dejaran tal y como entró al local. Ya que terminó su periodo de aplicación, las chicas le secaron la cabellera a Sehun para que quedara presentable. Y entonces inició el juicio.


—¿Y bien, experto? ¿Te gusta el rubio?


No obtuvo respuesta por un par de minutos, lo que en cierta manera le puso los nervios de punta, así que decidió voltear su silla para encontrarse con un Luhan completamente perdido: el chico de cabellos cobrizos estaba o impactado o incrédulo por cómo resultó la transformación.


—¿Pero qué carajos…? ¿De verdad eres Sehun? —fue lo único que alcanzó a decir el mayor.


—No, me hice el Conejo de Pascua, genio —dijo sarcástico—. ¡Claro que soy Sehun, Oh Sehun!


—Es que… te ves… diferente… —Luhan no podía creerle a sus ojos—. Te ves perfecto, Sehun.


Ese comentario provocó que al nuevo chico rubio se le subiera toda la sangre a la cara casi simultáneamente que al ciervo, que parecía esbozar la más grande sonrisa en su vida. Se quedaron viendo el uno al otro envueltos en una atmósfera que confundió a las chicas estilistas, preguntándose si acababan de presenciar una declaración de amor, lo cual era bastante probable debido a la manera en la que ambos se veían; los únicos en no percibir ese detalle eran los propios chicos, que no rompieron contacto visual hasta que Sehun sintió que era demasiado para él.


—Bien, mi cabello ya está, ¿podemos irnos? —preguntó, apartando su avergonzada mirada.


—Tonto, no sabes escuchar, ¿cierto? —Luhan dejó escapar una ligera risa—. Ese no es tinte permanente, todavía tienes que pintártelo bien.


El chico de 22 años hizo caso y giró su silla de nuevo para que las chicas del local terminaran bien su trabajo; esta vez pudo oler el tinte real. Mientras, Luhan estaba negociando una vez más la paga por haber llevado a alguien tan terco a arreglarse en contra de su voluntad. Unos minutos después, Sehun estaba desatado y ya estaban saliendo de la estética.


—No sé cómo rayos me convenciste de hacer esto —dijo Sehun, señalando su nuevo cabello rubio—; es decir… arruinaste mi imagen.


—¿La arruiné? Me parece que la mejoré en un cien por ciento —apuntó Luhan—. Además el corte que tienes ahora deja que se te vean bien los ojos y tienes mucho menos volumen; ahora ya no me da miedo que algo salga corriendo de tu cabello en busca de comida.


—Que exagerado eres, Xi, ¿en qué clase de mundo vives?


—Uno en el que la gente normal sale, se divierte y hace todo tipo de cosas, Oh —ante esta respuesta, Sehun no pudo replicar nada más y prefirió esconderse en el borde del cuello de su abrigo; el mayor lo miró dulcemente y luego se colgó del contrario—. No te preocupes: yo te ayudaré a reencontrarte con ese mundo. Debes estar oxidado de tanto tiempo que estuviste encerrado; sin embargo, has pasado con éxito la primera etapa de mi plan, así que tengo fe en ti.


—¿Primera etapa?


—Cuando fuimos al parque de diversiones —el rubio iba a decir algo, pero fue interrumpido—. Yo sé que te secuestré y todo eso, pero a fin de cuentas saliste y sé que te divertiste.


—No te importa si lo hice o no —el sonrojo del menor no tardó en aparecer—. ¿Y entonces destruir mi cabello es la siguiente parte de tu ingenioso plan?


—Precisamente estás en la mitad de la segunda fase —contestó con una amplia sonrisa.


—Bien, ¿de qué trata la segunda fase? —interrogó Sehun, cruzando su brazos y girando sus ojos.


—Cambio de imagen, es obvio —la mano de Luhan hizo un rápido movimiento hacia la nuca del menor, golpeándolo ligeramente—; aclarado ese punto, corre o perderemos el autobús.


—¿Autobús? ¿Y para qué? —sin dudarlo, el ciervo tomó la muñeca de su acompañante y lo hizo apresurarse a la parada que tenían en frente con un bus a punto de partir—. ¡Hey, ¿a dónde carajo vamos ahora?!


Una vez que subieron, pagaron su pasaje y se sentaron, Luhan se dignó a responderle a Sehun.


—Nos vamos de compras.

Notas finales:

Si leyeron la última frase en tono ghei, debería darles vergüenza, Luhan no es tan ghei xDD -aunque es inevitable leerlo así...-

El recuerdo de las pastillas acecha a Sehun akdfkjdfgajf Y ahora es rubio sensual... ¿Cómo creen que acabará el día para nuestro pequeño renegado? x33

Posible doble actualización hoy x333

Nos leemos :3


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