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Ordinary Day por Kang Ji Hye

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Notas del capitulo:

Primero vine tarde y luego les digo que doble y a la mera hora ya no... les debo una enorme disculpa :c En especial a Andy, porque le dije que subiría el capítulo en el menor tiempo posible y pues ni siquiera pude cumplir el lapso de 24 horas ;cc

En fin... como saben, el HunHan ha vuelto con todo a mi fanfic, así que espero que disfruten este capítulo, que tiene muchos sonrojos y nerviosismos mientras nuestros chicos tienen su sesión de compras <3

¡Disfrútenlo!

CAPÍTULO 14


Los chicos bajaron en una calle concurrida con distintos locales cuyos escaparates tenían prácticamente de todo. Sehun ya tenía seco su cabello y seguía cruzado de brazos; mientras tanto, Luhan dio un par de vueltas alrededor del menor antes de pararse frente a él y verlo seriamente.


—Recorreremos todo el centro de Seúl en busca de tu estilo perfecto —declaró—. No puedes volver a usar esos pantalones desgatados y viejos, parecen de vago; tus blusas y playeras deben tener hoyos en todos lados; lo único que se rescata es tu abrigo, pero obviamente no tienes más porque en el mes y medio que llevo de conocerte es el único que te he visto.


—De alguna extraña manera… —interrumpió el menor, obteniendo la atención del ciervo— me dolió lo que me dijiste.


—No lo parece —Sehun pudo sentir cómo esas palabras le calaban hasta los huesos—; de seguro llevas el mismo tiempo con esa cara que con ese guardarropa tan demacrado.


El rubio entonces comenzó a analizar la situación: ellos dos eran dos chicos parados en medio de la calle hablando de ropa, aunque uno parecía modelo recién salido de pasarela y el otro… no tanto. La verdad es que en su cabeza, el menor quería rogarle a Luhan que le dijera algo bueno de su persona, ya que empezaba a sentir que necesitaba escuchar una cosa buena de parte del mayor. ¿Por qué tenía tanto impacto lo que le dijera?


—Muy bien, haz lo que quieras —cedió—. De todos modos… ya estoy afuera… y no… no…


El balbuceo de Sehun dejó intrigado al mayor, quien comenzó a buscar la evasiva mirada de su acompañante.


Y no… ¿qué? —preguntó divertido, parándose en las puntas de sus pies, acercándose al rostro de Sehun—. ¿No qué, Sehunnie?


—¡Ya no me molesta tanto estar afuera! —admitió.


—¡Finalmente! ¡Eso era lo que quería escuchar! —mientras gritaba, el mayor golpeó el brazo de su acompañante; luego, volvió a colgarse poniendo su brazo alrededor del cuello de su sorprendido acompañante—. Te dejaré irreconocible, te lo juro, Oh Sehun. ¡Vamos!


Sin poder hacer más, el interpelado fue arrastrado por el mayor por el resto de la calle ignorando a unos pocos transeúntes que se les habían quedado viendo. Ambos chicos entraron a la tienda de ropa más cercana que tenían, ambos se separaron para checar distintos tipos de conjuntos para que Sehun se probara. Éste último, aceptó a regañadientes, pero igual iba a obedecer las órdenes que le había dado Luhan con tal de no despertar un impulso que conllevase más daño físico que sólo ser raptado. Los ganchos que sostenían pantalones, camisas y blusas eran rápidamente movidos por el mayor e iban siendo elegidos unos pocos para hacer tres conjuntos que Sehun debía probarse; lo mismo sucedía por la parte del propio chico, pero con más lentitud y desanimo por la tarea. Luego de unos quince minutos seleccionando la ropa que más los convencía, los dos veinteañeros se vieron en los probadores de hombres, sólo para darle el visto bueno a lo que se probara el menor. Cuando Luhan entró al mismo cubículo que Sehun, una corriente eléctrica le recorrió la espalda al menor.


—¿Estarás aquí?


—Sí, ¿por qué? —respondió inocentemente.


—No… nada en realidad.


Sería una mentira decir que Sehun no se sentía nervioso por tener que estar en un espacio tan reducido como un probador con Luhan; así como también negar el rubor creciente de Luhan al ver el torso desnudo de Sehun sería imposible. Ni bien el menor se había quitado el abrigo y la playera que tenía puestos, había dejado deslumbrado al dibujante porque él no creía que esos abdominales estuviesen tan bien cuidados si aparentemente Sehun no salía a hacer ejercicio.


—¿C-cómo…?


—¿Qué? —Sehun vio el acalorado rostro de su mayor.


—T-t-tu-tus… ¿cómo…? —tartamudeó, señalando el cuerpo de su acompañante—. ¿Cómo le haces para estar así?


—¿Te refieres a esto? —el índice del rubio viajó a su propia piel, recibiendo un asentimiento por parte del mayor—. He estado en forma desde la secundaria, cuando estoy de humor hago algo de ejercicio en mi cuarto.


—E-es que… —las manos de Luhan se dirigieron ahora a su rostro, abanicándose a sí mismo—. Hace calor, ¿no crees?


—Hyung, es pleno invierno.


—Pues debe ser el espacio tan cerrado —abrió su chamarra un poco y soltó unos suspiros—. Saldré, así que sólo modela lo que elegiste tú y luego lo que yo elegí, ¿está bien?


El dibujante salió tan rápido y tan sumergido en sus pensamientos que no oyó cuando Sehun soltó un par de carcajadas y le dijo que cumpliría esas instrucciones. Una vez que se encontró afuera del cubículo donde se cambiaba el más joven, tomó aire como si hubiese corrido una maratón sin darse un pequeño descanso. La imagen de la nívea piel de Sehun persistía en su mente. Quiso distraer su mente viendo más ropa, pero era inevitable para él estar acechado por el constante recordatorio del bien formado cuerpo del menor.


—Listo —dijo Sehun, sacando al ciervo de su propia mente; cuando éste se volteó a verlo, dio una mirada reprobatoria que hizo que el rubio bufara—. ¿Qué tiene de malo esto?


—Dije claramente que no a la ropa de vago —la mueca de asco persistió.


—Esto no es de vago.


La mirada de Luhan recorrió de pies a cabeza la figura del traductor: pantalones holgados y completamente rectos, una playera como tres tallas más grandes de la necesaria para él y un suéter que se podía dejar pasar si era apartado del conjunto. No estaba lo que el mayor quería.


—De una vez dime: ¿el resto de lo que elegiste es parecido a esto? —el más joven asintió indiferente—. Regresa con algo que yo te haya dado.


—Como desee, Su Majestad.


Luego de hacer una reverencia como si fuera del siglo XV, Sehun desapareció en el cubículo para cambiarse. Luhan se sentó, creando expectativas en su mente, pensando que nadie reconocería al rubio bien vestido que tendría al final del día; entonces se le ocurrió una idea para tener un plan de respaldo, en caso de que lo que eligiera tampoco lo convenciera: agarró su celular, lo desbloqueó mientras entraba al probador y, una vez que estuvo dentro de donde estaba un semidesnudo Sehun, se escuchó el clic de la cámara del móvil.


—Me lo agradecerás después.


—Espera, ¿qué--?


—Apúrate a cambiarte, Sehunnie —ordenó en tanto cerraba el cubículo detrás de él.


Sin despegar su mirada del celular, caminó hasta un banco que estaba cerca de los probadores; entonces admiró la foto que había tomado recientemente del menor, perdiéndose entre los músculos de los brazos, el vientre plano, la blanca piel que envolvía todo ese cuerpo… Entonces Luhan pudo sentir que no sólo la cara le estaba cambiando de temperatura, sino que su corazón estaba acelerado a más no poder y las palmas de sus manos sudaban como nunca antes. ¿Qué era todo ese manojo de nervios en el que estaba convertido solamente por ver la foto de Sehun? Sacudió la cabeza y envió la foto a través de un mensaje; ahora quedaba esperar la respuesta.


—Primero me obligas a cambiar mi cabello y ahora es la ropa —le llamó la atención el menor—. Esto es ridículo.


Ahora, frente a sus ojos, había un chico nuevo: usaba una playera naranja bajo una blusa de un azul pálido junto con unos pesqueros de mezclilla que le llegaban justamente a las rodillas; dejando eso de lado, la lechosa piel del más joven se hacía notar muy bien con esas tonalidades y sus lampiñas piernas también lucían muy bien. Luhan no pudo evitar esbozar una sonrisa de oreja a oreja al verlo.


—Mira lo que tenemos aquí —dijo satisfactoriamente—: un chico nacido y crecido en la zona de Gangnam, sin rastro alguno de haber sufrido una baja emocional en su vida. Aunque si sonrieras…


—Sigue soñando sobre eso —replicó en seco el menor—. Iré a probarme otra cosa.


—Mía, te lo advierto; ¡no regreses si no es así!


Sehun levantó una mano sin voltear la cara; entonces sonó el celular de Luhan, robándole toda su atención. El dibujante abrió su bandeja de mensajes, esperando la ansiada respuesta de Kris, a quien le había pedido un consejo de buscarle el estilo perfecto a Sehun después de mandarle la foto del menor en el vestidor. El texto era corto y directo al grano, justo como se esperaba de Wu Yifan; siguiendo el consejo de su compañero de piso, fue a conseguir más ropa que encajara con la descripción de “un chico frío de ciudad que impresione a todos con su presencia profesional e informal a la vez”. El ciervo tuvo tiempo suficiente para elegir un cuarto conjunto de ropa para que Sehun se probara antes que el menor saliera del probador.


—¿Y bien? ¿Cómo me queda?


Ahora el rubio lucía una playera tipo camuflaje militar oscuro con unos jeans negros que se adaptaban bien a las piernas del chico, todo eso pudo ocupar el enfoque entero del ciervo, que parecía que en cualquier momento empezaría a babear. De hecho, ladeó un poco la cabeza antes de regresar a sus sentidos.


—Así es como deberías vestirte; es más —agarró la ropa que escogió más recientemente—, ponte este conjunto antes del otro que te escogí.


—Bien —resopló el menor, arrebatándole la ropa de las manos.


Luhan comenzó a dar vueltas, ansioso por conocer el resultado del consejo de su amigo; aunque en realidad, Yifan era fashionista por naturaleza, así que no había mucho de qué preocuparse. Poco tiempo después, Sehun apareció en la entrada del probador; estaba vistiendo una camiseta blanca sin mangas y una sudadera negra con unos pantalones de mezclilla clara. Ahora el mayor podía a preciar con un poco más de detalle el cuerpo de su acompañante.


—En serio te ves excelente en eso —el ciervo sonrió sinceramente—. ¿Por qué no te vistes así?


—No tengo ropa así, ¿recuerdas? No salgo de mi casa… hasta ahora —la última frase fue un susurro para sí mismo—. No me arriesgaría a que Jongin o Chanyeol hicieran mis compras de guardarropa.


—Bueno, ahora va el conjunto final, cámbiate rápido —dictaminó con una sonrisa en el rostro.


Luego de renegar un poco a su mayor, finalmente Sehun cedió y fue a ponerse el conjunto que faltaba, el cual consistía en una camisa a cuadros y pantalones entubados ligeramente. Como era de esperarse, Luhan dio su aprobación y propuso de inmediato que compraran todo lo que el rubio estuvo usando, además de recorrer un par de tiendas más para darle conjuntos destinados a la vida profesional de Sehun; a fin de cuentas, ya tenían un estilo definido para el nuevo traductor y, aunque no lo dijera, él mismo estaba satisfecho con su nueva imagen. Sin embargo, cuando terminaron de pagar en el último local que visitaron, el ciervo tuvo una idea. O más bien, una condición.


—¡¿Qué?! —exclamó el menor—. ¡No voy a hacerlo, pareceré espectáculo de circo si lo hago!


—Estarás bien vestido y nada más que eso, saldrás a la calle como una persona normal, Sehun —replicó—. Tan solo ponte este traje e iremos a casa.


—Me rehúso, ¡tengo mi propia ropa!


Ponte el traje.


Debido al remarcado y severo tono que usó el mayor, Sehun decidió obedecer al amenazante chico, tomando de mala gana el traje completamente negro que incluía a su vez una camisa negra que el muchacho de cabellos cobrizos había adquirido y guardado en una de las otras tantas bolsas que tenían. El menor pidió prestado el probador de hombres del lugar donde estaban y se dedicó a cambiarse; la mirada de Luhan regresó al rubio una vez que cruzó la entrada del probador.


—¿Nos vamos antes de que me arrepienta?


Las palabras tuvieron un ápice frío y a la vez cálido para Luhan, ya que significaba que el rubio estaba aceptando la parte nueva que estaba naciendo en él, que estaba dispuesto a completar su transformación y reintegrarse a la sociedad que tanto tiempo lo había desconocido, agarró tantas bolsas pudo y caminó inmediatamente atrás de Sehun. ¿Alguna novedad con un simple paseo con un buen amigo con el que acabas de tener un buen día de calidad? Claro que sí: dejando de lado las veces que fue cegado por la nueva apariencia del menor, ahora estaba ofuscado por tantas miradas de féminas que admiraban a la reluciente figura de Sehun.


Luhan debía admitir que se sintió aliviado en cuanto llegó al complejo departamental cuando iba cayendo la tarde, para que así nadie más viese a Sehun más que Jongin y Chanyeol; disfrutó su trabajo hecho sobre el chico rubio hasta que se marchó a su departamento, donde evadió a cualquier persona que se le pudiese cruzar para irse directo a su habitación y tenderse en su cama abrazando una almohada. Entonces cerró los ojos y no pudo dejar de pensar en la manera en la que celaba las miradas indiscretas que le daban a Sehun, pero no porque él quisiera ser el centro de atención, sino porque él quería ser el único que pudiera ver al joven Oh.


—Baekhyun, ¿no podrías tardarte más en entregar tu trabajo? —susurró Luhan contra la almohada, aferrándose a la misma—. Si lo terminamos a tiempo, temo no poder verlo tanto como en estos meses…

Notas finales:

Los looks que le di a Sehun vienen en las fotos de la época de Growl, excepto por el traje y el de la camisa a cuadros, esos los visualicé akdhgksjgsjhv

Espero que les haya gustado el día de compras del HunHan y que no se les escape un detalle: Luhan no borró la foto de Sehun sin playera ewe Más adelante sabrán por qué MUAJAJAJAJAA~

Esta semana procuraré traer el capítulo a tiempo y, si no se me quita la inspiración, quizá traiga doble capítulo... ¡lo juro! u_ú

Bueno, ¡gracias a todos! <3


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